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viernes, 13 de mayo de 2011

Pérez, Prueba II


En la mitología turística de las ciudades argentinas existen varios estereotipos reconocibles. Mar del Plata es la ciudad de Aldrey Iglesias (1). San Miguel de Tucumán de la caña de azúcar. Mendoza la tierra del buen vino. Y La Plata la ciudad de las diagonales... y de las bandas de rock sofisticadas. Tal vez habría que investigar la composición química del agua o algún fenómeno astronómico de proporciones para entender por qué razón allí y no en otro lugar suelen aparecer artistas originales, modernos y prestigiosos. Es cierto: dentro de la crítica rock es un lugar común proponer a La Plata como el epicentro del under nacional. Pero también se sabe que varios lugares comunes son indudables verdades. Esto se puede evidenciar en la vigencia de algunos dichos como "No por mucho madrugar, amanece más temprano" (la frase de Jack Torrence en la versión subtitulada de El Resplandor) o "¿Cómo podría saberlo?". Se suele aludir a que la existencia de la Universidad actúa como propulsora de cierta ebullición artística, sin embargo lo mismo ocurre en otras ciudades del país sin ningún resultado similar. En fin. La genealogía rocker platense tiene más ramificaciones que los Buendía. Formaciones antológicas como Virus y Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Héroes del indie noventoso como Peligrosos Gorriones. Sensibles estetas de la canción pop como Estelares. El último aluvión estuvo conformado por bandas de nombres extrañísimos, de las que su principal exponente es Él mató a un policía motorizado. Por eso sorprende la existencia de Pérez. Sí, así como suena. En una era en la que lo fundamental parece ser encontrar un nombre original apto para destacarse de inmediato en Google, una banda elige el apellido insigne del anonimato (cuando se quiere explicar que alguien es Nadie se dice: "Es un Juan Pérez"). ¿Tal vez nos volvimos todos tan raros y freaks que lo que nos llama la atención ahora es lo aparentemente normal? No lo sé y, en realidad: ¡no me incumbe! Esto no es un maldito manual de sociología, simplemente pretendo dar cuenta de una banda y presentarla porque su disco homónimo contiene eso que nunca pasa de moda: canciones de amor, tristeza y pérdida. Y éstas son algunas de las mejores que se han escuchado en los últimos tiempos (2). El sitio en MySpace describe la música de los ya enigmáticos y legendarios Pérez como "canción popular melodramática". ¿Cómo resistirse a tal clasificación? No hay forma. Pero ¿de qué hablan las canciones de Pérez, Señor Mc Clure? De quedarse en babia, de para qué salir si “siempre es lo mismo”, de frases escritas con dolor, de cuando el sol, en vez de alegrarnos, nos entristece. Una lírica cotidiana y existencial para escuchar un domingo a la tarde, cuando podemos escribir La Náusea de atrás para adelante y con los ojos cerrados. Pérez puede ser el soundtrack perfecto, amigos, para esos días grises y aburridos que se avecinan en otoño. El sonido remite al rock pop alternativo y guitarrero por excelencia: el mejor R.E.M, el primer Radiohead, destellos de brit pop, el adn del rock argentino más cancionero y beatle (con Charly García como principal abanderado). Y más allá de la música (si eso es posible cuando nos referimos a una banda de rock) algo interesante de Pérez es que se trata de una banda que hay que buscar, que no vamos a encontrar en un par de tipeos rápidos. Como sucede con los libros incunables y con las mujeres enigmáticas que nos atraen, la dificultad para el acercamiento hace que el encuentro se convierta en algo todavía más deseado. Y tener expectativas en momentos en que es imperativo estar a un link de distancia y hasta la vida es “a la carta” es casi un milagro: a veces parecería que se quiere suprimir el concepto de tiempo para que todo suceda a la velocidad de la luz (3). Justamente de eso también habla Pérez, una banda aparentemente sencilla que se propone hacer canciones y termina arrojando un cuadro de situación sobre la insatisfacción general de una época en la que tenemos casi todo a nuestro alcance (4) pero nada nos interesa. Una vez más, todos los caminos conducen a La Plata.


(1): Analogía Lostie: Aldrey Iglesias es Jacob, Pulti es Benjamin, Mar del Plata es la Isla y los marplatenses somos los sobrevivientes del vuelvo 815.


(2): La frase "últimos tiempos" hace referencia a un lapso que puede ir de 1970 a la actualidad como así también de febrero del 2011 a la semana pasada.


(3): Bueno.


(4): Cuevana + Google + Taringa + Youtube: Totalidad del Universo Existente.


(Publicado en la revista Power Music Abril/Mayo 2011. Publicado en Ilcorvino hace dos días. Misteriosamente borrado. Republicado en Ilcorvino)