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Los Beats llenan estadios. Los jóvenes –contaminados por MTV y demás-caminan por las calles argentinas creyéndose Eminem’s, rapeando, usando pantalones anchos y remeras que les llegan a los tobillos. Hay gente que incluso se corta el pelo para aparentar estar recién levantado. En una sociedad donde lo que está en boga es aparentar, imitar descaradamente y “hacer de cuenta que soy…” (llenar con el nombre que corresponda), es entendible que Litto Nebbia no tenga mucho éxito, ni reconocimiento ni fans nuevos. Litto Nebbia siempre es Litto Nebbia. En 1985, en 1972 y en el 2007 Nebbia es Nebbia: con sus canciones, su fraseo, su armonía, sus letras, su voz. No es común en el la industria discográfica que esto ocurra. Por hablar de solistas argentinos: ¿alguien puede reconocer al Charly García de 1983 (el que cantaba “Porque vos nos sos mejor yo/ Yo no soy mejor que vos”) en el que toca en el Hotel de Alan Faena?, ¿alguien puede vislumbrar al Fito Páez del 63’ con el tipo que camina en el video clip de “Eso que llevas ahí”?, ¿alguien observa al Calamaro actual, el de los tangos, boleros y música ciudadana en el pibe maquillado que tocaba los teclados en Los abuelos de la nada? No estoy haciendo una apología al estúpido “no cambies nunca” al que el rock es tan afecto –incluso algunos de estas metamorfosis ayudaron a los artistas en cuestión- sino una simple acotación a esa práctica tan común en el rock argentino (y la música en general) de probarse todos los trajes y no quedarse con ninguno, perdiéndose en ese ínterin el carácter singular e individual que debe tener todo artista. Nebbia, para bien o para mal, lo tiene. No vamos a ser tan ingenuos o fans para decir que todos sus discos son buenos porque estaríamos cayendo en una contradicción: aceptar que uno gusta de la música de Nebbia es aceptar que uno nunca va a poder tener su colección entera de discos. Por ejemplo –tomando dos años al azar- entre el 2002 y el 2003 grabó los siguientes discos: Canciones desde Península Valdés, Tributo a Brian Wilson, El compositor no se detiene, La noche del colibrí, Litto Nebbia y Lito Vitale, Las Aventuras de Domingo Cura y Litto Nebbia, Una Mirada y Definitivamente Vivo Vol. 1. Quizás en cada disco hay un solo tema que merezca la escucha, es verdad, pero en ese rizoma musical también puede que aparezca un discazo olvidado en el espacio-tiempo. Y no olvidar que algunas de las mentes más brillantes del rock argentino vienen prometiendo un disco desde hace 4 años.
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El mejor ejemplo de la correspondencia de Nebbia con la industria de la música es el último corte –y quizás único- de El palacio de las flores, ese gran disco que Nebbia grabó con Andrés Calamaro el año pasado. Al momento de llegar los coros del ex Gatos Salvajes, para las radios y los canales de video clips “Corazón en venta” termina, abrupta y absurdamente, ya que no recuerdo temas cortados con tanta exactitud y mala leche en años. Es que Nebbia no pega con el artista medio: no tiene tatuajes, no hace gala de ningún maltrato a las mujeres, no se tira de un noveno piso, no esta casado con una actriz ni una modelo, no le pega a los periodistas (incluso los recibe en su casa y les muestra su colección de películas), no tiene un séquito o un grupo de acólitos que le preservan su integridad y ni siquiera (como Spinetta) ha sabido (o querido, mejor dicho) crear alrededor suyo un enigma a través de sus apariciones públicas o sus letras. Por el contrario Nebbia trabaja, tiene un sello, quizás el único de música argentina (Melopea), se codeó con dos de los exponentes más grandes del tango (Goyeneche y Cadícamo) y graba incansablemente canciones sobre el amor, la vida, el paso del tiempo y las mujeres. Nebbia se entiende, es simple, claro y directo, ya lo dice Ariel Minimal en la última edición de la Revista Inrockuptibles: “Porque Nebbia tiene eso también: no le interesa tener asistentes, que haya un catering en el camarín o que le lleven una toallita; no le interesa nada (…) A mí me pega eso de él: ver cómo no le importa lo accesorio del estrellato del rock, todo lo que flota alrededor”.
3
El gran tesoro de excepción musical del Nebbia solista se encuentra en los álbumes que graba desde fines de los 60’ a mediados de los 70’. Para demostrar la mala relación de Nebbia con el mundillo industrial discográfico vale una anécdota de su primer disco solista (Litto Nebbia Vol. 1): la compañía no quería editarlo porque decía que Litto Nebbia era un nombre poco comercial. Por aquellos días (1969) Nebbia participó en la película “El extraño de pelo largo” donde aparecía el tema “Rosemary” que editado como simple vendió 52.000 copias. Recién ahí apareció el álbum, su debut solista. Con una ingenuidad a flor de piel –dada la juventud no sólo de Nebbia sino del rock argentino- y una sección de vientos, Nebbia dedicaba el disco, apropiadamente, “a todos los músicos con dignidad humana y musical”. Toda una declaración de principios. Algunos de los temas se alejan del beat de la época e ingresan al estilo melódico-acústico que Nebbia cultivaría en los próximos años, el mejor ejemplo es “Tierra soy yo” (con efecto de trompeta a cargo de la propia voz de Nebbia). “Cuanto cuesta un hombre”, “Hombre de las magnolias” e “Igual” se acercan más al estilo de rock que practicaban grupos como Almendra o los mismos Gatos. “Por que camino andarás” -con reminiscencias a la música latina- es un tema extraño para la época que vislumbra el camino de fusión que tendrá la música de Nebbia en el futuro. Litto Nebbia Vol.2 de 1970 (con una de las mejores tapas del rock argentino) es un disco en el que Nebbia alcanza una madurez compositiva que se observa claramente en la combativa canción americanista “Hijos de América”. Como si fuera poco Nebbia comienza a elaborar su carrera de hombre autogestionado y autónomo tocando todos los instrumentos del disco, sin ningún músico invitado. Hay riqueza en las melodías de temas como “Años blancos, días blancos” o “Los molinos nunca olvidan”, experimentación en “Suite: Alrededor de Monalisa” y un pop sorprendente en “La carrera de tu vida” que adelante la temática de gran parte de la carrera de Nebbia, es decir, la libertad absoluta como arma de defensa ante la mediocridad: “Yo soy más libre que tú/ un día me marché y no volví/ Marta me dijo: ya te puedes ir/ la carrera de tu vida empieza hoy/ comienza hoy”. El punto más alto del disco es “Canción para un amigo que no escucha” donde la melancolía de la letra se enlaza de modo perfecto a la melodía del tema. Ese mismo año Los Gatos se volvieron a juntar, esta vez con el aporte de Pappo en guitarras (escuchar los sorprendentes y rockeros Beat Nº1 y especialmente Rock de la mujer perdida).
