lunes, 4 de agosto de 2008

CRÍTICA

Cansado del ya axiomático torrente Anti-K de Perfil, este domingo (seducido especialmente por un extraordinario reportaje a Luis Alberto Spinetta de la revista C) decidí adquirir Crítica de la Argentina, el diario de Jorge Lanata. Había comprado el periódico algunos meses atrás, cuando apenas salió y la primera impresión que tuve fue francamente negativa: me pareció un diario estereotipado (las espaldas de su director, esté uno de acuerdo o no con lo que profesa, entusiasmaban), que prometía mucho a través de las formas (las tapas suelen ser graciosas) y en el contenido se quedaba a mitad de camino. En fin, un híbrido catastrófico entre el espíritu sui generis de Página 12 y el prototipo de diario impersonal y aburrido de La Prensa. En aquel momento pensé que se trataba de un material periodístico en proceso de identidad que, con los días, forjaría su propio estilo. La verdad es que hoy, con 154 números de carga, el diario sigue siendo igual de vago. “Vago” en todas las acepciones del término: es casi inaudito que un diario que concentra su arsenal en el tema político, luego de un día eminentemente político (conferencia de Christine e inauguración de la Rural con encendido discurso de Miguens), sólo posea una columna de opinión sobre lo ocurrido y mayoría de textos sin firma. La nota “Secretos de una decisión inédita” se encarga de describir el “detrás de escena” de la conferencia, pero los datos que apunta fueron recogidos por todos los medios televisivos con anticipación (Kirchner se oponía, Massa fue el instigador). Incluso el lector medio los pudo haber advertido con facilidad. Si tenemos en cuenta el grandilocuente nombre del diario, el análisis discursivo sobre las respuestas de la presidente (englobado en la nota denominada “Cristina está segura de que hizo todo bien”) es endeble: notar que CFK “tomó los micrófonos primero un tanto nerviosa” y criticar que acusó a los medios “de construir una realidad que muchas veces no se corresponde con lo que realmente ocurre” (“según su entender”, se agrega de inmediato, como si la sociedad fuera estúpida y no hubiese asistido impávida al vergonzoso papel de los medios durante el conflicto) no son referencias que pasaran a la historia. “Incongruencia oficial. ¿Verdadero o falso?” repasa algunas contradicciones entre los dichos de Christine y los hechos del Gobierno, contiene algunos datos clave (sobre los fondos para pagar el Tren Bala y los actos) y otros desechables (la verdadera fecha de la última conferencia de prensa, la ambigua desmitificación de que Christine nunca firmó un Decreto de Necesidad y Urgencia: “Estéticamente, ese decreto no es un DNU, pero lo es en su contenido”). Sobre las diatribas de la oposición y el campo hacia la presidente el análisis es prácticamente nulo (no hay cuestionamientos sobre la estatura ética de los políticos que se enfrentan al Gobierno o el carácter conservador que históricamente ha movido los resortes ideológicos de la Rural; nadie se pregunta si la unificación del “campo” a través de La Mesa de Enlace no terminará borrando las diferencias entre los pequeños y los grandes productores). El pasaje “Jornada festiva en Palermo. Cleto fue el más mimado de la Rural” acentúa la mirada harto piadosa que los medios (poco inocentes) han preferido otorgarle este año al evento de los productores agropecuarios, cuna ancestral de pensamientos reaccionarios y nacionalismos exacerbados. Martín Caparrós, en “Chistes”, su Columna de Opinión, recrea la conferencia de prensa de Christine con ironía (o lo que él considera ironía, es decir: repasar hechos desde una perspectiva arrogante y fría, como si todos los que lo leen la tuviesen “re clara” y entendieran “de qué estamos hablando”; esta última frase debe ser pronunciada moviendo la cabeza en modo afirmativo). Se hace hincapié en la estrategia del “mal de muchos” que utilizó la presidente para desentenderse de problemas puntuales y la poca efectividad de sus chistes. El resultado es una columna insustancial, en la que Caparrós (como hizo con el discurso de Benjamín Menéndez, donde se notó, más allá de que los montoneros efectivamente no propulsaban la democracia, el gesto provocador innecesario: “Vean como yo, ex montonero, puedo estar de acuerdo con algo que dijo un represor”) exacerba su papel de “enfant terrible” y hace gala, una vez más, de una altivez francamente insoportable, construida a partir de pasajes como el siguiente:

“-Siga compitiendo.
Le dijo, cuando la frase clásica es “siga participando”: participar y competir son dos ideas muy distintas, aunque algunos a veces las confundan”.

