domingo, 12 de mayo de 2013

Notas para un post nunca escrito sobre los 50 años de Rayuela


Aclarar que hace mucho que leí la novela por lo tanto el acercamiento será general. Acaso moral, porque cuando un lector no recuerda exactamente una novela, se dedica a juzgar la conducta de sus personajes.

Aclarar qué no hay nada que se pueda decir de Rayuela cincuenta años después de su edición, por lo tanto el texto entraría en contradicción con su propia naturaleza pero construir algún tipo de firulete retórico para que la contradicción sea necesaria. De no encontrar el firulete, darlo a entender implícita y genialmente.

Preguntarse por qué la lectora (y el lector) de Rayuela elige a La Maga y no a Talita. Afirmar que otra sería la historia de las juventudes argentinas de los últimos 50 años si en vez de ser La Maga, las chicas hubiesen querido ser Talita, si en vez de querer una novia como La Maga, los chicos hubiesen querido una novia como Talita. Por si hay algún despistado recordar que La Maga era boba (o la trataban como tal o actuaba como tal), dejó que Rocamadour se le pudriera en la cuna y, encima, era uruguaya (Uruguay: el país en el que todo lo que sucede en la Argentina sucede mejor y más limpio, a tal punto que el personaje femenino emblemático de la literatura argentina es una uruguaya). 

Denunciar a Oliveira como un idiota insoportable, pedante y aburrido. Un tipo que no trabajó en su vida y espera que sus familiares le manden guita desde el lado de acá para hacer la revolución estética con sus amigos del Club de la Serpiente (Gregorovius not dead); es como los mochileros que se van al norte y en realidad el papi les garpó el viaje en avión. Además de garca, por supuesto, ya que vuelve de París y quiere levantarse a la novia de su mejor amigo (Traveler, el hombre del territorio). Y lo peor de todo es que se la quiere levantar con el chamuyo barato de confundírsela con La Maga. Traveler es como nosotros, Oliveira lo que quisiéramos ser después de dos medidas de whisky, pero es un idiota, así que mejor seguir siendo nosotros.   

Esbozar una vindicación de Traveler y Talita en desmedro de La Maga y Oliveira pero para eso hay que leer Rayuela nuevamente y saber por qué carajo hay que vindicarlos, así que no vindicarlos un carajo.

Recordar el recordado capítulo 93 de Rayuela. Es de distraídos juzgar moralmente las obras de arte y las reacciones que éstas provocan, pero como este engendro casi se trata de eso, se puede asegurar que ese capítulo le hizo mucho mal a los cortazarianos ortodoxos. Cualquiera que leyó la novela lo recuerda porque empieza con una frase digna de un estribillo: "Pero el amor, esa palabra...". El punctum de ese capítulo es cuando Horacio dice que el amor no se elige (como aseguran un tío y dos primos) sino que es "un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio". La distinción que hace Oliveira es ideal: de aquel lado nuestros primos y tíos aburridos; de este lado, nosotros, unos locos bárbaros. Sin embargo ese tipo de planteos se termina cuando cumplimos doce años. Uno en realidad elige a quien ama: ¿por qué sino en la mayoría de los casos amamos a personas que están cerca, hablan nuestro mismo idioma, tienen dos brazos, dos piernas, dos ojos y no son nazis? Porque, señoras y señores, a través de una lógica electiva (inconsciente) llegamos a la conclusión de que no es recomendable enamorarse de una austriaca tuerta sin brazos ni piernas y antisemita. Sin embargo el speech cortazariano sigue encandilando a los enamorados (especialmente a los no correspondidos) y no deja de aparecer en memes, señaladores con citas de grandes autores internacionales y próximamente en murales donde los artistas del nuevo siglo ejercen su acción poética.  

