viernes, 24 de noviembre de 2006

EL PALACIO DE LAS FLORES, ANDRÉS CALAMARO: APLAUDAN, APLAUDAN, NO DEJEN DE APLAUDIR...

Si algún distraído todavía no sabe cual es el ADN de la música argentina debería darse una vuelta por El palacio de las flores. Allí hay demasiadas pistas para que yo les explique que es lo que hace argentina a una canción. Podría decir que no se trata sólo de tocar tangos y hablar de la Plaza San Martín (también de eso hay y enhorabuena) sino de tener autoridad para decir, inteligencia para componer y voz para cantar. Y cuando hablamos de “voz” no aludimos a Freddy Mercury sino a la voz que tuvo Goyeneche para seguir cantando cuando le quedaba esa “garganta de arena” tan magistralmente captada por el lente bizarro de Cacho Castaña. (Cuando digo “canción argentina” traigo a colación a Borges que cuando tuvo que discutir sobre cual era la tradición de la literatura argenta fue más que certero: la de toda la cultura Occidental. Y si hablamos de música tenemos que tener en cuenta tanto el rock como la milonga, el tango como el bolero, el jazz como el funk, la bossa como el blues). Es ese bandoneón que pone la piel de gallina cuando esta promediando “Corazón en venta”, el primer corte del nuevo disco de Andrés Calamaro, producido por (de pie, por favor) Litto Nebbia e interpretado por La Luz, la banda del ex Gatos que cuenta entre sus filas a Ariel Minimal. Me es imposible no declarar a El palacio de las flores como el mejor disco del año, quizás el mejor de la década. Es que se trata de un hito importante: por primera vez dos figuras respetadas (hasta el hartazgo, es verdad), provenientes del rock, se juntan para dejar de lado la egolatría y la pose de estrella que había arruinado aquella otra y nunca efectuada reunión de próceres (me refiero a la unión de García y Spinetta, en el 85’). La la la (Spinetta-Páez) no es un disco malo pero creo que todos estaríamos de acuerdo que allí no están ni las mejores canciones de Fito ni las mejores gemas de Luis Alberto, no es casualidad que el mejor tema sea la versión de “Grisel”, el tango clásico de Mariano Mores. Los dos Tango de Charly y Aznar contienen hits como “Tu amor” o “Hablando a tu corazón” pero en nada se compara con la reunión de la que hoy nos toca hacer mención. Incluso Litto Nebbia evidenció su temor a la disputa en cuanta entrevista le hayan hecho en los últimos meses: “La verdad es que cuando se reúnen dos figuras conocidas, las cosas suelen terminar mal, Charly-Spinetta, Sabina- Páez, Cortez-Cabral, todos terminaron mal. Es como si los dúos siempre tuvieran que terminar peleados. Si no, mirá el ejemplo de Tom y Jerry” (le faltó Tuzzio-Ameli). Pero la verdad es que este Calamaro (sin bate de béisbol a la vista) parece imposible de discutirle algo a su Maestro del momento. Como el mismo Salmón lo explicito el disco se hizo entre mates y amistad. Si, si dan ganas de escucharlo comiendo tortas fritas (aunque no me gusten), con amigos, una novia, un partido en la tele. Y hasta te diría que en casette.

(Aclaración: El palacio de las flores no es un disco de rock, toma el rock como lo hace con el funk, el tango, el folklore, el bolero y más que nada ese tipo de canción que antes se había definido como “argentina” y para no caer en ambigüedades llamaremos “Música popular y Suburbana del Río de la Plata”. “Rockero de potrero, ricotero-ríoplatense”, bah. Esta unión de vocablos puede provenir sólo de un ser).

Al escuchar el disco salta al oído (que fea imagen, che) una impresión: estamos ante un rejunte de canciones. Y es verdad: ¡pero que rejunte! Estamos hablando de un cover de Manzanero, otro de Nebbia, canciones que sobraron de El Salmón que conocíamos de Internet (si, a Calamaro le sobraron más de 200 temas de un disco de 103…), un par de temitas compuestos en conjunto por la ilustre compañía y algunos que Nebbia le regalo a Calamaro.

