lunes, 26 de diciembre de 2011

Algunas arbitrariedades sobre Arizona Dream


Hace mucho tiempo, en las postrimerías del Siglo XX, el canal América solía pasar películas eróticas los sábados después de las 12 de la noche. Nadie que haya tenido 14 años sin internet podrá culparme de este recuerdo. Un día enganché una peli que además de una mujer con demasiados atributos, tenía sentimiento y diálogos increíbles y buena música y ¡un actor! Hasta ese momento no le prestaba atención a los tipos que aparecían en la pantalla, pero éste mereció mi registro. Más o menos por la misma época, haciendo zapping, pero a la tarde, me quedé mirando una película con esquimales, peces que volaban, una señora que quería volar en el desierto de un pueblito norteamericano, Johnny Deep (a quien conocía desde la serie ochentosa Comando Especial) y una chica que tocaba el acordeón y era fanática de las tortugas.


Años después supe que el tipo de la primera película (Último tango en París) se llamaba Marlon Brando y que el nombre de la segunda era Arizona Dream (Sueño de Arizona). Evidentemente las cosas se encuentran cuando no las buscás. Al contrario de lo que sucedía en 1998, actualmente podemos ver miles de películas online, pero ¿alguien vio una buena? No es una pregunta retórica. Pero tampoco exige una respuesta honesta. En fin. Hoy no tengo nada que decir sobre la de Bertolucci, pero hace poco volví a ver la de Kusturica y se me ocurrieron algunos apuntes arbitrarios.


Como el habilidoso que quiere demostrar todo su repertorio en el partido debut, se percibe que Kusturica pasaba por un pico creativo cuando hizo Arizona Dream. Esto es positivo desde el punto de vista artístico, pero en la práctica puede jugar en contra. A propósito de esto, una digresión: el filósofo contemporáneo Claudio Borghi dice que un jugador polifuncional es el que no sabe jugar en ningún puesto. De todos modos la desmesura es un (o es el) elemento predominante en la carrera de Kusturica. Y en Arizona Dream, entonces, también se tensa muchísimo ese límite delgado que separa el delirio bien trabajado de la estupidez. La película cuenta la historia de un joven que vive en Nueva York y es obligado a volver a su pueblo natal por un tío para que trabaje en su agencia de autos. El resultado es un viaje iniciático, con trasfondo onírico y existencial. La ambición de Kusturica por reflejar el sueño americano en base a un cóctel de drama, humor absurdo, ironía y romanticismo no puede salir bien. Pero Arizona Dream gana por puntos gracias a la suma de las partes y no al todo: quiere ser una gran novela y funciona como un buen libro de relatos.


Al igual que sucede con el gobierno de Cristina, pareciera que si uno gusta de Kusturica tiene que comprar el combo completo. A mí no me agrada todo lo que hace Kusturica en sus películas, pero, en general, me gustan bastante. Y aunque Arizona Dream sea algo desdeñada por la crítica, es mi favorita. El hecho de que haya sido filmada en EE. UU y con actores de ese país la hace más interesante. No por una especie de colonización yanqui de mi subjetividad (que seguramente sufro pero manifestada de otras formas), sino porque me genera curiosidad ver a distintos artistas hacer cosas que jamás hicieron. Rompe con todos nuestros preconceptos. Por ejemplo, escuchar como suena Leonard Cohen con la pared de sonido de Phil Spector en Death of Ladies' Man. O Lou Reed con Metallica. Ver como actúa Guillermo Francella en un papel dramático. Por otro lado, Kusturica logra imprimirle su adn a un producto que podría haber sido completamente impersonal. Lo único que en vez de gitanos, hay mariachis.


