sábado, 15 de mayo de 2010

Vindicación de Marcelo Gallardo

A no ser que haga un gol o la barra brava lo abuchee en demasía provocando un escándalo de proporciones (al estilo Pino Solanas), con la definición latente del Clausura, es probable que pasen desapercibidos los últimos minutos de Marcelo Gallardo con la camiseta de River. Una verdadera pena porque este tipo de jugadores está llamado a retirarse con toda la gloria y en el Club que lo vio nacer. Gallardo es un caso raro dentro del fútbol. Como Ortega, pero sin su carisma. Reconocido a medias por la hinchada, en su último regreso hasta tuvo que soportar que se sacralice a Fabbiani. Este fútbol posmoderno amante de la impostura y la boludez más supina, donde algunos hasta se preguntan por las virtudes de Riquelme, no está a su favor. El declive de sus últimos años fue evidente, pero en realidad su capacidad técnica de estratega exquisito (un enganche clásico de los que quedan pocos, 10 tradicional en la senda de Bochini o Alonso) nunca se perdió del todo. Acosado por lesiones y una personalidad por lo menos inestable es posible que las nuevas generaciones lo reconozcan más por cuestiones extra futbolísticas (la mordida, el arañazo, su affaire con Merlo) que por su maravillosa pegada y su extraordinaria perspectiva de juego. Gallardo es de esos jugadores que, cuando están bien, tienen un GPS en la cabeza para saber exactamente por qué lugar tiene que pasar la pelota para hacer daño al rival. Cualquiera que le preste atención al fútbol y no a las giladas que comentan los periodistas deportivos (concentrados en los entretelones del vestuarios al estilo de los programas de chimentos) sabe que Gallardo jugó como los dioses a partir de 1997, cuando con la partida de Ortega al Valencia (¿se acuerdan de Ranieri?), logró asentarse en Primera definitivamente después de algunas temporadas de titularidad intermitente. Tal vez un tanto opacado por figuras deslumbrantes como Francescoli o Salas, Gallardo era el verdadero cerebro mágico del equipo del insoportable menemista Ramón Díaz. Fue el estandarte que permitió a River conquistar el inédito tricampeonato, al que se le sumó una Supercopa (para los que no saben: la Supercopa era muy trucha, pero no tanto como la Sudamericana o la olvidable Copa Mercosur). Hay goles geniales de esa época, como el que le hace a Independiente en el Apertura 97 con una comba sensacional luego del pase de Francescoli. Después Gallardo siguió dejándola chiquita (aún en 1998 cuando River jugó dos campeonatos paupérrimos), tanto es así que debió ser titular en Francia 98’, pero Passarella, en uno de esos típicos caprichos de los Gran D.T’s (como Menotti en el 78’ con Maradona o Pekerman con Messi en el 2006), sólo lo puso entre los 11 iniciales en el tercer partido de la primera ronda, contra la Croacia de Sucker, cuando Argentina ya estaba clasificada. Sin embargo, Gallardo jugó muy bien e hizo aún más explícito el capricho del entrenador (se recuerda una apilada suya que se fue cerca del palo; si entraba era el segundo mejor gol de la Selección desde el Barrilete Cósmico). A partir de allí, dicen las malas lenguas, su relación con el Kaiser se deterioró: a mediados del 2006 (en su primer regreso a River) lo dejó ir sin hacerse muchos problemas. Ahora sucede exactamente lo mismo, con la salvedad de que Passarella no es más técnico sino el presidente. Es una maldición, pero parece que los grandes ídolos de River son muy similares a las vedettes que pululan en los programas de Tinelli (“estrellas en la noche de la mediocridad”) y están condenados a odiarse entre sí. (¿O es Passarella el que se pelea con todos?). De otro modo no se entiende que nadie haya salido a bancar al Muñeco luego de que los Mercenarios del Tablón lo acusen de “Golpista y Ortiva”. Calificar a Gallardo por su supuesta forma de ser, es como juzgar a Maradona por tomar drogas, a Verón por cantar en publicidades de yogurt o a Riquelme por estar chiflado: no tiene nada que ver con el fútbol. Para quienes todavía no estén convencidos de Gallardo, pregunten en Francia, donde fue ídolo en el Mónaco (45 goles en 102 partidos, un porcentaje sublime para un jugador de sus características). Después vino la aventura pasajera del Paris Saint Germain, los eternos retornos a River, su paso por el “soccer” estadounidense (que es casi como la firma de defunción de un jugador de fútbol; igual busquen en You Tube un golazo que hizo de volea) y esta despedida, acaso tristísima, de River. Ojalá tenga tiempo y espacio para desarrollar su juego en algún otro equipo. El fútbol lo merece. Parezco Quique Wolff.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Muñeeeeeeeco Muñeeeeeeeeeeco!!!!
Un enorme.
Suscribo plenamente el post.
Los que lo cuestionan no entienden el fútbol.
Gallardo es (o fue como quieran) cerebro y magia a la vez.
Lástima que se vaya asi.
El Muñeco está en el olimpo de los jugadores más grosos que vi.
Yo no me olvido de todo lo que hizo por River.


