miércoles, 29 de octubre de 2008

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“¡Ahí viene!”. “¿Quién es?”. “Es él, el Espíritu Ganador de los campeones del 86”. Si de Bianchi se podía esperar cierto pragmatismo estático tendiente al éxito (aunque sea en sus acepciones boqueases y velezanas) y de Russo, sobriedad y trabajo (o la seguridad de que nunca el inodoro iba a estar en el medio de la cocina), de la (in)flamante Selección de Diego Armando también sabemos exactamente qué podemos esperar: absolutamente todo. Desde ganar el Mundial de cabo a rabo con actuaciones superlativas a no clasificar a Sudáfrica. Es que a excepción de que se peleaba mucho con los árbitros y cantaba canciones que irritaban a Hadad (que años después lo invitó a pasear en su inservible helicóptero; a no ser que se utilice para tirar gente al río), de Maradona técnico no se sabe nada. Incluso los dos equipos que dirigió desaparecieron o dejaron de existir por algún tiempo. Aunque el Cholo Simeone no lo sepa. El difuso cargo otorgado a Bilardo, que hasta ayer se desempeñaba como funcionario de Daniel Scioli, acentúa la imprecisión y desprolijidad del nombramiento. También se mencionan una serie de jugadores compañeros de Maradona en el 86’ (representantes del supuesto espíritu perdido) para rodear al 10 no se sabe muy bien para qué. Es claro que si Grondona estuviera seguro de que Maradona posee la disciplina necesaria para hacerse cargo del equipo no habría rellenado sus alrededores con tantas personalidades (además de Bilardo, se habla de Troglio, Brown, Olarticochea y Batistuta), especies de tutores responsables en caso de que Diegote sufra algún desperfecto (la hipocresía general teme que se vuelva a drogar, como si la única droga fuese la cocaína, como si el único argentino con una adicción y un trabajo fuera Maradona). Tal vez con demasiada carga negativa (voy a ver si consigo un ejemplar de Combustible Editorial, perdón, de Combustible Espiritual), este rejunte de grandes valores del pasado me huele a alguna de esas reuniones decadentes a las que son tan afectas las bandas de rock. La cuestión es que diez o veinte años después, el baterista suele estar enfermo, el guitarrista no afina, el bajista se murió y el cantante ya no tiene voz. Sino pregúntenle a los que fueron a ver a Serú Girán en el 92’. En el fútbol no se puede asegurar que haya periodos de vida útil (más allá de los límites de edad para jugar), pero, sin embargo, en el caso concreto, estamos hablando de dos figuras que han perdido peso a través de los años. A su condición de personalidades del deporte, le sumaron la de payasos o mitos o leyendas o mediáticos, según corresponda. ¿Alguien imaginaba a Bilardo nuevamente cercano a la Selección cuando hacía una comedia bizarra en América TV o una performance cómica en el Monumental o una serie de compras desorbitadas en el olvidable Boca del 96’? Por su parte, Maradona, desde su aparición como conductor de TV (y la explotación visceral de su Ser como estereotipo del macho patriota sufrido), viene haciendo de sí mismo desde hace unos años. El showbol es la máxima expresión de esta dinámica: allí Maradona juega a hacernos creer que todavía es el de de 1988 o 1990. Creo que tal nivel de exposición terminó por cansar, incluso a la gente que (como a cualquier ídolo deportivo que somete la racionabilidad a los territorios de la pasión) le perdonaba cualquier cosa. Sin embargo, la vuelta a las esferas de la Selección no sólo es entendible (parafraseando la frase de la campaña electoral de Clinton, a aquellos que todavía se pregunten por qué Maradona es el técnico, se les podría contestar: “Es Maradona, estúpido”) sino sintomática: es uno más de los eternos retornos del 10 al fútbol argentino, la explicitación puntual del callejón sin salida en que ha caído el balompié local luego de su retiro. Yo fui a uno, en 1993 contra Dinamarca en el Estadio Mundialista. La cancha estaba llena y aunque no tenía la altura suficiente para ver lo que pasaba, creo que fui feliz sintiendo que en el verde césped corría ese gran jugador (¡nacido el mismo día que yo!, siempre conservé un orgullo pueril por tamaña estupidez). Otras dos cosas seguras sobre el hacedor del fútbol argentino en la Selección: polémicas hasta la náusea por la inclusión de Agüero en el equipo y diversión garantizada. Los dejo con algunos fragmentos de su biografía escrita por terceros, Yo soy el Diego de la gente (dedicado, entre otros, a Fidel Castro y Carlos Menem):

Todavía me acuerdo de la primera pelota que quise tocar en mi debut en Boca. Se la tiraron para atrás a Mouzo y yo la bajé a buscar como hacía siempre en Argentinos: Mouzo la revoleó de un patadón y me reventó la espalda...

