miércoles, 23 de abril de 2008

Conociendo a Junot Díaz


Hace poco más de una semana, Eduardo Varas Carvajal informó en su blog, Libros, autores y riesgos, que el dominicano Junot Díaz había ganado el prestigioso Premio Pulitzer. El breve post nos advertía que detrás de la presumible catarata de elogios que sobrevendría luego de tamaña congratulación, había literatura de calidad. Días después, caminando por la Peatonal de Mar del Plata con mi novia, encontramos un local espantoso que advertía (con aún más espantosos carteles) su pronta desaparición. Como es claro, todo lo que había allí (supuestamente) estaba a la mitad o a la mitad de la mitad de su precio. Lanzando un suspiro, con algo de curiosidad, atravesamos el umbral. En su interior yacían los restos de la cultura Occidental más vulgar: mochilas plastificadas de Barbie, peluches que ningún niño quisiera tener en su pieza, juegos electrónicos manuales de marcas insospechadas, anacrónicas tazas con dibujos de Disney. Sin embargo, por detrás, asomaban, sobre unas precarias mesas, una centena de libros amontonados. Con algo parecido a la sorpresa advertí que, por fin, iba a adquirir McOndo (aquella antología a cargo de Alberto Fuguet y Sergio Gómez que, a mediados de los 90’, abogó por la muerte del “realismo mágico”) a escasos cuatro pesos, un dólar y centavos. Ya feliz con mi compra, decidí hacer otro pequeño gasto (creo que allí todos los libros costaban cuatro pesos) y llevar un libro de cuentos exquisitamente encuadernado: Los boys. El nombre del autor, como el riff de “I’ can’t explain” de The Who se esparce en todas las bandas de retro-rock, me sonaba de algún lado: Junot Díaz.

The boys -que en verdad se llama “Drown” (Ahogado)- fue publicado hace unos once años y es, tal vez, uno de esos libros a los que les augura un porvenir de culto. A diferencia de otros títulos de la época (el prólogo de McOndo, por ejemplo), no ha envejecido un segundo. En 1997, Junot Díaz, al igual que ahora, era un dominicano que vivía en Estados Unidos y escribía en inglés. Esa posición inestable en el espacio (compartida por millones de individuos en el mundo), se ve reflejada en el poema de Gustavo Pérez Firmat que elige a modo de epígrafe:

El hecho de que te escriba

en inglés

ya falsea lo que quería

contarte.

Mi cometido:

cómo explicarte

que el inglés no es mi sitio

aunque tampoco tengo ningún otro

Los personajes de Díaz se mueven entre las barriadas pobres de República Dominicana y las comunidades latinas instaladas en Norteamérica. En los mejores cuentos (“Ysrael”, “Fiesta, 1980”, “Aguantando”, “Cómo salir con una morena, una negra, una blanca o una mulata”, “Negocios”) las frases tienen la eficacia de una inyección letal. A menudo, el protagonista es un niño híper sensible o un adolescente drogón que (por ciertas marcas, frases, guiños) probablemente sean el mismo autor: la forma en que se lo describe parece mezclar la ternura algo edulcorada de ese viejo y lacrimógeno libro de la pubertad latinoamericana llamado “Mi planta de naranja lima” con el sarcasmo nihilista del “realismo sucio”. Una buena combinación, sin dudas. Los cuentos se conectan entre sí y dan forma a un libro entrañable, con algo de autobiografía y una estructura que por poco no termina siendo una novela.

El campo semántico de Los Boys está plagado de “centroamericanismos”. Si el estilo de Junot terminase por ser artificial podríamos parafrasear a aquel Borges arrepentido de su temprano criollismo y espetar: “Olvidadizo de que lo era, Junot Díaz quiso ser dominicano”. Sin embargo, los modismos se adosan al registro utilizado en forma impecable, es decir que significan y producen sentido aún en los lectores extra-centroamericanos. (Alguna vez debería analizarse la virtud sonora que ofrece la utilización del término “pinga” en desmedro de la anodina “pija” argentina o la “pichula” que Vargas Llosa inmortalizó en Los cachorros: “o sobre aquella vez que se le hinchó la punta de la pinga hasta ponérsele como un limón”, escribe Díaz en “Ysrael”).