p.d.: el gol a independiente que citás debería darse en las escuelas.

Jacinto Laureano

Hugo dijo...

Gallardo fue un excelente jugador y de eso no hay dudas, y te lo dice un hincha de Boca que más de una vez lo puteó.

Ahora, en serio te parece más trucha la Copa Sudamericana que la Supercopa?

A la Supercopa solo la jugaban los equipos que alguna vez hubiesen ganado la Libertadores (recuerdo que alguna vez Argentinos lña jugó, estando en la "B") mientras que a la Sudamericana (ahora que ya eliminaron eso de invitar a los denominados "grandes") hay que ponerse y clasificar.

Ah... también debo reconocer que recuerdo ese gol al Rojo, qué más de una vez jugando he intentado emular y lo único que conseguí es tirarla a la mierd*.

Saludos!

santiago segura dijo...

Creo que nunca más hacés un post antes de un partido después de lo que está sucediendo en este momento.

tiki-tiki dijo...

Sos una concha, Corvino, sabelo: una concha. No sabés absolutamente nada de futbol y opinás. Te gusta el futbol concha (Cappa), la literatura concha (Salinger) y el cine concha (Fabio). Sos tan pero tan pelotudo que ya te tengo cariño.
A ver, empecemos por el Muñe. Gran jugador, lo reconozco, y un muy buen 10; quedó anacrónico pero nos salvó en un par de clásicos con los tiros libres.
“Este fútbol posmoderno amante de la impostura y la boludez más supina, donde algunos hasta se preguntan por las virtudes de Riquelme, no está a su favor”
Se puede decir una pelotudez más grande?
“fútbol posmoderno amante de la impostura y la boludez más supina”.
Flaco, vos estás bien?
Ni Francescoli ni Salas jugaban en su posición, eran delanteros. Gallardo no explotó en el 97 sino antes, en el 94, jugando de titular en el equipo invicto de Gallego y haciéndole goles a Boca en la Bombonera. La Supercopa era pedorra, si, pero a River le costó un huevo ganarla (la Mercosur y la Sudamericana son una garcha). La final contra el San Pablo fue tremenda. Está bien que Menotti no haya llevado a Maradona al Mundial 78: fue campeón mundial. Punto. No se discute más. Coincido en que Gallardo debía ser titular en Francia 98.
En este momento, el River concha de Cappa está perdiendo 5 a 0 en el Monumental contra Tigre. Una vergüenza: este es el futbol decrepito de Cappa y el mercenario Ortega. Escribite un cuento, onda Soriano, así lloramos todos, boludo.

Anónimo dijo...

tiki-tiki: violencia es mentir. Tratalo en terapia campeon!

Billy dijo...

antes que nada quiero decir que la concha es algo bueno (?)

para los que no somos de river Gallardo es un tipo que araña gente y tiene cara de ortiva. el futbol es así de injusto también.

santiago segura dijo...

Y encima no sabe el nombre de su hijo.

Andrés - RED DE UTOPIAS dijo...

Quien se cree que es este tiki-tiki para vacilar así al corvino?? no tiene vergüenza irrespetuoso

gustavo flirpo dijo...

Tiki-tiki cagón! no te animas a dar la cara.

sos un mediocre, falto de talento y envidioso del Corvino. Si él es una concha, vos te morís por chuparla!

saludos!

Anónimo dijo...