La forma de leer las columnas de Caparrós no puede separarse de la foto del autor que las acompaña: de este modo, uno debe leer cada uno de los párrafos (ciertamente inofensivos: ¿alguien duda de la utilización desmedida de los derechos humanos por parte de los K, de la impresión de que a través de la 125 más que distribuir el ingreso se quería sancionar un impuesto?) y luego, al instante, mirar la foto con el gesto de Caparrós para convencerse de que acabamos de leer un texto que resplandece de trascendencia y subvierte enormemente las pautas periodísticas estándares. El resto del diario oscila entre algunas notas relevantes (por ejemplo, un reportaje a Cobos donde, por otro lado, se lo enaltece acusándolo de “sincericidio”), segmentos especializados breves que se quedan a mitad de camino (deportes, cultura) y espacios prescindibles o ambivalentes (las viñetas de humor son flojas; se hace referencia a la Semana de la lactancia matizando con la fotografía de una madre amamantando a su bebé mientras en el interior de la nota se advierte sobre las mujeres que “son acosadas por campañas y miradas” durante la lactancia). En conclusión, pareciera ser que la Crítica de la Argentina se conforma con repetir formulismos básicos (que lo ubican incluso por debajo de La Nación o Perfil o Página 12, que, más allá de sus implicancias ideológicas, siempre traen algo interesante para leer) y sumarse al morbo nacional reproduciendo en tapa la cara del asesino de la familia Mansilla. Frecuentemente en contra de las medidas gubernamentales, el diario no logra posicionarse: por absurdas inoperancias, no es una tribuna de confrontación lapidaria (al estilo Perfil o La Nación) ni tampoco erige un necesario punto de vista ajeno a los K y los Anti-K (sus críticas a la oposición son nimias). En esa zona indeterminada, entonces, se desarrolla la ostentosa Crítica de la Argentina. Sayonara.

8 comentarios:

Hernán Galli dijo...

Exaxctamente lo que pienso yo de ese diario. Yo le tuve más fe al principio, por el hecho de que me banco a Lanata y su estado de animal periodístico, con gran humor, y con una soberbia que es simpática.

Desde ekl conflicto del campo, se puso en contra del gobierno sin medias tintas. Y les da palos a lo loco. Cosa que no está mal si esos palos no terminaran ahogando al impresentable movimiento que encabezaba Miguens y cía. En otros tiempos, Lanata los hubiera destrozado a los de la Sociedad Rural. Se hubiera cagado en las viejas de Santa FE y Callao. No sé por qué, sólo ve las (reales) falencias del gobierno. Digo, a La NAción no le pediría jama´s ecuanimidad. PEro a Lanata...
Si tuviera un diario, además de hacer notar las barbaridades de este gobierno, hubiera publicado el turbiio pasado de la Soc Rural, su histórica cultura retrógrada, su xenofobia y su discriminación. ¿Eso no ameritaba estar en primera plana como lo del Gobierno?

En cuanto a Caparrós. Lo únicoq ue escribió Caparrós fue los tres volúmenes con Anguita (que están buenísimos) y La vida Urgente de Soledad Rosa, la investigación sobre la chica okupa que se suicidó. Todo el resto es descartable y no suma nada. Deberái pedir disculpas por ganar el premio Planeta por esa basofia llamada "Valfierno", que es realmente una porquería. Sinceramente, Caparrós me parece detestable por su soberbia adolescente y su estado de intelectual continuo. Recuerdo en Dia D, cunado hablaba y no podía evitar mirarse en el monitor todo el tiempo.
Por qué Caparrós es conocido? Bueno, Asís es conocido también, ¿no?

Buen post!
Saludos!

Anónimo dijo...

Lanata y su tropa de vendehumos transeros y demagogos me dan asquito.

Salut Corvino y buona fortuna.

Anónimo dijo...

