Hay un cuento de Borges. Perdón: hay un cuento excepcional de Borges. Perdón: hay, por lo menos, treinta cuentos excepcionales de Borges. Y, por consecuencia, Borges es uno de los autores más excepcionales que han habitado el globo. Pero hay uno, uno especialmente para que las familias argentinas lean en estos días. (¿Qué significa hoy la frase nominal “estos días? Verbigracia (las citas pertenecen a la edición de La Nación del día 19/07/08):
“La actitud de Cobos no sólo achicó la brecha entre la dirigencia política y la sociedad (…) el voto del vicepresidente representa, además, una oportunidad para el Gobierno”- Héctor Guyot, La Nación.
“Quiero agradecer profundamente a “esos cuatro señores que nadie eligió” el habernos enseñado, democráticamente, el valor del diálogo y del respeto por el otro”, Rafael M. Vázquez Maistegui (San Nicolás de los Arroyos, LE 653.460), Cartas de lectores de La Nación.
“Tenemos una nueva oportunidad”, Marcos Ah!guinis, La Nación.
“Son horas de esperanza. El gesto de Cobos abrió otra fenomenal oportunidad para dar bases sólidas a la transición argentina”, José Ignacio López, La Nación.
“Sentí que el discurso del vicepresidente Julio Cobos me devolvía ideales perdidos y decidí salir a expresarlo (…) Personalidades tan distintas como Vilma Ripoll, Antonia Laje y Elisa Carrió formaban parte del mismo grupo autoconvocado”, Agustín Restelli (DNI 29.544.493), Cartas de lectores de La Nación.
“A partir del conflicto con el campo esa política deletérea intentó recrear un inexistente enfrentamiento de clases digno de la Guerra Fría y a espaldas de la realidad social del país (…) Con la derrota de Kirchner ha llegado a su fin lo peor del peronismo”, Abel Posee, La Nación.
En el diario Perfil del 20/07/08, Pepe Eliaschev es elocuente y titula su columna en el suplemento “El Observador” de la siguiente forma: “Días extraordinarios”. Establece así 14 ángulos (ni uno más, ni uno menos) para explicar el acabose kirchnerista, en los que no faltan analogías disparatadas (la derrota en el Senado se compara con el ataque a Monte Chingolo de 1975 y la que sufriera Luder en las elecciones del 83’) y una terminología de alto nivel periodístico (“decisionismo salvaje”, “rasgos piramidales”, “moquettes del poder”, “resolución ministerial”, “Cancha Rayada senatorial”). La columna de Eliaschev, entonces, se erige como paradigma de la IDEA de “estos días”: el No de Cobos significa una especie de resurrección institucional (un “amanecer”, me dice Grondona desde la pantalla del televisor) y, por consecuencia, un salto de calidad en el factor cívico de los ciudadanos (los cacerolazos, las protestas de Palermo y Rosario) y una reconciliación entre estos últimos y la clase política (recibimiento de Cobos en Mendoza, discursos de los senadores en contra de las retenciones). Eliaschvev lo “explica”: “Lo que termina por primar son las consecuencias del modo. El modo es la manera, pero algo más que protocolo de cordialidades. Es compacto estratégico: han creído en la superioridad del maltrato (…) La Argentina agotó su proceso de metabolización del colapso de 2001, cuando cayó el gobierno de De la Rúa. Hasta ahora, el país toleraba o se resignaba a permitir un estilo vertical, presentado como alternativa a la pasividad de que se acusaba a De la Rúa”. Pero Eliaschev tiene una mirada sesgada: “Sin el catamarqueño (por Saadi), perdía en primera vuelta. Ejercicio de imaginación: ¿se atreverá ahora Kirchner a ir a la Biblioteca Nacional a explicarles a los intelectuales por qué Saadi forma parte del “modelo” de gobierno nacional y popular”. Evidentemente no, Saadi forma parte (como el mismo Kirchner, no olvidar su génesis duhaldista como presidente y su ambiguo pasado) de un espectro consumido que representa no sólo la corrupción sino la mafia política de los años 90’. Lo que deberían explicar quienes ven en la 125 un espaldarazo positivo para el país (Aguinis, Eliaschev, Mariano Grondona, Joaquín Morales Solá, Nelson