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Luego de idas y vueltas (con el recomendable “Nebbia’s band” en las gateras por problemas contractuales con la compañía ACA, ¡cuando no!) Nebbia consigue sacar en el año 1972 un nuevo disco solista. Al no poder utilizar su nombre decide denominar a su nueva banda “Huinca” y llamar de forma homónima al disco de esta agrupación integrada por Cacho Lafalce (que según Charly García una vez le hizo tomar pis a Nebbia, haciéndolo creer que era whisky), Gabriel Ranelli y Oscar Moro (El baterista del rock argentino: Serú Giran, Riff, Los Gatos y siguen las firmas). Con un sonido valvular y en algunas ocasiones eminentemente rockero Huinca todavía hoy es un disco de culto, como pocos en el rock argentino. “Preludio”, un instrumental de excelente factura, abre el disco para luego recalar en el rock hippie y psicodélico de “Gritar y amar es luchar” (un tema con ese título no puede ser malo, amigos). La versatilidad de los músicos permite largos pasajes instrumentales como en los blues “Harlem” y “Cadenas y monedas”. “Yo soy tu voz” puede verse como un tema que podría haber formado parte de los primeros dos álbumes de Nebbia pero que se eleva dada las características de la nueva banda. “Alunar”, un hermoso rock setentista con música del bromista Lafalce, da lugar a la juguetona melodía de “Chocolates (para ud.)”, donde Nebbia llama a tirar las caretas de la sociedad pacata de su tiempo: “Chocolates para usted, que lo harán sentir mejor/ esa cara no es de usted/ la máscara tírela/ y así comprenderá que soy igual”.
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El siguiente disco solista de Nebbia es todo un hito en la historia de la música argentina: “Despertemos en América”. Grabado en el 72’ y editado al año siguiente, desde su elocuente título, significa la primera aproximación de alguien proveniente del rock (recordar que Nebbia había co-compuesto “La Balsa” menos de 5 años atrás) a la música folclórica. “Si no son más de las tres (El bohemio)”, el tema que abre el disco, es un tipo de canción única e incunable, con la belleza que implica la unión de la guitarra del joven Nebbia a la percusión del insigne percusionista Domingo Cura. “Balada para una prisionera” prosigue la experimentación de “Suite: Alrededor de Monalisa” intercalando a una típica balada de amor toda una sección rítmica jazzera. El mismo Nebbia, en el disco original, para ilustrar la inseparable comunión que había en la época entre grabación y experimentación en el estudio, dice de este tema: “…logramos algo que nos puso muy contentos y es el empaste de saxos tenor y soprano tocados ambos por Bernardo (Baraj)”. El tema que le da título al disco puede entenderse como una continuación temática de “Hijos de América”, ahora con una refinación musical e instrumental que hacen pensar en el paso de los años ¡cuando en realidad sólo pasaron 2! El bello tema acústico “Luis se cayó de la higuera”, dedicado en el librito del vinilo (firmado 9/8/72), a “un amigo destruido por las drogas” es uno de esos clásicos malentendidos del rock argentino (como cuando se dice que Charly García le dedicó “Rasguña las piedras” a una novia enterrada viva): la mayoría de las personas entendieron que el tema era para Luis Alberto Spinetta. Tuvo que venir la reedición del año 1993, a cargo de Melopea, el sello de Nebbia, para que Litto aclare: “no está escrita para Spinetta, como algunos creyeron”. “Amame o déjame de una vez”, con gran influencia de Dylan, también conforma un hito ya que se trata de la primera autocrítica del rock argentino –algo que tanto hace falta hoy-, en este caso dirigida a la ligereza o ingenuidad con que el movimiento hippie o la juventud de los 60’ quiso llevar a cabo la revolución, algunas de sus frases son elocuentes: “Mucho se habló ya de la libertad/ Se especuló con la palabra amor/ Guerras y crímenes en un diario ya están” o “Las drogas causaron destrucción/ Pararon toda una revolución/ Los que más quise ya no están aquí”. Otras líneas del tema explican el porque de un Nebbia censurado y exiliado durante la dictadura (76-83): “Mucha gente por hambre protestó/ Y mucha más por lo mismo murió/ El fantasma de la tortura está a nuestro alrededor”. Precisamente 1973 no era un año con facilidades para aquellos que denuncien la tortura de un modo tan abierto y temerario. Sin dudas “Amame o déjame de una vez” es el “Dream is over” del rock argentino: el sueño ya terminó, la drogas mataron a Tanguito, los 60 terminaron y se vienen tiempos duros, violentos, mientras Lennon –en Plastic Ono Band- decía que creía sólo en “Yoko”, es decir, que el movimiento grupal de manifestación y choque se extinguía y la salida, mal que nos pese, sólo se podía encontrar en el amor, en la pareja, Nebbia dice en uno de sus estribillos más duros y rústicos, simplemente: “Amame o déjame, nena, ámame o déjame ya de una vez”.
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Ya ubicado en un panorama que incluía tanto rock, tango, bossa nova como jazz, blues y canción ciudadana, Nebbia terminaría de cerrar su círculo de discos fundamentales con Muerte en la catedral (1973) y Melopea (1974) donde todos los elementos que se habían sumado a su música en los discos anteriores alcanzan una maduración superlativa. Con sólo 9 temas Muerte en la catedral quizás sea lo mejor que Nebbia grabó jamás. Comienza con el folclore acelerado de “Vals de mi hogar”, donde imágenes costumbristas se suceden en tanto la línea melódica se va acentuando con mayor precisión: “Allí está mi camisa arrugada sobre la silla/ Allí están los bizcochos y el mate sobre la mesa”. “El revolver es un hombre legal” suma nuevamente reminiscencias jazzeras a un tema beatle pero sin necesidad de una intercalación como sucedía en “Balada para una prisionera”: la fusión, en Nebbia, ya es una característica intrínseca de su música y se da con naturalidad. “Mendigo de la luna” es un tema más cercano al pop. Los temas que restan son todos clásicos inoxidables: “El otro cambio, los que se fueron”, donde Nebbia reflexiona una vez más sobre el paso del tiempo sin vislumbrar siquiera el tinte melancólico que el título del tema cobraría en los próximos oscuros años de la Argentina; “La operación es simple”, un tema acústico con letra de Defilpo, una sociedad que comienza a cobrar importancia en Melopea (aquí los mejores temas tienen letra de Nebbia) y por útlimo dos “rocanroles” con remembranzas progresivas: el excelente “Dios en Más” y el aún más excelente y épico “Muerte en la catedral”: “La gente protege su vida siempre en nombre de dios/ Y el pájaro negro anuncia en su vuelo un tiempo de tormenta/ Dicen que ayer alguien murió en la Catedral/ ¿Cómo harán esta vez?”. Melopea, del 74, escrito codo a codo con Mirtha Defilpo (poeta y su pareja del momento) abre con “La ventana sin cancel”, un tema de excelente factura melódica (una vez más), cercano al pop-rock de la época y con una letra inmortal: “Y no mires, Julieta, cuando el amor inventa laberintos/ alguien se tiene que perder/ Fina espada de mujer/ en las manos guárdalas/ Ignorando su poder/ Aún todo es ilusión”. Es así, con este carácter abarcador de la música de Nebbia, que se superponen el pop-rock adictivo de “Qué clase de amor tendrás” a la experimentación de “Los lunes de la humanidad” donde se ve, quizás, influencia de Piazzolla y el Gato Barbieri. “Restaurant del diablo”, “Capitanes de esta guerra” y “Amor imbécil” todavía se relacionan con el rock ya que de alguna manera Melopea significa el alejamiento definitivo de Nebbia al género que lo vio nacer. Otros temas, más simples y acústicos, como “Cuestión de tiempo”, “Augurio del silencioso” y “Memento Mori (recuerda que debes morir)” reflexionan sobre tópicos concretos que se esparcen por toda la obra de Nebbia: el tiempo y la muerte. “La lección del viajero”, con su moraleja, se encuentra entre los mejores momentos del discos: “El viajero me dijo que uno entierra a sus muertos/ Para seguir matando”.
