viernes, 2 de abril de 2010

¿Nunca te miró un Miguel Abuelo de frente?

Pocos días atrás se cumplió un nuevo aniversario de la muerte de Miguel Abuelo y no tuve mejor idea que entregarme al oportunismo y escuchar un poco más detenidamente su carrera solista.

Y me encontré con Miguel Abuelo Et Nada.

Encontrarse con Et Nada en el panorama histórico del rock argentino equivale a salir al jardín y hallar un platillo volador de dimensiones extraordinarias. ¿De dónde salió? ¿Quién lo trajo?

Et Nada es un disco grabado en Francia en el año 1973 y editado en el 75. La única forma de escucharlo es bajándolo a través de una banda ancha y, créanme, amigos, que este hecho justifica la existencia de Internet.

Como joya oculta prefiero a Miguel Abuelo antes que a Tanguito. No porque Tanguito no fuera un compositor en el que por momentos se atisbe cierta brillantez (“Natural”), sino porque de Tanguito no hay registro alguno que refleje esa mentada genialidad que le endilgan. Yo soy Rámses, el disco recientemente aparecido, es sin dudas su mejor trabajo, pero tampoco echa la luz necesaria para determinar quién era verdaderamente el autor de “Amor de primavera”: alguien que, con tiempo y espacio, habría parido una obra consistente como Moris o Nebbia o uno de esos tipos talentosos pero sin la disciplina necesaria para armar algo de sustento.

De Miguel Abuelo en cambio, se poseen testimonios desaprovechados. Los primeros simples (entre los que se encuentran joyas repletas de originalidad como “Oye Niño” o “¿Nunca te miró una vaca de frente?”) ya preanuncian un artista incomparable. Temas como “Buen día, día”, una larga parrafada de principios de los 80’, de espíritu renacentista en su luminosidad y optimismo, tiene tramos recitados que incluyen frases como:

Buen día, remanso, tempestad, buen día.
Buen día, ruta, muerte, buen día.
Buen día, día.
¡Ey! ¿Y si hubieras contraído compromiso con la muerte?
¿Y si hubieras muerto acaso?
Peleando o creyendo.
¿O intentando escaleras para atrapar las espaldas del cielo?
Hubieras llevado gloria hacia allá
(hacia desde donde ya no se vuelve)
Pero también, hubieras dejado fábula,utopía y polvo
entre mis cofrades mortales.

Se necesita entonces urgentemente una reedición de la carrera solista de Miguel Abuelo, tan dispersa e inasible. La postergada edición de Et Nada lo posicionaría finalmente en el Olimpo del rock en castellano (como sucedió, en el campo de la literatura, con las reediciones de los libros del otrora olvidado Antonio Di Benedetto a través de la editorial Adriana Hidalgo), dándole la razón a Spinetta y Andrés Calamaro, entre otros artistas que elaboran desde siempre la cantinela del mito de su genialidad.

No soy afecto a los rangos vocales. Mis cantantes favoritos son personas que, más que voz, tienen personalidad: John Lennon, Bob Dylan, el último Goyeneche, Spinetta. Con Miguel Abuelo hago una excepción, es de otro mundo: nunca en el rock argentino hubo una voz con tanta musicalidad y expresión. Y además subversivo, porque su garganta, entre las tantas tonalidades que tiene, alcanza un registro femenino. Quien lo escuchara puede pensar, como Edith Piaf de Jacques Brel, que “un hombre no debería cantar canciones así”. En Et Nada esa condición natural de su voz alcanza un nivel inaudito y se realza porque se contrapone constantemente a la dureza de algunas de las músicas.

Es impensable saber lo que puede ocurrir cuando dos personas totalmente opuestas se unen. Pueden terminar muertos (como algunas parejas que tensan el hilo del amor hasta el límite), hermanados para siempre (como esos amigos o amantes que perduran hasta el infinito y más allá), en la nada (como Spinetta y García) o en la Historia (como Herzog y Kinski o Fidel Castro y el Che Guevara o Lennon y McCartney). Et Nada es ejemplo de lo último. El Némesis (musical) de Abuelo era el gran guitarrista Daniel Sbarra (el de Virus), que según las crónicas que pululan por la red, por esa época andaba obsesionado con el sonido de Deep Purple, tendencia contradictoria a la de Abuelo, un juglar bucólico más bien cercano al universo acústico.

El resultado no admite otro calificativo que heterodoxo. Son 7 canciones. Las últimas tres de Sbarra. No son malas (inclusive son muy buenas, especialmente “Octavo Sendero”, no tanto “Señor Carnicero”, que directamente parece un tema de metal al estilo Rata Blanca, 20 años antes, es verdad, pero metal insípido al fin).

