jueves, 14 de febrero de 2008

CAOS Y NO-CREACIÓN EN LA CABEZA DE SIMEONE

Nos informa Paul Mc Cartney que hay una línea delgada entre la creación y el caos. En los pocos partidos que lleva dirigiendo a River, Simeone ha pasado esta frontera varias veces. La juega de científico loco del fútbol y derrapa. Debe estar convencido de que no puede decidir nada que no sea heterodoxo, entonces propone tácticas, sistemas y costumbres que parecen revolucionarias y en realidad son puro humo. Como el reggae. La mayoría de hinchas y periodistas –ávidos, ávidos de todo- compra el buzón y se deshace en elogios hacia cuestiones tan nimias como que a diferencia de Passarella, el Cholo practica a puertas abiertas o que durante la pretemporada los jugadores comieron mucha fruta…Sólo basta aclarar que nunca en la historia del fútbol este tipo de hechos incidió radicalmente en el éxito deportivo de un equipo. Cuando hablo de éxito deportivo hablo de jugar bien, dejando de lado las copas y los campeonatos. Paralelo a este supuesto extrañamiento en el espectador futbolístico, Simeone ensaya, en pleno partido, una serie de actitudes que a todas luces quieren hacer ver que es un obsesivo, un tipo que se la pasa mirando videos y que por eso no puede fallar. Pero falla: se sobreexcita, parece perturbar a los jugadores, aplaude a rabiar acciones vulgares y, finalmente, sobre-indica. El mejor ejemplo se puede observar en este nuevo papelón millonario que fue Universidad de San Martín 2- River Plate 0. En el primer tiempo, ya perdiendo, River se encontró un par de veces en situación de gol. A pesar de jugar horriblemente estaba a punto de empatar. Suele suceder. Vino un lateral. Era, sin dudas, el tipo de lateral que se hace rápido a consecuencia de no dar un segundo para que el rival se acomode en el campo de juego. Sin embargo, Simeone no lo entendió así: Domingo tomó la pelota y el técnico, teatralmente, comenzó a pedir tranquilidad instando al juvenil a pasar el balón a Ferrari, quien es el encargado de tirar laterales en ese sector. Domingo, con su mano, hizo un gesto que denota hartazgo y que no significa otra que cosa que: Andá a cagar. Resultado: cuando Ferrari tiró el lateral, habían pasado, por lo menos, 2 minutos del potencial momento de empate, Universidad ya se había tranquilizado, el peligro se había cansado de esperar. Esta premeditación hasta en los actos intuitivos del juego –tirar un lateral rápido lo es- acrecienta el panorama sombrío para River: estamos ante un técnico que cree tener el partido armado en su cabeza, como esas personas que se trazan un itinerario severo para su vida disipando lo verdaderamente genuino. Una cosa es que Passarella –ídolo de River, el jugador más ganador en la historia del fútbol argentino, el defensor que más goles hizo por estas tierras: 99, si no me equivoco- esté gagá y haga desastres cambiando 9 jugadores por partido sin atisbar, en dos larguísimos años, un fucking equipo, otra es que Simeone, un ex jugador pica-piedras que no tiene historia en River e, intuyo, nunca podría haber sido ídolo del Club venga a imponer su estilo yuppie-revolucionario que no es otro cosa que TIRARLE CENTROS A ABREU PARA QUE HAGA UN GOL DE CABEZA. Este equipo juega peor que el de Passarella, que el de Merlo, que el último de Astrada, que el de Babington, que el del último Pellegrini. Nunca en mi vida vi tantos pelotazos en un equipo riverplatense, casi lloro. Hasta en las peores épocas hemos salido jugando y no a los pelotazos cual ejercito de Schiavi’s. Terminé pidiéndole la hora a Dios –que es una mezcla de Enzo Francescoli y Walt Whitman- mientras mi novia se preocupaba por mi salud mental y se ofrecía a ponerme paños fríos en la frente. ¡Cómo amo a mi novia, por dios! Perdón: ¡Cómo amo a mi novia, por Enzo y Walt!