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A partir de mediados de los 70, entonces, la carrera de Nebbia comenzó a ramificarse ininterrumpidamente hacia diferentes músicas y proyectos. En 1975 graba el primero de una serie de 3 discos experimentales: Fuera del cielo (1975), Bazar de los milagros (1976) y El vendedor de promesas (1977). Trabajos donde Nebbia sigue adelante con su formato canción pero sin limitarse en la duración, es decir, sin importarle la difusión por las radios o la comercialización de sus discos. Es así que en estos discos se pueden escuchar armonías de jazz mezcladas con partes instrumentales que recuerdan al rock sinfónico de la época (a la Serú Giran por hablar del rock vernáculo). Al mismo tiempo Nebbia comienza a interesarse por la música brasilera, tanto es así que en Bazar de los milagros (un disco “abrasilerado” según el propio Nebbia) le dedica un tema a Milton Nascimento: “Bituca”. Incluso el título del disco se debe a la lectura del cantautor del libro “Tienda de los milagros” de Jorge Amado. Se destacan la bossa “Transeúntes” y el tema cien por ciento Nebbia del disco: “La Caída”. Para comprender la singularidad del disco frente al panorama del rock argentino (de ayer y de siempre) basta decir que un tema como “La Muerte y la Mirada” es en realidad una especie de suite teatral donde hablan la muerte, la mirada y luego la muerte y la mirada juntas (¡!). De allí al “inentendimiento” hay un solo paso. O dos. O tres. No importa. El vendedor de promesas es ya un disco conceptual donde Nebbia tuvo que hipotecar un departamento para llevar a cabo la obra: “Presentábamos en vivo esto, con el apoyo dramático de 2 actores, la actriz, un corto realizado especialmente que se proyectaba al inicio de la obra y tocábamos con el Trío mientras sucedía la acción teatral…un disparate, ni que hablar para la época, recuerdo que perdí un pequeño departamento (…) El arte tiene esas cosas a veces, es una actitud de DAR, que no necesariamente trae como respuesta una revolución económica”. Si lo sabrá Nebbia…
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Luego del exilio e incluso durante (en México, desde fines de los 70 al 82) Litto Nebbia siguió desarrollando una carrera plagada de canciones y discos como la vida de Martín Palermo está plagada de goles. Carlos Bianchi decía que éste último era un “optimista del gol”, Nebbia, entonces, es un “optimista de la canción”. No se puede asegurar que Nebbia haya grabado otros disco fundamental para la historia del rock argentino después de los 70’ pero si que en esos centenares de trabajos se encuentran grandes canciones: en “1981” aparece “Sólo se trata de vivir”, una de las letras más emocionantes del rock argentino, donde el género no es jazz, ni rock, ni folk sino “Nebbia”: en el fraseo, en la voz, en la guitarra que parece desafinada, en la letra de una simpleza a la que sólo acceden los grandes: “Dicen que viajando se fortalece el corazón/ Pues andar nuevos caminos te hace olvidar el anterior”. Del 80’ también es “No importa la razón”, un bolero descomunal sobre el abandono. De la banda de sonido de “Evita” es “Quién quiera oír que oiga”. Del mismo año “Nueva zamba para mi tierra” (que cantó juntó a Calamaro en varias ocasiones). Del olvidadísimo El hombre que amaba a todas las mujeres (1997) es la hermosa “Tristeza en los andenes” cantada junto a Hugo Fattoruso. Pero si hay un tema que define a la perfección quien es Nebbia ese es “Yo no permito”, una parábola sobre la resistencia. Allí, Nebbia, de alguna manera, reconoce su papel de perdedor frente a una industria o un sistema que lo ha dejado de lado. Sin embargo, a pesar de todo, dice: “Yo sé que no puedo morir por ahora/ Y la razón es que ando muy ocupado/ Pero suceden cosas diariamente que intentan liquidar mis sentimientos/ Y yo no hago caso/ Yo no permito que me impidan seguir/ Yo los invitó a que me vean seguir/ Y si lo intentó es porque estoy convencido que para lograr algo hay que insistir”.
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El mundillo del rock argentino, tan vulgar como proclive a los falsos entendidos, ha dedicado un disco tributo a ¡Sandro! como maestro del rock en castellano cuando el Gitano y Los del Fuego lo que hacían era versiones de temas extranjeros. Inmersos en un tiempo donde se creen cosas que nunca se vieron (el mismo Nebbia aclaró hace poco que Sandro nunca pisó la Cueva) se reconoce a Tanguito por “La Balsa” cuando lo único que hizo fue decir “Estoy muy solo y triste en este mundo de mierda” siendo Nebbia el que desarrollo el estribillo y la melodía final del tema. Compositor de excepción, autor de alguno de los mejores discos del genuino rock argentino, hoy Nebbia prepara ¡un disco triple! con su banda La luz (Ariel Minimal, Federico Boaglio y Daniel Columbres) luego de sacar a la venta, en el 2005, “Danza del corazón”, su mejor disco en años. Ajeno a las modas, solo por el camino de “la canción”, ahí va Litto Nebbia. Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia, la verdadera historia, quien quiera oír que oiga. Ni más ni menos: el compositor no se detiene.