No había tiempo casi para nada, sólo para hacer las valijas. Pero a cada rato, mientras guardábamos la ropa, nos mirábamos con Pedrito Pasculli y nos gritábamos, agarrándonos de la cabeza:
—¿¿¿¡¡¡Qué haces, guacho campeón del mundo!!!???


En el '89, cuando el Inter salió campeón con el Pelado como figura, me crucé con él en la cancha y le grité, para que se dejara de joder con las giladas del Seleccionado: "¡Ojalá que Bilardo te llame, así te dejas de inventar boludeces!". Lo cierto es que un año después, cuando Bilardo definió el equipo para Italia '90, el Pelado no hacía un gol ni en un arco de veinte metros.

Entonces yo le dije:
—Está bien, Passarella, yo asumo que tomo, está bien...
Alrededor nuestro, un silencio tremendo. Yo seguí:
—Pero acá hay otra cosa: no estuve tomando en este caso... No en este caso, ¡mira vos! Y, además, vos estás mandando al frente a otra gente, a los pibes que estaban conmigo... ¡Y los pibes no tienen nada que ver! ¿entendiste, buchón?


Yo prefiero ser adicto, por doloroso que esto sea, a ventajero o mal amigo. Esto de mal amigo lo digo por la historia que terminó de alejarme de él y terminó también de formar la verdadera imagen de Passarella para los demás: cuando él estaba en Europa, todo el mundo comentaba que se escapaba a Monaco para verse con la esposa de un compañero, de un jugador del Seleccionado argentino... ¡Eso hacía y después lo contaba en el vestuario de la Fiorentina, como una hazaña!

Me tocó el control antidoping, por supuesto, ¿¡cómo no me iba a tocar el control antidoping a mí!? Después marché a la conferencia de prensa, a poner la caripela. Fui irónico, es cierto, pero creo que dije una gran verdad: "El único placer de esta tarde fue descubrir que, gracias a mí, los italianos de Milán dejaron de ser racistas: hoy, por primera vez, apoyaron a los africanos...".

Después de eso, me reuní con Redondo. El, cuando había renunciado la primera vez al Seleccionado por... ¡razones de estudio!, había aparecido en una foto de El Gráfico con los libros debajo del brazo, delante de la facultad. Le dije, le grité: "¡Mira, para mí, los que se meten los libros abajo del brazo y me hacen quedar como un ignorante, son unos hijos de puta, ¿entendés?!". Y él me contestó: Yo no lo hice con ese sentido, discúlpame, Diego, no lo tomes a mal... Y yo seguía: "A mí, la única que puede decirme que soy un ignorante es mi hija, no vos... Vos sos caca para mí".

A Orteguita todos lo creen un boludito, pero yo creo que es muy inteligente. Y no es porque él hable bien de mí... A mí me lo sacaron de la habitación, en aquel grupo, porque en River decían que yo le podía meter en la cabeza algo de... algo de lo que tenía yo, y Orteguita me dijo: Yo me quiero quedar en la pieza con vos. Pero le contesté: "No, no, nene, no... Porque yo me voy mañana y vos tenés que seguir". Lo sacó el tartamudo ese de Alfredo Dávicce, que era el presidente de River, por eso fui y le dije a Basile que estaba todo bien, que lo cambiaran de pieza.. El Burrito, a mí, me habló como un hombre, sabía todos los problemas que tiene Jujuy con la droga, me habló de todo lo profesional que era y también de todo lo profesional que no era porque se le cantaba el culo: un fenómeno, Ortega.

De aquel partido contra Bulgaria me queda una frase de Redondo. Una frase que, cuando yo se la conté a Dalmita, porque Dalmita me preguntaba mucho, nos pusimos a llorar los dos juntos. Fernando me dijo, así, con lágrimas en los ojos: Yo te buscaba, te buscaba en la cancha y no te podía encontrar... Todo el partido te busqué.