El problema mayor del disco -esta de más decir que para mí es inexistente- es la cara que va a poner el fan de Calamaro al escuchar a Litto. Parece que el encargado de hacer el video de “Corazón en venta” también tuvo este problema y justo cuando empezaban los coros de Nebbia corto el tema abrupta y absurdamente. “Corazón en venta” es otro de los temas de Deep Camboya, el estudio marginal en donde Calamaro se refugio del mundo en los primeros dos años de los 2000 hasta que un día salió y dijo, verdoso y flaco, en un aniversario del Golpe Militar: “Situación de estupefacientes. Fútbol, sala de ensayo”. Así había quedado nuestro ídolo al comenzar el nuevo milenio y “Corazón en venta” parece ser el fiel retrato de aquellos tiempos idos: “Se dice de mí que nunca vuelvo/ Y siempre me estoy yendo a ningún lugar” canta Calamaro, como haciendo un popurrí temático de sus últimos 3 discos solistas (de estudio), como así también de su etapa Rodríguez. Si les asusta la rima consonante y asfixiante (“Corazón en venta, dicen que se revienta, que versión violenta”, le falto decir algo de la polenta) acuérdense cómo estucharon Honestidad Brutal al principio y como consideran ese disco ahora. Entre aquellos viejos temas -ahora nuevos- no hay desperdicio (lástima que quedo afuera “Brian Bachicha”: “No escucho una palabra verdadera desde el día de la primavera de 1972 en los juegos Olímpicos de Munich” decía aquella extraña letra sobre un antihéroe calamaresco y border): el mejor es el que le da título al disco, una hermosa y emotiva milonga que evoca la infancia de un chico que no tenía televisión y todavía no había compuesto una canción. Hace pensar en un futuro disco con tangos de composición propia en desmedro de la solemnización que se evidenció en Tinta Roja, de este mismo año. El cinismo del Salmón (el disco) se ve representado en la recuperación de una frase tristemente celebre: “Ojalá que estén vivos y bien en el país del “Sígname, síganme no los voy a defraudar” ¿Adonde? A donde se cagó un conde”. Cierta frase del tema provocará un lagrimón en un fanático de Independiente (“Eran los tiempos de Pastoriza, Santoro y el Chivo Pavoni”). El eje temático del argentino al que le dan “Boquita y ritmo tropical” y se debe “conformar con los olores” (¡!) se repite en “El punto argentino”, según Calamaro explico “un aire sutilmente dominicano”, un derroche de frases que se pegan al cerebro (aunque ya las teníamos pegadas de hace unos años): “No hay peor argentino, que su propio asesino”, “Somos los argentinos en tercera persona ¿Será que estamos en la lona que nos quieren boxear?”, “En la capital combatiendo al capital, el orgullo nacional es ganar un mundial en la Monumental”, “¿Viste cuantos países que ya no existen?”. El funk “Corte de Huracán”, una visión desde la marginalidad donde el sujeto cantante advierte que lo que empeora todo debe ser “Ese corte careta, debe ser la anfeta”. “Somos resultado de la suma de sangre y espuma. De las ganas contenidas de garchar de nuestros anteriores”. Honestidad brutal que le dicen. “El tilín del corazón”, a diferencia de la anterior no ha ganado ese aire de producción a la Litto Nebbia aunque su letra no tiene desperdicio. “Patas de rana” es un blues porteño sobre las adicciones de un hombre al que no se le abrió el paracaídas y tampoco encuentra sus alitas de ángel caído. “Mi bandera”, otro gran tema, recupera a la hermana más linda del mundo (la libertad) y la dirección del Salmón (que, si por no lo saben, va en contra de la corriente), una especie de folk al estilo “No tengo tiempo” (¿se acuerdan de Nadie sale vivo de aquí?).

“Contigo aprendí” (Manzanero) no sólo remite a las versiones de bolero de El cantante (2004) sino a la propia carrera de Nebbia que fue el primer compositor originario del rock en desarrollar el formato de canción romántica, en algunos casos con joyas como la genial “No importa la razón”. La versión de “Rosemery” el viejo clásico del primer disco solista de Nebbia (1969, entre la disolución de Los Gatos y la vuelta de estos últimos con Pappo en guitarras) quizás supere a la original gracias al punteo en guitarra que maneja la melodía del tema. Entre los temas de Nebbia se destaca “El compositor no se detiene”, con una temática meta-cancionera (típica en Litto), es decir, sobre el hecho de hacer canciones, que se ve acentuada en “Una voz que sea de todos” en un trío con Vicentico que ahora si, aunque no lo crean, cada día canta mejor. Estos dos temas se observan y escuchan como continuadores ejemplares de aquel clásico “puro Nebbia” que tanto gusta a Calamaro y se llama “Yo no permito”. “Lo que nunca se olvida” es otro lugar donde la reflexión sobre el tiempo y la vida advierte que el compositor es Nebbia. “Miami” es un tema de amor que dice “Que el mundo se entere que quererse sirve”, totalmente alejado del rock, inaugurando la canción Nebbia-Calamaro: una canción, hay que decirlo, rara y gaucha. “Tengo una orquídea” y “La apuesta” son dos temas compuestos a dúo: la primera recuerda a “Comida china” (de Alta suciedad), la segunda es otra canción de amor, pero esta vez la rareza se acentúa con unos coros y una instrumentación que hace imaginar a Litto y Andrés bailando música disco con anteojos negros, la letra no hace más que producir una leve sonrisa: “Antes era Kafka/ Cucaracha/ Ahora tengo un amor en el hojal”. Es uno de los temas más pegadizos.