Los Beats llenan estadios. Los jóvenes –contaminados por MTV y demás-caminan por las calles argentinas creyéndose Eminem’s, rapeando, usando pantalones anchos y remeras que les llegan a los tobillos. Hay gente que incluso se corta el pelo para aparentar estar recién levantado. En una sociedad donde lo que está en boga es aparentar, imitar descaradamente y “hacer de cuenta que soy…” (llenar con el nombre que corresponda), es entendible que Litto Nebbia no tenga mucho éxito, ni reconocimiento ni fans nuevos. Litto Nebbia siempre es Litto Nebbia. En 1985, en 1972 y en el 2007 Nebbia es Nebbia: con sus canciones, su fraseo, su armonía, sus letras, su voz. No es común en el la industria discográfica que esto ocurra. Por hablar de solistas argentinos: ¿alguien puede reconocer al Charly García de 1983 (el que cantaba “Porque vos nos sos mejor yo/ Yo no soy mejor que vos”) en el que toca en el Hotel de Alan Faena?, ¿alguien puede vislumbrar al Fito Páez del 63’ con el tipo que camina en el video clip de “Eso que llevas ahí”?, ¿alguien observa al Calamaro actual, el de los tangos, boleros y música ciudadana en el pibe maquillado que tocaba los teclados en Los abuelos de la nada? No estoy haciendo una apología al estúpido “no cambies nunca” al que el rock es tan afecto –incluso algunos de estas metamorfosis ayudaron a los artistas en cuestión- sino una simple acotación a esa práctica tan común en el rock argentino (y la música en general) de probarse todos los trajes y no quedarse con ninguno, perdiéndose en ese ínterin el carácter singular e individual que debe tener todo artista. Nebbia, para bien o para mal, lo tiene. No vamos a ser tan ingenuos o fans para decir que todos sus discos son buenos porque estaríamos cayendo en una contradicción: aceptar que uno gusta de la música de Nebbia es aceptar que uno nunca va a poder tener su colección entera de discos. Por ejemplo –tomando dos años al azar- entre el 2002 y el 2003 grabó los siguientes discos: Canciones desde Península Valdés, Tributo a Brian Wilson, El compositor no se detiene, La noche del colibrí, Litto Nebbia y Lito Vitale, Las Aventuras de Domingo Cura y Litto Nebbia, Una Mirada y Definitivamente Vivo Vol. 1. Quizás en cada disco hay un solo tema que merezca la escucha, es verdad, pero en ese rizoma musical también puede que aparezca un discazo olvidado en el espacio-tiempo. Y no olvidar que algunas de las mentes más brillantes del rock argentino vienen prometiendo un disco desde hace 4 años.
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El mejor ejemplo de la correspondencia de Nebbia con la industria de la música es el último corte –y quizás único- de El palacio de las flores, ese gran disco que Nebbia grabó con Andrés Calamaro el año pasado. Al momento de llegar los coros del ex Gatos Salvajes, para las radios y los canales de video clips “Corazón en venta” termina, abrupta y absurdamente, ya que no recuerdo temas cortados con tanta exactitud y mala leche en años. Es que Nebbia no pega con el artista medio: no tiene tatuajes, no hace gala de ningún maltrato a las mujeres, no se tira de un noveno piso, no esta casado con una actriz ni una modelo, no le pega a los periodistas (incluso los recibe en su casa y les muestra su colección de películas), no tiene un séquito o un grupo de acólitos que le preservan su integridad y ni siquiera (como Spinetta) ha sabido (o querido, mejor dicho) crear alrededor suyo un enigma a través de sus apariciones públicas o sus letras. Por el contrario Nebbia trabaja, tiene un sello, quizás el único de música argentina (Melopea), se codeó con dos de los exponentes más grandes del tango (Goyeneche y Cadícamo) y graba incansablemente canciones sobre el amor, la vida, el paso del tiempo y las mujeres. Nebbia se entiende, es simple, claro y directo, ya lo dice Ariel Minimal en la última edición de la Revista Inrockuptibles: “Porque Nebbia tiene eso también: no le interesa tener asistentes, que haya un catering en el camarín o que le lleven una toallita; no le interesa nada (…) A mí me pega eso de él: ver cómo no le importa lo accesorio del estrellato del rock, todo lo que flota alrededor”.
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El gran tesoro de excepción musical del Nebbia solista se encuentra en los álbumes que graba desde fines de los 60’ a mediados de los 70’. Para demostrar la mala relación de Nebbia con el mundillo industrial discográfico vale una anécdota de su primer disco solista (Litto Nebbia Vol. 1): la compañía no quería editarlo porque decía que Litto Nebbia era un nombre poco comercial. Por aquellos días (1969) Nebbia participó en la película “El extraño de pelo largo” donde aparecía el tema “Rosemary” que editado como simple vendió 52.000 copias. Recién ahí apareció el álbum, su debut solista. Con una ingenuidad a flor de piel –dada la juventud no sólo de Nebbia sino del rock argentino- y una sección de vientos, Nebbia dedicaba el disco, apropiadamente, “a todos los músicos con dignidad humana y musical”. Toda una declaración de principios. Algunos de los temas se alejan del beat de la época e ingresan al estilo melódico-acústico que Nebbia cultivaría en los próximos años, el mejor ejemplo es “Tierra soy yo” (con efecto de trompeta a cargo de la propia voz de Nebbia). “Cuanto cuesta un hombre”, “Hombre de las magnolias” e “Igual” se acercan más al estilo de rock que practicaban grupos como Almendra o los mismos Gatos. “Por que camino andarás” -con reminiscencias a la música latina- es un tema extraño para la época que vislumbra el camino de fusión que tendrá la música de Nebbia en el futuro. Litto Nebbia Vol.2 de 1970 (con una de las mejores tapas del rock argentino) es un disco en el que Nebbia alcanza una madurez compositiva que se observa claramente en la combativa canción americanista “Hijos de América”. Como si fuera poco Nebbia comienza a elaborar su carrera de hombre autogestionado y autónomo tocando todos los instrumentos del disco, sin ningún músico invitado. Hay riqueza en las melodías de temas como “Años blancos, días blancos” o “Los molinos nunca olvidan”, experimentación en “Suite: Alrededor de Monalisa” y un pop sorprendente en “La carrera de tu vida” que adelante la temática de gran parte de la carrera de Nebbia, es decir, la libertad absoluta como arma de defensa ante la mediocridad: “Yo soy más libre que tú/ un día me marché y no volví/ Marta me dijo: ya te puedes ir/ la carrera de tu vida empieza hoy/ comienza hoy”. El punto más alto del disco es “Canción para un amigo que no escucha” donde la melancolía de la letra se enlaza de modo perfecto a la melodía del tema. Ese mismo año Los Gatos se volvieron a juntar, esta vez con el aporte de Pappo en guitarras (escuchar los sorprendentes y rockeros Beat Nº1 y especialmente Rock de la mujer perdida).