Mencionar la biografía de Mario Goloboff sobre Cortázar, un libro ejemplar en su discreción, es decir, un libro interesante pero bastante aburrido para pertenecer a ese género. Cuando se está por contar algo más o menos escabroso el biógrafo se apresura a desmentirlo. En esa zona de rumores se encuentra la leyenda de que Cortázar se hizo un tratamiento hormonal para que le creciera barba y que ese mismo tratamiento provocó un acercamiento más frecuente del Cronopio Mayor hacia el género femenino. También se ponen en duda (y rápidamente se aclaran) las causas por las que murió Cortázar. La historia oficial habla de leucemia. La mitología propone la existencia de HIV: esta hipótesis está basada en la idea de que las transfusiones de sangre que le hicieron a Carol Dunlop, su última esposa, antes de morir, tenían el virus. En todo caso, Cortázar tuvo tres esposas: Aurora Bernárdez (vínculo primerizo e intelectual, Cortázar sin barba), la sueca Ugné Karvelis, treinta años menor (vínculo ideológico y sexual, ligado al boom cortazariano) y la canadiense Carol Dunlop, con la que hace el viaje de los autonautas en la cosmopista (claramente, vínculo amoroso superador y contenedor de todos los anteriores). En su primer viaje a París conoció a Edith, quien inspiró a La Maga, pero nunca tuvieron una relación formal.

Contar el episodio de la bicicleta. En enero de 1980 Cortázar es invitado a Cuba para dar un discurso en Casa de las Américas. Luego de algunos tibios roces con la cúpula castrista por el caso Padilla (y especialmente con Haydée Santamaría, su amiga cubana que pocos meses después se suicida de un tiro en la boca), Cortázar acepta la invitación entusiasmado y pide si, por favor, las autoridades le pueden conseguir una bicicleta porque le gustaría recorrer la Isla pedaleando. En ese momento Cortázar tenía 66 años. Es decir, Cortázar hace honor a su poster. Lúdico y espontáneo, pide una bicicleta. Esa escena podría ser una viñeta de Liniers, sin ningún tipo de intervención: Cortázar en bicicleta recorriendo Cuba.          

Considerar que ésta es una generación desdichada que busca amor en los chats de facebook y cree que por compartir tres gustos, podrá iniciar la experiencia de un gran amor. Pero Spinetta, Cortázar y Liniers le gustan a todo el mundo. Subrayar que Cortázar entonces y todavía forma parte de una constelación estética de gustos de la clase media joven y pseudo hippie, que hace teatro, que milita (o acompaña), que guarda cogollos en frascos viejos de mermelada, que se viste con pantalones rayados, que vio Amelie. En conclusión: Cortázar le hace muy bien a uno en tanto individuo (casi es imprescindible leerlo) y mal a uno en tanto integrante de la sociedad (casi es imprescindible abandonarlo).  

Decir que en su última novela, Libro de Manuel, Cortázar abandona el glíglico para adentrarse en el erotismo institucionalizado de los dedos masculinos que sofisticadamente buscan “el doble pétalo del sexo retraído”, con murmullos que son “música de la piel”, con “fuego líquido” que gana los muslos de “el que te dije”. Osvaldo Lamborghini en un capítulo te rompía cinco o seis culos. Veamos: recuperadas las democracias, pasado de moda el setentismo tan violentamente dulce, con la idealización de la revolución cubana en pause, con la existencia de hitos culturales como Madonna y Virus, ya la figura de escritor sensual y comprometido de Cortázar comienza a desvanecerse en el imaginario ochentoso y latinoamericano. Ahora la cintura cósmica del sur es el folclórico ataúd de un DC 10 que se hace estrellas contra el suelo.

Extrapolar con frases del tipo "El jazz no tiene estribillo, el boxeo no nos parece un deporte, las contranovelas no se pueden leer en la playa". Dar a entender que el mundo cortazariano ya no suplía las necesidades del mundo real. Ante el tenor de los hechos se llega a la conclusión (que se mantiene hasta estos días) de que Cortázar es lectura para adolescentes. Pero ¿qué autor fue erigido como lectura adulta? Podríamos decir Puig, Saer, pero mejor digamos Osvaldo Lamborghini puesto que de eso mismo quería escribir. Bolaño dice tres o cuatro veces en un mismo libro (Entre paréntesis) que no puede leer entero Tadeys (la mejor y más legible novela lamborghiniana) porque le da miedo. Pero no cuenta nada de lo que pasa en esa novela, dice simplemente que Lamborghini es de la pesada y que en vez de escritor debería haberse dedicado a asesinar personas y que hay que releer a Borges. Voy a contar algo de Tadeys. Algo que sucede en las primeras veinte o treinta páginas, así que no vale como spoiler. Imagino que ustedes (ustedes son los hipotéticos estereotipos que conforman las múltiples personalidades que se agolpan en los tablones de mi mente) que son tan modernos, gente de mundo, tira-postas profesionales de la vida, extraordinarios ciberpolitas, no se sentirán impresionados: un tipo llamado Kab sodomiza al “boyerito”, un niño de 11 años. Luego el boyerito tiene que limpiar con su boca los restos de "caca infantil" que dejó en el pene de Kab.

