martes, 18 de noviembre de 2014

Rock Chabán


La TV Pública le hizo un homenaje a Cerati. Pero Cerati decía, resignado, en una vieja edición de la revista La Mano, "El rock ya no nos pertenece".

Después de Cromañón, desde el punto de vista social, lo mejor que le pudo pasar al rock argentino fue que el Estado se hiciera cargo de su logística, organizando recitales, festivales y radios que lo difunden día y noche los siete días de la semana.

Desde el punto de vista estético, creo que el hecho de que el Estado se haya tenido que hacer cargo debe ser entendido como el gran fracaso del rock argentino.

Las bandas que se formaron en el Einstein y Cemento protagonizaron la avanzada post-punk del rock argentino. Aunque García vio a Los Twist por primera vez en Cemento, ni él ni Spinetta tocaron alguna vez en un boliche de Chabán.

Darle la espalda a los viejos próceres del rock era necesario a principios de los 80, cuando todavía predominaba el hippismo tardío. El cambio que propagaron Sumo, Los Encargados y Soda Stereo, entre otras bandas, directa o indirectamente también influyó en la obra de Charly y Spinetta.

Estos ambientes, verdaderos antros donde podía ocurrir cualquier cosa (desde porquerías hasta genialidades) eran una proyección fantástica de la mente delirante de Chabán y hoy son recordados como una extraña mezcla de La Cueva, el Di Tella, el CBGC y Studio 54. No sólo había recitales de rock sino también espectáculos de danza, obras de teatro (con todo el dream team de la escena contracultural ochentosa) y monólogos en los que Chabán terminaba desnudo o haciendo alguna de sus típica payasadas.

La distancia simbólica entre ese mundo alucinante y Callejeros es un tema más ligado a lo sociológico que a la estética o al movimiento de rock argentino propiamente dicho. Lo que sí es cierto es que buena parte de los actores del movimiento promovieron una clase de conducta que terminó en la muerte de 194 personas (de hecho el Indio Solari aceptó a regañadientes que se dejaran de encender bengalas).

En el libro Cuando el arte ataque se realiza una semblanza de Omar Chabán en la que se intenta visibilizar su costado más amable. Al parecer, Chabán era un freak insoportable, de esos que se dedican a espantar burgueses las 24 horas del día y de los que en determinado punto no se sabe bien dónde está el personaje y dónde la persona.

Según se cuenta en el libro, Chabán negociaba con los pibes que no podían acceder a pagar el precio de las entradas, organizaba ollas populares, cuidaba a los fans de la policía y promovía una gran cantidad de eventos estrafalarios que no le dejaban un solo peso.

Más allá de la puerta de emergencia cerrada (hecho puntual e inexcusable) tal vez la razón por la que Chabán se convirtió en uno de los tantos culpables del desastre de Cromañón fue no convertirse nunca en un empresario profesional, algo que, paradójicamente, varios músicos que habían tocado en sus boliches le reconocían como una virtud. La actitud de Chabán frente a un grupo que dejaba pérdidas era la de recuperar el dinero en el próximo recital.

En el primer lustro de los 2000 Chabán actualizó sus números artísticos con los grupos que más sonaban en la radio (La 25, Jóvenes Pordioseros, Callejeros) y creyó que los viejos códigos del renacer democrático seguían valiendo en un país socialmente devastado. Mientras tanto el público se había vuelto bastante más anárquico y autoindulgente (de hecho lo sigue siendo: Ni las bengalas ni el rocanrol, a nuestros pibes los mató la corrupción) y las bandas, cada vez más demagógicas y vacías en su contenido, actuaban como un reflejo anacrónico y afectado de Sumo y Los Redondos. De los tardíos hippies a los tardíos chabones.

No es casual entonces que ni Spinetta ni Charly García hayan tocado en boliches de Omar Chabán. De Charly tal vez no encajaba su desbordado ego, de Spinetta su aburrido profesionalismo. Esos condimentos que en exceso pueden ser fastidiosos (de hecho lo fueron durante buena parte de los 90 y los 2000 para estos dos artistas), pero que en su justa medida sirven para que el show siempre suceda arriba del escenario.