En realidad originalmente no fue diagramado como un disco solista sino que se trataba de una banda llamada “Nada” y por problemas contractuales (un clásico en la historia del rock: ¡“los problemas contractuales” que explican cualquier cosa!, nunca escuché que existan problemas contractuales en el bolero) salió como un disco de Miguel Abuelo.

“Anduvo muy bien, increíblemente bien para algo cantado en castellano en Francia. Hicimos una gira por la costa atlántica y la costa mediterránea. íbamos con camiones tremendos, con generadores eléctricos y todo. Tuvimos muy buenas críticas sobre el show. Pero el grupo tenía diferencias internas, Daniel quería hacer una línea Deep Purple y no nos poníamos de acuerdo. En el disco se nota que la guitarra toca en un estilo diferente que el de las canciones. Así que a la larga nos disolvimos”, explica Miguel Abuelo en una declaración.

Paréntesis. Es llamativo como Abuelo siempre se cruza con compañeros que, en su propia banda, quieren seguir otro camino, es casi una maldición y explica lo inestable de su itinerario (me recuerda a esos jugadores de fútbol que nunca pueden deslumbrar del todo porque viven cambiando de club): en la primera formación de Los Abuelos se pelea con Pappo (que sólo quería tocar “blues, blues”) y le deja la banda (¡!). En Nada se cruza con Sbarra y disuelve el grupo (constituido por otros músicos latinoamericanos exiliados). En la formación ochentosa de los Abuelos (la más conocida y exitosa) graba el último disco (Cosas Mías) casi como un solista, porque todos los demás músicos se han ido de la banda. Cierro paréntesis.

Y ahora sólo queda escuchar Et Nada. Sería “baladí” (Borges copyright) explicarlo, es como el amor. Especial énfasis a los primeros cuatro temas con letra y música de Abuelo. Son la absoluta locura. Te sentís embriagado de sentidos aunque estés tomando agua. En primer lugar porque el efecto de extrañamiento es enorme al escuchar a Miguel Abuelo interpretando de tal forma tales músicas. En segundo lugar porque los temas son francamente sensacionales. El primero, “Tirando piedras al río”, empieza con una base heavy obturado por un grito agudo de Abuelo que convierte a Robert Plant en un muchacho simpático. En el medio se suceden espacios progresivos que acompañan una letra cósmico-existencial:

Porque somos instantes en el mundo.
Porque somos amantes en el cielo.
Porque a la distancia nena estas tan aquí.
Porque amarte, amarte es eternidad.

El cenit llega cuando Abuelo repite “Oh Pibe/Pibe/Pibe”, invocación que no se relaciona con el campo semántico del resto de la canción, pero que resulta altamente productiva por su sonoridad. Es imposible no pensar que el mismo año Spinetta grababa Artaud y Nebbia Muerte en la Catedral, otros dos discos avant-garde que hubiesen sido aún más geniales si habrían contado con las condiciones técnicas de Et Nada (el disco fue solventado económicamente por un mecenas millonario y se escucha con una fidelidad sorprendente).

“El largo día de vivir”, es un clásico instantáneo. El aura campestre nos traslada a la cima de una campiña hippie. El coro y los arreglos de vientos matizan la pieza a la perfección. La voz de Abuelo revive a los muertos. “Estoy aquí parado, sentado y acostado” (compuesta a dúo con Pipo Lernoud) es una suite de 10 minutos, un tema de una belleza inapreciable e intraducible (folclore que deja paso a intervalos con ritmos balcánicos y estalla en su estribillo rockero). A la par de “Cantata de puentes amarillos”, con la salvedad ya mencionada de que la grabación es perfecta. “El muelle” es completamente experimental, vendría a ser el “Revolution 9” de Abuelo. Pero ya con esos primeros tres temas Et Nada marca un hito en el rock argentino (cabría preguntarse si pertenece al rock argentino, pero eso ya es otra historia).

No se me ocurre una forma diplomática de cerrar este texto: corra con frenesí a su servidor amigo y bájese Et Nada. Recuerde que, como dijera un amigo de Abuelo, cada minuto es un minuto menos.

Fuentes:

Miguel Et Nada

Hotel Calamaro

Diario La Mañana

15 comentarios:

Anónimo dijo...

“Estoy aquí parado, sentado y acostado” creo que es una de las canciones más geniales que escuché: tiene letra, fuerza y voz.
comparto el fervor.
saludos
luby

Daniel dijo...

En la década el '70 solían pasar este album en un programa de trasnoche llamado "El Tren Fantasma". Una y otra vez escuchaba estos temas en aquel auge del rock surrealista.
No sólo aquí era así. Si lees la letra del famoso tema "Diamond and rust", hasta una cantante de baladas como Joan Baez, incursionaba en la materia.