Bastante de acuerdo: a esta altura de la soireé, nadie compra un diario para informarse de los hechos, con todas las comillas posibles, "crudos" (TV, radio, Internet llegan siempre mucho antes) sino buscando análisis, cosa que el diario, la verdad, tiene poco y nada. Para ver una columna de opinión durante el conflicto con el ruralismo hubo que esperar como hasta el 25-26 de marzo, dos semanas después de comenzado. Coincido en que, en ese sentido, Perfil, Página y La Nación le sacan mucha ventaja: yo a veces no puedo creer las cosas que escribe Verbitsky los domingos, pero lo sigo leyendo porque es un referencia importante (y además escribe muy bien, muy por encima del promedio). Lo mismo Morales Solá, con todo lo indigerible que es. (Grondona no, ya es too much). Bueno, en Critica no hay nada de eso.
Creo que Lanata parece asumir (por convicción o para atraer al lector antiK) que basta con ser opositor a un gobierno para sacar chapa de independiente. Bueno, no es así: tranquilamente podés ser, como Huergo, el de Clarín Rural, un tipo opuesto a las políticas gubernamentales y ser a la vez un mandandero de Monsanto, por no hablar de los intereses del propio Clarin en esa feria rural que organiza junto con La Nacion (Expoagro o algo así).
Igual es uno de los diarios que ojeo por Internet, junto con La Nación, Clarín y Página. Perfil me hartó: es el house organ del lilitismo.

David dijo...

Ho-ho-ho... Por qué decimos Santa fé y callao?? caralho, entiendo el comentario, pero esa idea conservadora y ese discurso repugnante de recoleta, belgrano, palermo viejo y bla,bla,bla está en todas partes, en lijo lópez y ortega y gasset; en buenos aires y san lorenzo, en la calle winter 457 de Junin, en calle 11 nº 1615 de la ciudad de La Plata... And then, and then.
Qué nos falta para convencernos de que somos un país facho? nadie se puso a hablar con un policia? desde los nuevos que están en las escuelas hasta los panzones de siempre manejan un discurso exterminador. Y no sólo con policias, la mayoría de la gente de este país manifiesta a veces una falta de rigor de las autoridades, pide botas o mano dura, dicen "cuando estaban los militares esto no pasaba".
No seguí mucho la linea del posteo, Lanata me chupa un huevo, él y todos los michael moore. Entre tantas ironías perdió su línea. Alguien soporta un medio gráfico?? no sé, podrías comprar Clarin por las fotos de Bresson, comprar el popular por la foto de santoro y así ir aprovechando todo aquel material coleccionable que ellos brindan, cómo los discos de la DECADENTE rolling stone; de ahí a leer toda la mierda garabateada, no, gracias.
Saludos.

Anónimo dijo...

Corvino, creo que tal vez deverías volver a las bases, y terminar con los post políticos que no están dando mucho resultado. Solo una sugerencia, habla de futbol, literatura, lo de antes.
PD: La monada quiere un post sobre el héroe caído del club de Nuñez-

Abrazo

Hernán Galli dijo...

Anónimo:

Creo que tal vez de"b"erías atender a ciertas rigurosidades ortográficas

Dr Fernet:
Te autocontestás. Santa Fe y Callao es un símbolo, una extrapolación, un esteorotipo. Por caso, en Santa Fe y Callao vive un amigo mío muy copado que toca en Notorious. Es claro que está en todas partes.

David dijo...

notorius???... king crimson? Pearl Jam? dave matthews? palo pandolfo? In vitro? Mud Honey? Pat metheny? what the fuck?
Acaso en este blog hay dos administradores?
Que se hable de todo aquí!! celebremos la política, el deporte, la música, las tetas de mi vecina y los granos de aquel adolescente!
A caparrós le di la mano derecha, andaba el hombre en su impecable vestimenta negra y bien acompañado de una mujer veinte años menor que él, por lo menos. No sé por qué lo hice, supongo que le guardo un cariño extraño porque entrevistó a Cortázar.
Bueno, voy a parar de autocontestarme...

Martín Zariello dijo...

Los posts políticos no están dando resultados? Ja, ja. Gracias al departamento de marketing de Ilcorvino. Lo único que tengo que decir sobre fútbol es que soy de Emiratos Árabes (al no conocer el equipo al que va Ortega directamente cambio de nacionalidad). Coincido con todos (con Dr. Fernet en el hecho de que somos fachos más allá de cierta esquina de Porteñolandia, etc.), personalmente compro o veo los diarios por internet para ver de qué forma cada cual atiende su juego. Saludos!