miércoles, 15 de julio de 2015

Once minutos con tres segundos


“Union Sundown”. Así se llama la única canción de Dylan que menciona a la Argentina. La letra de la canción hace referencia a los productos extranjeros que invaden el Mercado yanqui y terminan por debilitar su Industria.  “El coche que conduzco es un Chevrolet”, canta Dylan, furioso, “ensamblado en la Argentina/ por un chico que gana treinta centavos al día”.

Esta canción puede servir para configurar al Dylan perdido que comenzó a asomar luego de sus discos cristianos. La conversión podrá haber sido inaceptable o insufrible pero al escuchar los discos se nota claramente que, más allá de los factores dogmáticos, Dylan ganó un nuevo enfoque que se tradujo en canciones llenas de energía y vitalidad. De hecho desembocó en otros rumbos para su música (su acercamiento al góspel y el reggae). Pasada la experiencia religiosa los discos de Dylan perdieron especificidad musical (suenan como la mayoría de los que se hicieron a mediados de los 80) y sus letras comenzaron a perder el brillo de otras épocas. La verdad es que escuchar a Dylan quejarse de las leyes de importación tendrá su costado bizarro y atractivo pero al rato se convierte en algo anecdótico y un poco vulgar.

Si sus proyectos con The Band y Mark Knopfler le habían servido para alterar positivamente su música sin perder la esencia, en los 80, la permanente relación con distintos productores y músicos terminó quitándole identidad a su música. “Union Sundwon” pertenece a Infidels (1983), que no es ni remotamente el peor disco de la década (de hecho es el más elogiado junto a Oh Mercy, del 89, sin dudas el mejor), pero el tema en particular anticipa cierto desnivel en la calidad compositiva de Dylan que se vio reflejado en los próximos discos. Infidels fue un intento decente y hasta entrañable por adaptar a Dylan, sin forzarlo desde la producción, al nuevo mundo: MTV, dictadura del pop, derrumbe de los valores de los 60 (que Dylan había derrumbado antes que nadie pero a su manera). “Jokerman”, el tema utilizado como corte, incluso tuvo su video, con Bob cantando adelante de un fondo negro, vestido con un saco color beige, mientras se sucedían imágenes que hacían alusión a la letra tal vez en forma muy directa. Cuando Dylan vio el video se preguntó si era necesario pagarle al director.

Si Slow train coming, Saved y Shot of love son la trilogía celestial, Empire Burlesque (1985), Knocked out loaded (1986) y Down in the groove (1988) son la trilogía infernal. Claro que esos mismos temas despojados de la atmosfera artificial de los ochenta seguramente habrían ganado en sustancia, pero pedirle a Dylan que además de ser un genio sea capaz de no ser contemporáneo de su época ya es demasiado.   

Centrarse en lo más flojo de la carrera de Dylan sería algo odioso aunque hay que aclarar que con el tiempo Dylan logra que sus discos malos sean resignificados como rarezas. ¿Cómo escuchar sino “When the night comes falling from the sky” (1985) o “Driftin’ too far frome shore” (1986)? Los dos temas sucumben a las profundidades del infierno ochentoso, sumergiendo a Dylan en las producciones clásicas de la época e intentando dotarlo de un sonido tecno bailable a través de coros femeninos, máquinas de ritmo y sintetizadores.    

Se destacan tres canciones en cada uno de los discos. Y que justamente esas canciones sean totalmente diferentes al resto de cada uno de los discos no hace más que comprobar, como diría Calamaro, el “rumbo errado”. La sencilla “Dark eyes”, de Empire Burlesque, con Dylan acompañándose solo con su guitarra y su armónica no sólo impulsa a la nostalgia por los viejos discos sino que también demuestra que aún en plenos 80’ a Dylan le alcanzaba con muy poco para seguir manteniéndose vigente. Bastante parecido es el caso de “Death is not the end”, de Down in the Groove, una balada folk de autoayuda imperativa (esta vez con percusión y coros femeninos).

