martes, 15 de junio de 2010

Con el viejo póster, Diego en México campeones...


Como afirma un grupo de facebook con 347.975 fervorosos y sufridos adherentes “El mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón”. Durante mucho tiempo el fútbol argentino quiso sacarse de la cabeza a Maradona, pero en nuestros corazones Diego seguía eludiendo ingleses y jugando con el tobillo destrozado. Por eso cuando las cosas no funcionaban y aún con el 10 retirado (a punto de morir, en Cuba, actuando de sí mismo en el Showbol, confundiendo la tarea de animar un programa de TV con el emisión constante de gritos) desde las entrañas del Monumental comenzaba a corearse espontáneamente su nombre. De la misma forma la chica pasea con su nuevo enamorado, pero de pronto recuerda que por esas mismas calles deambulaba con su ex, quien la trataba mejor y había sacado un crédito para comprar un auto y no tener que cagarse de frío caminando a la intemperie.

Porque si la historia entre Maradona y el público de fútbol no es una historia de amor, yo no sé qué carajo es el amor (lo que, por otra parte, explicaría varias cosas en mi vida). Y los que no quisieron ver en su desembarco como entrenador de la Selección una de esas farsas en las que parejas derruidas reaparecen cual T-1000, es, justamente, porque están muy enamorados. Todo o casi todo lo que hizo Maradona desde que asumió hasta que dirigió su último partido en las Eliminatorias contra Uruguay fue alarmante. Parecía el argumento de una obra de teatro absurdo: el mejor jugador de fútbol de la historia no sabía nada de fútbol. O creía más en el combustible espiritual que en la verdad del verde césped. Desde la desafectación de Riquelme con una ayudita de sus amigos de T y C Sports y el juego paupérrimo del equipo hasta los detalles escabrosos de sus relación con Bilardo. Si detrás de la línea de cal parecía un actor malo, enfundado con ropas deportivas y haciendo la mímica de lo que debería decir un director técnico.

Para peor, cada descalabro era acompañado con alguna de sus frases de cabecera, esos eslóganes para la gilada (entre la que me suelo incluir) que todos ya bien conocemos. El repentismo genial de “La pelota no se mancha” y “Me cortaron las piernas” provoca la identificación emotiva. La agresividad reaccionaria de “Pelé debutó con un pibe” y “Sigan chupando” no hace justicia a un personaje tan entrañable, más bien le da pasto a las fieras (entre ellas quienes “la tienen adentro”). El Maradona técnico no estaba a la altura del jugador.

Pero ahora veo a Maradona por TV y es otro.

No hablo de su barba entrecana ni del traje formal que usó para el encuentro con Nigeria.

No me remito a su abrazo con Estela de Carlotto, Maradona lo único que tiene de progre es el look (1). Ni siquiera al planteo táctico o los jugadores elegidos, sino (y tal vez a partir de ahora crean que estoy loco), a su mirada. La noté en las primeras imágenes que llegaban desde Pretoria. En algunos pasajes de las conferencias de prensa donde despliega su stand-up. Cuando antes de comenzar el partido con Nigeria la cámara pasó fugazmente por su rostro sonriente.

Maradona está mirando como quien sabe algo que los demás no. Es esa sabiduría milenaria, más vinculada al instinto que al intelecto. Esto no se aprende en los libros, no se puede explicar racionalmente, se reconoce. ¡Lo que lo jodió en las Eliminatorias no fue su inexperiencia, sino la incomodidad del marco: era muy precario para su magnitud! Cualquiera gana una Eliminatoria, unos pocos el Mundial. Me parece que el tipo sólo está para cosas mayores y es la Copa del Mundo la escenografía que necesita para sentirse como en su casa. Ahora pienso que los rivales pueden experimentar un terrible cosquilleo cuando el astro, como un patriarca entrado en años, les alcanza la pelota para tirar un lateral. Me cuesta mucho, pero de a poco me ilusiono con que la Selección llegue, aunque sea, a estar entre las cuatro primeras. No por el país o la Patria o el fútbol argentino, no creo en esas entelequias borrosas. Tampoco para descargar las frustraciones de la vida cotidiana, sino por él, ese tipo insólito que se conecta tan a menudo con las terminales de nuestro corazón.

