domingo, 1 de octubre de 2017

Eso eso eso

En 1980 Charly García se preguntaba por qué olvidamos y volvemos a amar. Aunque no sea el caso, se trata de una nueva versión del libro, no de la miniserie, con It podemos hacernos (casi) la misma pregunta: ¿por qué olvidamos y vemos la remake? Mejor volver a ver el original.

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Como otras ficciones de Stephen King llevadas a la pantalla a través del cine o la tv, It alimenta una concepción falsa de la infancia consistente en creer que los perdedores sociales (el tartamudo, el gay, la mujer sumisa, el gordo, el negro, el judío, el pelirrojo gracioso) forman grupos de amigos cuya fortaleza termina por destruir los ataques recibidos, ya sea por parte de la pandilla que hace bulliyng o de los monstruos que te asesinan. En la vida real los que se unen son los fuertes, los populares, los lindos, los caretas hijos de yuta que no te invitan a sus cumpleaños pero procuran decir adelante tuyo qué día y a qué hora es el asalto. Los losers, salvo rarísimas y honrosas excepciones, están condenados a sentarse solos adelante de todo, exponiéndose, en una actitud estoica y a la vez masoquista, a la permanente lluvia de papeles mojados con saliva que salen a toda velocidad de peligrosas silbatanas, mientras sus orejas se hacen cada vez más grandes y rojas.    

Otro mito de It es el de la posibilidad de que, por una vez, funcione la contraofensiva, que aquellos traumas no resueltos en el pasado sean vengados en el presente de una manera definitiva y grandilocuente. Las reuniones de ex compañeros de primaria se pusieron de moda otra vez gracias a Facebook pero tengo entendido que más allá de conversar con gente con la que no tenés nada que ver nadie pudo derrotar a los payasos asesinos que los mortificaron en la larga noche de la infancia. Generalmente en el infierno no se puede solucionar lo que no pudiste resolver en la Tierra.

Es decir que más allá del regodeo morboso en el payaso asesino también regresamos a It porque nos propone, al menos en el terreno de la fantasía, lo que ningún psicólogo podrá lograr: cerrar el círculo, vislumbrar de cerca la épica/ de la justicia poética.

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A la distancia, la miniserie de 1990 (inmortalizada en un VHS doble que nos hizo creer no sólo que era una película sino La Película) no gana por puntos sino por el nocaut de algunas escenas emblemáticas, de una efectividad demoledora. El payaso, cual Durán Barba, ofreciendo un globo amarillo a un niño en medio de la lluvia. El payaso saliendo del desagüe de la ducha. El payaso animando fotografías. El payaso tragándose por un tubo a un rude boy. Imágenes con la fuerza de un cross a la mandíbula que sólo pueden compararse con el terror que produce la parálisis del sueño, esas visiones alucinadas que se desarrollan cuando nuestra mente está consciente, el cuerpo no responde y sentimos, vemos u oímos algo que no puede estar sucediendo a no ser que estemos completamente locos. Eso es It en la vida real. Eso es eso.   

Tampoco debería dejarse de lado otro detalle terrorífico, algo silenciado por sus implicancias, y es la configuración “humana” que subyace detrás del personaje de Pennywise: el color amarillento de los dientes, la calvicie, las arrugas, sus movimientos de fantoche, como un rockero glam del Tercer Mundo. Pennywise es un tipo que acecha niños y los atrae hacia lugares solitarios (un sótano, los márgenes de un parque, una esquina perdida en un día de lluvia). O directamente se filtra en el baño o la habitación. Profana situaciones de intimidad y después asesina. Nada que no leamos en los policiales del diario. Como sucede siempre, los villanos sobrenaturales del terror replican en forma de alegoría o metáfora los miedos de la vida cotidiana.   
  