Muy buen artículo Ilcorvino, de esta gran obra del gran Miguelito.

Cine Braille dijo...

Joya secreta, una lástima que casi no lo conozca nadie. Nunca se editó acá, ni en LP ni en CD: las copias que hay son de la edición francesa. Lo que Miguel canta acá no tiene comparación, los temas son bárbaros, hay letras tremendas... El Muelle a mí me recuerda a Lovecraft, después de esa parte de ruido de lluvia vienen esos versos que ponen la piel de gallina ("el muelle está desierto / y un hombre viene / Se acerca a mí / 'Toma lo que hay en mi mano / pero no mires mi forma externa'"). Y a mí Señor Carnicero me gusta por la letra, sobre todo porque el punto de vista es el de una vaca hablándole al carnicero (?).
Hay versos increíbles ("quizás estas sentado hoy / al borde del suelo / Súbete a él / y comienza a caminar / Ya labrando ojos y pies / camina hasta ese final / Y cuando a ese final llegues / recién allí comenzarás"). Y Pipo La Serpiente es un temazo.
PS: a mí siempre me chocó que, cuando se habla de Los Abuelos de la Nada, todo el mundo remita a los temas de Calamaro, que son lindos temas pop pero al lado de lo que escribía Miguel... Prueben con la letra de Mundos-in-mundos, o Espía de Dios, o No se desesperen.
PS2: gran frase de Miguel: "En este mundo la vida viene de regalo, no se compra en ningún lado".

Cine Braille dijo...

PS: "solamente se arrastra quien / no tiene alas ni pies".

santix dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
santiago segura dijo...

Primero el comentario vigilante:

"otros dos discos avant-garden que hubiesen sido aún más geniales si habrían contado con las condiciones técnicas de Et Nada".

Los versos no serían al revés? Pa que lo corrijas digo. Y sí, va sin la ene, para los tarados como Santix y yo queda feo.

(Este no va).

santiago segura dijo...

Ahora sí, Pipo la serpiente o Estoy aquí... -pongámosle el nombre que sea- está en mi top 20 de canciones de rock argentino. Coincido con mi amiga Luby y los demás.

No sé si considerar a Et Nada un grandioso disco, por un lado es medio un híbrido que no fue planeado como álbum completo y, por otro, tiene algunas joyitas que valen mucho y deberían ser recuperadas y editadas.

De Los Abuelos de Pappo, es una maravilla En la estación.

Miguel es uno de los autores que mejores -y más bellas- reflexiones / frases ha escrito sobre la libertad. No sé si porque se sentía de veras libre o por qué, pero chequéenlo y me dicen.

Daniel dijo...

Este es el link para quien quiera bajarlo:

http://rapidshare.com/files/365425545/MAetN.zip


Para la época, fue una obra más que interesante.
Los sufies que tienen su enclave en la galería de arte Praxis, dicen haberlo financiado. Parece que Miguel hizo trabajo interno con ellos, al menos en esa época.

Arqueck dijo...

Hace poco me tomé el 70 hacia lo de Aven, un amigo. De Retiro hasta Barracas. El 70 te lleva por la Plaza hermosa y después agarra el microcentro absolutamente repleto de pobreza; era un viernes a las 20 hs y el 70% de los que transitaban sacaban cartón, todas las esquinas, esa calle en particular debe ser el núcleo y todo este trayecto lo hice con el "parado sentado o acostado" en su versión de nueve minutos. Desolador.

Martín Zariello dijo...

Le digo Et Nada al disco porque no tengo ganas de escribrir Miguel Abuelo Et Nada y tampoco tengo ganas de decirle Nada (?), así que le digo absurdamente Et Nada.

Abuelo sí que estaba en la avant-gardeN, no?

Inequívoco dijo...

si se cansan del corvino cuando está en su veta políticamente correcta o benigna, y extrañan sus comentarios ácidos y malignos, léanos a nosotros,
saludos

Martín Zariello dijo...

Sigan haciendo autobombo, no problem...

santiago segura dijo...

http://www.fmlatribu.com/shoutcast/index.html

En este preciso momento están por hablar de Miguel Abuelo et Nada con Daniel Sbarra. Si alguno pispea de casualidad...

Anónimo dijo...

me gustaron mucho las frases q selecionaste y lo de las personas opuestas y la muerte ... como que siempre le canta a una hipie bolsonera ! y a los dos q no sabian nadar en la tierra ..

Anónimo dijo...

por que la piscina nunca se termino... en la casa del pre helado