Decir que Lamborghini escribió eso. Tiene el mérito de haber sido el que lo hizo primero (aunque desconozco), de colocarnos en el asiento incómodo de la moralidad, del policía que pide carnet de “literaturnost” cuando uno se creía a salvo de cualquier filtro. No lo hace de una manera efectista ni tampoco aburrida, simplemente lo cuenta como lo podría hacer un escritor ingenioso, con un vocabulario normal y una perversión ascendente. Seguramente habrá un lacaniano con un orgasmo académico por haber leído "mierda + falo", pero nosotros no somos ese lacaniano, por suerte. Lejos estamos de juzgar a Lamborghini por eludir la heteronormatividad (término que aprendí ayer a la noche y no deja de maravillarme, aunque entre las "normatividades" que Lamborghini descarta, la hetero es la más obvia de todas). No queremos prohibir a Lamborghini, aunque si tuviese hijos me gustaría que no leyeran Tadeys. En fin: cambiamos a Cortázar por una literatura que sólo puede ofrecernos pesadillas. Cortázar, en cambio, es la literatura de los sueños, de la conmoción política inicial y genuina, de las primeras tetas vistas en vivo y en directo, del día primaveral con amor en el aire, de la soledad existencial prolijamente adornada con lecturas fantásticas. Sí, Lamborghini no es apto para menores de 18 años, es más sórdido, su pornogafía deja en off side la erótica ornamental cortazariana, suple las necesidades del mundo real. Como el punk, quiere y es una mierda. Hoy salimos a la calle y tenemos esa literatura por todos lados, este país fue escrito por Osvaldo Lamborghini, pero miramos al cielo por las noches y Cortázar no es menos que una estrella.

Finalizar recordando otra anécdota del libro de Goloboff. Cortázar volvió al país poco antes de las elecciones de 1983. Alfonsín no lo recibió, pero la bienvenida fue social: Cortázar caminaba por la calle Corrientes firmando autógrafos y rodeado de groupies. En medio de ese alboroto, una chica le alcanzó un ramo de flores. Cortázar tomó el ramo, aspiró y dijo: “Huelan esto… jazmines del país. Con esta fragancia, no existen en ninguna parte”.  

27 comentarios:

Julieta dijo...

lo bueno de leer este blog es que siempre me hace sentir una pelotuda. es realmente bueno.

Beso.

J.

nilda dijo...

no soy una pusilanime, no soy un plato timorato, pero lamborghini tambien me da miedo. O asco. Lei a Sade y tambien me dio asco.Fisico. No me da ganas de seguir leyendo: y cuando el juego se interrumpe (valido para la lectura) ya no hay juego.

Anónimo dijo...

claro, no fue el primero. el otro salame de Sade escribió lo mismo 200 años antes. 200 años y la misma basura. 200 años de qué sirvió?

más allá de las perversiones espanta-atrae-giles, Tadeys es una porquería que no se sostiene por ningún lado. y es que como todos saben, el Lamborghini que vale no era Osvaldo.

Desocupado mental en la era del blog dijo...

No recuerdo bien, pero creo que Ugne Karvelis era lituana. Al menos eso dice mi memoria.
Obvio que "Tadeys" tiene que ver con Sade, pero se va mucho más al carajo. Los libros de Sade son una película de terror de la década del 50, y "Tadeys" es como algunas películas francesas que son peores que el "Juego del miedo". Una vez vi una donde torturaban a una adolescente, le daban de comer y la cagaban a trompadas, le sacaban la piel.
Boca perdió 3 a 0. No puede ser!
¿Cortázar jugó alguna vez al fútbol?

Anónimo dijo...

Lo bueno de Lamborghini es que nadie lo superó en nivel de mierda.