El palacio de las flores es un disco gaucho. No en vano Calamaro, en su vuelta a los escenarios porteños, allá por abril del 2005 citó el arranque de la segunda parte de Martín Fierro: “Atención pido al silencio y silencio a la atención/ Que voy en esta ocasión/ Si me ayuda la memoria/ A mostrarles que a mi historia/ Le faltaba lo mejor”. El palacio de las flores no hace más que constatar esa afirmación que muchos creyeron irrisoria luego de El Salmón, Honestidad Brutal, Alta Suciedad y demás etcéteras brillantes. Sayonara.

lunes, 20 de noviembre de 2006

EXCLUSIVO ILCORVINO: NUEVAS NORMAS DE AFA PARA EL PRÓXIMO CAMPEONATO DE FÚTBOL

1- Antes de comenzar, el campeonato será adjudicado a Boca Juniors para acabar de una vez y para siempre con las suspicacias, las incentivaciones y extorsiones. Se acabo: el campeón del fútbol argentino es Boca, indefinidamente.
2- Para considerarse como verdadera una “apretada” de una “Barra Brava” a un equipo deberá constatarse en los jugadores de tal equipo la amputación de órganos vitales o la perdida de partes del cuerpo obligatorias para la práctica de Fútbol. La apretada se considerará verdadera si el jugador de fútbol pierde las dos piernas o los dos ojos, no sólo uno: con uno puede seguir con la ayuda de un parche o una muleta. En caso de perder un órgano como lo puede ser el riñón, se suspenderá el fútbol hasta que el trasplante de dicho órgano se efectúe.
3- Un campeonato extranjero deberá considerarse importante a partir del momento en que lo gané Boca Juniors. Así sea una copa Sudamericana, una Copa Master, de Oro o de Leche. En caso de que lo gané River Plate se lo considerará semi importante.
4- La pelota se irá afuera donde lo decida el jugador boquense “Nery” Cardozo, de esta manera los límites de la cancha estarán regidos por los carteles de publicidad. Si Cardozo calcula tan mal el auto-pase que la pelota sobrepasa el cartel de publicidad el límite sería la tribuna popular.
5- Gimnasia y Esgrima de La Plata tendrá derecho y obligación a regalar 4 partidos como máximo.
6- El presidente de Gimnasia y Esgrima de La Plata podrá ser pelotudo hasta terminar su mandato.
7- Pedido de Habeas Corpus para la grandeza riverplatense.
8- Pedido de Habeas Corpus para la vergüenza boquense.
9- San Lorenzo deberá perder por 5 o más goles ante River Plate o Boca Juniors considerándose esa una tradición argentina.
10- Se televisarán no sólo todos los partidos de Racing Club de Avellaneda sino los entrenamientos, las duchas y las charlas entre jugadores de dicho Club.
11- Juan Sebastián Verón podrá cagar a patadas y piñas a cualquier rival produciéndose su expulsión sólo cuando se considere demasiado grosero lo que hizo.
12- Diego “Cholo” Simeone podrá seguir declarando frases emotivas y demagógicas ante las cámaras creyendo que está en una película de Campanella.
13- Los árbitros dejarán que Daniel Alberto “Cata” Díaz maltrate delanteros y mediocampistas rivales libremente. Los periodistas deberán compararlo con Perfumo y Passarella y pedir su convocatoria para la Selección.
14- Se le regalarán 3 goles a Ariel Arnaldo “Burrito” Ortega y 5 a Marcelo “Muñeco” Gallardo por campeonato en honor a la trayectoria.
15- Passarella podrá llorar indefinidas veces ante las cámaras de televisión por haberse comprobado que no le hace mal a nadie.
16- Ricardo Lavolpe podrá seguir comportándose como un borracho en programas televisivos como “Estudio Fútbol”.
17- No se le dirá “Borracho” a X jugador borracho.
18- No se le dirá “Golpeador” o “Abusador” a X jugador “Golpeador” y “Abusador”.
19- Jubilación de privilegio para Guillermo Barros Schelotto.
20- No se le dirá “Cornudo” a X jugador cornudo.
21- Se le otorgará a Rafael “Rafa” Di Zeo la administración de todos los estadios del fútbol argentino para procurar la no- incurrencia en delitos al ingresar los hinchas al espectáculo.
22- En caso de producirse un hecho de violencia en la cancha como lo pueden ser peleas, agresiones entre hinchas o disputas entre barras y policías el campeonato quedará automáticamente suspendido. Las fechas se seguirán jugando a través de los aparatos de “videos juegos”. Sólo tres entidades institucionales pueden manejar el equipo: el presidente del club, el técnico del club o el jefe de la barra brava del club.
23- En caso de reanudarse el fútbol y producirse otro hecho violento, el fútbol como práctica quedará totalmente suspendido para siempre. Para rellenar la ausencia se contratará a autores reconocidos (Dolina, Fontanarrosa, Sasturain, Galeano, etc.) quienes imaginaran a través de su inigualable pluma un campeonato virtual.
24- En caso de reanudarse el fútbol y producirse otro hecho violento que pueda afectar a hinchas, jugadores, barras, policías, dirigentes, técnicos, etc. la práctica de fútbol se suspenderá nuevamente pero no así la asistencia a los estadios. Las fechas se producirán normalmente pero sin acceso a los jugadores y cuerpo técnico de los equipos. De este modo se podrá disfrutar del “folklore” de las hinchadas, los escupitajos entre plateístas y demás hechos que hacen a la felicidad del pueblo y el orgullo de la Nación.