20 comentarios:

Sergio Cilurzo dijo...

Ayer escuchaba a marchi hablando en varios canales y tenía un tono de bastante resentimiento contra, básicamente, cualquier especimen que repita lo de que "la musica no mata". Quizás crea que son los "estúpidos imberbes" de chabán, dejando de lado que chabán no es perón y estos pibes no son muy maravillosos.
Es la primera vez que comento aunque hace bastante que leo el blog. Muy bueno de por cierto.
Abrazo

Anónimo dijo...

Ya pasaron casi 48 horas de la noticia y todavía no logro entender porque se volvió con la estúpida dicotomía "para mi es culpa de chabán-para mi de callejeros".
Además de estúpida e hipócrita (porque todos fuimos tan chabán y callejeros como chabán y callejeros, algunos lo aceptamos, otros siguen repartiendo culpas, juicios y prejuicios, venganza, deseos de pudredumbre y muerte, etc) ya se torna aburrida, súper previsible, ahora como se murió chabán y ya es en vano decir nada (querían que se pudra en la cárcel, que se muera, ahí lo tienen, se murió), le toca recibir a callejeros otra vez, que ahora además de lo de siempre parece que también tiene la culpa de que el pobrecito de chabán pagara coimas para tener los kioscos funcionando...daaaaaale che, un poquito de memoria que chabán empresario profesional o amateur, antes de que existiera el mínimo esbozo de callejeros ya era flor de rata...y con esto no digo que sea culpable de lo que pasó, ni responsable, ni nada, no lo juzgo, pero los que íbamos asiduamente a cemento/cromañon lo sabíamos bien, hace rato que ya venía haciendo cualquiera...repito, todo esto no lo hace ni culpable, ni inocente ni nada, simplemente un personaje con el que no daba ni para sentarse a tomar ni un tereré.
Estaría bueno que no se empiece a hacer un mito de algo que no fue.

Anónimo dijo...

Al (aburridísimo) homenaje a Cerati lo hicieron las bandas mainstream, correctitas, la nueva mafia del rock argentino. Es decir Massacre, Catupecu Machu, Mollo, etc. ¿Esto es rock? Vomito sobre el duende de Melero (Dargelos).

Estaba pensando, leyendo tu post, que Chabán representó el Lado B del gran empresario argentino del rock: Grinbak. Uno judío, el otro musulmán. Uno rico. el otro pobre. Uno mainstream, el otro under. Después de la tragedia de Cromañón (que nombre raro) apareció el PRO con toda su fuerza. Una pena en todos los sentidos.

Anónimo dijo...

Parte de lo que se le achaca a Chabán seguramente tiene que ver con hechos inexcusables, como decís, eso de cerrar la puerta.
Pero también por ser un empresario presente, que daba la cara. ¿Quién es el responsable del Konex? ¿Quién es el "señor El Teatro"? ¿Quién era el señor Satisfaction, el señor Halley, el señor Airport, el señor Fénix de Flores?

Chabán, como dijo Minimal, estaba en la puerta.

Personalmente, creo que Cemento es un mito, aunque le pese al anonimo de acá arriba. Y Cemento es Chabán.
Y la dicotomía esa que menciona la agitan los infelices pendejos seguidores de esa banda berreta, y los lamentables familiares.

Después, cuando el Corvino escriba un post sin nombrar a García o a Spinetta......... jajajja


Anónimo dijo...

Agrego: hay una pelotudez del público que se manifiesta aún sin bengalas. Por suerte. Pero lo vi y padecí el otro día viendo a Dancing Mood en un evento (gratuito, obvio) organizado por Radio NAcional y Telam.
Pendejas (y algún pendejo tambien) sub 20 que se mandan y cuando les das lugar para que pasen, no pasan. Se instalan donde estabas vos y te sacan el lugar.
No eran lúmpenes, eran boludos de clase media sin ningún código de recital, que se mandan y ganan el lugar como barrabravas.
Cagandose en el otro, al que no registran, no miran, no les importa si cuando hacen palmas ampulosamente le pegan un codazo en la pera al de al lado...