Una de las características de estos discos es que Dylan empezó a grabar canciones ajenas y recurrió a otros compositores para armarlas a dúo (Tom Petty, Robert Hunter). La mejor de estas  creaciones conjuntas está en el tristemente célebre Knocked out loaded (probablemente el disco más criticado de Dylan y uno de los menos vendidos) y se llama “Brownsville Girl”, escrita a cuatro manos junto al escritor y actor Sam Shepard.

El tema dura once minutos con tres segundos y es un relato al estilo “Tangled up in blue” pero más extremo en su deriva narrativa. Hay que escuchar “Brownsville Girl” por lo menos una vez en la vida. Casi todos dirán:

-Ni en pedo escucho una canción de once minutos y tres segundos. No tengo once minutos y tres segundos para perder el tiempo, tengo que mirar la pantalla de mi celular, ver de qué están hablando en Twitter y fijarme qué siente Arruabarrena después de ganarle a Sarmiento.

Yo creo que nos hicieron creer que no tenemos tiempo para escuchar un tema de once minutos y tres segundos. Y no fueron ni Magnetto ni Cristina ni Macri aunque estoy seguro que Magnetto, Cristina y Macri creen que no tienen tiempo para escuchar un tema de once minutos con tres segundos. Once minutos y tres segundos dura un viaje en colectivo al laburo. De hecho once minutos y tres segundos pueden significar la cuarta parte de un viaje en colectivo al laburo. Once minutos y tres segundos es el tiempo que pasamos doblando la ropa que se secó en el tender. Once minutos y tres segundos pasan mientras no encontramos nada en la tele o en YouTube. Once minutos y tres segundos suceden todo el tiempo y nadie hace nada. Incluso no lo quería decir pero once minutos y tres segundos pasan mientras el hipotético lector lee esta porquería. Supongo que hay gente realmente atareada pero de hecho cualquier persona en el mundo que se conecta a Internet sin dudas tiene once minutos y tres segundos para llenar de sentido.  

En fin: Dylan y Shepard alternan los recuerdos de una película con Gregory Peck (sobre un tipo que atraviesa el desierto a caballo) con los flashbacks de un amor perdido. 

Sobre la creación del tema Shepard dijo que no se les ocurría nada hasta que Dylan dijo la frase con que después empezaría la canción: “Una vez estaba haciendo cola para ver una película con Gregory Peck”. A partir de ahí improvisaron la letra. Shepard se sorprendió por la facilidad con que Dylan craneaba metáforas y hacía cuadrar estrofas largas con la melodía. “Es extraño como las personas que sufren juntas/ tienen una relación más fuerte/ que las personas que viven felices” manda Dylan al final de la canción.

Hay un librito muy lindo de Shepard que se llama Crónicas de motel, una road movie escrita que funciona líricamente alrededor del paisaje del desierto texano. El libro tiene textos de diversa índole: relatos, crónicas, incluso hay poemas pero lo verdaderamente poético sucede cuando Shepard desgrana recuerdos de su infancia. A partir de ese libro a Win Wenders se le ocurrió París Texas.  No sé si eso es bueno o malo pero tenía que decirlo.

Después de esta trilogía involuntaria con momentos brillantes y de los otros,  Dylan comenzó su Gira Interminable y grabó Oh Mercy. Pero ésa es otra historia.

     

10 comentarios:

Anónimo dijo...

“ensamblado en la Argentina/ por un chico que gana treinta centavos al día”.
es un tema de calamaro, no me jodas

hernan dijo...

Este señor no tiene idea de los Convenios de SMATA (?)

Anónimo dijo...

A mí los discos de los '80 de Dylan me parecen buenísimos. Creo que se los critica porque alguna mancha hay que encontrarle al tigre, pero están por encima de otros discos de una década que fue, en mi humilde opinión, musicalmente floja en general. Igual coincido plenamente en que en sus conciertos Dylan recupera y resignifica temas que a lo mejor uno no les da mucha bola y son grandes temas. Si los grabara todos de nuevo en estudio nadie lo dudaría, creo.