sábado, 18 de noviembre de 2006

HOY, EL NUEVO DISCO DE PEZ: EL WING DERECHO QUE NUNCA PERDIÓ LA ILUSIÓN

Como René. René Houseman era impredecible. Tan fantástico como su apellido (¿El hombre Casa?). Pegado a la raya y al margen de la maraña de cincos picapiedras, nueves de área tan implacables como troncos y marcadores de punta rústicos solía enarbolar jugadas de una categoría inaudita. Era un puntero derecho de excepción, un número 7. El Diccionario Olé de Fútbol Argentino lo define así: “El loco. Un genio, intuitivo, imprevisible, una especie de Corbatta que maravilló por su juego. Era un espectáculo verlo en acción: por su gambeta endiablada, por lo inesperado de la resolución que podía darle a la jugada, por sus goles, por el invento constante”. Su desborde creativo también lo hacia entrar borracho a la cancha y meterle dos goles a River, entre otras cosas. Gracias a él los hombres mayores repiten una frase: “Winnes eran los de antes”. Quizás esa sea la razón por la que no esta entre los 5 mejores jugadores de la historia del fútbol argentino, en el canon: su vida al margen, su ilegalidad, su independencia a todo credo, tanto en la cancha como en la vida lo convirtieron en un mito difícilmente aceptable para el mediocre mundo del fútbol que lo toma más como personaje que como futbolista. Pez, la banda de rock liderada por el hincha de Huracán Ariel Minimal, me recuerda a Houseman. O a lo que se dice de Houseman. Más que nada cuando se menciona eso del “invento constante” o “desborde creativo”. Pez es una banda fantástica e imprevisible, esta al margen de la industria comercial de la música y difícilmente sea nombrada entre las mejores bandas de la historia del rock argento en una hipotética encuesta a un hipotético escucha medio de rock argento. Sin embargo, quizás este ahí. Si, junto a Pescado, Invisible, Serú, Los Redondos, etc. Toda discusión se termina al escuchar sus discos. No en vano en su segundo disco Quemado (1996) grabaron un tema llamado “Siete” en el track siete que durante siete minutos dice: “Como René (Houseman) y Heber (Mastrangelo), yo, siempre fui, siete”. Toda una declaración de principios.
Especies que desaparecen. Refiriéndose al puesto de puntero derecho, el diccionario antes citado dice: “Pero los cambios tácticos tienden a la extinción de este puesto, que agranda la cancha y puede producir belleza y espectacularidad en el fútbol ofensivo”. Si los punteros derechos como Houseman o Garrincha producen esa nostalgia evidenciada en la frase “Winnes eran los de antes”, la escucha de cualquier banda de rock de ahora (Pier, Jóvenes Pordioseros, Callejeros, etc.) produce (por plagio deliberado, falta de originalidad, complicidad en tragedia masiva o los tres rasgos anteriores juntos) en la mente otra frase del mismo calibre “Bandas de rock eran las de antes”. Pez es una de las pocas bandas que no producen esa tan palpable nostalgia por lo que no hay sino por lo que evoca (y logra traducir a su música de excepción): el rock como concreción de un proyecto desestabilizador de las formas mediocres de vida, hermandad entre público, humor, respeto, paz, amor, la música como pasaje a otros mundos sin olvidar una temática centrada principalmente en la lucha del hombre enfrentado a un mundo que va para atrás, el fin de la demagogia de la música comercial, la puesta en marcha de una suma de rasgos y características musicales que pertenecen a una tradición (en este caso Piazzolla, Spinetta, Folk Rock, Rock Progresivo, etc.) sin olvidar la mirada propia, la transmutación de elementos anteriores con la perspectiva que da el tiempo presente. Hoy, el nuevo disco de Pez, es un eslabon más en la asombrosa carrera de la banda por editar, literalmente, un disco mejor que el otro.
Una casa con diez pinos... y sol y Fabián Casas. La primera impresión que recibe el fan de Pez al escuchar Hoy es que aquel individuo con “cabeza de departamento”, anclado en el microcentro porteño y “perdido tras Barracas” se mudó (desde hace un par de discos) a una casa un poco más amplia, alejada de la urbanidad claustrofóbica, con varias piezas, una mujer, un perro, amigos, mate, porro y Fabián Casas que cada tanto visita y les cuenta una historia en el camino. Y en esa casa escuchan a Neil Young, miran el librito de Pescado 2 (el que Spinetta y David Lebon dibujaron), recuerdan la infancia y se preguntan como avanzar, hacia donde y porque. Si decimos que el nuevo disco de Pez avanza hacia el género canción no estaríamos mintiendo. Claro que esa “canción” no tiene mucho que ver con la “canción” que se esta elaborando en el rock argentino de estos años, es decir, ese tipo de tema que se vislumbra en las composiciones radiables y pop que cultivan grupos tan disímiles como Estelares, Intoxicados o Los Tipitos con Andrés Calamaro como Dios todopoderoso, omnipotente y todobondadoso. Lo de Pez tiene más que ver con…Pez, con el cambio que se notó en El sol detrás del sol (2002) y un tratamiento más despojado (con menos distorsión) del rock que incluye violines, cellos y el aporte fundamental para crear climas y agregar matices del piano eléctrico y el órgano de Pepo Limares. Si recurriríamos a las siempre odiosas (pero inevitables) comparaciones Hoy cultiva una canción que se relaciona más con los 70’, con aquel segundo disco de Pescado Rabioso, con armonías vocales, guitarras acústicas y un baterista temperamental. En realidad la obra de Pez es tan basta (en calidad) que este disco es influenciado más que nada por su propia obra: un fan de Pez entenderá lo que digo cuando observo este disco entre “Para las almas sensibles” y “Caminar”. El que no entendió porque no escucha Pez ¿qué esta esperando?
