domingo, 12 de junio de 2016

Los rusos hijos de puta


1) Ambientada en el primer lustro de la década del 80 los protagonistas de The Americans son Philip y Elizabeth, espías de la KGB, adoctrinados para hacerse pasar por ciudadanos estadounidenses y destruir el American Way of life desde adentro de la Matrix. Sus hijos, Paige y Henry, yanquis ortodoxos en la edad del pavo, simbolizan el enemigo interno: ella es una católica idealista, él un paparulo adicto a los videojuegos. La ambivalencia monstruosa del vínculo, que a veces se resuelve de manera dramática y a veces de manera cómica, es la clave para entender la adicción que genera la serie. 

2) La mayoría de las películas de terror suceden en torno a familias que viven en casas poseídas y, subrepticiamente, más que para asustarnos de los fantasmas, sirven para espantarnos del concubinato y el matrimonio. No es de extrañar entonces que la familia atormentada se mude a otra casa y los hechos sobrenaturales prosigan: los malditos son ellos y, por añadidura, el sistema cultural que rige occidente. En The Americans la guerra fría es una boludez al lado de lo verdaderamente importante: la guerra de guerrillas que entraña en sí mismo el concepto de familia. Con sus correspondientes superclásicos: padres vs. hijos, hija vs. hijo, padre vs. madre, padres vs. vecinos. Acá, como en una materialización grotesca del loco Althusser, todos se revelan aparatos ideológicos del Estado. Especialmente aparatos.  

3) La banda sonora de la serie curte el synth pop de diferentes ramas que gobernó la estética musical de la época. En ese sentido The Americans es crítica rock ya que en forma implícita señala una conexión política (o al menos poética) entre el predominio de la tecnología en el pop, con sus gélidas drum machines, y la competencia armamentista de los 80, telón de fondo (estereotipado) de la guerra fría que enfrentó a Estados Unidos con la Unión Soviética. Afortunadamente The Americans no abusa de la retromonía. En cambio, cuando menos lo esperamos y muy cada tanto, elige ubicar algún que otro tema, a veces hits gastados ("In the air tonight", "Under pressure") que en medio de la trama hermética al tiempo que se resignfican le dan un poco de aire al psicologismo opresivo de la ficción. 

4) Desde el principio The Americans fue una serie exitosa que tuvo a favor al público y a la crítica pero jamás representó un boom. Es decir, más allá de su regularidad (acaba de terminar la cuarta temporada) y de su prestigio, nunca fue Breaking Bad, ese tipo de series que si cometés el pecado de no ver (porque no te interesan, porque no te gustan) te hacen quedar afuera de La Conversación. Durante un tiempo me molestó que The Americans no fuese reconocida pero ahora me pasa con la serie lo mismo que con algunas bandas o escritores de culto a los que atesoramos de tal forma que, a mitad de camino entre la estupidez y el amor (bueno, como siempre), creemos que su masificación incidirá de manera negativa en el contenido de la obra. Así que por favor no vean The Americans, sigan con House of Cards y ese tipo de cosas inteligentes.  

5) Algún día alguien explicará cómo fue que Keri Russel pasó de ser la flaquita de rulos de Felicity a esta mujer que propaga una especie de erotismo inteligente, si es que esto existe, y a la que, misteriosamente, todas las pelucas le quedan bien. Mientras tanto podemos seguir mirándola para desentrañar el enigma. Los Fabulosos Cadillacs se burlaban del auge tecnológico de los 90 aclarando en el sobre interno de sus discos "no se usaron samplers". En la entrada de Wikipedia de Keri Russel deberían añadir "no se usaron cirugías estéticas".        


6) Al lado de los yanquis truchos vive Stan, agente del FBI que se destaca por ser un talento en su profesión (es el personaje de la serie condenado a descubrirlos) y un bodrio en la vida cotidiana (su mujer lo abandona y su hijo no le da bola). Por supuesto Stan desconoce la verdadera identidad de sus vecinos y entabla una amistad patológica con Philip. Hay algo morboso y al mismo tiempo conmovedor en esos dos adversarios irreconciliables que, mientras cae la noche y se toman una cerveza fría, se cuentan sus intimidades. Te encargo esa grieta.               

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hablando de rusos, estaba leyendo como fajaron a los hooligans los piratas en la eurocopa, cobraron de lo lindo los ingleses.

Roberto Aranda dijo...

Excelente serie! A mi me sorprende la actriz que hace el papel de Page. Imaginate ser una chica religiosa y de repente te enterás que tus padres son rusos infiltrados!!! Esa piba con una mirada de ojos llorosos te dice mil veces más que cualquier reina adolescente de Pol-ka. De dónde salen tantos buenos actores en USA?
Roberto

Unknown dijo...

no la miro, no miro ninguna serie ahora mismo en realidad, pero me gusto mucho tu analisis asi que espero que la serie este a la altura de el. gracias!

Malbec 81 dijo...

La primer temporada me recordo a esas primeras temporadas de Los Sopranos, donde el nexo protagonista tenia que sobrevivir a sus dos familias (mafia y sanguinea). Humor Negro y exquisitas Frases para todos los colores.

Otra gran serie de culto (no Popcorn) The WIRE, junto a los sopranos y MadMen mis favoritas. Del lado del pochoclo (pero inteligente) Sherlock.

Por lo pronto a poner un playlist de esta serie.