1. Dicen que una vez, hace muchos años –cuando no existía Airbag ni había sucedido la Tragedia del 30/12/04- alguien pudo ver con exactitud y en su totalidad los cuerpos y las caras de una banda que tocó en la Vinoteca Perrier. Y no era ninguno de los de seguridad. Yo creo que es una leyenda.
2. La Vinoteca Perrier es como un garaje, un pasillo un tanto ancho –no mucho- donde tocan bandas desde que yo tengo uso de razón. La primera vez que fui, varios años antes de vivir a una cuadra y media y no ir nunca –creo que tocaba Loquero o El otro yo-, me dije que si había algo parecido al rock en Mar del Plata eso era la Vinoteca Perrier. Hay gente que va siempre, no importa quien toque: ellos son el público de la Vinoteca no de la banda. Son esas chicas pálidas, salidas de dibujos japoneses, vestidas con trajes cuadriculados conseguidos en ferias americanas de las que el resto de los mortales no tenemos idea donde quedan, esas chicas vintage o indies que nunca me prestaron la más mínima atención; son esos chicos flaquitos con anteojos negros de marco grueso que quizás aún escuchen Jaime Sin Tierra. Históricamente los chicos alternativos nunca quisieron ser mis amigos. No es que yo cultive la amistad pero puedo decir que tuve diferentes tipos de amigos pero nunca un amigo alternativo. Quizás eventualmente pero no un amigo verdadero y alternativo. Como tocaba Pez, claro, se sumaron esta vez barbudos con bolsos cruzados y ojos inyectados en sangre vaya uno a saber por la infusión de qué hierba.
2. a. Cuando digo que las chicas indies, vintages o alternativas nunca me prestaron atención no me estoy refiriendo al sexo. En caso de no tener y amar una novia quizás sí me estaría refiriendo al sexo pero en este caso no, me refiero a cualquier tipo de atención, triviales atenciones de la vida. Por ejemplo: pongamos en una mesa a 4 personas, entre ellas yo y una chica indie, vintage o alternativa. Los otros dos pueden ser Bioy Casares y Borges o Carlos Monzón y Ubi Sacco o, mejor, James Ballard y Olaf Stepledon. Pero ¿qué importa quiénes nos acompañan en la mesa? Absolutamente no importa pero pongamos que están Bioy, Ballard, la chica y yo. Pero olvídense de los demás, sólo presten atención a lo que hace a continuación la chica indie, vintage, alternativa. Recapitulemos: supongamos que yo estoy comiendo unas papas fritas y necesito la sal y el salero no está a mi alcance –debe ser una mesa muy larga ya que mis largos brazos suelen llegar a todos lados- ni al alcance de James ni al alcance de Bioy sino cerca de la mano de la chica indie, vintage, alternativa. Incluso más, el salero está en la mano de la chica indie, vintage, alternativa. Ella ya ha usado la sal. O quizás no, quizás no come con sal, quizás odie la sal y como toda chica indie, vintage, alternativa esté haciendo comentarios ácidos y crípticos sobre la sal, sobre la gente que come con sal y sobre los saleros en sí, la forma de estos o la forma que deberían tener. Entonces yo le pido la sal a la chica indie, vintage, alternativa. Ella no me responde, no es que no me oye, directamente yo estoy en otra realidad, en una realidad paralela. Pido la sal varias veces pero sucede lo mismo. La total indiferencia. A eso me estaba refiriendo. Es que siempre me costó relacionarme con lo cool. Si intentaría ser cool parecería más idiota de lo que soy. La línea convencional, básica y anti-elitista, esa es la mía.
3. Se vivió un clima de paz, amor, respeto y libertad. La Vinoteca estaba llena. Antes de los porteños tocó Tantra, una banda de jóvenes marplatenses que habitualmente telonea a Pez en la Feliz. Tantra hace una música hipnótica, llena de canciones instrumentales, largas zapadas y sonidos espaciales. Si uno cierra los ojos mientras toca Tantra, se imagina círculos fosforescentes con fondos negros, como cuando de chiquitos nos refregamos los ojos y accedemos a una pequeña dosis de psicodelia. A veces recuerdan a Mars Volta pero también pueden hace pensar en un Invisible 5.0, un Invisible del futuro, en el cual sus integrantes conocieron los videojuegos y tienen microondas. Como una novela de Kafka narrada desde la mirada lisérgica de Hunter Thompson. Hay que prestarle atención a Tantra.
