sábado, 21 de enero de 2017

Primera y única vez que escribo sobre Zappa


I

El caso de Zappa es paradójico. Tal vez no haya músico surgido del rock con más prestigio. Decir que te gusta Zappa es una forma de aclarar que se pertenece a cierto grupo minoritario y selecto dentro de la ensalada del rock. Al mismo tiempo, es probable que de todos los grandes íconos (Bowie, Dylan, Lennon) sea, por lejos, el menos escuchado. 

Generalmente uno dice que le gusta Zappa incluso antes de saberse un solo tema, para quedar bien con la policía del rock. En Argentina decir que no te gusta Sumo es de blanditos. Te puede gustar o no, puede ser cierto o falso, pero es así. Decir que no te gusta Zappa directamente es de tontos. No estoy diciendo que tal cosa sea verdadera en términos reales, me refiero al imaginario generado alrededor del músico.

II

En cierta forma lo que se conoce de Zappa son un par de frases (la de la estupidez y el hidrógeno, las dos contra los críticos de rock, la de que el cuerpo es un “saco de mierda”), una canción ("Bobby Brown") y su imagen: pelo largo enrulado, nariz ganchuda, bigotes tupidos, una extraña chiva debajo del labio inferior. La imagen de Zappa es casi tan importante como su música. Fotos cagando. Fotos metiéndose el dedo en la nariz. Fotos en calzoncillos. Y, finalmente, fotos mirando a cámara en las que sus ojos dicen algo así como: "Ustedes son unos estúpidos y yo soy un genio". 
 
Un tema como "Twenty small cigars" en YouTube tiene alrededor de 15000 visitas. Una versión del mismo tema por el violinista Jean Luc Ponty (para King Kong, disco donde versiona la música de Zappa) otras 15000. La nada nisman.

¿No es un poco arbitrario plantear la supervivencia de Zappa en el mundo actual a través de la cantidad de reproducciones de una canción instrumental y olvidada de un disco de 1970 en YouTube? Si. Lo que quiero decir es que es una injusticia que un tema tan bello,  y de menos de tres minutos, no sea más escuchado. Al mismo tiempo es perfecto. Zappa es irreductible para el mundo de la industria discográfica (a la que odió con su proverbial coherencia). No hay revivals de Zappa. Lo van a escuchar quienes quieran hacerlo. No va a existir un Tango Feroz de Zappa ni en pedo. 

En cuanto a sus canciones canónicas (“Cosmik Debris”, “I'm the Slim”, “Don't eat the yellow snok/Nanook rubs it”, “Camarillo Brillo”; bueno, las del compilado de Rosso) están de uno y a otro lado del filo del millón de reproducciones, lo que revela por qué la mayor parte de los fans de Zappa son pelados o se están por morir o son Pettinato. No sería raro que si cada vez nos cuesta más leer el Ulises de Joyce o Guerra y Paz de Tolstoi (dijo el mosquito), a las nuevas generaciones les cueste cada vez más escuchar un disco entero de Frank Zappa. De ese nivel de dificultad hablamos. Bueno, tal vez esté exagerando: Joyce no era tan ambicioso como Zappa.  

III

Hace algo así como diez años me bajé todos los discos de Zappa. Su discografía estaba separada en tres grandes y pesados archivos. Tuve la sensación de haber descubierto un tesoro ya que después de años de pasar por una disquería selecta de la galería San Martín veía sus discos como algo inalcanzable. Por el precio y porque no me sentía con las herramientas básicas para entenderlo.

Bueno, uno nunca se siente con las herramientas básicas para entender a Zappa. Es como Faulkner o ese tipo de hijos de puta complejos. 

Llegué hasta mediados de los 70, exceptuando grandes hitos como Sheik Yerbouti o Joe's Garage, que se editan a fines de esa década. Por eso cada vez que digo que me gusta Zappa siento que estoy incurriendo en una impostura. Zappa genera la necesidad de escucharlo todo para poder opinar algo.   

