viernes, 28 de noviembre de 2014

Este es el famoso River Plate


Antes de la revancha, el contexto parecía condicionar negativamente a River. Desde el punto de vista futbolístico venía sufriendo un evidente bajón coronado por los empates ante Olimpo y Boca y la derrota previsible ante Racing, que lo dejó nocaut de cara a la definición del Torneo.

Encima ocurrieron algunos hechos desafortunados que enturbiaron el panorama: la muerte de la madre de Gallardo (un golpe anímico para el líder del grupo) y un nuevo enfrentamiento entre las facciones de la barra brava en el interior del Club.

A todo esto, había una sensación general, instalada por el periodismo, de que el 0 a 0 de la ida era un mal resultado para River, casi dando por sentado que Boca podría hacer un gol de visitante.

Boca, mientras tanto, le ganó muy bien a Independiente y, sin brillar, se mostraba algo más sólido aunque con "el diario del lunes" esa supuesta mejoría del Boca de Arruabarrena tal vez se haya exagerado en comparación con el más que flojo desempeño de la etapa de Bianchi.  

El comienzo del partido pareció confirmar todos los presentimientos. Ni bien movió del medio Boca encontró muy mal parado al fondo de River y Rojas cometió un penal alevoso. Para colmo el árbitro (tal vez demasiado consciente del superclásico anterior) amonestó a Ponzio y Mercado por protestar, madrugándolos para el resto del partido. Barovero se había mostrado bastante dubitativo en los últimos encuentros pero demostró que su supuesta falta de personalidad es pura frialdad deportiva, la necesaria para desviar un penal en un Monumental que se asemejaba al infierno.

A partir de ahí River recibió un envión importante pero no supo capitalizarlo en el juego. Boca tenía el claro objetivo de hacer un gol y, con algunas participaciones interesantes de Carrizo y la habilidad de los jugadores de arriba para aguantar la pelota (Calleri, incluso el criticado Gigliotti) logró crear algunas jugadas de gol bastante claras. A diferencia del partido de ida esta vez Meli no desniveló y Gago fue un fantasma hasta que salió por un malestar físico.

Pero como en decenas de clásicos la suerte fue para Boca, la balanza parece haberse inclinado para River revirtiendo la vieja paternidad (en ocho partidos jugados durante el año Boca no ganó ninguno). Tal vez sin merecerlo River llegó al gol con una buena combinación que recordó al equipo de las primeras fechas: Mora descargó de espaldas hacia atrás, Ponzio abrió inteligentemente hacia la izquierda (a lo Kranevitter) y Vangioni envió un busca-pie venenoso que Pisculichi aprovechó de manera notable.

Durante el primer tiempo los nervios les jugaron una mala pasada a varios jugadores de River, pero en el complemento mejoraron muchísimo. Ponzio jugó tal vez los mejores 45 minutos del año. Sánchez volvió a ser el jugador incansable. Vangioni dejó de coquetear con la expulsión y se dedicó a jugar. Esos rendimientos sumados a los partidos extraordinarios de Pisculichi y Teo Guitérrez (crack) tal vez expliquen el triunfo, aunque habría que subrayar que la actitud de River, a contramano de la historia, superó con creces a un Boca que tuvo la pelota pero no pudo crear una sola situación de gol en todo el segundo tiempo. Fuenzalida, que había entrado por Gago, fue literalmente en salida y entró Chávez, que nuevamente tuvo una actuación muy pobre. Incluso River, en medio del quilombo y la ansiedad de los dos equipos, tuvo varias ocasiones para cerrar el partido, con el funcionamiento made in Gallardo, pero falló una y otra vez en la definición.

River ganó un partido importante, no sólo porque le permitió acceder a la final de una Copa Internacional después de once años, sino porque estos cruces con Boca tenían un contenido histórico innegable (algo que los propios bosteros se encargaron de recordar durante toda la previa).