Castro, ruralistas, caceroleros, anti K) a través de otro “ejercicio de imaginación” es por qué una idea de país ajena a “soberbias”, “autoritarismos” e “intolerancias” respaldada por Menem, Duhalde, Macri, Rodríguez Saá, De la Sota, Barrionuevo, Carrió, Jorge Asís, Reutemann, Miguens, Blumberg, De Angeli y Llambías es explícitamente mejor que otra defendida por Kirchner, Saadi, D’Elía, Moreno, Kunkel, Moyano y Moreno. El discurso de quienes desaprueban al gobierno y observan en la decisión de Cobos un gesto superador que engloba un nuevo modo de hacer política, declina en muchos aspectos: en primer lugar, se afirma que estar en contra de la Iglesia, las Fuerzas Armadas, el sector reaccionario del campo y los medios es decididamente malo. Sin ofrecer una explicación exacta, según esta óptica, un dirigente no debe oponerse enfáticamente a nada. En segundo lugar, se suele caer en un prejuicio machista al pedir que Cristina se aleje de su marido y quienes “la rodean” para gobernar, por fin, ella misma, como si por su condición de mujer fuese vulnerable y apta para ser manejada por quien quiera. Además: más allá de presunciones, ¿quién puede delimitar exactamente qué decide Cristina y que decide Néstor? En tercer lugar, la “nueva oportunidad” que la “inteligentzia” política le ofrece a Cristina esconde una amenaza velada: ahora que ya no sos mayoría en el Congreso, ahora que tenés un 20 por ciento de imagen positiva, si no hacés lo que nosotros queremos, lo que nosotros pensamos que está bien hacer (repito, “nosotros” es Llambías, Miguens, Carrió, Menem, Macri, Barrionuevo), sos boleta. En cuarto lugar: ¿por qué se le debe dar una “oportunidad” a un gobierno elegido en elecciones libres?, ¿qué otra “oportunidad” es más legítima que la del voto? En quinto lugar: se satiriza, con razón, cualquier posibilidad de “golpismo”, pero no se advierte que si bien quienes están en contra del gobierno no están preparando un Golpe y, por lo tanto, no son “golpistas”, cuentan con una gran parte de individuos que poseen características racistas (Llambías, Miguens), intolerantes (según De Angeli, quien no votara por el campo, perdería su libertad) y fascistas (conjunción de los dos rasgos anteriores). El gobierno (que, por supuesto, también es tendiente a la agresión y la imposición de idearios maniqueos: ¡atención, conglomerado anti K, criticar continuamente al “campo”, a la oposición, los cacerolazos, no significa defender al Gobierno sino entender que todos sabemos lo que se puede esperar de un gobierno que cuenta entre sus aliados a Moyano!) bien equivocará su enemigo hablando de potenciales “golpistas” o “destituyentes”, pero, del mismo modo, cuenta con un enemigo multitudinario que responde a ideales sumamente peligrosos. En sexto y último lugar, se afirma que el gobierno instaló una división social que hasta el conflicto con el campo no existía. Alevosa mentira que ni siquiera necesita ser rebatida). Bueno, comencemos otra vez:
Hay un cuento de Borges. Perdón: hay un cuento excepcional de Borges. Perdón: hay, por lo menos, treinta cuentos excepcionales de Borges. Y, por consecuencia, Borges es uno de los autores más excepcionales que han habitado el globo. Pero hay uno, uno especialmente para que las familias argentinas lean en estos días. Se llama “Tema del traidor y del héroe” y forma parte de Ficciones, tal vez el más excepcional libro de este escritor excepcional. Allí, el autor proyecta el argumento para un nuevo relato:
“Bajo el notorio influjo de Chesterton (discurridor y exornador de elegantes misterios) y del consejero áulico Leibniz (que inventó la armonía preestablecida), he imaginado este argumento, que escribiré tal vez y que ya de algún modo me justifica, en las tardes inútiles”