De frente hoy. Es así como ya nos encontramos con Hoy de frente, con los temas, con la música de Pez, con esa mariposa marrón grabada en una madera que es la tapa, con 13 temas que recorren un camino que pone énfasis en las letras, esas letras contaminadas de una temática existencial que enfrentan a un individuo con un mundo atroz, que como diría Marx, ha dejado atrás los valores de uso por los de cambio. Con todos los problemas que eso trae. Como bien lo explico el guionista y director Alejandro Fadel en la revista La Mano: “Minimal se mueve en ese límite extraño entre la esperanza y el vacío, entre creer entender todo del todo y la prepotencia de saberse perdido”. Entre la ternura y la mala onda. A esta temática se le acopla (o viceversa) la poética suburbana de Fabián Casas. El autor de Tuca, criado, como otros poetas (Juan Desiderio por ejemplo), bajo la educación sentimental del rock de los 70’ se ensambla a la perfección con la lírica que quiere manejar Minimal. Tres letras pertenecen (una compartida) a Casas. La primera es el blues “Bettie al desierto” (que vienen tocando desde hace un tiempo), la historia en tercera persona (al estilo de muchas del rock argentino de los 70’) sobre una mujer que se aleja o se escapa para vivir en una casa vieja atrás de La Terminal, uno de esos seres especiales que pueblan el mundo del rock y que se verá también en otra de las letras de Casas: “Difícil de conseguir”. Este último tema acentúa una búsqueda más metafísica o filosófica encarnada en ese ser al que “no lo preocupa la tristeza de estos días/ camina sin rumbo y no es que no sepa donde ir” lo que sucede es que “quema un combustible difícil de conseguir”, es un ser luminoso que parece respirar los principios de Pez: paz, amor, libertad, respeto (como se explicitó en Para las almas sensibles). Es en los pasajes instrumentales que se observa una mayor conexión con Folklore, el último disco en estudio del 2004. Los discos solistas de Minimal y el proyecto junto a Flopa y Manza no parecen haberse realizado en vano: son dos links directos a la música de Hoy. El tercer tema con letra de Casas es uno de los mejores del disco, uno de los temas más hermosos de Pez, el que le da nombre al disco y lo cierra majestuosa pero sobriamente con sus 10 minutos y 29 segundos. Aquí se viene a reivindicar el valor de varios de los temas que sobrevuelan las canciones de Hoy. El siguiente fragmento describe con elocuencia esta temática: “Lo primero es lo sincero, yo me cagó en la moral/ Y si encuentro algún amigo lo voy a saber cuidar/ Y si nos alejan los caminos lo tendré que ir a buscar/ Pues necesito de ese ser que amo/ Y saber que no es necesario hablar hoy (…) Y sentir que no estoy solo/ Y saber que no estoy loco/ Porque pienso que lo que mueve al mundo es la bondad”. Si, como lo escucharon: lo que mueve al mundo es la bondad. Y como lo expresan no veo mayores objeciones para discutirlo: tanto Casas como Minimal a través de sus respectivas obras han sabido ganar eso que algunos llaman autoridad.
3 canciones deudoras del maravilloso mundo de Ariel Minimal, dos que seducen al jazz-blues (¿?) y una de Franco. “Toda la mañana”, “Melodías sanadoras” y “A buscar” parecen extender ese estilo luminoso, de mañana soleada y calma que Minimal edifico en su último trabajo solista donde cultivo un género propio: “el semicountry de Boedo”. En este caso se suma la batería siempre punzante de Franco Salvador y el bajo atento de Fósforo, ese animal que fuma en los temas tranquilas. Despertarse cerca del sol, acariciarlo, amar a pesar de la gente de mierda que no sabe (y encima odia), son algunos de los tópicos que siguen estas canciones diseminadas por el disco para apaciguar y bajar dos cambios. “Al espacio” y “Rompevientos” son dos canciones que coquetean con el jazz (y hasta quizás le hagan el amor) y llevan al oyente hacia los mundos de la instrumentación de excepción típica de los músicos de Pez. “Tiembla” es un tema acústico compuesto por Franco Salvador, que aparece justo antes de la sinuosidad (en la extensión) del tema “Hoy”.
Se distinguen del resto, como los winnes de antes. “La verdad” (con música de Pepo Limares) es un tema en el que Minimal parece ser continuador de otro compositor, en esto de hablar sobre la vida, el destino y la muerte: su compañero y compadre, Litto Nebbia. “No se aprende a vivir, sólo se vive y ya” canta, seguro, como en todo el disco. “Lados b” es un tema entrañable de evocación de la infancia en donde no faltan el payaso Pepino, la espera del 50 y lo feo que es ir al colegio (por suerte con el piyama bajo el pantalón), jugar a ser Kiss y una frase que resume a la perfección que es Pez, quienes son los que siguen a Pez y cual es el contexto que le dan a su música: “Jugué campeonatos/ nunca fui campeón/ Soy el wing derecho que nunca perdió la ilusión/ y corrió hasta que no hubo más cancha”. “El viaje” enfrenta al individuo problemático de las letras de Pez con el camino (eje temático de buena parte del disco). Ante el desconcierto del todo, la respuesta es entregarse al aprendizaje que supone el azar: “La historia es el viaje/ No hay ningún apuro por llegar/ No corro una carrera/ esto es más parecido a pasear”. Ante la dificultad de seguir se pregunta “¿Qué hubiera hecho mi padre si hubiera estado él en mi lugar?”. Federico Terranova en violín y Alfredo Zuccarelli en cello elevan el tema como uno de los mejores quizás seguido de cerca por “La sin nombre”. Hay aquí un comienzo pseudo folklórico que luego se desvincula del género convirtiéndose en una típica melodía Pezera. “No existe la gloria si no te rendís ante el amor/ Todopodero y cruel casi, casi como un dios” canta Minimal (autor de los mejores momentos del disco, tanto en letra como en música), sabio. “Soledad de aquel que parte/ Sabiendo que ya no vuelve/ La iglesia, la escuela, el banco y el cementerio al final” se escucha nítido para hacernos saber que la sin nombre es nada más y nada menos que la muerte, que esta ahí, esperándonos, sin alternativa alguna de escape. “Yo no le temo a la muerte pero no me gustaría estar ahí cuando ella llegué” suele decir Woody Allen. “Yo no sé si le temo a la muerte pero voy a reflexionar sobre ella hasta el día que llegue” parece contestar Pez en otro disco consagratorio, pero no uno más. En Hoy Pez parece haber llegado al punto culmine de libertad interpretativa, ese estado en el que una banda puede plasmar en un disco, cabal y certeramente, lo que es. Eso es Hoy: simplemente, todo lo que hay de bueno en el genuino rock argentino.

