domingo, 20 de abril de 2008

AUTORES MAL LEÍDOS, URUGUAYOS RAROS, ORBIS TERTIUS

Debo a la conjugación de un correo electrónico y un link el descubrimiento de Felisberto Hernández, a quien hasta hace un tiempo llamaba Felisberto “Fernández”. La gente solía reír cuando yo caí en tal equívoco. Yo no comprendía por qué y, como estúpido, reía con ellos. Y así estábamos durante minutos, horas. Un día dije Felisberto “Fernández” un sábado a la tarde en la verdulería y fue tal la hilaridad (“Ilari Ilarie oh oh”, cantaba la poeta brasilera) que el martes al anochecer nos encontró aún en pleno carnaval (de Rabelais) de risas. Pero éstas (ésas no, éstas) son cuestiones que exceden lo poco, lo poquísimo que quiero escribir. Volvamos a la primera línea del párrafo: Debo a la conjugación de un correo electrónico y un link el descubrimiento de Felisberto Hernández. Cabe aclarar que la palabra “descubrimiento” bien parece significar que me acabo de leer las Obras Completas de Felisberto cuando en realidad sólo leí un cuento, hermosamente llamado “Nadie encendía las lámparas”. A continuación, un lugar común: me gusta que los cuentos tengan en su título un pretérito imperfecto ya que la acción que en ellos transcurre, si la calidad del mismo llega a sublime o casi-sublime o re-sublime, dura eternamente. Por cuestiones de Tiempo (no de disponibilidad horaria exactamente, sino por época de nacimiento: si algún distraído no se ha dado cuenta, yo nací en plena “posmodernidá”) leí el relato en el monitor de mi computadora. Los argentinos suelen decir de Felisberto que es uno más de esos “raros” escritores uruguayos. Como Onetti o Levrero, por ejemplo. Es necesario decir que lo que los argentinos ven como “raro” en los uruguayos es que además de ellos, existan escritores excepcionales en otros países del continente. Por otro lado (éste lado, no ése), Felisberto es uno de esos tantos autores que no he leído y que advierto (con algo parecido al pavor y a la formas destrozadas de un pastel de papa mal armado) nunca leeré con consistencia. Es inaudita la cantidad de autores que leí mal o muy mal. De pronto, me acabo de dar cuenta de que cuando leía a Cortázar prestaba mucha atención a su barba pero no a la forma en que escribía. O que la primera vez que me enfrenté a “Tlon, Uqbar, Orbis Tertius” me fascinó aún sin saber qué eran el materialismo y el idealismo. ¿Notaron que en nuestras vidas siempre hay una novia que uno no entiende cómo fue nuestra novia? Trasladado a mis relaciones lectoras, ése es el triste papel que cumple Roberto Arlt. Nunca puedo explicar el regocijo de quienes lo aman porque cuando lo leí, no pude construir ningún sentido. Evidentemente, teniendo en cuenta que últimamente las estructuras temáticas en forma de etiqueta han invadido mi cerebro, éste es el post del delirio, la escritura automática y la digresión. ¿Por qué cuando empezamos a leer con constancia nos parece tan interesante el surrealismo y luego, pasados unos años, un juego de niños? Otro tema: ahora que lo releo para la Universidad, creo que el Girondo de “20 poemas para ser leídos en el tranvía” que tanto me encandiló en la Secundaria es algo así como un “Manual Didáctico para pseudo vanguardistas púberes” repleto de eslóganes muy lindos (ejemplo: “En un quinto piso, alguien se crucifica al abrir de par en par una ventana”). Eso no invalida lo bueno que es, claro (ejemplo: “En un quinto piso, alguien se crucifica al abrir de par en par una ventana”). Aprovechando el ambiente onírico que hay alrededor de estas fragmentadas palabras, una frase: siempre me pareció una estupidez que una de las características intrínsecas de la erudición sea citar de memoria. “¡Cómo sabe!”, suele decirse, “¡dijo de memoria un poema de T.S Eliot!”. Esto no es más que un mero silogismo: de ser cierto, todos los alumnos de Primaria que recitan monótonamente los accidentes geográficos de la Región Pampeana son eruditos. Y eso es todo lo que tenía para decir. Lo de los uruguayos y los argentinos y lo de los autores que leí mal. Ahora desprécienme, yo soy Vincent Moon.

PD: Después de escribir este texto, Martín Zariello fue encerrado en un Hospital Psiquiátrico de máxima seguridad del Condado de Yoknapatawpha.

18 comentarios:

Matías dijo...

No debí haberte enviado ese link. Mirá como terminaste! JAJA.

Espero que te haya gustado lo de Felisberto, cuesta leer en la computadora y encima el otro día averigué por un libro de cuentos finito, muy finito, y salía ¡58!$. Mi solución es la biblioteca de la facu y fotocopia.