El triunfo sirve para recuperar el prestigio del Club luego de varios años deprimentes pero también para revertir el imaginario popular en el que River siempre aparece como víctima de un Boca prepotente que, de cualquier manera, jugando bien, mal o regular, lo pasa por encima. En realidad a partir de los 2000 Boca ganó los clásicos más importantes (Libertadores 2000 y 2004) pero River tuvo muchas victorias que fueron desterradas por el descenso y el recuerdo (cada vez más lejano, por cierto) del Boca exitoso de Macri.

Por otro lado, este River de Gallardo, que supo deslumbrar y proponer una estética superadora para el fútbol argentino, aunque sea por justicia poética, merecía pasar a la final.


Habernos ido a la B, esa supuesta “mancha” que nos recuerdan como un jaque mate cada vez más carente de sentido, es justamente lo que permite disfrutar plenamente de esta felicidad. Pero para entender esto los hinchas de Boca deberían aprender a vivir, ¿y cómo se supone que podrían llegar a esa instancia si en 110 años ni siquiera aprendieron a jugar al fútbol? Sayonara. 

14 comentarios:

flor dijo...

El párrafo final me puso la piel de gallina. Te amo corvi, aguante river.

Anónimo dijo...

River estuvo en el aBismo; Cablevisión nunca se fue a la B. Eso le da una ventaja a River por sobre Cablevisión. Cablevisión ganó todo con Macri(co), es cierto, pero no te olvides de Bianchi. Si no fuera por el virrey Cablevisión no hubiera reinado 10 años como reinó.

hernan dijo...

Impecable cierre. Anoche vi llorar a los más duros y el festejo fue la suma de la alegría como si valiera un campeonato, y el desahogo con el que se vivió el regreso a primera. Porque sí, sacarlos en un mano a mano de un torneo intrnacional tiene mucho de desahogo.
Gran segundo tiempo de un equipo que con actitud copera se cargó a dos históricos de la "mística copera" (los pinchas y Lady Gaga y sus cometravas).
En cuanto al partido yo sabía que Gigliotti (en el juego) iba a ser más peligroso que Chavez. Baja muchas pelotas, Calleri aguanta bien y les permite llegar a los volantes rápidos. Lo que no contaba es con que "manzanita mordida" se iba a recibir de Funes Mori (Rogelio, obvio).
Abrazo y te tengo que dejar. Acabo de leer en el sitio de La Nación a un bostero elucubrando teorías conspirativas en función de que uno de los jueces de linea se apellidaba Nuñez. Es demasiado.

Anónimo dijo...

Desarticular estereotipos por medio de otros es jugar sucio. Si irse a la B no es una mancha (yo tampoco creo que lo sea) no deberías rematar el post con el lugar común de que Boca en 110 años nunca aprendió a jugar al fútbol. Por otro lado, debés ser el único hincha de River que "aprendió" y que por lo menos disimula y no exhibe los caracteres nefastos asociados tradicionalmente al arquetipo millonario, léase soberbia cuasi luciferina, desprecio absoluto por todo lo que en su imaginario se encuentra por debajo de su equipo, exitismo demencial, etcétera. En fin, y esto pertenece a un post anterior, calificar a la hinchada racinguista de extraordinaria es desdecirte de todo lo que solés sostenér que es un juego como el fútbol, y fomentar el peor chabonismo auto-indulgente, masturbatorio y megalómano. Igual me temo que la del fútbol es una causa perdida. Aguante el ajedrez.

Anónimo dijo...

ojo con tanto festejo, que todavia no ganaron nada, los colombianos no son ningunos perejiles y Racing viene con el empuje de la leche-acumulada durante anños...

GrouchoMarx dijo...

Los dos triunfos de boca anteriores (2000 y 2004) se dieron en un contexto en que River peleaba el campeonato (ganó los dos). Igual que este, que, ahora está más complicado, porque Gallardo apostó a cambiar la historia.

El del 2000 fue un “error de cálculo” de Gallego. Vio difícil el camino copero, priorizó el campeonato y llegó al segundo partido con un 2-1 a favor pero con el equipo hecho trizas, con los sobreviviente de la batalla contra Newells el domingo anterior. Boca se guardó todo y tuvo resto para liquidarlo en el segundo tiempo, paradójicamente en el mejor momento de River y con un gol de contra.