Como sucede con otros buenos cuentistas latinoamericanos de la última época (pienso en Roberto Bolaño, en Fabián Casas, en Rodrigo Rey Rosa) en Junot resplandece la influencia de esos escritores norteamericanos de la segunda mitad del Siglo XX (Raymond Carver, Charles Bukowski, Richard Ford, según dicen, también Richard Yates) que asimilaron/metabolizaron la maestría narrativa de varios consagrados (Chéjov, Cheever, Hemingway, Jack London) para contar historias mínimas en contextos sórdidos o marginales con un gran caudal poético capaz de transformar en alta literatura esos tiempos muertos de la vida donde, aparentemente, no pasa nada. La atemporalidad de Los boys quizás se deba a que lo que sucede en estas páginas es perpetuo. Para el ciudadano medio argentino, tan proclive a pensar que todo lo que ocurre en esta parte del mundo es único e inigualable, Los Boys es un espejo: allí también los chicos que no tienen nada que hacer (y son como esas capsulas espaciales que no logran ponerse en órbita, dice un profesor) se juntan en la esquina, allí también hay planes sociales, chicas fáciles y chicas inaccesibles, cigarrillos de marihuana, madres sacrificadas, algo locas, una gran intromisión de la cultura estadounidense. Ese sentimiento tranquilizador llamado “happy end” es tan impensable en Los Boys como en la realidad. Más bien todo finaliza abruptamente, pero con la resignada certidumbre de los que saben que el mundo, aún prendiéndose fuego desde hace siglos, seguirá girando, como si quien esto escribe decidiera terminar el texto exactamente acá.

14 comentarios:

Hernán Galli dijo...

Prefiero "pija" a pene, y "pinga" me suena a otra cosa, quizás se verbaliza en mi mente, pingar, punguear, algo así. Sinceramente no la encuentro anodina. A la palabra. Uy, basta de aclarar!!
Pero me quedó eso de que se llama The Boys, pero en realidad se llama Drown. Me recordó a la misteriosa convivencia de una de las novelas más famosas del siglo XX con DOS títulos difrentes: El Guardián en el Centeno y El Cazador Oculto, las "dos" escritas por Salinger.

Me reí al respecto en este post:http://hernangalli.blogspot.com/2008/03/la-caza-de-un-ttulo.html

¿Está bien citar el post de uno en el blog de otro? Preguntonta, nomás.

GUIA POCKETBLOG dijo...

Hola Martin, como estas? que bronca!! te escribi un comentario 10 pts enorme y tuve problemas para mandarlo.

Bueno arranco desde 0.

...primero te quiero confesar que me enganche con tu escritura e blog hace tiempo ya....

Te quiero contar como!!

Sos la primera persona que lleva a la realidad una descripcion del fenomeno Pity. No encontre en ningun lado un relato tan honesto al respecto como el que publicaste hace tiempo ya, no existen iguales!! el pity hace ruido, los medios cierran ojos y facturan, aplauden como ganzos; la gente no entiende y lo aman o lo odian, siempre con euforia sin importar el lado. Nadie se preocupa por el. Creo que el inconciente argentino ya tiene asumido que es el nuevo Prodan, la famosa muerte anunciada y nadie hace nada para pararlo.

Bueno, de nuevo, me fui de tema.

En realidad, como se que sos un gran amante de la lectura, te queria proponer que me recomiendes un libro. Mira que voy directo a comprarlo eh, sin escalas!!. Te estoy dando todo el poder sobre influenciarme. Se que este es un post sobre el tema, que ya me estas recomendando, pero quiero ir mas aya. El ultimo que lei fue "Big Sur" de Jack Kerouac, muy desconsolador...delirium tremens!!

Bueno, despues tambien te queria decir que me gustaria que veas la revista en la cual toy metido. No se como hacer para mandartela, pero te cuento igual. Es colectiva y se monta junto a usuarios e artistas de blog, flog, youtube, myspace, etc. No te cuento mas pq no quiero q parezca un autobombo, pero si te intriga podes leer una nota que subieron ayer a proyecto under (www.proyectounder.com). Tiene muchos errores de redaccion, pero bueno lo hicieron con buena onda.