TEngo un par de anécodtas similares, pero sería muy largo.

Anónimo dijo...

El problema es que si tenés una puerta de emergencia en tu local, y la cerrás cuando hay 3000 personas adentro... Es como la contracara exacta del que tira una bengala en un lugar cerrado. Sólo que a nadie se le ocurriría explicitar las aparentes complejidades de ese ser anónimo que apuntó un tres tiros a la media sombra. Porque probablemente no había hecho nada por el rock, por la difusión del rock y todo eso. Porque probablemente fuera un negro ¿No? Un cabeza. Porque tampoco se lo conoció, es cierto, y viene a ser casi la personificación de una masa abstracta y general. Lo que quiero decir es que ninguna escena o gestoría del rock equipara o contrabalancea las 194 muertes. Además estoy un poco hinchado las pelotas de toda esta cultura del "remar" de los músicos. Ese discurso autoindgulgente, quejoso al mango Basta, loco. ¿Desde cuándo como público comenzamos a valorar a toda esa gente del extrarradio del rock, los chabanes que hacen posible una escena, algún evento, etc., toda esa cosa ajena a la música? Sospecho que hay ahí una fuere vinculación con la cultura del aguante; que la cultura del aguante deriva directamente de ese independentismo de los 80, cuando comenzó a ser tan importante, para nosotros, que los músicos la remaran como que hicieran música. ¿Alguien se acuerda de un disco de Charly solamente porque lo grabó en condicones arduas y difíciles, remándola contra todo, cual héroe romátnico de la autodeterminación cultural? No, a quién carajo le importa. Se recuerdan las buenas canciones.

M.

Anónimo dijo...

Che… para el que dice que me pesa no sé que... a mi no me pesa que cemento sea lo que sea eh... no sé si todo el producto cemento es chabán o no, probablemente lo sea, no me interesa tampoco... a lo que iba con la formación del mito es a chabán como persona, un ser bastante detestable, rata como todo empresario, teniendo actitudes profesionales o no, estando en el lugar o no...era un tipo que te trataba mal, que usaba a menudo expresiones como “negros de mierda”, era soberbio, pedante...por todo esto digo que más allá de su capacidad y todo lo que hizo por la escena del rock argentino no da para que ahora porque se murió lo transformen en un buen tipo que tuvo mala suerte. Tuvo mala suerte, es cierto, pero era un sorete igual, con cromañon o sin cromañon.

Anónimo dijo...

la tragedia de Cromagnon no sucedio por Chaban, sino porque sumando todos los fans de Callejeros juntos no llegas a 5 neuronas...

Anónimo dijo...

Y a mi me rompe las pelotas la indulgencia con "los negros" con "los cabeza", con los pobrecitos víctimas de los 90.
¡Pedazos de forros!
Ellos y sus secuelas, que ni drogarse saben.

De nuevo, es inexcusable cerrar la puerta de emergencia, pero si alguien empieza a los tiros en un lugar cerrado (como el judío aquel en una mezquita palestina en Hebrón), va a haber muertos.
Si alguien tira NO una bengala ocasionalmente, sino varias, y si NO es alguien, sino muchos los que hacen eso. Y si los músicos de mierda alientan eso, y quizá también ayuden a entrar las bengalas...
Y si los propios periodistas son complacientes ante esa mierda... Porque cuando Vázquez dice lo de la frutilla de la torta, Juan Di Natale no le dice nada. Nada.

Y claro, las 194 muertes no se equiparan con nada. Diría que las vidas tampoco se equiparan con nada. Pero no sé qué quiere decir eso en ese contexto.

Lo que quiero decir es que la culpabilización casi absoluta de Chabán, que parece ser mayoritaria, es no sólo injusta, sino bastante boluda por simplificadora y pueril.

(Y vamos, cuántas veces escuché que se valorara la grabación de un disco en pocas horas, con pocos canales, etc...)