Si hay algo que tiene Kusturica es ritmo. No creo que se deba a sus famosas bandas de sonido, sino a su notable (e inexplicable) capacidad para hacer que una película que dura 2 horas y media pase como si se tratara de una canción pop de tres minutos. Y Arizona Dream es una canción pop llena de estribillos. Por las escenas y por la actuación de cada uno de los actores del reparto. Tenemos al personaje de Vincent Gallo repitiendo los parlamentos de las películas que ve en el cine. O tirándose al piso porque lo sigue el avión de Con la muerte en los talones. A Dorothy Faye Dunaway volando sin levantarse de la silla (gracias a un truco tan estúpido como efectivo de la cámara). A Jerry Lewis (estribillo per se). Y especialmente a Grace, interpretada por Lili Taylor, que en medio de esa constelación de estrellas, se roba la película con sus gestos y su forma de decir las cosas. En facebook hay solo 63 personas a las que les gusta Lili Taylor y creo que esto indica que algo anda mal en el mundo. Claro, no es Angelina Jolie, simplemente es una gran actriz. Ah, Lili: ya somos 64.


Según tengo entendido, la carrera de Kusturica siguió, pero hace mucho que no veo un estreno suyo. Me da la sensación de que si salís de una de sus películas y entrás en otra, no te das cuenta que son distintas. Esto le suele suceder a todos los directores de cine que tienen una estética y una identidad muy marcadas. Woody Allen, por ejemplo. Y no me parece malo ni bueno, es. AC/DC siempre hace el mismo disco, pero ¿cuántas bandas de rock and roll son tan buenas en lo suyo como AC/DC? Una sola: AC/DC.


Por último, algo importante: como Rayuela o la discografía de Sui Generis, Arizona Dream es una película que maravillará a los jóvenes de 18 años de cualquier generación. Para muchos ésta es una observación peyorativa: se suele condenar a los productos artísticos que atraen adolescentes. Yo pienso al revés. Creo que lo que pase con Arizona Dream de esa edad en adelante es más un problema nuestro que de Kusturica.

10 comentarios:

McLovin dijo...

Qué buen post. Yo de adolescente, a los 15-16 años, miraba Star Wars y era feliz. No me preguntaba nada, era puro disfrute. Después sí, empezaron las preguntas sobre la vida: esa persona hablando en la cabeza, las películas de Oliver Stone, Tarantino, Kitano. Entendí que con Kitano se entiende la violencia, con Tarantino se la disfruta. Y así.

Linterna verde dijo...

che, como nadie comenta nada mando esta frase de Feinmann que acabo de leer: "Es muy incómodo adherir al gobierno de dos multimillonarios que te hablan del hambre". Besos

pd: Siempre hay otra salida

Anónimo dijo...

Che, Linterna Verde:

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-184316-2011-12-28.html

Anónimo dijo...

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Linterna verde dijo...

Che, anónimo 13:58, me hiciste comer un embole de artículo pero no fue en vano. Descubrí que los medios de derecha habían tergiversado la frase de bueno de josé pablo que, según en su propio artículo que publicó un exmedio de izquierda dijo: "Porque es muy incómodo adherir a un gobierno de dos gobernantes multimillonarios que están comandando un gobierno popular, nacional y democrático”. Ahora me quedó más claro, gracias.

pd: podría hacer un extenso análisis sobre cada punto que expone josé pablo pero quizá se transformaría en un artículo igual de embolante que el de él.

Desocupado mental en la era del blog dijo...

No vi "Arizona Dream".. la vuá ver si la encuentro por ahí.
Miré nuevamente "Suban el volumen", película que había visto cuando era nígno. Con esa película escuché a Leonard Cohen por vez primera (el tema "Everybody knows").
¿La vieron? En su momento me había gustado, pero al volverla a ver me pareció maomeno, pero le tengo afétoc. Y me volví a enamorar de la actriz corte Amelie dark que protagoniza el film.
Abrazo de gol de José Pablo Feinmann!!

Desocupado mental en la era del blog dijo...

PD: Anónimo, la puta que te parió! Anónimo, si te agarro te mato gil... con una sola mano te peleo paparulo!!

Anónimo dijo...

Www.bonk.com.ar/tp/daily/1980/spinetta el flaco por f. Casas

Anónimo dijo...

Muy buena peli.

Martín Zariello dijo...

Genial lo de Casas.