viernes, 19 de diciembre de 2014

Tres historias verídicas de la Ruta 88


El loco del barrio hizo artes marciales al costado de la Ruta. En determinado punto estuvo tan cerca de los autos que el verdulero salió corriendo y lo movió como si fuera un mueble.

Las demás actividades del loco del barrio generalmente son discutir con los perros, discutir con árboles, discutir con los postes de luz.

Cuando no practica artes marciales, boxea con el aire. A veces se presenta en la panadería o el almacén y hace pedidos desorbitantes.

El loco del barrio se toma el colectivo a la mañana y pasa todo el día bailando en La Rambla. Sus estilos favoritos son el rock and roll, la cumbia y el foxtrot. Los que lo vieron dicen que baila bien.

Nadie sabe exactamente si el loco del barrio nació así o un hecho específico lo volvió loco. Sobre esta última posibilidad hay varias especulaciones: un hijo muerto, una mujer que lo abandonó, unos padres violentos y más locos que él. Lo cierto es que está re loco.

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Naturalmente sin que le preguntemos un tipo que entró al negocio por qué no sabía dónde quedaba una calle contó cuáles son sus modos de juzgar a los homosexuales. Si el homosexual creció en una familia con padre y madre, le tiene asco. Si el homosexual creció sólo con su madre o su abuela, es decir, sin una figura paterna, lo entiende. Si el homosexual tuvo experiencias sexuales con mujeres y de todas formas elige a los hombres, es un boludo. Si el homosexual es discreto y no "un trolo de mierda", lo respeta. De todos modos aclara que sus formas de entender y respetar a los homosexuales están por debajo de sus formas de entender y respetar a los heterosexuales. Dicho esto dio por terminada su intervención y se fue. 

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Hoy nos visitó el jubilado que se jacta de saber sobre todos los deportes. Su estribillo es el siguiente y lo recita como un vendedor ambulante: “Fútbol, tenis, básquet, golf, rugby, hockey, automovilismo, preguntá de lo que quieras, sé de todos los deportes”. Cuando le preguntamos algo que no sabe, busca el diario, lo abre y si encuentra la noticia la lee y después dice: “Viste que sé de todos los deportes”.

La curiosidad que contó hoy fue que LeBron James ganó su primer palo verde a los doce años. La verdad es que sabe de todos los deportes.

El jubilado que se jacta de saber de todos los deportes a veces habla sobre algunos personajes del barrio. Hoy le tocó a la Gringa, una anciana de gran corazón y carácter fuerte. El problema de la Gringa es que no se puede discutir con ella: cree que tiene las mejores plantas, el mejor lote, el mejor hijo. La Gringa era fanática de Berlusconi y el jubilado que se jacta de saber de todos los deportes no lo podía ni ver. Así estuvieron años, décadas, discutiendo sobre Berlusconi.

El día que cayó Berlusconi, acusado de una serie extraordinaria de comprobados casos de corrupción y abuso sexual, el jubilado se acercó a la casa de la Gringa y le preguntó con sorna: “¿Y? ¿Ahora qué me contás de tu amigo Berlusconi?”. La Gringa se tomó la cara con las manos, farfulló unos sonidos de indignación italiana y gritó: “¡Le tendieron una trampa!”. 


1 comentario:

Anónimo dijo...

Gran lista, por favor, que siga.