Anónimo dijo...

Yo del Libro de Manuel recuerdo cuando el tipo le hace el orto a la mina, hasta recuerdo la palabra "neceser".
Tal vez esa escena también sea literatura para adolescentes, para adolescentes que quieren sentirse rebeldemente perversos, en vez de románticos ilusos tras su propia Maga.
(A Lamborghini, en cambio, no lo leí.)

Tomo nota de que debo cuidarme de decir que cuando veo porno, uno de mis géneros favoritos es el ass to mouth.

Billy dijo...

yo leí Rayuela de grande y no me gustó. a que edad había que leerla para flashear? 14?

Jack dijo...

"pero mejor digamos Osvaldo Lamborghini puesto que de eso mismo quería escribir", creo que no hacía falta la aclaración, porque de Rayuela terminaste diciendo casi nada. Tampoco mencionaste que tu adorado Bolaño dijo que estaba en deuda permanente con la obra de Cortázar. En cuanto a si es una lectura de la adolescencia, no sé si estoy muy de acuerdo. De todos modos, si una supuesta lectura de la adolescencia sirve para formar a escritores de la talla de Bolaño, entre muchos otros, me parece que tiene su valor, esto no es harry poter. Está bien, a todos nos jode un poco que cualquiera te diga: "ah vos leés, yo me tatué el capítulo tal de Rayuela en el upite", como cuando te dicen: "ah te gusta el heavy, ¿escuchaste Metallica?,y así decenas de ejempos, pero últimamente parece que está muy de moda pegarle a Cortázar. Inmereciadamente, según mi perspectiva.

Funes Mori dijo...

Cortázar es un escritor querible, el problema son los cortazarianos que usan pantalones a rayas y guardan cogollos en frascos viejos de mermelada. Yo le escuché decir a Fogwill que en su momento no estudió letras porque las profesoras eran todas cortazarianas. Me divirtió el post

Anónimo dijo...

Ahoa me acordé de que había leído "El niño proletario". Donde también hay sodomización de niños y penes cagados.
Cuando repetís temas así, más que para la literatura, estás para el tratamiento...

Sobre Cortázar, raro que a ningún concejal se le haya ocurrido darle su nombre a una calle.

Corvino dijo...

Jack: el post se llama Notas para un post nunca escrito sobre los 50 años de Rayuela, así que ya estabas advertido antes de leer el post. Por otro lado, termino diciendo que Lamborghini es una mierda y Cortázar no es menos que una estrella (obviamente es más, a mí qué carajo me interesan las estrellas). Yo no digo que es una lectura de adolescencia, es una consideración propia del campo académico (si querés, no sé, de la crítica o no sé de quién carajo). Al mencionar que Bolaño hablaba de Lamborghini no estoy dando a entender que no habló o no era fan de Cortázar. No sé, Jack, no sé qué te pasa (?).

Saludos a todos los comentaristas. Gracias por leer.

Anónimo dijo...

Quiero decir: no dije que me quería coger a Cortázar porque soy heteronormativo.

Corvino

Unknown dijo...

Hola amigos: abrí un blog de comentarios sobre lo que pasa. Perdón por irrumpir en la bella charla con tanta seriedad.
Tal vez no era el post adecuado.

http://apuntesvita.blogspot.com.ar/

Saludos

Soul's Uruguayan dijo...

Bolaño estaba fascinado con la veta “macho-alfa” de Cortázar, pero en la parte literaria fue salvado por Borges. Tengo entendido que Lamborghini (uy, que miedo) terminó sus días construyendo castillos de caca en Barcelona, ¿no? Nunca leí a Cortazar y tengo un prejuicio insalvable con su obra y con su perfil de escritor: el niño culturoso que no sabe un carajo de política (hola Liniers). Con el punk cometés la misma injusticia ignorante que tenés con la gloriosa e incomparable década del 80 (en el plano musical, rock, aclaro).

Jack dijo...

Corvino: no dije no estar advertido antes de leer el post, sólo dije que cierta aclaración estaba de más, pero claro que podés repetirlo cuantas veces lo creas necesario. Tampoco dije que vos en particular pensabas que era lectura para adolescentes, sólo emití mi opinión sobre algo que escribiste "se llega a la conclusión (que se mantiene hasta estos días) de que Cortázar es lectura para adolescentes". Tampoco creo que sea "una consideración propia del campo académico" en su totalidad, he leído y escuchado opiniones diversas.