No gasten pólvora en chimangos, el pobre tiki tiki no sabe ni escribir correctamente Leonardo Favio. Y es obvio que no la pone desde hace tiempo, sino no se entiende esa obsesión por las conchas.

Ricardo dijo...

Estos muchachos de River parecían pagados por Macri, loco.
Se dejaron golear para tapar el procesamiento por las escuchas ilegales! :P

Un grande, Gallardo.
Bien en no ponerles un mango a esos hijos de remil de la barra brava.
Y me dolería verlo con otra camiseta en Argentina...

Saludos.

Cine Braille dijo...

Pobre Gallardo, peor no se podría haber ido. Gallardo era como Bochini o Riquelme y Ortega como Alonso, en el sentido de que el fuerte de uno es hacer lucirse a los demás con el pase justo (siendo perfectamente capaz de hacer la jugada para él mismo si cabe) y el del otro es la jugada individual que atrae a todas las miradas sobre sí.
Gallardo explotó con el tricampeonato 96-97, aunque ya se sabía que era crack desde al menos 1994. Tuvo una lesión jodida que lo dejó afuera de la mayor parte de la Libertadores de 1996 (siempre fue un tipo de lesionarse seguido, a diferencia de Ortega) y la razón por la que estuvo a la sombra del Burrito es más bien ésa (con el impresentable de Babington - 1995 - solían jugar los dos, Gallardo haciendo de "Berti" y Ortega de enganche). Y la omisión más imperdonable en la selección no es la de Passarella (que al menos lo puso contra Croacia y en el ST contra Inglaterra) sino la de Bielsa, que lo llevó a Japón y no lo puso ni un minuto. (También Bielsa llevó al Caniggia triste, solitario y final y dejó afuera a Saviola y a Riquelme; digo, como para matizar su presente glorificación, probablemente debida a que todos los que lo sucedieron fueron peores).

Carlos G. dijo...

El bosterismo que me atrapó desde muy chico no me impidió disfrutar de grandísimos jugadores por el hecho de que tuvieran puesta la camiseta de River.
Por eso pude admirar desde el ronco Onega (al que supongo que no viste jugar) hasta Francescoli.
En esa lista está Gallardo, un excelentísimo jugador de futbol.

Karateka dijo...

Gallardo cabaretero, pero buen jugador. Confío en que el Tolo lo puede manejar (ya lo hizo), lo traiga al rojo y de una vez ganemos algo.
No coincido en que tuviera que ser titular en el '98; pero de ninguna manera podía serlo con Bielsa, el mejor técnico que jamás haya tenido la selección (glorificación bien ganada que tiene ahora, puesto que los posteriores fueron peores- y los anteriores también-).
Por favor, si hablan del muñeco no se olviden lo mejor que hizo en su carrera, en su vida: la patada de power ranger al colorado Mc Allister. Desde ese momento, todos mis respetos, señor gran jugador....

PD: Martín, lo volvés a comparar con el Bocha, y se pudre todo, no es una amenaza, es un aviso :P

David dijo...

Qué puntualidad para rescatar el gol de Gallardo a Independiente. Genial. Recuerdo la volada de Mondragón; no me acuerdo quién fue el que dijo, con mucha certeza, que las voladas espectaculares le daban más peso al gol,y en ese gol pasa eso.

Uno de los mejores goles, de las mejores pegadas. Tenía ese gol en una figuritas de pepsi, sin (?). No me acuerdo cómo carajo llegué a tenerla, espero que alguien se acuerde de eso.

Muy buen rescate. No soy de River, no soy fan de Gallardo, pero negar las cualidades y la calidad del muñeco es como negar la fuerza de Los natas, más o menos.

Saludos.

Cine Braille dijo...

River debería comprar unos Reinafé para hacerse cargo de Quiroga (modo historia argentina del siglo XIX off).
Mundial 2002: para lo mal que jugó Verón en ese torneo, no ponerlo ni un minuto a Gallardo es un insulto al fútbol. Y para terminar con el Piojo López o el Kily González, la verdad... Igual Bielsa merece todos mis respetos (modo historia argentina de comienzos del siglo XXI off).

Billy dijo...

che Corvino, vas a hacer los minuto a minuto de los partidos de argentina en el mundial? para que re da.