Como un todo, It es de una linealidad narrativa didáctica (en los flashbacks los personajes adultos recuerdan sus encuentros con el payaso en la niñez a través de tics gestuales) y abunda en escenas cursis, empalagosas, de un romanticismo que bordea la comicidad involuntaria. El Club de los perdedores funciona en 1960, una época idealizada en el imaginario yanqui por su presunto carácter pre-ideológico, cuando el rock y las drogas todavía no habían separado a los padres de los hijos, antes de Vietnam y del Verano del Amor, del asesinato de Kennedy. Cuando los 60 todavía eran los 50. En ese punto It le pincha el globo al Sueño Americano señalando al núcleo familiar (repleto de padres maltratadores, ausentes o muertos en Corea) como parte indivisible del crimen. Más allá de las escenas que nos condenaron a correr la cortina de la ducha más de lo que podemos reconocer en público, en realidad lo ominoso de It es el clima familiar opresivo, la alianza implícita entre los padres y el monstruo. Tal vez no nos dio tanto miedo It -que termina siendo una araña gigante ridícula a la que, como si fuera un chiste, terminan cagando a patadas un comediante, una diseñadora, un escritor y un arquitecto- sino los padres de los chicos que bailaron el pogo del payaso asesino, que preferían callarse la boca mientras se ensuciaban las manos con la sangre que emanaba de la pileta del baño o de viejos álbumes de fotos.    

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A los nacidos en los 80 nuestros padres nos prohibieron muchas cosas. Algunas son tradicionales, otras responden al espíritu de la época. A saber: probar drogas, ir al mar sin hacer la digestión, servirnos más de dos vasos de Coca Cola en la casa de nuestros tíos, seguir jugando al Family Game cuando se ponía caliente, aceptar caramelos de desconocidos, mirar Peor es nada, meternos los dedos en la nariz, rascarnos los genitales en público, eructar, hablar con la boca llena, señalar freaks, refregarnos los ojos cuando teníamos conjuntivitis, ir en bici más allá de la 47. Sin embargo hay algo que no entiendo: ¿cómo nos dejaron ver una película sobre un payaso que asesina niños cuando teníamos menos de diez años? Me dan ganas de no devolver los tuppers. 

27 comentarios:

Pedro dijo...

Gracias por seguir escribiendo, Martín.

Emi Mendez dijo...

Muy bueno corvine.
Igual mirate la remake.

Saludos

Federico Anzardi dijo...

A una madre le podés hacer de todo pero no le pierdas los tuppers.

Billy dijo...

covi, mirá de nuevo la It vieja porque no es lo que recordas. ojo (?)

Lalo dijo...

tenés un excel donde llevás la cuenta de las veces que usás lo del cross a la mandíbula de Arlt? debe pesar como 15gb ya

Murat dijo...

Unos de mis mas lindos recuerdos de infancia es haber podido ver el acto ese en el cual infinidad (eran veinte mas o menos) de payasos vestidos de bomberos; salian de un minusculo vehiculo caracterizado de autobomba para apagar un incendio en el cual, tambien, un payaso, vestido de mujer; pedia auxilio, incendio que era apagado con las lagrimas de un payaso chiquito. Fue en el gran Circo de Moscu, en el Luna Park, circo con osos polares, tigres y perritos amaestrados, algo que hoy es imposible de ver.
Desde mi punto de vista, el miedo a los payasos es una zonzera yanqui, Siempre que fui al circo, esperaba ancioso a los payasos.
Desde aqui un recuerdo a Pepe Biondi, Carlitos Escasiotta y al Glorioso Tandarica.
Ahora quiero dirigirme a mi querido amigo Anonimo.

Murat dijo...

Estimadisimo amigo Anonimo:

Reitero; que yo sepa , no se violo a nadie en el Nacional Bs As. Ahora, si con muy mala intension vamos a calificar de violacion seguida de muerte a un manoseo entre dos adolecentes, estamos listos. Porque si el toqueteo libidinoso hubiera sido de parte de un profesor, auxiliar o cualquier viejo verde de los que abundan, si estariamos hablando de algo, pero no, fue un hecho entre pares, sin animo de ofeneder, usted le esta haciendo el caldo gordo a esas feministas que castrarian a todo hombre que se cruce por Av de Mayo un domingo al mediodia, y ni que hablar del colectivo "Ni una menos", que ya esta exigiendo una astilla del presupuesto nacional anda a saber para que.

Lalo dijo...