El del 2004, también River peleaba las 2 últimas fechas del campeonato. La serie tuvo errores arbitrales que favorecieron más a boca, pero usualmente se olvida que al partido decisivo River tenía que ganar, al menos para llegar a los penaltis. Y después de todo el circo del mellizo que manejó al futuro gobernador de Córdoba, cuando parecía que terminaba en empate, apareció Nasutti y “a lo boca” obligó a los penales. Después ganaron 5 a 4. Si hubieran perdido hablaríamos de la hazaña riverplatense de ganar sobre la hora y forzar los penales. Pero en cambio hablan de la enorme hazaña boquense de perder un partido sobre la hora para ir a los penaltis que es lo que más les gustaba (hasta que dos semanas después un tal Enao cambió, por un rato, esa visión).
La historia dice que unos días después River festejaba el campeonato y Bianchi se iba de boca dando un portazo y sin recibir la medalla por el subcampeonato de América.

Ahora festejamos. A lo mejor, como dice el anónimo anterior, en dos semanas nos quedamos sin el pan, sin la torta y sin el cafecito.

Igual que boquita.

espifanía dijo...

Je, excelente el final del post. Obvio que sufrimos el día que descendimos, pero ese año en el Nacional B, recorriendo el país y llenando todas las canchas, curtió mucho al mundo River. Esa "mancha" generó una mística imprescindible para ganar batallas como la de ayer.

El penal de Gigliotti fue pateado en el mismo arco y para el mismo lado que el de Maxi Lopez hace diez años...¡justicia divina!

Abrazo riverplatense

Ricardo dijo...

River recuperó mística a partir de esos primeros partidos del River de Gallardiola y Boca, quedándose afuera, en el ST fue un fantasma.
Merecido.
Ahora a pensar en lo que viene, que el campeonato no está perdido y el equipo colombiano es para respetar pero no para temer.

Abrazo de piscugol.

Anónimo dijo...

Parafraseando al Corvino
podríamos decir
que 110 años de buen fultbol
no alcanzaron para sostener
la categoría

El descenso no es una mancha.
El descenso es una cicatriz

P dijo...

Como hincha de river, reconozco que boca es el único equipo que no descendió a la B. Como hincha de river, qué lindo es ser de river..

Anónimo dijo...

Del gol mal anulado a Gigliotti no decís nada? de las "no ganas de expulsar a Ponzio" en ninguno de los dos partidos no decís nada? En Colombia se comen 3.

Ah.. y Vangioni le pego al arco en lo que describís como un busca pie venenoso. Los hinchas de Riber son asi, si lo ven como crack a Teo Gutierrez...

Rodrigo dijo...

Me está empezando a romper un poco las pelotas esto de perder con River. En fin.. ¡felicitaciones a los gallinas!
Ni vi el partido, pero me gustaron las declaraciones de Arruabarrena. No estuvo llorón sino bastante medido.

No comparto el énfasis en el "buen juego" de River vs "un grupo de matungos". Lo de la tradición de uno y otro equipo tiene algo de cierto, pero me parece exagerado. Los ídolos de Boca no sólo fueron tipos como Giunta o Hrabina: Riquelme, Marzolini, Angel Clemente Rojas, Maradona...

Saludos!

Cine Braille dijo...

La polarización River - apolíneo y Boca - dionisíaco es tan pulcra y tan superficial que seguramente fue inventada para diferenciarse mutuamente. Deben haber pesado los medios, pero casi seguramente fue algo inconsciente. Creo que es evidente que tiene mucho de sobreactuación. De hecho, es pura sobreactuación de algunos rasgos.
Digo superficial por lo de Rodrigo, y por la supuesta división de clases entre ambas hinchadas, que es muchísimo menos definida de lo que se dice. Por lo demás el fútbol histórico de River siempre se asoció al potrero, el lugar de diversión de los chicos de clase baja y media baja por definición.
Saludos

Anónimo dijo...

Corvino, notaste el fuerte parecidos entre el hijo del muñeco Gallardo y vos? ¡¡Clones!!
Aguante river. Boca, seguí llorado putón.