TODA LA MAÑANA- Pez: Si este agua está viva la quiero probar y antes de la salida del sol te quiero explicar que el tiempo deberíamos usarlo mejor y así potenciar el amor que alimenta la vida y ese mundo mejor inventarlo cada día y esos que destilan su odio y no saben amar siempre hay gente de mierda pero no por ellos yo voy a parar así que vamos, hoy quedan horas por andar antes de volver a empezar y ya veo toda la mañana acá.

jueves, 16 de noviembre de 2006

UN POST PARA IR TIRANDO

1. EL SIGUIENTE POST IMAGINA DIÁLOGOS INEXISTENTES EN TORNO A “ALGO HABRÁN HECHO”

1. Por suerte ahora existe Felipe Pigna y sabemos que San Martín cruzó la cordillera dopado, el 25 de mayo no había paraguas, Rivadavia comenzó la deuda externa, Roca era malo, muy malo, Rosas puso orden pero era violento (¡!), etc. La pregunta es ¿Y?
2. Creo que Algo habrán hecho se queda en la boludez para la gilada: “Urquiza tenía 600 hijos” para que el ama de casa haga un comentario de lo cornuda que era su esposa. De pensamiento, de política, de ideología hay muy poco, sólo se resaltan los aspectos más admirables o detestables de una persona, endiosando o defenestrando sin medias tintas. La personificación de Sarmiento como un viejito histérico e insoportable deja bastante que desear. Creo que esa postura de “Que locos que estuvimos los argentinos siempre ¿eh?” es como decir “Que especiales que somos los argentinos, que únicos”. Basta de hablar como si los únicos inteligentes, soberbios, autoritarios y pelotudos del mundo somos nosotros: en todo el mundo hay gente con esas características, no somos ni los peores ni los mejores. Encima hay una especie de mirada cómplice entre Pigna y Pergolini de “Je, que capos que somos divulgando la historia ¿no?” Debo a Martín P. una definición de Pergolini: “El Watson de Pigna”. Muy acertada por cierto.
3. El papel de Pigna en la televisión argentina es muy gracioso: es como Corona o algún contador de chistes: “Che, Pigna, contate la del 25 de mayo y los paraguas” o “Contanos como fue la campaña del Desierto” ¿Hay alguien en la televisión argentina que haya ido a la escuela? ¿Nadie les dijo en todos estos años que la Campaña del Desierto fue asesina que necesitan que un tipo se los sintetice en 3 minutos antes de ir al corte y pasar una propaganda de un yogurt?
4. Y otra cosa: dar a entender que Mariano Moreno es el primer desaparecido (en forma metafórica) me parece terrible: se juega con el sentimiento de los familiares de la última dictadura intentando sensibilizarlos y prenderlos al programa como si fueran los espectadores de “Bailando por un buñuelo”.

Gracias a Daniel A. y Martín P. que colaboraron inconscientemente con este breve post. Muchas sayonaras.

