lunes, 28 de julio de 2008

Una época implacable

Comencemos al revés, es decir, por las conclusiones: los únicos que no creen en la existencia de la Derecha son los derechistas, los únicos que creen en la existencia de la Izquierda son los izquierdistas. En estos días de abundante institucionalidad y compromiso cívico de la ciudadanía toda, es muy frecuente captar en la pantalla del televisor un sinnúmero de analistas políticos, sociólogos y consultores haciendo su actividad favorita: leña del árbol caído. El árbol caído, en este caso, es la errática conducción K (no sé si habrán advertido que absolutamente todo el país sabe qué y cómo hacer para salir de la “crisis” menos la tirana Christine). Una de las necedades que la mayoría de los críticos del gobierno encuentran en él es el tratamiento de la economía (lo que los mueve no es, como vemos, la originalidad). Más allá de los números falseados del INDEC, los Ministros fugaces (Losteau), corruptos (Miceli) o invisibles (Fernández, Carlos) y el derrotero “borderline” (Noticias dixit) de ese muchacho peronista llamado Moreno, los cañones apuntan a que los K tiñen su política económica de “ideología”. Y la ideología de los K (anacrónica, en el idioma de los sabios, “de los 70’”) no concuerda con las coordenadas del mundo (que ahora parece que, exceptuando a la Argentina, progresa a todo vapor). El mejor ejemplo de lo contrario, según la “inteligentzia” argentina económica-político-social (el arco temático que maneja este grupo suficiente es inabarcable) es la administración de Lula en Brasil que, originalmente obrero, se desentiende de ridículas ideologías añejas y robustece el Mercado interno instando a la exportación, la fabulosa exportación (preferentemente, del sector agropecuario, aquí escarmentado por las autoridades mas no por el humilde pueblo de Palermo). Digresión 1): Quienes critican al gobierno la ideologización de la economía suelen ser aquellos que se mofan de quienes todavía hoy (¡en pleno Siglo XXI!) hablan de la existencia de la Derecha; Digresión 2): Quienes critican al gobierno la ideologización de la economía afirman, de este modo, que el elemento ideológico es nocivo para cualquier economía, como si quienes no prefiguran aumentar retenciones a 935 productores que poseen 35 millones de hectáreas, por ejemplo, no tuviesen una ideología marcada (y harto anacrónica, en el idioma de los no-sabios, “del Siglo XIX”); Digresión 3) Una de las características intrínsecas de la derecha es, justamente, la necesidad urgente por suprimir cualquier ideología radicalizada excepto, claro, la propia; Digresión 4) Quienes critican al Gobierno su postura económica-política anacrónica caen en una contradicción: en primer lugar, se suele decir desde estos ámbitos que el gobierno recrea una especie de socialismo que no es más que una parodia para la gilada (algo en lo que coincido en un 78 por ciento), sin embargo, si la práctica política y social tiene como referencia los 70’ y actúa en consecuencia: ¿dónde está la farsa? Digresión 5): Digresión que no es más que una pregunta: ¿por qué el argentino medio no puede aceptar que Brasil “nos pase el trapo” (desde hace unos meses es increíble la cantidad de argentinos que miran a uno a los ojos para espetar, solemnes: “Brasil nos pasó el trapo” como si dijesen: “Estalló la guerra nuclear”) cuando, desde siempre (y en todos los aspectos) Brasil, efectiva y entendiblemente dada su naturaleza, su idiosincrasia, su exuberancia territorial, nos pasó el reverendo trapo?