4. Como una novela de Kafka narrada desde la mirada lisérgica de Hunter Thompson. Me encantan esas definiciones retorcidas que no agregan nada más allá de que el que las dice quiere informar que es culto y leyó a Kafka o a Thompson. La verdad es que son implacables de enunciar.
5. No sé a qué hora salió Pez. Lo que recuerdo es que fue todo a horario y que el recital terminó a las 23: 30. Detrás de un gorro de hilo, Minimal, taciturno pero sin mala onda, sin demasiados pasos de comedia, parecía un hongo. Pepo Limeres cambió nuevamente de look. Fósforo parece siempre igual, aportando la calma, el contrapunto ideal de Minimal. Franco Salvador se merece un punto aparte.
6. Franco Salvador es un animal. Es el eslabón perdido entre Bonham y Oscar Moro. Podría haber sido baterista de Piazzola. Creo que la mayoría de los chicos querían ir adelante para ver cómo tocaba la guitarra Minimal pero Franco se robó la noche –a pesar de que contamos con un Minimal inspirado, eminentemente aguerrido, como siempre-. Franco Salvador es el mejor baterista de Argentina. Y a otra cosa mariposa.
7. Por momentos el show me aburrió. Me anestesió. Eso suele pasarme con las bandas que más me gustan. Incluso con Spinetta. En realidad eso suele pasar si uno no está high y va a ver un banda como Pez –o Tantra o Natas o Invisible- que se cuelga en zapadas interminables, zapadas que nadie sabe bien dónde ni cuándo terminan y que vuelven al grupo levemente impenetrable. Recordemos que Pez es una de las pocas bandas de rock argentino que toca lo que se le canta, sin hacer concesiones. Lo que sí me sucede cuando voy a ver Pez, incluso en los esporádicos momentos de bostezo, es la certeza de estar viendo una banda de rock real, no imaginada a través de juegos de luces, vestuarios y cambios de ropa sino rock, a la que te criaste, sin más.
8. A menos de un año del lanzamiento de Hoy, Pez parece haber hecho, otra vez, borrón y cuenta nueva. Si no estoy loco la banda sonó como una especie de locomotora de carga, sincronizada a la perfección –¡hay que ver lo que están tocando estos tipos!- y totalmente alejada de las melodías suaves y sanadoras del disco del año pasado. Esto parece, si se me permite el conservadurismo genérico, una vuelta a Pez, el disco punk de 1998, pero desde la óptica de Folklore, el disco progresivo del 2004. Si lo de ayer no fue el sueño de una noche de invierno, Pez parece estar tocando una música llena de densidades, totalmente distorsionada –aún más que antes-, como un hard rock delirado, místico y desconcertante. Un nuevo cambio de rumbo para una banda que, siguiendo los preceptos básicos del rock –mutar, subvertir, complejizar-, está acostumbrada a cambiar.
8. a. Mientras las demás bandas –Los Piojos, La Bersuit, Babasonicos, Ratones Paranoicos- acostumbran a sus públicos a querer recibir más de lo mismo, Pez acostumbra a su público a recibir con agrado cualquier cambio estilístico, por más violento y pasmoso que sea ¿Cuántos grupos pueden ufanarse de eso? ¿Cuántos grupos pueden jugar y experimentar -en el estudio y en vivo- y seguir manteniendo la misma esencia? ¿Cuántos grupos de rock argentino pueden decir de sí mismos que no son demagógicos, que no van detrás de un hit sino de un resultado artístico…sin ponerse colorados? Pez es uno de esos pocos.