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Luego de idas y vueltas (con el recomendable “Nebbia’s band” en las gateras por problemas contractuales con la compañía ACA, ¡cuando no!) Nebbia consigue sacar en el año 1972 un nuevo disco solista. Al no poder utilizar su nombre decide denominar a su nueva banda “Huinca” y llamar de forma homónima al disco de esta agrupación integrada por Cacho Lafalce (que según Charly García una vez le hizo tomar pis a Nebbia, haciéndolo creer que era whisky), Gabriel Ranelli y Oscar Moro (El baterista del rock argentino: Serú Giran, Riff, Los Gatos y siguen las firmas). Con un sonido valvular y en algunas ocasiones eminentemente rockero Huinca todavía hoy es un disco de culto, como pocos en el rock argentino. “Preludio”, un instrumental de excelente factura, abre el disco para luego recalar en el rock hippie y psicodélico de “Gritar y amar es luchar” (un tema con ese título no puede ser malo, amigos). La versatilidad de los músicos permite largos pasajes instrumentales como en los blues “Harlem” y “Cadenas y monedas”. “Yo soy tu voz” puede verse como un tema que podría haber formado parte de los primeros dos álbumes de Nebbia pero que se eleva dada las características de la nueva banda. “Alunar”, un hermoso rock setentista con música del bromista Lafalce, da lugar a la juguetona melodía de “Chocolates (para ud.)”, donde Nebbia llama a tirar las caretas de la sociedad pacata de su tiempo: “Chocolates para usted, que lo harán sentir mejor/ esa cara no es de usted/ la máscara tírela/ y así comprenderá que soy igual”.
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El siguiente disco solista de Nebbia es todo un hito en la historia de la música argentina: “Despertemos en América”. Grabado en el 72’ y editado al año siguiente, desde su elocuente título, significa la primera aproximación de alguien proveniente del rock (recordar que Nebbia había co-compuesto “La Balsa” menos de 5 años atrás) a la música folclórica. “Si no son más de las tres (El bohemio)”, el tema que abre el disco, es un tipo de canción única e incunable, con la belleza que implica la unión de la guitarra del joven Nebbia a la percusión del insigne percusionista Domingo Cura. “Balada para una prisionera” prosigue la experimentación de “Suite: Alrededor de Monalisa” intercalando a una típica balada de amor toda una sección rítmica jazzera. El mismo Nebbia, en el disco original, para ilustrar la inseparable comunión que había en la época entre grabación y experimentación en el estudio, dice de este tema: “…logramos algo que nos puso muy contentos y es el empaste de saxos tenor y soprano tocados ambos por Bernardo (Baraj)”. El tema que le da título al disco puede entenderse como una continuación temática de “Hijos de América”, ahora con una refinación musical e instrumental que hacen pensar en el paso de los años ¡cuando en realidad sólo pasaron 2! El bello tema acústico “Luis se cayó de la higuera”, dedicado en el librito del vinilo (firmado 9/8/72), a “un amigo destruido por las drogas” es uno de esos clásicos malentendidos del rock argentino (como cuando se dice que Charly García le dedicó “Rasguña las piedras” a una novia enterrada viva): la mayoría de las personas entendieron que el tema era para Luis Alberto Spinetta. Tuvo que venir la reedición del año 1993, a cargo de Melopea, el sello de Nebbia, para que Litto aclare: “no está escrita para Spinetta, como algunos creyeron”. “Amame o déjame de una vez”, con gran influencia de Dylan, también conforma un hito ya que se trata de la primera autocrítica del rock argentino –algo que tanto hace falta hoy-, en este caso dirigida a la ligereza o ingenuidad con que el movimiento hippie o la juventud de los 60’ quiso llevar a cabo la revolución, algunas de sus frases son elocuentes: “Mucho se habló ya de la libertad/ Se especuló con la palabra amor/ Guerras y crímenes en un diario ya están” o “Las drogas causaron destrucción/ Pararon toda una revolución/ Los que más quise ya no están aquí”. Otras líneas del tema explican el porque de un Nebbia censurado y exiliado durante la dictadura (76-83): “Mucha gente por hambre protestó/ Y mucha más por lo mismo murió/ El fantasma de la tortura está a nuestro alrededor”. Precisamente 1973 no era un año con facilidades para aquellos que denuncien la tortura de un modo tan abierto y temerario. Sin dudas “Amame o déjame de una vez” es el “Dream is over” del rock argentino: el sueño ya terminó, la drogas mataron a Tanguito, los 60 terminaron y se vienen tiempos duros, violentos, mientras Lennon –en Plastic Ono Band- decía que creía sólo en “Yoko”, es decir, que el movimiento grupal de manifestación y choque se extinguía y la salida, mal que nos pese, sólo se podía encontrar en el amor, en la pareja, Nebbia dice en uno de sus estribillos más duros y rústicos, simplemente: “Amame o déjame, nena, ámame o déjame ya de una vez”.
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Ya ubicado en un panorama que incluía tanto rock, tango, bossa nova como jazz, blues y canción ciudadana, Nebbia terminaría de cerrar su círculo de discos fundamentales con Muerte en la catedral (1973) y Melopea (1974) donde todos los elementos que se habían sumado a su música en los discos anteriores alcanzan una maduración superlativa. Con sólo 9 temas Muerte en la catedral quizás sea lo mejor que Nebbia grabó jamás. Comienza con el folclore acelerado de “Vals de mi hogar”, donde imágenes costumbristas se suceden en tanto la línea melódica se va acentuando con mayor precisión: “Allí está mi camisa arrugada sobre la silla/ Allí están los bizcochos y el mate sobre la mesa”. “El revolver es un hombre legal” suma nuevamente reminiscencias jazzeras a un tema beatle pero sin necesidad de una intercalación como sucedía en “Balada para una prisionera”: la fusión, en Nebbia, ya es una característica intrínseca de su música y se da con naturalidad. “Mendigo de la luna” es un tema más cercano al pop. Los temas que restan son todos clásicos inoxidables: “El otro cambio, los que se fueron”, donde Nebbia reflexiona una vez más sobre el paso del tiempo sin vislumbrar siquiera el tinte melancólico que el título del tema cobraría en los próximos oscuros años de la Argentina; “La operación es simple”, un tema acústico con letra de Defilpo, una sociedad que comienza a cobrar importancia en Melopea (aquí los mejores temas tienen letra de Nebbia) y por útlimo dos “rocanroles” con remembranzas progresivas: el excelente “Dios en Más” y el aún más excelente y épico “Muerte en la catedral”: “La gente protege su vida siempre en nombre de dios/ Y el pájaro negro anuncia en su vuelo un tiempo de tormenta/ Dicen que ayer alguien murió en la Catedral/ ¿Cómo harán esta vez?”. Melopea, del 74, escrito codo a codo con Mirtha Defilpo (poeta y su pareja del momento) abre con “La ventana sin cancel”, un tema de excelente factura melódica (una vez más), cercano al pop-rock de la época y con una letra inmortal: “Y no mires, Julieta, cuando el amor inventa laberintos/ alguien se tiene que perder/ Fina espada de mujer/ en las manos guárdalas/ Ignorando su poder/ Aún todo es ilusión”. Es así, con este carácter abarcador de la música de Nebbia, que se superponen el pop-rock adictivo de “Qué clase de amor tendrás” a la experimentación de “Los lunes de la humanidad” donde se ve, quizás, influencia de Piazzolla y el Gato Barbieri. “Restaurant del diablo”, “Capitanes de esta guerra” y “Amor imbécil” todavía se relacionan con el rock ya que de alguna manera Melopea significa el alejamiento definitivo de Nebbia al género que lo vio nacer. Otros temas, más simples y acústicos, como “Cuestión de tiempo”, “Augurio del silencioso” y “Memento Mori (recuerda que debes morir)” reflexionan sobre tópicos concretos que se esparcen por toda la obra de Nebbia: el tiempo y la muerte. “La lección del viajero”, con su moraleja, se encuentra entre los mejores momentos del discos: “El viajero me dijo que uno entierra a sus muertos/ Para seguir matando”.