sábado, 4 de noviembre de 2006

TIPOLOGÍA DEL FAN DE ROCK


Las películas relacionadas con la temática rockera han coincidido en una cuestión: en la mayoría de los casos el oyente o artista de rock es ingenuo o vive en su propio e irreal mundo (Escuela de rock, El mundo según Wayne), engreído (La fiesta interminable) o un ridículo ególatra (líder de la banda de Casi famosos). El factor común del escucha de rock vendría a ser la estupidez imperante, la inmadurez y las conclusiones taxativas y autoritarias. Según mi tipología imperante, inmadura y autoritaria: nada más cercano a la realidad.
Fan de Queen. Persona equivocada. Generalmente entiende que Queen invento todo en el rock. Cree que una voz privilegiada es mérito suficiente para que un cantante sea considerado el mejor de la historia (desde ese punto de vista no prestan atención a Bob Dylan por ejemplo). El elemento operístico desarrollado por su banda preferida supone para el fan de Queen el escalón máximo en la historia del rock. Es probable que nunca hayan escuchado La felicidad es un revolver ardiente. Dicen que George Michael es el único capaz de imitar la voz de Freddy Mercuri…Pasemos a otro tema.
Fanático de los Rolling Stones. Su discusión en torno al rock se basa en la puesta en ridículo de los Beatles, considerados por ellos “músicos blanditos que no saben hacer rock”. Exile on Main Street, Let it Bleed, los mejores discos de los Rolling (de finales y principios de los 70’) son desdeñados en tanto se enaltece la obra de Jagger y compañía que comienza en los 80’ y sigue hasta el año pasado (la peor parte). Ingenuos incansables creen ver en un empresario exitoso como Jagger un border pasado de excesos que, quizás, nunca fue.
Fanático de los Beatles. Quizás el fan más insoportable de todos ya que en la mayoría de los casos tienen razón: los Beatles fueron, quiéranlo o no, la mejor banda de la historia. Fueron tan grandes que no importo que afanaran, copiaran, etc. Los grandes son así. El nivel máximo de “insoportabilidad” del fan Beatle es que cada tema de los Fabulosos Cuatro tiene su interpretación subjetiva y específica: “Este tema John lo hizo porque tenía ladilla” o “Este tema Paul lo compuso cuando tenía varicela”. A través de la separación de los Beatles los fans tomaron distintas posiciones en cuanto a su favoritismo. Se dividen en dos grupos, principalmente: los fanáticos de Lennon y los fanáticos de Mc Cartney. Cada uno de los bandos juega arbitrariamente con las improbabilidades de tiempos inexistentes: los fanáticos de Mc Cartney dicen que si Lennon no hubiese muerto en 1980 habría hecho discos tan malos como los de Paul; los fanáticos de Lennon dicen que de no morir su ídolo este hubiera seguido grabando joyas inigualables, incluso hay músicos que dicen que si Lennon viviera haría hip-hop (¿?). Sin embargo la problemática Beatle no se detiene ya que hay un tercer grupo que proclama a Harrison como el mejor de los Beatles. Postura rebuscada y graciosa si comparamos el aporte de Lennon y Mc Cartney a discos claves como Sargent Peppers o Abbey Road con el del pobre Harrison al que apenas le dejaban tocar la guitarra. Si alguien sabe de un fan de los Beatles que prefiera a Ringo que me lo haga saber. Personalmente los prefiero a los 4 juntos.
Fan de Led Zepelin. En la mayoría de los casos se trata de seres anclados sentimental e ideológicamente a los años 70’. Desde ese punto de vista menosprecian tajantemente la incursión de bandas aparentemente ligadas al rock con la música electrónica, la cumbia y el hip hop. Lo bien que hacen. Se podría agrupar aquí también a los fans de Deep Purple, Creedence y The Doors.
Fan de banda o solista under o indie o fan de banda o solista no reconocido popularmente. Es el fan iluminado. Ha sido tocado por la mano de un Dios musical que le ha dado el bagaje cultural necesario para declarar sus gustos en tanto puede menospreciar agresivamente a aquel que no concuerde. Tiene el verificador musical requerido para discernir fehacientemente entre una cagada y una absoluta obra de arte. A veces los límites se confunden y por el solo hecho de considerar un disco raro o extraño se lo enaltece de forma espectacular cuando lo que había era solo una máscara. En sus casos más recalcitrantes parecen prolongar aquel ensayo de Ortega y Gasset llamado “La deshumanización del arte” donde (refiriéndose a la nueva vanguardia española) hablaba de un arte puro, que sólo una minoría incomprendida podía entender. Entre graciosos, simpáticos, boludos y marcadores de tendencias. La soberbia y la ironía (hacia el que no escucha lo que el Dios musical manda) siempre los acompañara tiñendo su discurso de un alto grado de intolerancia y patética mirada aristócrata y cosmopolita.