Anónimo dijo...

Lamborghini en uno de sus textos llamó a la Argentina La gran llanura del chiste. Nada, eso.

David dijo...

No sé qué onda todo el debate posterior. Simplemente vengo a bancar el párrafo sobre Talita>La Maga.

Dejémonos de boludeces, la que va es copular con una mujer como maría fernanda Callejón, no con estas enfermas de sí mismas que se visten como "La Sota" y se piensan que son interesantes porque se hacen cualquier estupidez en el pelo.

Muy bueno tu post. Es verdad que no se puede agregar mucho Sobre Cortázar, yo lo amo. Lo amé. Eso me inhibe de hacer análisis enfocados hacia la objetividad.

Saludos

David dijo...

Ah, "Considerar que ésta es una generación desdichada que busca amor en los chats de facebook y cree que por compartir tres gustos, podrá iniciar la experiencia de un gran amor. Pero Spinetta, Cortázar y Liniers le gustan a todo el mundo. Subrayar que Cortázar entonces y todavía forma parte de una constelación estética de gustos de la clase media joven y pseudo hippie, que hace teatro, que milita (o acompaña), que guarda cogollos en frascos viejos de mermelada, que se viste con pantalones rallados, que vio Amelie" Sublime.

Anónimo dijo...

Bueno, la Callejón se acerca a los 50.
La que va es copular con una hembra joven, como Micaela Breque, por ejemplo.
(Aun siendo un viejo patético, que luego se torna más patético por el despecho).

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el negro apolo dijo...

rocky, decís que cortázar es un perro y vos no te sabés el nombre del escritor con el que te quedás toda la vida: se llama rodolfo enrique, no ernesto.
Cortázar y Fogwill son dos capos

Artigas Empedo dijo...

Recién empecé a leer el artículo sobre "Rayuela" y pinta interesante. Eso sí: antes de seguir leyendo y aunque sea un detalle relativamente menor, quiero decir que supongo que cuando el autor habla de "pantalones rallados" se refiere, en realidad, a pantalones rayados (es decir, a rayas), no a pantalones rallados (esto es, desmenuzados por haberlos pasado por el rallador, como quien prepara queso para echárselo a los tallarines, ponele, pero sustituyendo el subproducto lácteo por un vaquero, quizá).

Si bien se trata de un detalle que no afecta mayormente al fondo del asunto el que trata el texto ni a la comprensión que de éste pueda tener el lector, me gustaría saber a ciencia cierta de qué pantalones estamos hablando.

Corvino dijo...

No afecta mayormente al fondo del asunto, pero sí afecta a mi cerebro. Estaba hablando de pantalones a rayas. Eso me pasa por leer mucho a Cortázar.

felip dijo...

EXELENTE

Artigas Empedo dijo...

Plantearle al autor la siguiente ... No, perdón, pasa que, después de leer todo el texto, me atrapó y me arrastró consigo el recurso del infinitivo al estilo del doblaje del habla del estadounidense nativo en las películas del Oeste. Voy de nuevo.

Me gustaría plantearle al autor una duda: cuando escribe "Decir que Lamborghini escribió eso. Tiene el mérito de haber sido el que lo hizo primero (aunque desconozco) [...]", ¿qué quiere decir con ese "aunque desconozco"? ¿Qué no sabe? ¿Qué cosa ignora? ¿De qué no está seguro? A primera lectura, parecería que el autor dice que desconoce si Lamborghini tiene el mérito de haber sido el primero en escribir eso; pero no puede ser, claro, ya que acaba de afirmar que sí lo tiene, que si fue el primero.

Sinceramente, admito mi desconcierto. No entiendo. (Iba a decir "No se entiende", pero quiero tener en cuenta la posibilidad de que se trate de una carencia intelectual mía y no de un tropiezo de la capacidad expresiva del autor del texto; quizá ese fragmento sea de una claridad meridiana y haya algo evidentísimo que se me escapa.)

Anónimo dijo...

No es despreciable Cortazar sino sus fans.