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A partir de mediados de los 70, entonces, la carrera de Nebbia comenzó a ramificarse ininterrumpidamente hacia diferentes músicas y proyectos. En 1975 graba el primero de una serie de 3 discos experimentales: Fuera del cielo (1975), Bazar de los milagros (1976) y El vendedor de promesas (1977). Trabajos donde Nebbia sigue adelante con su formato canción pero sin limitarse en la duración, es decir, sin importarle la difusión por las radios o la comercialización de sus discos. Es así que en estos discos se pueden escuchar armonías de jazz mezcladas con partes instrumentales que recuerdan al rock sinfónico de la época (a la Serú Giran por hablar del rock vernáculo). Al mismo tiempo Nebbia comienza a interesarse por la música brasilera, tanto es así que en Bazar de los milagros (un disco “abrasilerado” según el propio Nebbia) le dedica un tema a Milton Nascimento: “Bituca”. Incluso el título del disco se debe a la lectura del cantautor del libro “Tienda de los milagros” de Jorge Amado. Se destacan la bossa “Transeúntes” y el tema cien por ciento Nebbia del disco: “La Caída”. Para comprender la singularidad del disco frente al panorama del rock argentino (de ayer y de siempre) basta decir que un tema como “La Muerte y la Mirada” es en realidad una especie de suite teatral donde hablan la muerte, la mirada y luego la muerte y la mirada juntas (¡!). De allí al “inentendimiento” hay un solo paso. O dos. O tres. No importa. El vendedor de promesas es ya un disco conceptual donde Nebbia tuvo que hipotecar un departamento para llevar a cabo la obra: “Presentábamos en vivo esto, con el apoyo dramático de 2 actores, la actriz, un corto realizado especialmente que se proyectaba al inicio de la obra y tocábamos con el Trío mientras sucedía la acción teatral…un disparate, ni que hablar para la época, recuerdo que perdí un pequeño departamento (…) El arte tiene esas cosas a veces, es una actitud de DAR, que no necesariamente trae como respuesta una revolución económica”. Si lo sabrá Nebbia…
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Luego del exilio e incluso durante (en México, desde fines de los 70 al 82) Litto Nebbia siguió desarrollando una carrera plagada de canciones y discos como la vida de Martín Palermo está plagada de goles. Carlos Bianchi decía que éste último era un “optimista del gol”, Nebbia, entonces, es un “optimista de la canción”. No se puede asegurar que Nebbia haya grabado otros disco fundamental para la historia del rock argentino después de los 70’ pero si que en esos centenares de trabajos se encuentran grandes canciones: en “1981” aparece “Sólo se trata de vivir”, una de las letras más emocionantes del rock argentino, donde el género no es jazz, ni rock, ni folk sino “Nebbia”: en el fraseo, en la voz, en la guitarra que parece desafinada, en la letra de una simpleza a la que sólo acceden los grandes: “Dicen que viajando se fortalece el corazón/ Pues andar nuevos caminos te hace olvidar el anterior”. Del 80’ también es “No importa la razón”, un bolero descomunal sobre el abandono. De la banda de sonido de “Evita” es “Quién quiera oír que oiga”. Del mismo año “Nueva zamba para mi tierra” (que cantó juntó a Calamaro en varias ocasiones). Del olvidadísimo El hombre que amaba a todas las mujeres (1997) es la hermosa “Tristeza en los andenes” cantada junto a Hugo Fattoruso. Pero si hay un tema que define a la perfección quien es Nebbia ese es “Yo no permito”, una parábola sobre la resistencia. Allí, Nebbia, de alguna manera, reconoce su papel de perdedor frente a una industria o un sistema que lo ha dejado de lado. Sin embargo, a pesar de todo, dice: “Yo sé que no puedo morir por ahora/ Y la razón es que ando muy ocupado/ Pero suceden cosas diariamente que intentan liquidar mis sentimientos/ Y yo no hago caso/ Yo no permito que me impidan seguir/ Yo los invitó a que me vean seguir/ Y si lo intentó es porque estoy convencido que para lograr algo hay que insistir”.
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El mundillo del rock argentino, tan vulgar como proclive a los falsos entendidos, ha dedicado un disco tributo a ¡Sandro! como maestro del rock en castellano cuando el Gitano y Los del Fuego lo que hacían era versiones de temas extranjeros. Inmersos en un tiempo donde se creen cosas que nunca se vieron (el mismo Nebbia aclaró hace poco que Sandro nunca pisó la Cueva) se reconoce a Tanguito por “La Balsa” cuando lo único que hizo fue decir “Estoy muy solo y triste en este mundo de mierda” siendo Nebbia el que desarrollo el estribillo y la melodía final del tema. Compositor de excepción, autor de alguno de los mejores discos del genuino rock argentino, hoy Nebbia prepara ¡un disco triple! con su banda La luz (Ariel Minimal, Federico Boaglio y Daniel Columbres) luego de sacar a la venta, en el 2005, “Danza del corazón”, su mejor disco en años. Ajeno a las modas, solo por el camino de “la canción”, ahí va Litto Nebbia. Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia, la verdadera historia, quien quiera oír que oiga. Ni más ni menos: el compositor no se detiene.
Yo no permito- Litto Nebbia
Yo sé que no puedo morir por ahora
Y la razón es que ando muy ocupado
Pero suceden cosas diariamente
Que intentan liquidar mis sentimientos
Yo no permito que me impidan seguir
Yo los invitó a que me vean seguir
Y si lo intentó es porque estoy convencido
Que para lograr algo hay que insistir
Me encontré ayer con un pibe de 15
Me preguntó qué cómo había hecho
Yo no quise aburrirlo con mi rollo
De que aún sigo intentando
Y pensé que era mejor decir:
Yo no permito que me impidan seguir
Yo los invitó a que me vean seguir
Y si lo intentó es porque estoy convencido
Que para lograr algo hay que insistir
Por eso si mañana compras el diario
Y lees de nuevo que todo anda mal
Y en el trabajo te dicen que no vuelvas
Busca una mano amiga
Madura tu paciencia
Alimenta tu fuerza
¿De qué sirve que te anules?
A lo mejor de esta salimos
Y no tendrás que decir:
Yo no permito que me impidan seguir
Yo los invitó a que me vean seguir
Y si lo intentó es porque estoy convencido
Que para lograr algo hay que insistir
pd: Después de esto debería retirarme.
25 comentarios:
Un placer leer este texto dedicado a Litto. Yo creo que la saga que va de Nebbia's Band a Melopea es lo de mejor que se hizo en Argentina en cuanto a música, junto a otros discos de otros artistas, claro.
este no es el tipo que le choreo "la balsa" a Tanguito?