Desde esta perspectiva, elige un país de origen (Irlanda) y un año (1824) en el que transcurre la acción como así también un narrador contemporáneo (Ryan, bisnieto de Fergus Kilpatrick, héroe nacional) de esta última. A partir de allí, desarrolla la anécdota que, en forma resumida, viene a señalar cómo Ryan (historiador) descubre que Kilpatrick (contrariamente a lo que el pueblo pensaba) traicionó su propia causa y fue asesinado, no en ocasiones oscuras, sino con su consentimiento, para que la Historia de Irlanda no fuese afectada. A su vez, las circunstancias de su muerte han sido íntegramente copiadas de escenas de múltiples obras de teatro de William Shakespeare por la mano derecha de Kilpatrick, James Nolan: “Irlanda idolatraba a Kilpatrick; la más tenue sospecha de su vileza hubiera comprometido la rebelión; Nolan propuso un plan que hizo de la ejecución del traidor el instrumento para la emancipación de la patria”. Finalmente, Ryan decide silenciar su descubrimiento, “también eso, tal vez, estaba previsto”. Tranquilos: no creo que Cobos sea un traidor. Tranquilos: no creo que Cobos sea un héroe. Tranquilos: no creo que la sociedad sea partícipe de una confabulación. Pero: ¡también intranquilícense! ¿Por qué? Creo que la sociedad y los medios están construyendo, inconscientemente o no, una historia paralela (y aquí está la analogía con el cuento de Borges): no habrá traidores, héroes, asesinatos y puestas en escenas concientes, pero sí una deliberada intención por pasar un hecho político puntal grave (que un Vicepresidente vote en contra de su propio Gobierno) por un nuevo “amanecer” político. Hasta hace poco, la oposición y los sectores más reaccionarios de la sociedad estaban perdidos, ni siquiera podían concretar un espacio político más creíble que la parodia socialista de K and Company. Pero entonces, llegó el conflicto con el campo y con él la oportunidad. Finalmente, el voto en contra de Cobos hizo de la supuesta “ejecución” de un perimido “modelo de país”, “la emancipación de la patria”. Ahora somos libres, se ha acabado el poder hegemónico, los ciudadanos (con nuestras cacerolas, con nuestros carteles, reunidos en Palermo) nos hacemos escuchar. Nos representa un hombre llamado Julio Cleto y un caudillo entrerriano de apellido De Angeli. “El Senado de la Nación, donde hay nombres que recién ahora son reconocidos en sus respectivas provincias, demostró que no todo está perdido”, escribe Marcos Ah!guinis. El Senado está conformado, entre otros, por Menem, Chiche Duhalde y Rodríguez Saá. 935 productores de soja que concentran 35 millones de hectáreas festejan con champagne y Buzzi asume que con la derogación de la 125, los pequeños productores están peor que el bendito 11 de marzo. Ésta es la gran resurrección, amigos, éste es el momento histórico. Entonces se irán los erráticos K, pero vendrán los Macri, los Carrio, los De Angeli y los Cobos. Y la Argentina será diferente, es cierto, pero no menos penosa. Sayonara.
“La actitud de Cobos no sólo achicó la brecha entre la dirigencia política y la sociedad (…) el voto del vicepresidente representa, además, una oportunidad para el Gobierno”- Héctor Guyot, La Nación.
“Quiero agradecer profundamente a “esos cuatro señores que nadie eligió” el habernos enseñado, democráticamente, el valor del diálogo y del respeto por el otro”, Rafael M. Vázquez Maistegui (San Nicolás de los Arroyos, LE 653.460), Cartas de lectores de La Nación.
“Tenemos una nueva oportunidad”, Marcos Ah!guinis, La Nación.
“Son horas de esperanza. El gesto de Cobos abrió otra fenomenal oportunidad para dar bases sólidas a la transición argentina”, José Ignacio López, La Nación.
“Sentí que el discurso del vicepresidente Julio Cobos me devolvía ideales perdidos y decidí salir a expresarlo (…) Personalidades tan distintas como Vilma Ripoll, Antonia Laje y Elisa Carrió formaban parte del mismo grupo autoconvocado”, Agustín Restelli (DNI 29.544.493), Cartas de lectores de La Nación.
“A partir del conflicto con el campo esa política deletérea intentó recrear un inexistente enfrentamiento de clases digno de la Guerra Fría y a espaldas de la realidad social del país (…) Con la derrota de Kirchner ha llegado a su fin lo peor del peronismo”, Abel Posee, La Nación.