"manoseo entre pares", "esas feministas que castrarían a todo hombre...". qué asco. te salió el macho facho de adentro, Murat

Anónimo dijo...

Hubo una abuso y habrá o hay o hubo una denuncia penal. Aparte de la denuncia informal que hizo la chica en Facebook.
No importa si son pares o no: importa el consentimiento. Y la denunciante dice que no lo hubo.

Las feministas del niunamenos se callaron bien la boca, con la nefasta Ingrid Beck (inshtein) a la cabeza.
Y otras, egresadas de ese colegio desbordante de élite, justificaron la absurda demora en la denuncia y la infantil respuesta del centro de estudiantes de super militantes juveniles, para no manchar el prestigio de ese semillero de clase dirigente. Todo abajo de la alfombra, los abusos solo ocurren en colegios de negros: la super sexy bocota petera de Marina Mariasch fue una de estas.


A los payasos nunca los entendí. Será porque no soy payaso ni tengo pasta de campeón.
A las películas de terror tampoco.

Anónimo dijo...

Excelente Corvino!


Mr Gabi

Anónimo dijo...

Corvi, es horrible la it vieja. La 'remake'de ahora es mucho mejor.

Igual mejor que ambas es el libro.

doña Rosa la Pijuda dijo...

che lalo, pedazo de hijo de puta analfabeto digital, ni aunque hubiera usado esa exṕresión un millón de veces ese excel habría llegado a más de unos megas. educate antes de bardear tarambano.

Messi dijo...

Tiempo, tiempo sin una palabra. Viaje, soledad y depresión.

Anónimo dijo...

Sin espejos y sin brújulas, playas oscuras...
Y él hundió su cabeza en la espuma de las olas, los rebotes en el palo y en el arquero coronaron su final.

Murat dijo...

Como dijo Iorio: "Mientras los jugadores de la seleccion escuchen cumbia; no vamos a ganar nada".....
11 millonarios ignorantes que no pueden cumplir las espectativas ni de sus esposas.....

Anónimo dijo...

Claro, porque el diego en el 86 seguro que escuchaba la maquina de hacer pajaros...

Lalo dijo...

este Murat que no para de pelear con el anónimo facho resultó ser un reaccionario más, repitiendo todos los mismos discursos fachos, machistas, clasistas y nacionalistas de siempre

Anónimo dijo...

Diego escuchaba Pimpinela. Bueno, se movía a Lucía Galán, al menos.

Murat dijo...

Alguien fue a ver a The Who a La Plata? ESPECTACULAR!!!!

Sampaoli dijo...

Si ya estás en la azotea, SALTÁ

José A. García dijo...

Fui confiadísimo al cine pensando que era la película entera y es sólo la primera parte, qué chasco que me llevé...

Más allá de eso, esta buena, sí, pero la original tiene eso de los efectos hechos a manos que suma a favor.

Lástima la escena del final, eso sí.

Saludos!

J.

Gloria dijo...

Hola! Nada que ver, pero por casualidad hay posibilidad de comprar EN REALIDAD QUERIA HABLAR DE OTRA COSA en formato digital?

Saludos

Anónimo dijo...

Presenciaremos hoy el ultimo acto de la gran debacle del futbol argentino???
Restan solo un par de horas para saberlo...

Corvino dijo...

Che Gloria, no hay edición digital del libro, se puede conseguir todavía en librerías por lo que yo sé (por lo menos acá en Mdp).

En cuanto a otros comentarios:
-Me he criado en el Barrio Pueyrredón, entre gente pobre y malevos, y realmente no he tenido tiempo de saber cuántas veces se puede repetir la frase "como un cross a la mandíbula".
-Vi IT otra vez el mismo día que escribí esto, Billy.
-Bueno, nada más, saludos.

Anónimo dijo...

Clasificamos, Messi la rompió, los jugadores se lo dedicaron a los periodistas, Casas grabó un publicidad de Quilmes (y usa la palabra vindicación)...
Espabila, corvino, y escribe algo!

Pedro dijo...

Regrese a la caverna de inmediato, sr. Corvino

Anónimo dijo...

Miro los links de blogs amigos del Corvino y pienso: es epidémico, son unos slackers que no publican nunca!