De paso, aporto que en Shot of Love hay un tema en el que menciona a Buenos Aires. El tema es "The Groom's Still Waiting At The Altar" y dice:
Cities on fire, phones out of order,
They're killing nuns and soldiers, there's fighting on the border.
What can I say about Claudette?
Ain't seen her since January,
She could be respectably married or running a whorehouse in Buenos Aires.

En 678 dirían que el discurso de Dylan nos estigmatiza, es imperialista y pro-buitre, ja.
Abrazo!
Laudrup

Anónimo dijo...

yo tengo 11 minutos para escuchar un tema de dylan, cualquiera de ellos, pero no tengo 11 minutos para buscarlo. En mi busqueda de 11 segundos en youtube encuentro que alguien subió la única vez que lo tocó en vivo, y resulta que en esa ocasión Bob no tenía 11 minutos para tocarlo y terminó haciendo una versión de 5 minutos, donde repite todo el tiempo el estribillo y no toca ninguna estrofa. No tengo tiempo hoy de seguir buscando y desmentirlo. Más allá todo post que trate de o mencione lateralmete a Dylan vale la pena. Saludos.

Cine Braille dijo...

Las cosas que se hacen por una rima o una métrica: en 1983 la General Motors no tenía fábrica en Argentina, se fue por 1978 y volvió a hacer Chevrolets acá por el noventa y algo. Peor le fue al Indio, que el público leía lo de "el pincha y los canallas", sabía que había vivido en La Plata, y deducía que era hincha de Estudiantes. Y esa es la incomprensión más suave. Igual el Nobel a la inclusión forzada por la rima y la métrica debe ser la del "manual de Kapelusz" por Charly.
Muy bueno tu riff around los once minutos y tres segundos, es el estribillo del post. O al menos una muy buena middle eight.
Hay toda una discusión acerca de la música de los 80, con Fresán afirmando que fue una edad de oro y Bobby Flores diciendo que fue una mierda salvo en Argentina, que fue su mejor momento. (Uno de los dos diría yo: el otro fue 1969-77, aunque con menos cantidad). Creo que en esa opinión, además de la edad de cada uno, de cómo le fue a cada uno en la feria de los 80 y de la muy especial estética de esos años, influye que los héroes de los 60 y 70 llegaron a los años 80 quemados, y Dylan es un buen ejemplo, como Bowie, McCartney, Jagger, Richards, Plant, Page, Waters, Harrison, Clapton, Neil Young, Townshend. Debe haber sido la crisis de los 40, porque en los 90 varios se recuperaron. Pero cierto que esa es otra historia.
Saludos

Anónimo dijo...

Hola Corvino.

Dylan también menciona a Argentina en la preciosa "Angelina" un incomprensible descarte de Shot of Love:

There’s a black Mercedes rollin’ through the combat zone
Your servants are half dead, you’re down to the bone
Tell me, tall men, where would you like to be overthrown
Maybe down in Jerusalem or Argentina?

En cuanto a los 80, hubo mucho por ahí dando vueltas además del look estrictamente MTV. Buena parte de Talking Head, sin ir más lejos.



Anónimo dijo...

no conocìa este blog pero el sábado ala noche Manuel Moretti en el recital de Estelares en abbey road lo mencionó y te mencionó y la verdad que no se equivocó. Realmente un blog de la hostia!!!!! de ahora en màs en mis favoritos. Abrazo desde Necochea. Fabio

Corvino dijo...

Qué grande Moretti!

nslg dijo...

Pensé que había dejado este comment diciendo que la versión de Jeff Healey de "When the night comes falling..." está muy buena...

Anónimo dijo...

y ese tema que decís de Dylan es glorioso!! creo que Empire Burlesque envejeció mal por su sonido pero tiene buenas canciones. "Groove" y "Knocked out" tienen todo el aspecto de ser rejuntes de canciones que, de haber tenido autocrítica, don Zimmerman podrìa haber hecho entre los dos un buen disco (sin ser brillante)
Fabio