En el diario Perfil del 20/07/08, Pepe Eliaschev es elocuente y titula su columna en el suplemento “El Observador” de la siguiente forma: “Días extraordinarios”. Establece así 14 ángulos (ni uno más, ni uno menos) para explicar el acabose kirchnerista, en los que no faltan analogías disparatadas (la derrota en el Senado se compara con el ataque a Monte Chingolo de 1975 y la que sufriera Luder en las elecciones del 83’) y una terminología de alto nivel periodístico (“decisionismo salvaje”, “rasgos piramidales”, “moquettes del poder”, “resolución ministerial”, “Cancha Rayada senatorial”). La columna de Eliaschev, entonces, se erige como paradigma de la IDEA de “estos días”: el No de Cobos significa una especie de resurrección institucional (un “amanecer”, me dice Grondona desde la pantalla del televisor) y, por consecuencia, un salto de calidad en el factor cívico de los ciudadanos (los cacerolazos, las protestas de Palermo y Rosario) y una reconciliación entre estos últimos y la clase política (recibimiento de Cobos en Mendoza, discursos de los senadores en contra de las retenciones). Eliaschvev lo “explica”: “Lo que termina por primar son las consecuencias del modo. El modo es la manera, pero algo más que protocolo de cordialidades. Es compacto estratégico: han creído en la superioridad del maltrato (…) La Argentina agotó su proceso de metabolización del colapso de 2001, cuando cayó el gobierno de De la Rúa. Hasta ahora, el país toleraba o se resignaba a permitir un estilo vertical, presentado como alternativa a la pasividad de que se acusaba a De la Rúa”. Pero Eliaschev tiene una mirada sesgada: “Sin el catamarqueño (por Saadi), perdía en primera vuelta. Ejercicio de imaginación: ¿se atreverá ahora Kirchner a ir a la Biblioteca Nacional a explicarles a los intelectuales por qué Saadi forma parte del “modelo” de gobierno nacional y popular”. Evidentemente no, Saadi forma parte (como el mismo Kirchner, no olvidar su génesis duhaldista como presidente y su ambiguo pasado) de un espectro consumido que representa no sólo la corrupción sino la mafia política de los años 90’. Lo que deberían explicar quienes ven en la 125 un espaldarazo positivo para el país (Aguinis, Eliaschev, Mariano Grondona, Joaquín Morales Solá, Nelson Castro, ruralistas, caceroleros, anti K) a través de otro “ejercicio de imaginación” es por qué una idea de país ajena a “soberbias”, “autoritarismos” e “intolerancias” respaldada por Menem, Duhalde, Macri, Rodríguez Saá, De la Sota, Barrionuevo, Carrió, Jorge Asís, Reutemann, Miguens, Blumberg, De Angeli y Llambías es explícitamente mejor que otra defendida por Kirchner, Saadi, D’Elía, Moreno, Kunkel, Moyano y Moreno. El discurso de quienes desaprueban al gobierno y observan en la decisión de Cobos un gesto superador que engloba un nuevo modo de hacer política, declina en muchos aspectos: en primer lugar, se afirma que estar en contra de la Iglesia, las Fuerzas Armadas, el sector reaccionario del campo y los medios es decididamente malo. Sin ofrecer una explicación exacta, según esta óptica, un dirigente no debe oponerse enfáticamente a nada. En segundo lugar, se suele caer en un prejuicio machista al pedir que Cristina se aleje de su marido y quienes “la rodean” para gobernar, por fin, ella misma, como si por su condición de mujer fuese vulnerable y apta para ser manejada por quien quiera. Además: más allá de presunciones, ¿quién puede delimitar exactamente qué decide Cristina y que decide Néstor? En tercer lugar, la “nueva oportunidad” que la “inteligentzia” política le ofrece a Cristina esconde una amenaza velada: ahora que ya no sos mayoría en el Congreso, ahora que tenés un 20 por ciento de imagen positiva, si no hacés lo que nosotros queremos, lo que nosotros pensamos que está bien hacer (repito, “nosotros” es Llambías, Miguens, Carrió, Menem, Macri, Barrionuevo), sos boleta. En cuarto lugar: ¿por qué se le debe dar una “oportunidad” a un gobierno elegido en elecciones libres?, ¿qué otra “oportunidad” es más legítima que la del voto? En quinto lugar: se satiriza, con razón, cualquier posibilidad de “golpismo”, pero no se advierte que si bien quienes están en contra del gobierno no están preparando un Golpe y, por lo tanto, no son “golpistas”, cuentan con una gran parte de individuos que poseen características racistas (Llambías, Miguens), intolerantes (según De Angeli, quien no votara por el campo, perdería su libertad) y fascistas (conjunción de los dos rasgos anteriores). El gobierno (que, por supuesto, también es tendiente a la agresión y la imposición de idearios maniqueos: ¡atención, conglomerado anti K, criticar continuamente al “campo”, a la oposición, los cacerolazos, no significa defender al Gobierno sino entender que todos sabemos lo que se puede esperar de un gobierno que cuenta entre sus aliados a Moyano!) bien equivocará su enemigo hablando de potenciales “golpistas” o “destituyentes”, pero, del mismo modo, cuenta con un enemigo multitudinario que responde a ideales sumamente peligrosos. En sexto y último lugar, se afirma que el gobierno instaló una división social que hasta el conflicto con el campo no existía. Alevosa mentira que ni siquiera necesita ser rebatida). Bueno, comencemos otra vez:
Hay un cuento de Borges. Perdón: hay un cuento excepcional de Borges. Perdón: hay, por lo menos, treinta cuentos excepcionales de Borges. Y, por consecuencia, Borges es uno de los autores más excepcionales que han habitado el globo. Pero hay uno, uno especialmente para que las familias argentinas lean en estos días. Se llama “Tema del traidor y del héroe” y forma parte de Ficciones, tal vez el más excepcional libro de este escritor excepcional. Allí, el autor proyecta el argumento para un nuevo relato:
“Bajo el notorio influjo de Chesterton (discurridor y exornador de elegantes misterios) y del consejero áulico Leibniz (que inventó la armonía preestablecida), he imaginado este argumento, que escribiré tal vez y que ya de algún modo me justifica, en las tardes inútiles”
Desde esta perspectiva, elige un país de origen (Irlanda) y un año (1824) en el que transcurre la acción como así también un narrador contemporáneo (Ryan, bisnieto de Fergus Kilpatrick, héroe nacional) de esta última. A partir de allí, desarrolla la anécdota que, en forma resumida, viene a señalar cómo Ryan (historiador) descubre que Kilpatrick (contrariamente a lo que el pueblo pensaba) traicionó su propia causa y fue asesinado, no en ocasiones oscuras, sino con su consentimiento, para que la Historia de Irlanda no fuese afectada. A su vez, las circunstancias de su muerte han sido íntegramente copiadas de escenas de múltiples obras de teatro de William Shakespeare por la mano derecha de Kilpatrick, James Nolan: “Irlanda idolatraba a Kilpatrick; la más tenue sospecha de su vileza hubiera comprometido la rebelión; Nolan propuso un plan que hizo de la ejecución del traidor el instrumento para la emancipación de la patria”. Finalmente, Ryan decide silenciar su descubrimiento, “también eso, tal vez, estaba previsto”. Tranquilos: no creo que Cobos sea un traidor. Tranquilos: no creo que Cobos sea un héroe. Tranquilos: no creo que la sociedad sea partícipe de una confabulación. Pero: ¡también intranquilícense! ¿Por qué? Creo que la sociedad y los medios están construyendo, inconscientemente o no, una historia paralela (y aquí está la analogía con el cuento de Borges): no habrá traidores, héroes, asesinatos y puestas en escenas concientes, pero sí una deliberada intención por pasar un hecho político puntal grave (que un Vicepresidente vote en contra de su propio Gobierno) por un nuevo “amanecer” político. Hasta hace poco, la oposición y los sectores más reaccionarios de la sociedad estaban perdidos, ni siquiera podían concretar un espacio político más creíble que la parodia socialista de K and Company. Pero entonces, llegó el conflicto con el campo y con él la oportunidad. Finalmente, el voto en contra de Cobos hizo de la supuesta “ejecución” de un perimido “modelo de país”, “la emancipación de la patria”. Ahora somos libres, se ha acabado el poder hegemónico, los ciudadanos (con nuestras cacerolas, con nuestros carteles, reunidos en Palermo) nos hacemos escuchar. Nos representa un hombre llamado Julio Cleto y un caudillo entrerriano de apellido De Angeli. “El Senado de la Nación, donde hay nombres que recién ahora son reconocidos en sus respectivas provincias, demostró que no todo está perdido”, escribe Marcos Ah!guinis. El Senado está conformado, entre otros, por Menem, Chiche Duhalde y Rodríguez Saá. 935 productores de soja que concentran 35 millones de hectáreas festejan con champagne y Buzzi asume que con la derogación de la 125, los pequeños productores están peor que el bendito 11 de marzo. Ésta es la gran resurrección, amigos, éste es el momento histórico. Entonces se irán los erráticos K, pero vendrán los Macri, los Carrio, los De Angeli y los Cobos. Y la Argentina será diferente, es cierto, pero no menos penosa. Sayonara.