Por otro lado: el esquema. La mentira del doble 5 o la superposición ineficaz de volantes es tan evidente que no hace falta mencionarla. Sólo decir que los jugadores –sean Domingo y Ponzio o Mascherano y Cambiasso en Alemania 2006- nunca comprender de qué carajo juegan: no lo saben y se les nota. Pero claro, Simeone es moderno y no hay nada más moderno que mandar volantes autómatas al medio de la cancha. Yo, inocente de mí, siempre creí que en la mitad del campo iba uno por derecha, otro por el medio y otro por la izquierda: Monserrat, Astrada y Berti, por ejemplo –y esto no es elogio al menemista: sólo hace falta ver las paparruchadas que está haciendo en San Lorenzo para constatar que él también se cree moderno-. Sin embargo, el caos fue general: los jugadores se chocaban. Literalmente. Adelante: más superposición de jugadores del mismo puesto: Falcao, Ortega, Sánchez, Rosales. Y rezar que Abreu se digne a meter una –ayer tuvo como 10 cabezazos, obviamente, no metió ninguno-. El problema radica en que los jugadores que Simeone pone en cancha no son sucesivos sino en exceso simultáneos. Tanto que se terminan pisando unos a otros. La defensa hizo tanta agua que se inundó. Cabral, lamentablemente, demostró que una vez más River compró un jugador que no es para River. No es que sea malo, simplemente no es para River. Como el inseguro Bobadilla no fue para Boca. A todo esto y aunque las comparaciones son odiosas: la diferencia que hay entre un jugador para River y uno que no lo es la que va de Cáceres a Cabral. Galván salió campeón en Estudiantes, en River jugó bien 2 partidos y desapareció. San Martín fue figura en Arsenal, en River no anduvo. Y River no es un Club en el que se pueda aguantar todo un campeonato jugando mal hasta que los jugadores se aclimatan al contexto: jugás 2 partidos seguidos, si no demostrás quien sos, buena suerte y hasta nunca. Es duro pero es así y más en estos tiempos de indigencia. El resto del equipo naufragó ostensiblemente: Tuzzio intercala buenas con súper-malísimas, Ferrari está ido, Augusto Fernández hace 6 meses que está jugando mal. A Ortega ya se le empezó a salir la cadena: ayer hizo todo mal y pegó un manotazo. De ser advertido por el árbitro, se iba expulsado. Alexis Sánchez también demostró sacarse si las cosas no le salen bien: pegó dos codazos seguidos y le perdonaron la vida. Carrizo parece Locke, el de Lost: o lo querés mucho o lo querés matar. A veces parece que toma las decisiones con una convicción indestructible y en otros casos parece actuar con total predominio de sinsentido. Abelairas, un jugador de un criterio extraordinario a la hora de pasar la pelota, muy prolijo y de buena pegada, recién entró a los 80’. Simeone, en vez de darle la chance a Buonanotte, eligió a Rosales, que juega mal desde tiempos inmemoriales. La selección de Bielsa tardó 4 años en agotar el sistema adoptado. El River de Simeone, en dos partidos oficiales, expuso todas sus falencias y perdió contra un ordenado pero muy rudimentario equipo peruano. Tiene mucho para mejorar y, felizmente, tiene tiempo. Si seguimos así nos vamos al muere. En la cabeza de Simeone se deberá activar el botón necesario –imposible no compararlo con un robot- para barajar y dar de nuevo, como hacen los grandes cuando se equivocan. El problema pasa por discernir si Simeone tiene la audacia necesario para asumir sus errores. Si lo hace, bienvenido sea.

Por último, no nos confundamos: no es equivocarse o perder lo que no se le puede perdonar a Simeone, sino querer ser más grande que el fútbol cuando éste es demasiado hermoso e inasible para ser superado por un ser humano. Tanto es así que el jugador más brillante de todos los tiempos se equivocó y la pelota siguió allí, inmaculada, sin una sola mancha. Abrazo de gol.