9. Tocaron temas nuevos. Uno instrumental llamado El jodo, dedicado a un cineasta, guionista de cosas y psico-chamán, de seguro el genial Alejandro Jodorowsky –a no ser que en el mundo haya otro cineasta, guionista de cosas y psico-chamán que no sea el chileno-. Hubo una total ausencia de clásicos –ni Corazón Coraza ni El desengaño ni Campos de inconsciencia ni Para las almas sensibles- con las excepciones de Maldición, Haciendo real el sueño imposible y Fuerza, de Quemado, tema, este último, que tocan a menudo. También estuvo presente Desde el viento en la montaña hasta la espuma del mar, la magistral balada de El sol detrás del sol. Cada vez que lo escucho me pregunto cómo no fue un hit. De Hoy, como ya se ha mencionado, hubo muy poco. El mejor momento de la noche llegó con Al espacio, el blues-progresivo sobre la paternidad y/o maternidad –un tema nuevo, muy bonito, también se mueve por esos rumbos- en el que Minimal, luego de cantar por primera vez el estribillo, se fue por la puerta de atrás y dejó tocando a los restantes tres una suite jazzera donde se lució principalmente Pepo.
10. Se despidieron con Respeto, la arenga heavy de Folklore. El de la Vinoteca, entonces, fue un show donde Pez ensayó una nueva inclinación sonora de difícil acceso, algo densa por momentos, luminosa en otros. En 15 días entran a grabar un disco nuevo. Falta poco, entonces, para conocer la nueva elección musical de la mejor banda de rock de la Argentina. Sayonara.
2. La Vinoteca Perrier es como un garaje, un pasillo un tanto ancho –no mucho- donde tocan bandas desde que yo tengo uso de razón. La primera vez que fui, varios años antes de vivir a una cuadra y media y no ir nunca –creo que tocaba Loquero o El otro yo-, me dije que si había algo parecido al rock en Mar del Plata eso era la Vinoteca Perrier. Hay gente que va siempre, no importa quien toque: ellos son el público de la Vinoteca no de la banda. Son esas chicas pálidas, salidas de dibujos japoneses, vestidas con trajes cuadriculados conseguidos en ferias americanas de las que el resto de los mortales no tenemos idea donde quedan, esas chicas vintage o indies que nunca me prestaron la más mínima atención; son esos chicos flaquitos con anteojos negros de marco grueso que quizás aún escuchen Jaime Sin Tierra. Históricamente los chicos alternativos nunca quisieron ser mis amigos. No es que yo cultive la amistad pero puedo decir que tuve diferentes tipos de amigos pero nunca un amigo alternativo. Quizás eventualmente pero no un amigo verdadero y alternativo. Como tocaba Pez, claro, se sumaron esta vez barbudos con bolsos cruzados y ojos inyectados en sangre vaya uno a saber por la infusión de qué hierba.
2. a. Cuando digo que las chicas indies, vintages o alternativas nunca me prestaron atención no me estoy refiriendo al sexo. En caso de no tener y amar una novia quizás sí me estaría refiriendo al sexo pero en este caso no, me refiero a cualquier tipo de atención, triviales atenciones de la vida. Por ejemplo: pongamos en una mesa a 4 personas, entre ellas yo y una chica indie, vintage o alternativa. Los otros dos pueden ser Bioy Casares y Borges o Carlos Monzón y Ubi Sacco o, mejor, James Ballard y Olaf Stepledon. Pero ¿qué importa quiénes nos acompañan en la mesa? Absolutamente no importa pero pongamos que están Bioy, Ballard, la chica y yo. Pero olvídense de los demás, sólo presten atención a lo que hace a continuación la chica indie, vintage, alternativa. Recapitulemos: supongamos que yo estoy comiendo unas papas fritas y necesito la sal y el salero no está a mi alcance –debe ser una mesa muy larga ya que mis largos brazos suelen llegar a todos lados- ni al alcance de James ni al alcance de Bioy sino cerca de la mano de la chica indie, vintage, alternativa. Incluso más, el salero está en la mano de la chica indie, vintage, alternativa. Ella ya ha usado la sal. O quizás no, quizás no come con sal, quizás odie la sal y como toda chica indie, vintage, alternativa esté haciendo comentarios ácidos y crípticos sobre la sal, sobre la gente que come con sal y sobre los saleros en sí, la forma de estos o la forma que deberían tener. Entonces yo le pido la sal a la chica indie, vintage, alternativa. Ella no me responde, no es que no me oye, directamente yo estoy en otra realidad, en una realidad paralela. Pido la sal varias veces pero sucede lo mismo. La total indiferencia. A eso me estaba refiriendo. Es que siempre me costó relacionarme con lo cool. Si intentaría ser cool parecería más idiota de lo que soy. La línea convencional, básica y anti-elitista, esa es la mía.
