jueves, 27 de noviembre de 2014

¿Te das cuenta de que todas las personas que conocés algún día se van a morir?


Uno de los efectos típicos del consumo de marihuana es que el fumado cree que todo lo que le pasa es extraordinario. Dice un chiste y le parece que es un genio del humor. Se le ocurre una idea y cree que puede filmar una película con ella. Habla con una chica y cree que se enamoró. Lo llama un amigo por teléfono y se convence de que es una casualidad cósmica. Escucha una canción y cree que es la mejor de la historia. Es decir, el fumado, además de ser ese tipo que se ríe mucho, es un campeón de la autoindulgencia.

El momento posterior al consumo, sin ser dramático como el de otras drogas duras, es triste y necesario. Triste porque demuestra que la vida es mucho más ordinaria que extraordinaria. Y necesario porque equilibra un poco los niveles de estupidez.

El efecto de bienestar que provoca la marihuana es casi tan interesante como el que sucede en el intervalo entre uno y otro porro.   

Flaming Lips es la banda psicodélica por excelencia. Y se nota que de un tiempo a esta parte están evitando ese intervalo de sobriedad que permite que los pies se acomoden en la Tierra para entender que no todas las ideas que se te ocurren son tan buenas. De otro modo no se entiende un disco como el que acaban de sacar, en el que (junto a algunas figuras), regraban Sgt. Pepper’s, de la misma forma que años atrás regrabaron The dark side of the moon. Un canto a la retromanía.  

Algunos elogian a la banda porque se anima a meterse con esos hitos de la historia del rock. Yo me pregunto qué necesidad hay de volver a hacer algo que, como está, es perfecto. Por más cool que sea, el resultado no está muy alejado de las remakes de Solaris o Carrie. Increíblemente los mejores momentos del cover de Sgt. Pepper’s son las canciones en las que canta Miley Cyrus. 

Si Sgt. Pepper's recreaba el trip alucinógeno de una generación, Whit a little help from my fwends se asemeja al estado de pesadez mental que sobreviene después de una sobredosis de clonazepam.

***

Mejor exaltar los que consideramos genial y callar sobre los que nos desagrada. Así que hagan de cuenta que no leyeron nada hasta acá.

***

Obnubilados detrás de la nube de autoindulgencia, los Flaming Lips olvidaron que ya habían grabado su propio Sgt. Pepper’s, el inolvidable Yoshimi Battles the Pinks Robots, de 2002.

Mezclando sonidos acústicos y del espacio exterior, la banda hizo un híbrido electrónico y progresivo pocas veces oído, tendiendo un puente imaginario entre los 60 y el Siglo XXI. Yoshimi cuenta con una producción barroca y digital en la que se destaca el uso renovado de los sintetizadores (que marcaría tendencia). Como las de Los Beatles o Los Gatos, las canciones son melancólicas y al mismo tiempo luminosas. Fue como si los Flaming Lips hubiesen encontrado el secreto para ser clásicos y sonar más modernos que todos los hipsters juntos. El disco es conceptual (es decir: ¡se oyen ruidos incidentales entre tema y tema!) y se puede escuchar como una gran canción de cuarenta minutos. En ningún momento aburre.

El tema homónimo (dividido en dos partes, una de ellas instrumental) trata sobre Yoshimi, una karateka que pelea contra robots programados para destruir la Tierra. Sin embargo la mayoría de las canciones hablan sobre el amor, la vida y la fuerza que hace falta para superar las pérdidas.    

El hit fue “¿Do you realize?”. El verso de una de sus estrofas decía “¿Te das cuenta de que todas las personas que conocés algún día se van a morir?”. 


5 comentarios:

Gabriel Nombre dijo...

Supuestamente en estos años a Wayne Coyne le vino el pendejazo, dejó a la mujer, se pasó de drogas, Steven Drozd volvió a caer en drogas, otros integrantes cayeron en drogas o se pasaron de drogas, y hasta los instrumentos mismos tuvieron que entrar a rehabilitación por caer en drogas o pasarse de drogas o tener pendejazos, y fue todo una fiesta de drogas y pendejazos y crisis de la mediana edad, y el resultado de todo eso fueron los últimos álbums de Flaming Lips, súper decepcionantes después de la genialidad imparable de los discos que sacaron entre fines de los ochenta y principios de esa década que todavía nadie sabe cómo resumir (¿"los dos mil?"), cuando la banda también estaba en drogas y con ataques de inmadurez, pero "para mejor", por así decirlo.

Igual es cierto que es difícil ver para dónde disparar después de esa racha de discos, sobre todo cuando se trata de una banda culo inquieto y con ganas de ser medio impredecible todo el tiempo. "Embryonic" y "The Terror" son un intento de reinventarse a fuerza de depresión y texturas ominosas,
pero no creo que haya resultado del todo. Los "discos-cover" bueno, menos todavía.

Por lo que se ve siguen rompiéndola en vivo, eso sí.

Muy bueno el post!

P dijo...

En el captcha puse "Yoshimi" pero no me lo tomó. Estoy escuchando el disco, el que mencionás en el post, el de los Beatles, pero hecho por Flaming Lips, quiero decir, no Yoshimi, sino Sgt. Peppers. No se qué iba a decir. Con el faso no es que uno se ponga indulgente. ¿O considerar que la canción que se está escuchando es la mejor del mundo es ser indulgente con uno mismo? Tal vez con los propios sentidos. Una especie de indulgencia sensual inducida. Coincido con que se luce Miley, en el disco, quiero decir, el del post.

teo dijo...

the soft Bulletin es otro discazo

Facundo Ruiz dijo...

La mejor descripción de "estar fumado" de la historia.

Anónimo dijo...

hubieras puesto Do you realize? para los boludos que no la conocen

El resto de la nota, perfecto