(1): Ni más ni menos: se acomoda en forma tan oportunista a las nuevas coordenadas ideológicas como el resto del electorado argentino

22 comentarios:

Andrés dijo...

Comentar este post es como intentar comentar el gol de maicon a corea del norte. Imposible no quedar como un salame.
Impecable.

Tomás dijo...

gracias por el post, es muy parecido a lo que pienso, nunca quise ni nunca querré que a la selección le vaya tan bien como en este mundial, seria un acto de justicia con alguien que no merecía terminar su carrera en los mundiales de esa manera.
saludos.

Ezequiel M. dijo...

Tengo para decir sólo dos cosas:
La primera, que desde el principio del Diego como DT me puse contento, incluso sabiendo que era probable que hiciera desastres. Y no lo digo para loookear que lo banqué desde el principio, sino porque me encantaría que el Diego termine como empezó.
La segunda, si salimos campeones me pongo en pelotas en el obelisco.

augusto dijo...

Gran, gran post, me encantó como lo escribiste. Eso sí, borrar a Riquelme de la selección no me parece para nada una barbaridad (que lo reemplace el odioso Sir Veron es harina de otro costal).

Hasta el proximo post!

Inmanente dijo...

Sacar a Riquelme fué el primer gran acierto de Maradona (Pagani=Clarín en su máxima expresión no es un fervoroso militante de Riquelme???)....vos no te acordás que Alemania 2006 fué un fiasco en gran parte por la tensión mal resuelta entre el vértigo de Messi, Tevez, Aimar, etc y la pausa exasperante e inconducente de Riquelme alentada desde el banco por un estólido Pekerman? (haber dejado en el banco a Messi contra los Alemanes fué uno de los grandes errores de la historia de la selección en los mundiales, y eso por la gravitación en el juego del, afortunadamente hoy, excluído Riquelme)

Inmanente dijo...

lo de Carlotto se entiende por acá (muy interesante lo del tipo y de alguna manera es como un poder en la sombra que le ordena el vestuario y le baja línea)

http://www.elpais.com/articulo/deportes/Messi/misterio/elpepidep/20100610elpepidep_7/Tes

musidora dijo...

lo de Maradona es una historia de amor
gracias por enseñárnoslo

Martín Zariello dijo...

El tema Riquelme es una cuestión de gustos, la forma en que lo sacó, no: fue una verguenza. Esa puesta en escena con sus amigos Recondo y Palacios fue miserable. Entre Pagani y Martín Arévalo no sé con quién me quedo. Coincido en que el 2006 no fue un gran Mundial de Riquelme, aunque en el partido contra Alemania Pekerman lo sacó (por Cambiasso) cuando estaba jugando el mejor partido del torneo, por lejos. Pero todavía le quedaba un cambio (ya sin Riquelme en la cancha) y eligió a Cruz! Quiero decir que ahí ya el juego de Riquelme no gravitaba (no estaba en la cancha) y de igual modo dejó afuera a Messi.

Había leído la nota a Signorini, es muy buena.

espifanía dijo...

Gran post.
Es amor en su estado más puro. Incondicional por donde se lo mire.
Yo también lo observo mucho más sabio y sereno.
Digo lo mismo que dijo Dolina en el 94: "No se si quiero tanto que salga campeón Argentina como que salga campeón Diego". Somos unos cuantos los que lo sentimos asi.

Carlos G. dijo...

Cada quien tiene derecho a tener, de Maradona "no jugador" la imagen que mejor le plazca.
Suelo quedarme con algunas cosas y rechazar otras.
Pero, ojalá no te falle la intuición, me encantaría que Argentina gané este mundial, por un montón de cosas, algunas de ellas extrafutbolísticas.
Porque hay unos cuantos esperando un fracaso, también por razones extrafutbolísticas.
Lástima que no esté Román, la fiesta, si se da, podría haber sido completa.

Ricardo dijo...