IV

Si hubiese nacido acá Zappa, que se cagaba de risa de Dylan (“Flakes”) y de los Beatles en la cara, se hubiera burlado mucho de la lírica de Spinetta. Del divismo de Charly. Del hermetismo del Indio Solari. Del conchetismo de Cerati. Elaboro estas hirientes contrafácticas para con mis más grandes ídolos (que a su vez idolatran/idolatraban a Zappa) para inducir a pensar que Zappa es en sí mismo una ideología. Uno puede extrapolar su pensamiento e imaginarlo en diferentes ámbitos y contextos. Y siempre funciona. 

¿Con qué músicos hubiese tocado Zappa si fuese argentino? Estas preguntas son una idiotez, pero sólo quería decir que hubiese tocado con los músicos de Spinetta. Hubiese tocado con Malosetti, con Pomo, con el Mono Fontana. Hubiese tocado con el Pedro Aznar de “Peluca telefónica”, “Cucamonga Dance” y “Hundiendo el Titanic”. Tal vez hubiese contratado para alguna gira a Pipo Cipolatti y lo hubiese echado a los dos días. Otro músico que podría haber tocado con Zappa: Ariel Minimal. De hecho podrían haber compuesto alguna canción a dúo y editar un disco llamado "FlopaZappaMinimal" (con el hit “Las comadrejas se comieron mi álbum blanco”). 

V

¿Qué escuchar de Zappa? Nadie puede ser indiferente a Hot Rats, aunque después de escucharlo puede que el resto del rock te parezca una boludez innecesaria. La historia oficial del rock encumbra a la Velvet y a The Doors como el lado b del verano del amor. Mejor la trilogía inicial de Mother of the invention: Freak Out!, Absolutly free y We're only in for the money. Esos tipos estaban locos en serio y daban la impresión de bañarse mucho menos que Lou Reed y Jim Morrison. Después están los discos accesibles, con canciones de un estándar más comercial donde Zappa traficaba escatología, mala onda, humor y sus clásicos barroquismos delirantes donde el jazz, el blues, Stravinsky, el country y cualquier otra género o músico eran utilizados y deformados para expresar ideas simples y revolucionarias: sin dudas Apostrophe, pero también Chunga's Revenge y Over-nite sensation. Estos discos desmienten uno de los grandes prejuicios sobre Zappa: “música para músicos”.

VI

Lo primero que le dijo Lennon cuando lo conoció (él lo quería conocer, a Zappa le chupaba un huevo) fue: “No eras tan feo como pensaba”.

VII

Lo único que lamento de algunos discos de Zappa es que no cante todos los temas él, ya que sus multitudinarias bandas solían estar integradas por cantantes que se hacían cargo de la parte vocal. Creo que eso arruina bastante sus discos post mediados de los 70 (esto más allá de que es evidente que su época de oro sucede a fines de los 60 y en el primer lustro de los 70). Entiendo que hay un gran contenido teatral en la música de Zappa y de alguna manera las canciones (que muchas veces cuentan historias con diálogos interminables) necesitaban varias voces, pero los cantantes de Zappa, todos grandes artistas, me parecen obstáculos para acceder a la obra. No hay nada mejor en el rock que su voz grave y sarcástica denunciando la estupidez. Incluso uno llega a sentir un lazo afectivo con esa voz grave y sarcástica (en ese sentido es bueno que haya utilizado otros cantantes porque cuando entra su voz es realmente conmovedor, más allá de que las líricas estén a miles de kilómetros de lo que usualmente se reconoce como “conmovedor”: “Joe’s Garage”, el tema, es un buen ejemplo de esto).  

VIII

En fin, el motivo de este texto reside en que acabo de ver Eat that question, un documental sobre Zappa que compila entrevistas, fragmentos de sus canciones, flashes sobre su labor como autor de música clásica e intervenciones públicas que, por decirlo de una manera sofisticada, le metían el dedo en el culo al sentido común imperante. Hace unos pocos días se viralizó un fragmento en el que Zappa le da con un caño a la cultura yanqui hegemónica. Por otro lado me pregunto en qué otro lugar del mundo podría haber surgido un Zappa. Es muy emocionante percibir su sorpresa y su agradecimiento cuando es invitado a Checoslovaquia y lo reciben como un ídolo. En el contexto estadounidense Zappa se sentía absolutamente desplazado y sus declaraciones revelan un alto grado de amargura y resentimiento. Dicho sea de paso, la amargura y el resentimiento cuando sirven para generar una obra única no están tan mal después de todo.   