Fan de Callejeros. Personaje problemático y central en el panorama del rock argentino. En la mayoría de los casos se suma al fenómeno Callejeros (más sociológico que musical) luego de la tragedia de Cromañon. Para el fan de Callejeros la música de su grupo estaría legitimizada a partir de la aparente censura que la banda sufre luego de señalarse a sus miembros como acusados directos de la muerte de 194 personas. Es así como inteligente y demagógicamente la banda comienza a extender un discurso en contra de la prensa y quienes los acusan sin establecer autocrítica alguna sobre la tragedia del 30 de diciembre de 2004. El exagerado costo de su último disco echa por tierra cualquier reivindicación de los valores de los marginados que el grupo parece llevar a cabo tanto en sus composiciones como en entrevistas. Sus letras son recibidas con éxtasis y fervor por parte del inexperto fan que acepta gustoso y ciego el plagio a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota (en instrumentación, voz del cantante y pretendida poetización de las letras), el morbo de ver una banda compuesta por “sobrevivientes” y el marketing degradante en torno a la muerte de 194 seres humanos.
Fan de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Exceptuando a un público que reivindica sólo los primeros discos de la banda el fan de Los Redondos parece sentirse a gusto con esa frase que dice “El mundo es redondo y de ricota”. Con la separación el fan Redondo conoce grupos con los que se siente identificado como La Renga o Los Piojos, sin embargo su gran amor siegue siendo el del Indio Solari en la voz y Skay Beilinson en guitarras. Intolerante como pocos (quizás al nivel de los fans más acérrimos de Cerati) el fan de Los Redondos ni siquiera gusta de los discos solistas de los dos líderes de la banda y van a verlos para pedirles el regreso. Quien no escucha a los Redondos es un puto, cuando no (insulto mordaz) es un Cerati. “Luca no se murió, Luca no se murió que se muera Cerati la puta madre que los parió” es la peligrosa y pegadiza canción que los ricoteros (que reconocen en Sumo un precedente) saben cantar cuando se juntan.
Fan de Soda Stereo/ Cerati. Al igual que el fan de Los Redondos ni siquiera escucharon un disco entero de la banda “enemiga” pero la critican con uñas y dientes. Usualmente son el cordero de las demás bandas por considerarlos chetos cuando no maricas cuando no putos. Predominio de mujeres enamoradas de Cerati. El hombre que escucha a Cerati puede que generalmente haya crecido con la música de Soda y hoy tenga entre 25 y 35 años. Reciben a través de los discos de Soda o Cerati las últimas tendencias del rock-pop que se cocina en Europa o Norteamérica por lo que creen erradamente que su ídolo es un genio precursor. Ejemplo de esto es el disco Dynamo, rebote sudaca de My Bloody Valentine. Sin embargo, a mi parecer, se trata de un gran disco.
Fan de Spinetta. Hippie viejo o Neo Hippie. No quiere reconocer varias cosas: que los discos del Flaco ya no son como los de antes, que los recitales del Flaco son aburridos y que varias veces se quedo dormido en el medio del solo de guitarra del tema 7 del disco nuevo que este presentando el Flaco. Acólitos incurables suelen gritar payasadas como “Flaco no te mueras nunca” o “Flaco te amo”.
Fan de Árbol. Adolescentes buena onda ejemplificados en las sonrisas eternas y simpáticas de los miembros de la banda. Esta postura se ve re-ejemplificada en los covers a capella que los miembros del grupo suelen hacer (de Los Redondos a Soda Stereo por si quedan dudas). Postura bienvenida y necesaria para este rock intolerante y autoritario. El problema es cuando la buena onda se convierte en boludez. Creo que soy un mala onda. Sayonara.