Yo, un incondicional enamorado de Maradona -me emocionó verlo en la pantalla gigante antes del primer partido, cruzar los brazos y sonreir-, creo que Maradona, en las Eliminatorias, agarró un metal que estaba a punto de pasar a estado líquido. La Selección, el grupo, estaba destruído anímicamente y partido en internas.
El Basilismo de jugar con los bajitos y mantener a Riquelme para que metiera un sólo pase gol por partido para después salir a endiosarlo nunca me gustó.
Es una discusión vieja pero ¿Maradona cometió un pecado al decir que quería a Riquelme más adelante y no sacándole la pelota de los pies a Mascherano? ¿Eso habilita a Román a renunciar y justificándose en "los códigos"?

Bueno, me fui por las ramas. Lo que quería decir es que yo entiendo las 90 convocatorias de Diego durante las eliminatorias. Para clasificar a la Selección no se casó con nadie, sólo Mascherano, Jonás y Messi. Sacrificio y rocanrol. O Jazz, ¿qué vendría a ser Lionel?
Y los dos partidos que tenía que ganar -Perú y Uruguay- los ganó. Con suerte. Apostando a no perder. Convocando a Higuaín, Palermo y Schiavi. Pero los ganó.
Tanta crítica a Maradona tenía que ver con el espíritu del momento también y de todo el periodismo apostando por Bianchi.

Y no creo que estés loco por ver en la mirada de Diego algo que se llama confianza y alegría: dos armas fundamentales de las que siempre se valió Brasil para salir campeón.

Y, finalmente, creo que no había nadie mejor que Diego para absorber la presión y liberar a los jugadores.

Saludos.

Gonza Averna dijo...

Es imposible no querer al Diego.

Lo que me inspira a mí el Diego, cuando no está pegándole a Pelé, Platini, Beckenbauer, Blatter, Havelange o al huevo Toresani, es paz. Me transmite calma.

Espero que a los jugadores también. Aunque es fija que por lo menos al Dié ("algo de esto tiene que saber"), lo van a escuchar.

Me quedó grabadísima una imagen de una práctica, con él hablándole a Pastore (que es un pibe de mi misma edad) y la cara que tenia el chabon es la misma que tendría yo.

Diego B. dijo...

El Maradona que mas recordamos, y con el que mas nos identificamos, es el Maradona en llamas. Y verlo a él con esta tranquilidad, incomoda. Pero me parece que entendió el rol que ocupa, la responsabilidad que lleva en la espalda, y que nadie puede caer mas alto que él. Y por eso es que uno está a muerte con este equipo.

Anónimo dijo...

El Maradona con el que nos identificamo es el que jugaba bien al fútbol. Los que se identifican con el personaje no entienden un carajo.

Cine Braille dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Cine Braille dijo...

En mi caso, más que alegrarme por Maradona me alegraría por todos los que la van a tener tan, tan, tan, tan adentro... En especial porque suele haber una correlación muy significativa entre el odio cerril a Maradona y el antiperonismo ciego y (muy mal) disimuladamente racista. Y, por su lado, Maradona es fácil de querer, pero también es fácil de odiar.
Con respecto al post: está muy bueno. Y da bronca ver que la enorme mayoría de los nabos que están en Sudáfrica con viáticos generosos son incapaces de escribir algo así.

Matías dijo...

Esto es poesía. Así se hace.

P.G. dijo...