Bueno eso es todo, estamos en contacto!! y espero q estes escuchando a Dylan.

Un abrazo.

Pablo de la .gpb

pd: no me jodas con las tildes, simplemente es escribir a la velocidad de la luz!!! jeje

Mastronardi dijo...

creo fervientemente en que si uno busca, todos los días descubre, o quiere leer, a un nuevo autor. hoy no es la excepción.

hernán, El cazador oculto es la traducción, creo, de Sudamericana (o Alianza); El guardián... de Edhasa. En inglés es Catcher in the rye, y no hay otro nombre.

Con Salinger pasa lo mismo en los Nueve cuentos; Un día perfecto para el pez banana; Un día perfecto para el pez plátano. Plátano en Edhasa; banana en Alianza.

jorge chiesa dijo...

Si a propósito de Felisberto Hernandez, dije que había comprado un libro del uruguayo a $ 8, reconozco que, más que por ser fiel a la verdad, lo dije para despertar envidia. Pero entonces me entero de que conseguiste Los Boys a $ 4 y mi sensación de falsa superioridad se diluye, ¡ah! mejor ni hablemos de la condición efímera de la felicidad. En una sociedad donde hay un pequeño sector (¿serán los que mandan?) que compite por ver quien tiene la mejor 4 x 4 (sigamos con el mismo guarismo) no me parece mal competir (pongamos mensualmente para no fundirnos) por ver quien consigue un buen libro (serían difícil ponernos de acuerdo sobre el mejor) lo más barato posible. Así las cosas, diría que en lo que va del mes llevás las de ganar. Siguiendo con algo que no tiene nada que ver pero me quedó, el otro día creo que mencionaste la cantidad de libros que uno lee mal o, por lo menos, una buena parte de su sentido se nos escapa. Me pasa todo el tiempo. Me pasaba con un cuento de Onetti que confieso, con un whisky encima, todavía me sigue haciendo llorar: Un sueño realizado. Hará como un año leí una frase de un poema de Casas:..la dicha se engendra en el corazón de lo trivial. Y aunque no sé qué cosa es una epifanía, fue como una epifanía. La clave del cuento en esa frase. Creo que me fui a la mierda con la extensión del comentario pero quería relacionar lo último y lo primero con la sensación de encontrar libros inhallables por casi nada.

GUIA POCKETBLOG dijo...

Gracias Martin, sabio consejo...uno encuentra su propio destino. Voy a dejarme llevar y ver en manos de quien caigo.

Como venís con la discográfia de Dylan?

Hernán Galli dijo...

Mastronardi: Primero debo decirte que hubiera querido llamar mi blog así, mastronardi, porque siempre me quedó ese misterioso amigo de Borges que sigo creyendoq ue no existe, aunque sí lo hace. Vi dos o tres fotos, nada más. Y si no me equivoco, Los simuladores usaron el nombre mastronardi en un capítulo. Segundo, Lo de pez plátano o banana, es entendible, cualquiera entiende que son sinónimos aunque no lo sean en lo profundo. Ahora, lo de los títulos en español es inconcebible. Yo sinceramente creo que es un caso único de estupidez editorial, obvio. Y encima con esa novela. El Guardían en el Centeno es el único nombre que debería corresponder. Saludos!!!!!

Giorgo Iglesia: La frase también podría ser: "la dicha se engendra en el corazón de lo tribal" Claro, no es lo mismo, pero a Casas no le molestaría.

De Onetti. a mí me mató Esbjerg en la costa.

Acá se puede leer:
[url]http://www.onetti.net/es/cuentos/esbjerg_en_la_costaz[/url]

Y el que decís vos también acá:
http://www.onetti.net/es/cuentos/un_sueno_realizado

Martín Zariello dijo...

GPB: Pará, todavía no te recomendé nada, je! Igual es muy difícil así que me abstengo, te puedo decir, eso sí, libros que a mí me gustan: Juan Raro, Eisejuaz, Zama, La isla de Cemento, Diario de la guerra del cerdo, Otras Inquisiciones, Bestiario, Facundo, Rock Springs, Los lemmings, Los boys, Los cachorros, etc, etc.