QUERIDO POST: YO TE DEJE VARIOS DIAS PARA QUE ALGUIEN TE COMENTE, HICE TODO LO QUE PODIA POR VOS. TE QUIERO MUCHO. CHAU.
Al anónimo anterior habría que explicarle mucho, por ejemplo que empiece leyendo la nota...
Si despues de esto cree en Leyendas urbanas como la que Nebbia le pudo haber robado la Balsa a Tanguito es por que no sabe de que estamos hablando. Es lógico la Mediocridad de Anonimo Anterior es tal que no le permite desfrutar lo que el escriba tan brillantemente detalló. El Autor de la Nota me hace creer que no todo está perdido, aunque Anónimo, me lo hace dudar.
Es una de las mejores notas que he leido, la escribe alguien al que poco o muy poco se le puede objetar, el poder entender el camino a seguir de cada avance cronológico es dificil, ahora explicarlo con tanta claridad es realmente asombroso..
Me encantó esta nota. Casi se podria decir que coincido en un 100 % de lo que dice. Yo tengo 32 años y mis amigos no pueden creer mi fanatismo por Nebbia. Como desconocen la obra, parece que no existiera, pero Litto es un verdadero ejemplo para la música argentina, yo diría que es el único artista ciento por ciento independiente, mucho más que algunos que se ufanan de tal condición. Y eso es lo más rockero que se puede ser. Igual, pienso que saca discos extraordinarios, aunque el resultado final no sea bien resuelto. DANZA DEL CORAZON, EL HOMBRE QUE AMABA A TODAS LAS MUJERES, CORAZONES Y SOCIEDADES son albumes atemporales que increíblemente lo acercaron a músicos más jovenes (Leo García, Ariel Minimal, etc) y el disco con CALAMARO (que es más Nebbia que Calamaro) es brillante (es cierto que cortaron el video de Corazón en Venta y en la radio cortaban el puente de Litto, pero ese tema sin ese puente queda reducido a nada). Así que espero mucho de THE BLUES, seguro va a estar bueno. Saludos
Gracias por comentar, sabía que alguien lo haría con el tiempo.
Fugazi: mira, yo tengo 22 años así que imaginate que mi situación es parecida a la tuya y más.
Anónimo fan de Nebbia: no le des bola a los anónimos en internet porque te volvés loco. Seguramente sos Marcelo Gasparini, que me firmaste abajo, siendo o no siendo Gasparini te mando un saludo.
Totalmente de acuerdo con vos, Martín.
Nebbia es lo más grande del rock nacional. Merece que tipos como vos puedan escribir asi porque generaciones siguientes tiene que saber cuales son sus raices.
Un abrazo
Sergio
Un placer la nota. Gracias Litto por invitarme a acompañarte en aquellos dias del 70. Te quiero como siempre.
Si. Nebia es un groso, me siento identificado con lo que dicen, me encanta la música en general y me pasa que con Nebbia no puedo compartir ese gusto con muchos. tengo 37 años y la música rosarina me mata, Litto es el iniciador de esa linea, despues vinieron Fito, Fandermole, Lalo de Los Santos, Goldin etc. Tengo algunos albumes de el, pero me faltan muchisimos, y no se me hace facil conseguirlos ya sea bajandolos o comprandolos, si tienen algún dato, agradecere, y puedo postear lo que tengo. Un abrazo
buenisimo lo qe subiste del maestro rock nacional.. me encanta el tema "yo no permito" lo toco en el regreso de andres calamaro junto a "para no olvidar" seguro qe algun tema mas tambien, pero eso fue lo unico editado en el DVD, no tuve la fortuna de poder ir a verlo. me gustaria qe te pases por mi blog, ya qe soy nuevo en esto, y seria un honor qe alguine con mas "cancha" en esto se pegara una vuelta por mi blog..
http://elcolgadoo.blogspot.com
brindo por este post!
aguante litto. su primer disco me parece un manjar, yestá tan bueno que todavía no puedo adentrarme en el resto porque pienso que todavía le puedo sacar mas jugo. lleno de joyitas pop como Rosemary, Igual (como yo amo), Días de juventud. Hay espacio para la experimentación brianwilsonezca en Hombre de las magnolias. Hay un aire folklorico en Tierra. Optimismo en canto para todos. Está la deliciosa y jazzy Mujer de los mil días... es un disco genial!!!!!!!
bueno, felicitaciones por este post!
un abrazo,
pablo.
As chamadas "lendas urbanas" como foi colocado neste blog,assim como foi colocada a falta de informação, pois esse afano atravessou as fronteiras.
Por aqui se conhece como a "lendaria Cueva"(La Cueva) onde entre outros,se encontravam, Cuvero Dias, Billi Bon, Spinetta e o tambem o lendario Xavier Martinez, sua segunda moradia era o banheiro de La Cueva .Mas roubar a um marginalizado é um fato, e não uma "Lenda Urbana"
Alguma duvida esclarece-la com Xavier Martinez
Palavras textuais de Xavier Martinez
"Quien escrivio La Balsa fueste tu Tanguito,en el baño de La Cueva"
Isto se encontra no unico disco de Ramses
Boa noite
Este Brasilero, me hace reir!!!!
Que le robò Nebbia a Tanguito...
En el credito estàn los dos.
el 80% de la canciòn la escribiò Nebbia.
Javier Martinez, es el que habla en el disco, pero se cansò de decir hasta el haratzgo, la verdad, èl estab en el baño y viò cuan LN hizo la canciòn de la cual Tanguito tenìa solo unas palabras que decian que estaba cansado de este lugar de mierda... el resto, la canciòn definitiva es de Nebbia, insisto, en los creditos figuran los dos.
La leyenda urbana genera que los giles la sigan... venbde mas el robo de ese himno que decir que la hizo un tipo, que ya habìa hecho historia con Los gatos salvajes y que luego hiciera mas de 1000 canciones mas, que cantara en muchos paises, que grabara con todos y cada uno de los Monstruos del Rock, del tango, del Folklore, del jazz... claaaro, LN le robò a tanguito, el talento de escribir solo se trata de vivir o quien quiera oir... o el rey llorò o viento dile a la lluvia... y asì se la pasò robando Nebbia, creo que tambièn le robò el Himno a Vicente Lopez & Planes & a Blas Parera...tanto como Charly, le robò el dia que me quieras a Gardel y a Le pera y Fito paez le robò el Zucundum zucundum a Donald... jajajj.. por favor... Las leyendas urbanas se las cree ese Brasilero al que le aviso que Spinetta nunca fuè a la Cueva... si a otros lugares... quein si fue a La cueva fue pajarito zaguri, que estaba esa noche y Miguel abuelo tambièn... Tambièn Sandro escucho la versiòn de Nebbia en guitarra al otro dìa de hecha... y SANDRO, si Sandro lo cuenta... èl dijo que la canciòn no iba a tener èxito... Favor de estar mejor informados a los creen en ESA Leyenda urbana del robo...