13 comentarios:

caca dijo...

dios como batido de walt y enzo me hace reconsiderar mi ateismo reciente.

¡qué golazo que hizo José Díaz!

wallychoo dijo...

Juro que estuve a punto de gritarlo, pero mi condicion Gallina y 2 amigos mios tan gallinaceos como yo, me lo impidieron...

No se mas que decir sobre este River...no se mas que decir !!!

Abrazo

Matías dijo...

Simeone en River. Mauricio Macri en Boca. ¡Por dios! Qué yuppie que se ha vuelto el fútbol. Mató lo de "imposible no confundirlo con un robot"

Además: Que vuelvan las camisetas sin marcas. Como la de boca del 81.

M dijo...

AGUANTE CENTRAL.

Fix Perez Bracamonte dijo...

Para teóricos revolucionarios del fútbol, nadie mejor que Borges. Su táctica era simple: once jugadores corriendo tras una pelota.

La niña santa dijo...

Basta de fútbol! Yo tampoco quiero a Guccimeone pero basta!! Basta YA! Paren la pelotaaaaa ;)

caca dijo...

en realidad es dolceandgabamione.

juan dijo...

Como buen hincha de Estudiantes, te digo que sì, es un imbecil.
Objetivamente no le debemos mucho, lo ùnico que hizo y lo ùnico que sabe hacer es despavilar un poco a los jugadores. En fin, ayer leì "Ensayos bonsai" de don Casas. Me gustò. Mucho. Me hizo acordar. Mucho. A este lugar llamado. Corvino Net.

saludos,

Anónimo dijo...

Mirale el lado bueno: al fracasar en River no lo van a llamar de AFA. Al menos por un buen tiempo.

Alejo Salem dijo...

En lo único que no concuerdo es sobre Bobadilla: cuando llegó a Boca temí que nunca más pudiéramos meterles un gol. Por suerte duró poco.
Y espero que Simeone dure menos. No sé nada de fútbol, pero ese tipo es un fantasma, y encima, inflado.
Eso sí: creo en Enzo y Walt.
Saludos.

Anónimo dijo...

como amo a tu novia yo tambien!

Perso dijo...

el cholo es el mismo que sacó un lateral rápido para que batistuta hiciera un gol en la final de una copa america. Curioso. Por ahora a mí no me da para criticarlo, esta buscando el equipo, en algunas cosas coincido y en otras no. En los medios hay aduladores de simeone y retrogrados que no toleran cuando alguien no para a sus equipos con un 4-3-1-2, o 4-4-2, y tiene mayor vovación ofensiva y encima esta identificado con Bielsa. Como hinchas de River, tenemos que estar enojados- en cuanto a lo futbolistico, porque a nivel club hay demasiado más, con los penosos refuerzos que trajo Aguilar(algunos pedido por simeone, otros no), cuando si comprara jugadores para el club y no para los empresarios hubiera podidio traer a d´alesandro, placente y caceres

Perso dijo...

el cholo es el mismo que sacó un lateral rápido para que batistuta hiciera un gol en la final de una copa america. Curioso. Por ahora a mí no me da para criticarlo, esta buscando el equipo, en algunas cosas coincido y en otras no. En los medios hay aduladores de simeone y retrogrados que no toleran cuando alguien no para a sus equipos con un 4-3-1-2, o 4-4-2, y tiene mayor vovación ofensiva y encima esta identificado con Bielsa. Como hinchas de River, tenemos que estar enojados- en cuanto a lo futbolistico, porque a nivel club hay demasiado más, con los penosos refuerzos que trajo Aguilar(algunos pedido por simeone, otros no), cuando si comprara jugadores para el club y no para los empresarios hubiera podidio traer a d´alesandro, placente y caceres