Entonces se me vino encima y me empujó. Y cuando me empujó... perdí toda noción, perdí todo. Le di una trompada, ¡pim! Lo tiré a la mierda, cayó así, clavó. Y cuando le iba a pegar de nuevo... no le pude pegar, no le pude pegar. Vino Claudia, vino Marcos, lo agarraron. El seguía gritando: “¡Pégame, por favor pégame!" Le pegué una trompada, sí, y lo dejé concha p'arriba, porque me había empujado, por toda la bronca de una noche llorando, caliente. Pero... hoy me doy cuenta de que cuando se me vino encima, cuando se me vino para que yo le pegara, porque para eso vino, él estaba llorando, llorando. Por eso no lo rematé.

16 comentarios:

Quinientos Once dijo...

Qué vuelvan las concentraciones (?) con merca, putas y guillote! Creo que ante la alarmante falta de carisma de messi, es lo que la selección necesita.

Y feliz cumpleaños por adelantado (yo también cumplo el 30)

Hernán Galli dijo...

Esta noticia me ha vuelto loco de felicidad. Bilardo en la selección, MAradona metiendo fichas, Goyco con los arqueros, troglio dando rebotes. Es la elección menos lógica, y es la que corresponde. Bianchi me chupa un huevo. Bianchi, Basile, Bielsa, las tres "b" boludos fracasados.

No vuelve ni la merca ni las putas, porque Diego en el 86 estaba a pleno, y en el 90 estallaba. Ahora que está pilas de vuelta, vamos aganar la copa del mundo y yo voy a llorar como un chico.

Bilardo, te banco a muerte!!!

caca dijo...

ja ja ja, están todos locos. A quién le pegó el Diego en el último texto.

"Para mi vos sos caca", ja ja ja ja.

La Momia dijo...

se que a los varones les emociona mucho esto de que maradona sea tecnico de la seleccion, pero deben saber que no va a salir bien, me gustaria que salga bien, pero no va a suceder. es un presagio que tengo, nada con tanta expectativa puede salir bien.

Anónimo dijo...

Ah, pero cómo nos vamos a divertir... Dentro de 30 años nos vamos a acordar el tiempo en el que el 10go fue el DT de la selección. O uno de los 72 DT, porque el cuerpo técnico es la lista de los 22 de 1986; creo que sólo faltan Bochini y Passarella.
PS: Kun, ni se te ocurra mandarte una macana con Gianina, eh... De la casa al trabajo y del trabajo a casa.

La Momia dijo...

pasen por www.lamomialoca.blogspot.com que hay un homenaje al natalicio del corvi

David dijo...

Debe ser el primer lugar en el que veo, leo, escucho, presencio que Bianchi es un fracasado... Y bue, gustos son gustos.
Suerte a Maradona, por ende a la Selección, espero que no proliferen los amigotes ahora que el Diego necesita estar un poco más prudente.
Saludos, muy buenos los post anteriores, este también.

La niña santa dijo...

Feliz cumple Corvix!!!

Anónimo dijo...

Felicidades. Con la democracia se come, se cura, se educa y se cumplen años, entonces.

Hernán Galli dijo...

Bianchi fracasó en Europa. Colgó a Boca.


Un buen técnico jamás saca campeón a un mal equipo. Un buen equipo puede salir campeón aunque los dirija Stevie Wonder. Messi y Tevez adentro y el 10 afuera. No hay nada mejor. Ah, me olvidaba, y Bilardo con los videos.

Saludos!

PD: Boludo, podés creer que te imaginaba parecido a tu foto! La momia rompió el misterio (al menos para mí!!!)

Saludos! (2)

caca dijo...

corvina suerte!

Alejo Salem dijo...

Feliz Cumpleaños, Corvino.

Hernan dijo...

es cualquiera pero está bien que sea cualquiera. ¿No estábamos hartos de que se tomara la cuestión de la selección con tanta seriedad? En general,¿no se está un poco cansado de que se hable de deporte con tanta seriedad?, ni los economistas, ni los ingenieros, ni los médicos, ni nadie pone esa cara que ponen los técnicos y perioditas deportivos cuando hablan de su cuestión.

Hernan dijo...

no sé, yo lo relaciono con tener una banda: si te ponés tan quisquilloso y serio seguro no sale nada.

Hernan dijo...

ah!, feliz cumpleaños

Anónimo dijo...

Atrasados saludos.
Felicidades.

Para discrepar quien sino yo.
Lo lamento mucho por Carlos Bianchi, quien lo merecía no menos de diez veces más que Maradona.

Saludos.