lunes, 11 de agosto de 2008

EL GRAN SALTO ATRÁS


A último momento, Brunei decidió no registrar a sus dos únicos competidores olímpicos en los Juegos de Beijing. Se rumorea que los dirigentes argentinos, en un peligroso arranque “filo exitista”, dada la magra performance de sus compatriotas, analizaban tomar la misma medida hasta que Paula Pareto (o “La Peque”, para aquellos que llaman por su sobrenombre a cualquier persona por el sólo hecho de haber tenido éxito en algo) ganó su medalla de bronce en Judo. En realidad, muchos opinan que la errática producción de la delegación argentina se debe a una estrategia ideológica sistemática: en disconformidad con la vieja política económica del antiguo líder rojo (El Gran Salto Adelante) y el germen marxista del actual gobierno argentino, se estaría poniendo en marcha un novedoso plan: “El Gran Salto Atrás”, es decir, un retroceso cualitativo y cuantitativo con respecto al rendimiento de Atenas 04’. Así se entiende la performance de la nadadora Georgina Bardach, que antes de comenzar la competencia dijo que no iba a visitar la Casa Rosada si ganaba una medalla y ya en Beijing quedó en el puesto 37 entre 38 competidoras. Un grupo de caceroleros, luego de ver a los distintos presidentes del mundo en la “espectacular-increíble-impresionante-impactante” Ceremonia de Inauguración, se reunió en una esquina de Palermo afirmando que Christine no viajó a la China cuando se enteró de que Mao estaba muerto y la Revolución Cultural había llegado a su fin: “¡claro!”, exclamaron con fruición mientras ensayaban un repiqueteo estridente y mostraban sus consignas en simpáticos carteles, “¡la montonera-marxista-leninista-gramsciana es tan anacrónica que sigue viviendo en 1968!”. Por otro lado, se manifestaron en contra de las protestas a favor del Tibet: “¿A quién se le puede ocurrir que un pueblo con tanta tradición en sombras pueda ser violento? ¡Viva la República Sojera de la China!”.
En el plano deportivo la situación es de honda preocupación. Los periodistas especializados coinciden en afirmar que esta vez “no ganamos ni a la bolita”. Lo de “La Peque”, por su parte, fue un accidente espacio temporal (relacionado con el cambio horario) “al estilo Lost”. Consultados sobre quiénes tienen posibilidad de hacerse de una medalla, todos mencionaron a Carlos Espínola, en Yachting, aunque no dudaron en aclarar que “a esta altura el tipo debe tener como 50 años, porque viene acumulando medallas desde Seúl 88 más o menos”. Encima algunos meteorólogos afirmaron que se podría producir un cataclismo climático de enormes proporciones en caso de que Juan Curuchet (el eterno crédito marplatense) ganase alguna medalla. Algunos se habían ilusionado con el Básquet, hasta que el equipo del Expropiador de Tierras Mapuches perdió contra Lituania, un conjunto durísimo, aún más cuando el rival juega tan mal como lo hizo la Argentina en la madrugada del domingo. En el Seleccionado de fútbol también hay profundas inquietudes: en primer lugar, en el seno del cuerpo técnico (a la altura del pezón derecho) todavía nadie comprendió por qué razón Riquelme corrió tan rápido en la jugada del gol del triunfo ante Australia. Algunos hablan de un inconveniente motriz de aceleración desmedida que lo dejaría fuera de los Juegos en las próximas horas. En segundo lugar, hay desconcierto (y hasta indignación) por el gran partido de Lavezzi: “Éste era el típico que jugaba de titular y nadie entendía por qué”, se escandalizaron allegados a la Comisión Tipológica del Plantel, “¡ahora todos se van a dar cuenta de que quien en realidad no rinde es Agüero y tiene que entrar Di María!”. Otros estereotipos (por ausencia o salvaje coexistencia) también estarían en duda: “El que promete y nunca deslumbra”, “El defensor absolutamente desconocido”, “El que no la toca en todo el partido y sigue siendo titular”, “El que se gana el cariño del pueblo a través de actitudes demagógicas”, “El bromista”, etc. En tercer lugar, Diego Buonanotte habría sufrido una conmoción cerebral al ser confundido en el centro de Beijing con Nini, una de las mascotas de las Olimpiadas. Por último, la familia Messi no aprueba la absoluta conversión en “hombre” de la estrella. Al “extremo entusiasmo” que mostró el jugador para ir a los Juegos, ahora se le suma el hecho de que está jugando verdaderamente bien: “Termina las jugadas con inteligencia, hace jugar al equipo, no se pelea con Riquelme y ¡en cualquier momento gana algo importante con la Selección!, sería un cambio demasiado violento para nosotros los Messi”, dijeron los Messi. Me despido a puro baile, reformulando una letra de Cacho Castaña a favor de nuestros queridos deportistas: “Quiero un pueblo que gane como gana la China, que gana con José, que gana noche y día”. ¡Sayonara!

2 comentarios:

David dijo...

Por Lavezzi “Éste era el típico que jugaba de titular y nadie entendía por qué”
Yo me acuerdo porqué, recuerdo mucho del pibe, sobre todo una actuación en el monumental en la que sopapeó a la "insoslayable" defensa riverplatense...Por favor.
Lo del Riquelme es verdad, yo me asombré, pensé que se trababa de algún otro jugador alto y encarador, quizás Kaká, pero bueno, démosle una chance al témpano de ponerle garra, después de todo, qué mérito futbolístico tenemos nosotros?
Al relato ironico y sarcástico pensé que le ibas a agregar algo de Las Leonas, seguro la próxima.
Sasludos.

Anónimo dijo...

Supongo que no esta de mas este comentario aca (supongo tambien que ya lo leiste)

pero viste esta nota de radar?
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-4753-2008-08-12.html

Pfff muy bueno

¡Rimbaud, vuelve a casa!

jaja
saludos!!