Viendo el documental pensé dos cosas. Por un lado lo importante que fueron los guardianes de las buenas costumbres para el rock. Todas esas polémicas sobre el contenido de las letras de Zappa no hicieron más que agigantar su figura y otorgarle al rock una importancia sociocultural que de otro modo no hubiese tenido. En su famosa discusión contra Tipper Gore Zappa es interrogado sobre si le compra juguetes a sus hijos. Contesta que de eso se encarga su esposa y Gore le dice que si lo hiciera sabría que en las cajas se indica para qué edad es cada uno de los juguetes, dando a entender que debería suceder algo similar en los discos de rock.  Zappa dice que eso le parece mal porque da a entender que un tipo en su oficina decide cuán inteligente es su hijo.

Por otro lado, teniendo en cuenta que buena parte de las letras de Zappa tienen un contenido sexual esencialmente basado en la cosificación de la anatomía femenina (tetas, pezones, conchas, culos), en reírse de gays, lesbianas, gordos, tipos con olor a pata y toda clase de minorías me pregunto qué grado de inquisición recaería sobre su obra de estar vivo o por lo menos un poco más presente en la agenda mediática del rock. A su favor se podría decir que, como Chesterton, el problema de Zappa no es con los blancos, los negros, los heteros o los homosexuales, sino con toda la raza humana. Allí están, entre otros, sus dardos a la Iglesia, al Comunismo, la televisión, al racismo y la democracia yanqui, a la que veía en camino a convertirse en una teocracia fascista. En ese sentido es imposible no preguntarse qué estaría diciendo de Donald Trump en este mismo momento.    

IX

Es probable que incluso en el 2017 si escuchás un disco de Zappa a un volumen un poco elevado algún vecino te golpee la puerta preguntándote si estás bien. O llame a la policía. Si no me creen hagan la prueba con Weasels ripped my flesh. De hecho uno puede ser ese vecino. Las canciones de Zappa están llenas de pedos, toses, eructos, voces, gritos desaforados y todas las manifestaciones del ruido. Ahora voy a decir algo que, en el caso de que algún fan de Zappa esté leyendo esto, me convierte automáticamente en un hereje: es muy difícil escuchar un disco de Zappa sin pasar de largo algunos tracks experimentales que se pueden oír un par de veces con más ánimo arqueológico que placer. En ese sentido Zappa es el músico menos pop de la historia del rock. Sus incursiones anti-musicales revelan su gran pasión: incomodar. En varias entrevistas se refiere a las performances de Mother of the invention y las relaciona con el dadaísmo. Más allá de las famosas cruzadas de los guardianes de las buenas costumbres contra el lenguaje explícito y políticamente incorrecto de sus letras, Zappa, a diferencia de otros rockeros, logra que la verdadera subversión alrededor de su figura no esté en la experimentación con drogas (a las que despreciaba haciendo alarde de su costado conservador) o en tirar televisores desde ventanas sino en la música misma.

XII

Curiosamente lo que menos me interesa de Zappa es lo que más le interesa a muchos: su modo de tocar la guitarra. En ese sentido el fan estereotipado de Zappa es peligroso: ama el virtuosismo y probablemente tenga todos los discos de Satriani o Steve Vai (uno de sus músicos más conocidos). Para mí de todo lo genial que hay en el mundo lo peor es el virtuosismo.

XIII

Escribo con la certeza de que nada que se pueda decir sobre Zappa alcanza para expresar su brillantez. Por lo menos yo nunca leí un texto sobre Zappa que explique exactamente qué es lo genial de Zappa. No queda otra que escucharlo. Juro que esta es la primera y última vez que escribo sobre él.


12 comentarios:

Anónimo dijo...

Te Zapaste Corvi!!!

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Algo que me ha fastidado que quienes pasaban a Zappa, me refiero a alguna radio solo parecían conocer Bobby Brown.
Interesante entrada.

Chofer fantasma dijo...

Como pide F. Casas: nos ponemos de pie... Sexual harassment in the workplace tiene una guitarra increíble, y a mi me parece que San Bernardino es el molde de las canciones de rock

Cine Braille dijo...