¿Pero qué tiene que ver todo esto con que la Derecha existe y la Izquierda no?, se preguntará el angustiado lector (a quien le dimos el merecido descanso del punto y aparte para recuperar fuerzas luego de la terrible noticia de que “Brasil nos pasó el trapo”). Actualmente (y como siempre), el debate de fondo de nuestro país reboza de ideología. Sólo hace falta ver quienes niegan la existencia de una pugna ideológica para aseverar que ésta existe: Rosendo Fraga, Jorge Asís, Mariano Grondona, Elisa Carrió, Mauricio Macri, Abel Posee, Marcos Aguinis. Y está bien que así sea: pretender que ellos admitan la existencia de un debate de imaginarios sociales sería tan inocente como escribir una novela policial clásica en la que la primera línea de diálogo del mayordomo fuese: “Buenas tardes, yo soy el asesino”. Lo que ellos quieren pasar como un enfrentamiento entre “pluralidad” y “autoritarismo”, no es más que un clásico del barrio de la Humanidad (actualmente muy mal visto): Derecha vs. Izquierda. Pero, he aquí un grave problema para que el partido se ponga en marcha: mientras los derechistas están representados a la perfección por un cúmulo de jugadores de toda la cancha y actores reconocibles (Sociedad Rural, clase media-alta caceroleando, pasteurización ideológica estilo Cleto, La Nación), lo que vendría a ser la Izquierda naufraga en un ambiguo líder descentrado (Kirchner), un referente social caricaturesco (D’Elía), un patotero (Moreno) y un aparato sindical de pesadilla (Moyano). A través de esta puesta en escena de una polarización maniquea en la que uno de los dos polos falla, se podría pensar que los términos utilizados (derecha e izquierda) ya no existen, pero, sin embargo, el actor derechista sigue viendo en este grupo paródico una representación de la Izquierda y, por lo tanto, actúa en confrontación (es decir, con posturas cínicas, con mensajes conservadores, con contorsiones reaccionarias). Se enfrentan a efigies que les recuerdan malos tiempos (es decir, “los 70”), no traman un Golpe (como vociferaron los intelectuales K), pero responden a tendencias fascistas. Y es entendible: aún demagógico, aún oscilante, éste y no otro Gobierno, declaró la nulidad de las leyes de Obediencia debida y Punto Final. Por lo tanto: puede que la relativización posmo sobre el significado de Izquierda sea cierta (basta advertir las posturas agresivas de Quebracho o pronunciar “Fidel Castro” para comprobarlo), pero la Derecha sigue vivita y coleando. Yo los vi. El mejor ejemplo es el discurso que ofreció Benjamín Menéndez antes de ser condenado a Cadena Perpetua, correlato “literario” de la frase que maquilló el cartel emblemático de los cacerolazos: “Basta de montoneros resentidos”. La izquierda, como tal, no podría aliarse al Gobierno (corrupto, farsante) ni al “campo” (sector naturalmente reacio al cambio político), sin embargo, las dos asociaciones sucedieron. Entonces, ¿dónde está la Izquierda?, ¿en un blogger sedentario y pedante que escribe desde su casa tomando coca cola, en los discursos utópicos de un viejo tío borracho que militó en la gloriosa JP, en los debates de un grupo de individuos bienpensante en un Café, en un panfleto gastado de la Universidad Nacional? Algo así. La Izquierda vendría a ser todo aquello que queremos que haga un gobierno y, por una confluencia de factores, nunca se llevará a cabo globalmente: igualdad social, solidaridad, fraternidad, libertad. ¿Por qué la sociedad gira incansablemente a la derecha? Porque el mundo es pragmático: casi nadie vota pensando en un libro de dialéctica social, sino en su propio bolsillo. No me atrevo a afirmar que esté mal que eso ocurra. El corolario es atroz pero no menos realista: la derecha siempre ha hecho mejor los deberes y pocas veces ha defraudado a su electorado. Avanzará la comunicación, la mente humana, la informática, la telefonía celular y las exportaciones, pero en Bosnia hay gente que sigue defendiendo al genocida Karadzic que, hace una década (una milésima de segundo en el rumbo de la Historia), se cargó a 8000 musulmanes. “Se cierne ahora sobre el mundo una época implacable. Nosotros la forjamos, nosotros que ya somos sus víctimas”. ¿Benjamín Menéndez? No, el nazi Otto Dietrich zur Linde, de “Deutsches Réquiem” (el fabuloso cuento de Borges), quien afirmaba que, a pesar de la destrucción de Alemania, el nazismo había triunfado porque a través de su ejercicio había impuesto en el mundo un régimen de violencia. Creo que ese proceso llega a nuestros días. Y sálvese quien pueda.

2 comentarios:

Quinientos Once dijo...

Respecto a Benjamin Menendez, otro ejemplo de la intelectualidad veleta y confusa:

http://www.criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=8662

Por ahí mencionabas a Quebracho, una agrupación que no tiene nigun militante visible, ni locales donde se reunan, ni pone carteles, pero que siempre aparece cuando -por algún osucro fin- se necesita desacreditar a la nunca del todo desacreditada izquierda nacional:
Quebracho quema una estación de trenes en Haedo en noviembre del 2005, cuando los medios ya empiezan a avisar de las "represalias" de la izquierda a la presencia de bush (lo raro es que sólo se repudió la presencia). Dos días más tarde, Quebracho roba 15 docenas de alfajores havanna en un local de la avenida colón, en evidente repudio a la cumbre de las americas. En 2007, incendia inexplicablemente varios locales en avenida de mayo, en buenos aires. Después, hace unos días, le pega una paliza a los militantes del PO (cumpliendo el sueño de muchos universitarios reaccionarios), mientras se ponía la atención en las reacciones de la izquierda respecto al conflicto del campo...
El interrogante es: ¿Quebracho no será de la SIDE?

Perdón por la digresión.
Saludos

Anónimo dijo...

Derecha, Izquierda, son todos una mierda !
Ya no recuerdo en cual manifestación cantabamos eso. Tal vez fué en la Ley de educación superior?...anda a saber.
Te vengo siguiendo hace rato, estimado Corvino. La ausencia de una izquierda válida te tiene muy traumado, según parece.
Pero no atinas a dar en la tecla del aútentico problema politico argentino: el peronismo.
Un movimiento tan extenso en el que conviven Saadi, Menem, Duhalde, Lopez Rega, Perón ,Firmenich, Kirchner, Scioli, D´Elia y siguen las firmas...
Quiero decir, que posibilidades reales de formar un partido que acceda al poder desde derecha o izquierda hay sin transar con el peronismo?.
Ninguna, mi estimado Corvino.
Macri lo sabe y por algo no fustigo tanto como podria haberlo hecho. Sabe, como todos sabemos, que esta ola de peronismo de izquierda será barrida por una nueva ola de peronismo de derecha o centroderecha. Y Macri no se quiere perder esa oportunidad. Macri aspira a ser el candidato peronista por sobre Reuteman.
No hay manera de que Carrio o Cleto accedan al gobierno a menos que se arriesguen a otra Alianza, cuyos resultados ya todos conocemos.
Deci y patalea todo lo que quieras , pero a estos peronistas les sucederan otros no menos peronistas pero de signo cambiado.
Y eso te lo dejo como pregunta.
Es bueno o es una autentica desgracia para el país ?.

Nota: donde decis debate derecha-izquierda debería leerse "interna peronista".