Anónimo dijo...

"Justicia es que no hubiera pasado"
"Los músicos solo fueron a tocar"
"Se escapó corriendo como una rata"
"Ojalá hubiera vivido más para pagar lo que hizo". (Ey, estuvo cinco años y medio preso)
"Los pibes de Callejeros se hicieron cargo, ellos perdieron a sus familias"

Y un triste etcétera, al que se suma la patetica pareja de Fontanet.

Cine Braille dijo...

Lo mejor que leí acerca de Chabán es lo de Fabregat http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-260069-2014-11-18.html

Anónimo dijo...

Anónimo 19/11/14 16:12: “(Y vamos, cuántas veces escuché que se valorara la grabación de un disco en pocas horas, con pocos canales, etc...)”

Calamaro (que no es santo de mi devoción, aclaro) dijo que los mejores álbumes de la historia se hicieron en cuatro canales (Beatles, Dylan, Beach boys, etc.) y tiene razón. Seguro que vos escuchás Catupé y odias a los negros de Cromañón, ¿no?

Anónimo dijo...

Uh, un boludo más poniendo las cosas en términos de odio.
Andate a un blog K, andate con D'Elía. Y andate a prejuzgar sobre mis gustos musicales como en esos blogs prejuzgan sobre un montón de cosas a partir de algo que uno dice.
Muy pobre, lo tuyo.

Después, vos decías que se recuerdan sólo las buenas canciones, y yo recordé que muchas veces es un plus en esa valoración las condiciones adversas en que se grabó.
Y ahora parece que vos decís lo mismo.
Incomprensible, también, lo tuyo.

De paso, te digo, a los seguidores de Callejeros y similares no los odio. Simplemente me parecen, en términos generales, unos pelotudos lamentables, del tipo de los que dicen "la locura es un placer que sólo los locos conocen", o "lo prohibido me hace vivir".

Anónimo dijo...

-Material inflamable.
-Unas 4500 personas adentro, cuando la capacidad permitida era de 1031 (hay que leer el fallo).
-Salida de emergencia cerrada con candado y atada con alambres.
-Habilitación irregular.
-Certificación de bomberos vencida.
-Presunta guardería en el baño de damas.

Anónimo dijo...

El material no era inflamable, sino tóxico. El mismo que estaba (¿está?) en la mayoría de los lugares similares.

Lo de la "guardería" quizá no fuera tal cosa, sino que las pelotudísimas madres que llevaron a sus criaturas a un recital como ese se refugiaron allí con los chicos cuando empezó el desastre.

De la banda alentando el uso de pirotecnia, de la banda facilitando la pirotecnia, de la advertencia de Chabán, del tarado de Fontanet tratando el público complacientemente, como nenes de 4 años, de eso no decís nada.

Anónimo dijo...

ACLAREMOS LAS COSAS

Nadie dice que Chabán y Callejeros sean geniales o inocentes -estéticamente son espantosos, okey, y terriblemente irresponsables en materia de seguridad, dentro de un marco calamitoso de corrupción-, no los estamos defendiendo a ellos, lo que estamos marcando es que del otro lado HAY MUCHO ODIO, hay PRO, hay rock mainstream y aburrido, y hay CARETAS. Con este tipo de gente nunca vamos a llegar a la verdad.

Anónimo dijo...

Te leí hasta que reparé en el abjetivo anárquico, dándole una connotación (¿presumiblemente?) negativa. Eso queda bien enmarcado en un discurso de Mirtha Legrand, estimado Corvino.

Corvino dijo...

Qué bueno que me marques eso porque tenés razón. Después pensé cambiarlo por "anárquico sin ideología" pero era demasiado tarde y tampoco sé si eso explicaba lo que quería decir. Igual tenés razón. Saludos.

Emile Durkheim dijo...

Tal vez el adejtivo sea anómico...

bartolomé rivarola dijo...

Dos aclaraciones:
Charly vio a Los Twist en el Einstein
Spinetta sí tocó en Cemento, en una jornada a feneficio del Borda, a fines de los 80s