Hernán Gaulli: en cuanto a lo que decís de Piglia en el post anterior: es muy raro porque, justamente Piglia, quien quería que se lo reconozca como escritor, a menudo, por sus antagonistas (Aira, por ejemplo,si no me equivoco) es tachado de mero profesor de Letras, jaja.

Saludos a todos, viva la pepa!

Anónimo dijo...

Casas habla de junot en un ensayo genial de los bonsai (el de caicedo), yo lo busqué y lo conseguí a dos sopes!!!

Hernán Galli dijo...

Martín, sí, justo léi lo que escribio "derian", y le contesté. Estuvo muy bien derian cuando me puso "Si no quiso ser escritor está perfecto, porque es un crítico notable." Lo que dijo Piglia es que como el quiso ser escritor, no estudió letras. Es decir, es escritor! Mi punto es que ser licenciado en letras no significa títulod e escritor, no es el camino para escribir. Digo, puede o no serlo, pero es falso si se cree que existe algo así como "la carrera del escritor" La carrera de Letras tiene muchísimo que ver con la pasión y poco que ver con la utilidad, y está buenísimo que sea así. Lo que es inconcebible es que se maneje la arrogancia por haber leído más o menos autores. Quiza´s sea una cuestión de edad, pero de lo que estoy seguro es de que si alguien quiere ser escritor y "en consecuencia" estudia letras, le está pifiando, ambas elecciones no tiene una conexión necesaria en lo más mínimo. Saer, como crítico, para mí, es aburridísimo. Borges es la gloria. Cortázar ni fu ni fa. O sea que al revés tampoco funciona, ser escritor no es condición neccesaria para ser crítico. Menos para investigación o ensayos. Piglia es un crítico genial, un porfesor inmenso de Letras, y un escritor modesto, no me va ni me viene.
Bueno basta!!!

Saludos y lo digo con la mejor!!

jorge chiesa dijo...

Hernán, voy a leer ese cuento que me decís y respecto de la frase, no esta nada mal, cuántas cosas pueden surgir de una frase deformada! Un día perfecto para el pez... de salinger, de lo mejor. Rock Springs, el cuento del ladrón de autos, también. Saludos.

jorge chiesa dijo...

Che, anónimo, donde lo consguiste a dos pesos?

Martín Zariello dijo...

Lo que yo me pregunto es quién dijo o quién cree que Letras es una carrera que forma escritores? Ja, ja. No entiendo bien de dónde salió la polémica de Gaulli.
Anónimo: una de las razones por las que Los Boys me gustó es porque me hizo acordar un poco a Los lemmings, creo que pueden considerarse libros hermanos o algo así. Recuerdo el ensayo sobre Caicedo pero lo de Díaz se me pasó porque hasta que no lo nombró Varas yo ni sabía quién era.
Chiesa: no sé dónde vivirás pero si sos de mdp te recomiendo ir a ese local donde yo lo compré a 4 pesos, había como 20! Queda en San Martín entre Córdoba y Santiago (o antes, no me acuerdo). Te vas a dar cuenta por los carteles que anuncían el cierre.

Saludos!

Hernán Galli dijo...

Che, es verdad, ni yo lo sé. Me parece que tomé eso que escribió derian sobre los que leyeron a hernández o no, y se desparramó por ahí. Pero lo mejro del caso es que me llamo Galli, aunque Gaulli, me suena a que se debe pronunciar "goli o golí", es decir, con una vocal lo "desitalianizaste" y lo "galificaste" jajajaja Está bieeeeeennn.
Ahora cuando veo noticias sobre Mar del Plata pienso en este blog!!!!!
Y hablando de librerías, hay dos librerías en Bariloche que para mí son super misteriosas. Tienen libros mooouy difícil de conseguir a precios accesibles. Hay cosas de Leon Bloy, de Hernández, ediciones antiguas. LAs de Boprges de emecé están todas. Cuando voy a Bariloche siempre paso. Una está dentro de la galería donde está Aerolíneas Argentinas.

Saludos!!!!

Anónimo dijo...

Parece que mrs Kaspar houses va unos segundos adelante nuestro!!