Martín, creo que nunca me voy a identificar con Maradona como técnico, simplemente porque no lo imagino como tal. Si cumple un papel fundamental en este proceso, en el resultado que se pueda alcanzar (me inclino a pensar que sí), no pasa por su rol de D.T.(en toda su trayectoria los obstáculos los sorteó con los pies y la pelota- Oh, infame, cómo si pudiera jugar sin usar la cabeza!!!- No lo sé, en todo caso, el intermediario entre el juego y su cabeza, entre pelotas e ideas, eran los pies, no la lengua), sino por lo que genera como ídolo. Es en ese absorber presiones que bien destacan acá, en la fascinación estimulante que puede generar, donde, pienso, Diego puede efectivamente rendir.
Entonces, su estamento se acerca más a lo religioso (mítico si se quiere) que a la racionalidad calculadora que supone la categoría de director técnico. Mourinho es técnico.
Desde ahí Maradona, generador y receptor de fé e ilusión, aportará lo suyo. Pero va a salir adelante por el talento de los jugadores y, si hay un sistema, por la colaboración de los asistentes -técnicos en este caso.
En fin, las decisiones del técnico D10, la citación indiscriminada y contraproducente, los planteos vergonzosos de partidos en eliminatorias, la desmesura en sus declaraciones,Garcé, etc., me parecen todas erróneas. Y no es que ahora haya mejorado, se limita a ocupar otro lugar (coincido, el mundial es SU hábitat).
Por el asunto de la mirada, esperemos que no se agarre conjuntivitis. En cualquier caso, no creo que eso modifique en algo el desenlace mundialista, Diego no transmite, genera, y eso es por una imagen propia ya solidificada, que no va a variar sustancialmente porque se levante con la tanga cruzada. Si, Maradona es amor, todos queremos a Maradona.
Por lo demás, ¿quién puede desear el fracaso? Me parece que ni siquiera los intereses pueden intervenir en eso(quienes quieran rechazarlo como D.T. tienen suficientes argumentos ya, no es necesario perder); sólo la simple y llana mala leche.

Martín Zariello dijo...

Totalmente de acuerdo. Incluso creo que la falencia de Maradona como D.T es que fue un genio jugando y los genios del deporte no intelectualizan lo que hacen, van y lo hacen. Maradona no le presta atención a la táctica y claro que no le presta atención, nunca la necesitó siendo jugador de fútbol y llegó a ser el mejor de todos, ¿cómo queremos que se adecúe al rol que le toca ahora? Sin embargo, ahora lo veo muy cómodo, utilizo el tema de su mirada para sintetizar muchas cosas. Aunque esto puede terminarse mañana mismo si se levanta con el pie cruzado. ¿Por qué? Porque es Maradona (nunca puede faltar la tautología idiota en una discusión futbolera). En cuanto a lo último: evidentemente hay mucha mala leche, nunca en mi vida vi tanta gente diciendo explícitamente o dejando implícita el deseo de que Argentina pierda. A mí no me importa tanto un resultado de fútbol, el fútbol simplemente es una pulsión en la que canalizamos las desgracias de la vida, pero de ahí a querer que pierda la Selección hay un largo y sinuoso camino.

P.G. dijo...

Para mí que la movida "vamos, vamos Argentina, vamos, vamos a perder!!!", está impulsada por un arrepentido Bilardo: la promesa está hecha y grabada, no le queda otra alternativa (aunque pensándolo bien, puede que sea todo lo contrario, y que él le haya pagado al japonés para que lesione a Drogba, y así con Beckham, Ferdinand, Essien, Ballack, y demás).
Por lo del final, siguiendo el mismo razonamiento, me resulta indispensable levantar la copa: debo canalizar las desgracias de la vida (y a nivel clubes ya me resigné hace bastante).
Me había olvidado, el post es bueno, pero el título suma...

Anónimo dijo...

No solo lei el post COMPLETO, sino qtmb todos los comentarios! Increible eh.

me encanto esto "¡Lo que lo jodió en las Eliminatorias no fue su inexperiencia, sino la incomodidad del marco: era muy precario para su magnitud!", es una muy buena observación. Se sentía chico.
Y mi vieja está convencida de que la mirada del diego es de seguridad de que levantamos la copa. Te juro que lo dice convencida "miralo, lo sabe Flopi".

Por otra parte, me encanta el nuevo look mundialista, de a poco il corvino abandona el negro y encuentra los colores de la felicidad!!! A ver si me descuido y me encuentro con un blog amarillo y radiante. (por favor no, que feo es el amarillo)

La otra cara del Patacón dijo...

Maestro, la premisa "Maradona era uno antes del mUNDIAL y otro diferente ahora" es, para mi gusto, un poco miope.
Totalmente de acuerdo en que la historia con el público es una historia de amor, pero el Gordo es igual ahora que antes (el recientisimo antes):toma las decisiones con la misma firmeza, las mismas decisiones revulsivas, las mismas decisiones arriesgadas.
Un abrazo.