sábado, 30 de julio de 2005


OTRO CAPITULO SUPREMO EN LA VIDA DE RICHARD WONDERFUL

Corre el año 69 y richard wonderful se encuentra en Londres mirando fijamente la tapa de rolling stone donde yoko y john se ven desnudos, dándole una oportunidad a la paz y por que no a la culeada, de pronto el delirio toma por asalto a richard y se cruza a la despensa “SEAMOS POSMODERNOS”
El reducto, cuna de distintos artistas plásticos y etílicos de los que nos obligan a la pregunta: “¿y esto que carajo es?” ven entrar a richard totalmente desencajado, se acerca al mostrador y pide una latita de sopa campbell, sus ojos bizcos por el smog, remiten a la locura. Andy warhol (siempre al pedo) observa la escena sentado en una reposerita en tanto fuma su crack, inyecta su heroína, jala su cocaína, pita su cigarrillo de marihuana, lame un pene, toma su whisky y aspira su ran, antes de salir del lugar, richard le da una cámara fotográfica a warhol y le pide que le saque una foto con la latita de sopa. Wanderful coloca la lata arriba de la mesa y posa al lado, warhol le dice “campanas de colores yacerán en la vagina de una lombriz africana”, todos aplauden la genial ocurrencia haciendo gestos posmodernos ortodoxos (como la composición de novelas que en realidad son un collage de otras o la acumulación de objetos inservibles que luego serán rematados a 10000 dólares en el museo de Nueva York) en tanto warhol saca la foto un tanto corrida, solo la sopa sale en la foto. A richard no le importa, ya se ha ido del lugar sumido en la cólera aportando otro eslabón en el collar pelotudo de la posmodernidad inservible.

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