El documental es muy bueno. Zappa es uno de esos artistas que siempre tiene algo para decir y que a uno no se le ocurrió nunca, o lo supo siempre pero nunca fue capaz de expresar en palabras. Hubiera sido un crack del stand up también. Porque toma los reportajes como una parte de su función de artista, más allá de que le parezcan algo aberrante, sólo un paso más acá "de la Inquisición".
Me causa mucha gracia el reportaje del cana para el programa de la policía de Pensilvania, justo en el que más bardea a las drogas. Y deja un nudo en la garganta en el reportaje final, flaco, gastado, y no demostrando ningún interés en ser recordado, dice que es algo para gente con ego gigante, como el primer presidente Bush, o Reagan. También gracioso cuando "toca" una bicicleta en TV, con 15 años.
Eso de bardear a todos para joder acá lo hacía Luca Prodan, como decir que Fito era el hijo de Charly y Nito o que acá todos tenían voz de hombrecito, y no se distinguía a Porchetto de Cerati o Federico Moura. Charly, que le robó más de una idea para divertirse en los reportajes, a veces tenía arranques semejantes.
Saludos

Anónimo dijo...

Amigos, alguien sabe de algun sitio donde se pueda ver el documental subtitulado al español???

made atom dijo...

me diste ganas de escuchar por primera vez a Zappa.

Anónimo dijo...

Hola, hay cosas y canciones que me gustan mucho, otras no. Creo que si hubiese vivido acá y viviese aún hubiese tocado con algunos músicos under, de los famosos podrían ser los Divididos (Arnedo-Mollo como instrumentistas, no como compositores), con Los Natas (más que malabarismo, esos tipos sabían cómo crear climas), con el violero clásico de Massacre (el tordo), Melingo, Miguel Abuelo, Ricardo Pellican, en lo de Minimal coincido. El jazz-rock Argentino derivó en algo horrible: elitismo, divismo, malas canciones, malos cantantes, y el uso de "notas raras" que causan problemas para estructurar melodías que se sostengan por sí mismas, sin necesidad de arreglos forzados. Volviendo a Zappa, un músico genial, un símbolo para bien y para mal. Pedrito Pobre

el hijo de Arrostito dijo...

Me hiciste acordar que en ¿1982? en 9 PM (el Control de la Noche para tí, Corvi) pasaban Cocaine Decisions traducida como Decisiones Locas.
Y en Videoscopio (Canal 11, ¿1985?, conducido x Lalo Mir, con Pipo!!!. Melingo!!!!, Calamaro!!!!) pasaban un video de Be In My Video o Born Under a Bad Sign, ponele

Pangloss dijo...

Vi por ahi que se le atribuye la frase: "Politics is the entertainment division of the military industrial complex". Interesante.

@fasemaniaca dijo...

Apostrophe / Overnite sensation perfecto para acceder. Según la enciclopedia de datos inútiles que tengo en la cabeza, fueron grabados juntos y publicados separados con los mismos (impresionantes) músicos. Según la misma enciclopedia, Canta Tina Turner (no acreditada) en esos discos. En el extremo opuesto, Civilization Phase III, último trabajo publicado en vida grabado con Synclavier (un aparato complicadisimo de la época que necesitaba 2 o 3 ingenieros de sonido para programarlo) y la mejor muestra de sus incursiones en la música "seria". La única receta que he descubierto con Zappa es escuchar y escuchar y escuchar hasta que "Montana" te parezca una de las canciones más bellas de la historia de la música (señal de que tu gusto musical está pervertido para siempre).

Corvinus dijo...

El documental se lo pueden bajar de alguna página de torrents y los subtítulos también están para bajarse.

Saludos, gracias por existir.

Facundo Maggio Ramírez dijo...

Basta de poner a Zappa en un altar. Es insoportable su insistencia en hacerse el gracioso. A excepción de Hot Rats todo lo demás es bastante mediocre.
Qué gran mentira es la supuesta complejidad de las composiciones de Zappa. Complejo es Close to the edge, Pawn Hearts, no jodamos.
En fin, eso.
El doble en vivo en NY lo banco,tho.
La radio está buenísima.