3. Se vivió un clima de paz, amor, respeto y libertad. La Vinoteca estaba llena. Antes de los porteños tocó Tantra, una banda de jóvenes marplatenses que habitualmente telonea a Pez en la Feliz. Tantra hace una música hipnótica, llena de canciones instrumentales, largas zapadas y sonidos espaciales. Si uno cierra los ojos mientras toca Tantra, se imagina círculos fosforescentes con fondos negros, como cuando de chiquitos nos refregamos los ojos y accedemos a una pequeña dosis de psicodelia. A veces recuerdan a Mars Volta pero también pueden hace pensar en un Invisible 5.0, un Invisible del futuro, en el cual sus integrantes conocieron los videojuegos y tienen microondas. Como una novela de Kafka narrada desde la mirada lisérgica de Hunter Thompson. Hay que prestarle atención a Tantra.
4. Como una novela de Kafka narrada desde la mirada lisérgica de Hunter Thompson. Me encantan esas definiciones retorcidas que no agregan nada más allá de que el que las dice quiere informar que es culto y leyó a Kafka o a Thompson. La verdad es que son implacables de enunciar.
5. No sé a qué hora salió Pez. Lo que recuerdo es que fue todo a horario y que el recital terminó a las 23: 30. Detrás de un gorro de hilo, Minimal, taciturno pero sin mala onda, sin demasiados pasos de comedia, parecía un hongo. Pepo Limeres cambió nuevamente de look. Fósforo parece siempre igual, aportando la calma, el contrapunto ideal de Minimal. Franco Salvador se merece un punto aparte.
6. Franco Salvador es un animal. Es el eslabón perdido entre Bonham y Oscar Moro. Podría haber sido baterista de Piazzola. Creo que la mayoría de los chicos querían ir adelante para ver cómo tocaba la guitarra Minimal pero Franco se robó la noche –a pesar de que contamos con un Minimal inspirado, eminentemente aguerrido, como siempre-. Franco Salvador es el mejor baterista de Argentina. Y a otra cosa mariposa.
7. Por momentos el show me aburrió. Me anestesió. Eso suele pasarme con las bandas que más me gustan. Incluso con Spinetta. En realidad eso suele pasar si uno no está high y va a ver un banda como Pez –o Tantra o Natas o Invisible- que se cuelga en zapadas interminables, zapadas que nadie sabe bien dónde ni cuándo terminan y que vuelven al grupo levemente impenetrable. Recordemos que Pez es una de las pocas bandas de rock argentino que toca lo que se le canta, sin hacer concesiones. Lo que sí me sucede cuando voy a ver Pez, incluso en los esporádicos momentos de bostezo, es la certeza de estar viendo una banda de rock real, no imaginada a través de juegos de luces, vestuarios y cambios de ropa sino rock, a la que te criaste, sin más.
8. A menos de un año del lanzamiento de Hoy, Pez parece haber hecho, otra vez, borrón y cuenta nueva. Si no estoy loco la banda sonó como una especie de locomotora de carga, sincronizada a la perfección –¡hay que ver lo que están tocando estos tipos!- y totalmente alejada de las melodías suaves y sanadoras del disco del año pasado. Esto parece, si se me permite el conservadurismo genérico, una vuelta a Pez, el disco punk de 1998, pero desde la óptica de Folklore, el disco progresivo del 2004. Si lo de ayer no fue el sueño de una noche de invierno, Pez parece estar tocando una música llena de densidades, totalmente distorsionada –aún más que antes-, como un hard rock delirado, místico y desconcertante. Un nuevo cambio de rumbo para una banda que, siguiendo los preceptos básicos del rock –mutar, subvertir, complejizar-, está acostumbrada a cambiar.