(aclaro para el brasilero ese:
Lo de charly, es chiste.
Lo de Fito, es chiste.
Lo de Sandro es CIERTO!!! 100%.-
La Balsa es de Nebbia (80%) Ramses (20%).
Muy bueno el espacio este y espero que mi comentario se publique. Carlos Bot.-
Pedro, Brasilero...
Luego de contestarte... y bastante crìtico de tu posiciòn observo que no solo estas MUY confundido en lo que decis sino que ademàs, aparte de tus errores de creencias tenes errores de espacio y tiempo...
El baño, era de La perla de Once.. un boliche que no era La Cueva.
La Cueva era otra cosa...
Un consejo... la base de La Balsa es del tipo de la Bossa Nova... por favor no crea que se la robò a Vinicius... eso serìa una leyenda de robo Internacional y no creo que amerite un conflicto bèlico de implicancias negativas a la regiòn...
Pedro, amistosamente, andà cortando tu mambo de Leyenda Urbana y escuchà la musica de Litto que te enriquecerà al punto de evitar decir cosas que no tiene fundamento.-
saludos.
Carlos Bot
litto es un genio.
no hay duda.
Quien confunde la autoría de La Balsa, a esta altura del siglo 21, aunque no conozca el relato de esa historia, deberá tomarse el trabajo de escuchar en los temas de Nebbia y los temas de Tango, escritos en esas u otras épocas. Si la persona, como el amigo Pedro sigue sosteniendo que el tema es de Tango, es que estamos frente a alguien que está totalmente sordo. Solo se trata de escuchar...
Te felicito por el escrito racional, con mucho criterio y sin hipocresía. Hay muchos músicos no valorados por no pertenecer a la deshonestidad del área musical.El primero que se me viene a el bocho es Ricardo Soule, que con esta divisa musical los han apartado.
Muy agradecido por tu escrito.
Si la balsa es de Nebbia o de Tanguito a esta altura no importa, Nebbia tiene mejores y mas bellas caniones.
Abrazo!
la nota es fatastica !!es alguien que conoce muy bien la obra de litto nebbia !!la nota no me meciona el comienzo de litto nebbia con los gatos salvajes!!!el punto de partida del rock argentino con canciones en castellano por primera vez en tiempos en que los demas lo hacian en ingles!! y tambien fue el primero que fundio el rock con otros generos musicales !experiencia que recien diez años despues transitaron otros artistas!! un genio !!que siempre supo a donde queria llegar con la musica!! abrazo para todos!!
...Saludos desde Colombia..por aquí escasamente se conoce a Calamaro, al cual escuche hace muchísimos años, y por esa necesidad de saber de donde vienen las cosas, he pasado por Pappo, Cachorro, Miguel Abuelo, Corbella, Fogliata, Medina, Gringui, Seru, Aznar, Almendra, Spinetta entre muchos otros grandes, y tantas buenas canciones hasta llegar al Gran LittoN, envidia de la buena tener a tan grandes artistas, pero bueno nos toca conformarnos con escuchar su música que al fin y al cabo es la mejor parte, saludos a todos.....
Ilcorvino muy buena y muy cierta tu nota, te felicito y es bueno saber que hay pibes que piensan y se interesan como vos y como los que escribieron los comentarios, te lo dice uno que ya está cerca de los 60, y fijate algo, si no hubiera “imbéciles ignorantes” no habría “sabios maestros”.
Gracias Ilcorvino. Es lo más sincero y valioso que leí del más grande de todos...
Jorge
Llego a este post 7 años tarde, pero quiero decir que me alegra mucho que Nebbia y su inmensa obra tengan su merecido reconocimiento en lugares como éste, y no en las FM pedorras que ignoran lo grande que es.
Litto, tenemos toda tu obra por delante.
Abrazo!
Laudrup
Hermosa y completísima tu nota. Amo a Litto desde que lo escuché por primera vez y "El vals de mi hogar" es uno de los temas de mi banda de sonido, sin dudas. Beso grande
Algunas precisiones nomás: sandro y los de fuego poseían tres temas propios cantados en español en 1965 (pintados por dios, Peggy Peggy y No Puedo Esperarte Más Nena). El segundo disco del grupo posee dos temas propios (Confíate a Mí y El Trovador). Antes de Sandro y Los de Fuego, hay un simple de Sandro con un rock compuesto por dos autores argentinos bajo el pseudónimo de Alejandro Chamica (Polka Rock). El Sorprendente Mundo de Sandro de 1966 posee cinco temas propios; Alma y Fuego, del mismo, dos temas propios. Beat Latino de 1967 posee tres temas propios. En cuanto a La Cueva, hay dos fotos de Sandro tocando allí y él fue quien permitió que se llamase La Cueva de Sandro para darle publicidad. Se lo puede leer en la contratapa de El Sorprendente Mundo De Sandro , disco en que debutaron Moris y Javier Martínez en coros de cuatro temas. Hay testimonos de varios músicos mencionando la presencia de Sandro, el más claro es el de Carlos Villalba (bajista de Alma y Vida ) quien fue músico estable de la cueva y recuerda siempre que Sandro se la hizo concoer cuando lo fue a bsucar a su sala de ensayo. El único músico que lo ha negado es Nebbia, pero la historia lo contradice. A Villalba lo podés contactar en Facebook, otro testimonio es el de Fernando Bermúdez (baterista de Sandro durante sus primeros tres discos solistas) quien posee fotos de la época y tocaba como músico estable de La Cueva. Sobre La Balsa está claro que Tanguito no podía componer ni la intro ni el puente ni los arreglos; pero testimonios como el de guitarrista Juan Gamba Gentilini (violero de Los Guantes Negros, banda con temas propios en español liderada por Billy Bond, previa a 1966) prueban que Tanguito compuso el tema viajando a Esquel en tren. Viajaba con Gamba y otros músicos. Pajarito Zaguri también recuerda que Tanguito quedó obsesionado con la figura de La Balsa, al escuchar el tema La Barca (muy parecido en su letra a La Balsa) y que cantaba el tema ya con la frase "debo conseguir mucha madera". Billy Bond y Carlos Villalba también lo escuchaban taradear el tema. Imposible que compusiese las partes complejas del tema, pero sí la melodía y letra principal; no sólo la frase inicial que dice Nebbia. Justicia decir que siempre fue acreditado en la composición y que cobró dinero por ella desde el vamos. No queda claro la fuente de ese dinero, ya que no tocó como músico nunca (lo que le impedía cobrar del sindicato de músicos), y el tema se recién se registró en Sadaic a principios de los 70. Pero diversos testimonios (Lernoud, Gamba Gentilini) indican que cobró dinero y lo perdió comprándose un montón de discos que olvidó en un taxi. Por lo demás, la nota es excelente y prueba que sos uno de los mejores periodistas del rock del país. Abrazo grande!
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