8. a. Mientras las demás bandas –Los Piojos, La Bersuit, Babasonicos, Ratones Paranoicos- acostumbran a sus públicos a querer recibir más de lo mismo, Pez acostumbra a su público a recibir con agrado cualquier cambio estilístico, por más violento y pasmoso que sea ¿Cuántos grupos pueden ufanarse de eso? ¿Cuántos grupos pueden jugar y experimentar -en el estudio y en vivo- y seguir manteniendo la misma esencia? ¿Cuántos grupos de rock argentino pueden decir de sí mismos que no son demagógicos, que no van detrás de un hit sino de un resultado artístico…sin ponerse colorados? Pez es uno de esos pocos.
9. Tocaron temas nuevos. Uno instrumental llamado El jodo, dedicado a un cineasta, guionista de cosas y psico-chamán, de seguro el genial Alejandro Jodorowsky –a no ser que en el mundo haya otro cineasta, guionista de cosas y psico-chamán que no sea el chileno-. Hubo una total ausencia de clásicos –ni Corazón Coraza ni El desengaño ni Campos de inconsciencia ni Para las almas sensibles- con las excepciones de Maldición, Haciendo real el sueño imposible y Fuerza, de Quemado, tema, este último, que tocan a menudo. También estuvo presente Desde el viento en la montaña hasta la espuma del mar, la magistral balada de El sol detrás del sol. Cada vez que lo escucho me pregunto cómo no fue un hit. De Hoy, como ya se ha mencionado, hubo muy poco. El mejor momento de la noche llegó con Al espacio, el blues-progresivo sobre la paternidad y/o maternidad –un tema nuevo, muy bonito, también se mueve por esos rumbos- en el que Minimal, luego de cantar por primera vez el estribillo, se fue por la puerta de atrás y dejó tocando a los restantes tres una suite jazzera donde se lució principalmente Pepo.
10. Se despidieron con Respeto, la arenga heavy de Folklore. El de la Vinoteca, entonces, fue un show donde Pez ensayó una nueva inclinación sonora de difícil acceso, algo densa por momentos, luminosa en otros. En 15 días entran a grabar un disco nuevo. Falta poco, entonces, para conocer la nueva elección musical de la mejor banda de rock de la Argentina. Sayonara.
5 comentarios:
En la Vinoteca fui a mi primer recital. Las bandas fueron Loquero y Fun People. Estaba en la barra hablando con un anónimo para mi antes del show cuando se me ocurre comentarle lo imbéciles que me parecian los fans de esas bandas al exagerar tanto su perfil. Terminé diciendo "no me quiero imaginar como será el lider de la banda principal!!!". El anónimo sonrió y se fue diciendo "muy interesante la charla, por cierto, no te dije mi nombre, me llamo Nekro". Me reí mucho cuando supe quien era.
El show de acá el dia anterior en La trastienda fué parecido. salvo que sí tocaron Para las almas sensibles y el agregado del violínista de la banda Fútbol en algunos temas.
Me dijeron que futbol les pasa el trapo a cualquiera que se les cruce...
Y me dijeron que pez el viernes estuvo maravilloso...
Como no fui !!!
Son lo mas grande que hay. Y no lo digo repitiendo la frase hecha, hoy en día en nuestro país, son lo mas grande que hay. Los fuí a ver la semana pasada en la trastienda y hicieron un show muy parecido del que describís acá.
LAS DOS MEJORES BANDAS MARPLATENSES SON LOQUERO Y ARCHITEUTIS DUX !!!
AGUANTE MARDEL, AGUANTE LA PERRIER !!!
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