Felisberto creo que fué catalogado como surrealista. Pero está mucho más allá de ese rótulo. Nadie encendía las lámparas es un cuento muy lindo. La conversación sobre los árboles es muy linda. Te recomiendo además el acomodador. Bah, todos.

Los mejores escritores uruguayos son argentinos.

Saludos!

Matías dijo...

Fiebre de links


http://www.felisberto.org.uy/PrologodeCortazar.htm

http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/cortazar/felisberto.htm

Matías dijo...

Al segundo link le falta .htm

Alicia Dadá y Asesina sin sueldo dijo...

Ya busque a Felisberto Hernández.

Hace poco di por casualidad con un cuento largo de un escritor llamado Rodolfo Enrique Fogwill de quien nada sabia y me gusto mucho, siempre es gratificante encontrar lecturas nuevas.

Leo tus posts hace tiempo, me preguntaba si ha leido ensayos de Anibal Ponce, con el no di por casualidad.

Saludos y felicitaciones, bien sabre yo que no es facil producir agrado en los demas cuando lo leen a uno.

Anónimo dijo...

"Los mejores escritores uruguayos son argentinos."

No entendi mucho es frase, si quisiste decir que las fronteras politicas son nimias ante la cultura que urugayos y argentinos compartimos, estoy de acuerdo, porque somos demasiado parecidos, ¿no les parece?

En ese caso podriamos decir que los mejores escritores argentinos son uruguayos...y me voy antes de que me hagan un piquete

Anónimo dijo...

"Los mejores escritores uruguayos son argentinos."

No entendi mucho es frase, si quisiste decir que las fronteras politicas son nimias ante la cultura que urugayos y argentinos compartimos, estoy de acuerdo, porque somos demasiado parecidos, ¿no les parece?

En ese caso podriamos decir que los mejores escritores argentinos son uruguayos...y me voy antes de que me hagan un piquete

Matías dijo...

Anónimo: fué una autocrítica y una broma planteando un poco lo que dijo Martín. "Es necesario decir que lo que los argentinos ven como “raro” en los uruguayos es que además de ellos, existan escritores excepcionales en otros países del continente" Fijate que en muchas librerías, los libros de Onetti están en el estante de "literatura argentina".

Saludos.

jorge chiesa dijo...

Totalmente de acuerdo c
on il corvino: Nadie encendía las lamparas es un hermoso título. Y ese libro de cuentos, sin haber leído nada de F.H, lo compré nada más que por el título en Horacio, frente al casino; un sistema de compra que me hizo engarzar muchas veces, excepto esa vez. $ 8 un libro de Felisberto: una ganga. Y para terminar, respecto de Arlt, totalmente en desacuerdo. Pero para eso estamos. De todos modos, me parece bueno lo que escribís,dispara cosas,ayuda a combatir el horario de laburo.

Anónimo dijo...

"Esto no es más que un mero silogismo: de ser cierto, todos los alumnos de Primaria que recitan monótonamente los accidentes geográficos de la Región Pampeana son eruditos."

... te lo tenías bien guardado... hoy tomaste un café con tostado con la profesora antes de entrar a clase y se pusieron de acuerdo.

salute

Anónimo dijo...

otra vez... pepas de dulce es marian.

o bosta envuelta en dulce de membrillo. ja!

derian dijo...

Justamente estoy haciendo un trabajo bastante mecánico y analítico sobre Felis -así, algunas veces, lo llama el profesor- del cuento llamado El acomodador; Nadie encendía las lámparas es un cuento emblema, pero nada como Las hortensias o El caballo perdido. O La casa inundada, que es lo más.
Pequeña anecdótita: cuando en el inicio de la cursada el profesor preguntó quién conocía a Felisberto Hernández, sólo unos pocos egocéntricos (y diletantes, por qué no) levantamos la mano. Ahora, el curso se divide en:

a) los hernandianos

b) anti-hernandianos

Besito.

Hernán Galli dijo...

Preciera que Hernández corre la misma suerte que Filloy. Celebrados por Cortázar y leídos por unos pocos.
Yo no sé si Hernández es "genial", en el sentido de que se le atribuye una fama injusta. Es un excelente escritor, qué duda cabe, que de haber nacido más al norte, se estudiaría en Austin.
Siempre tomo con pinzas los supuestos "abandonados" por el canon. Saer se quejaba como loco por no alcanzar las cifras de ventas del conejo brasilero. Zama es una de las grandes novelas del siglo XX, pero está bien que no se venda como EL Alquimista, no sé, no entiendo mucho el sentido en la conexión venta-calidad. En la literatura, menos que menos.
El gran problema de la Facultad de LEtras, es que el 80% cree que es artista o tiene el ángel de la creación. Y quizás se olviden de Piglia cunado dijo que él no siguió la carrera de letras porque quería ser escritor. Maravilloso! De la facultad sale un típico Caparrós o un tipo agradable y creador. No hay otra. Haberse leído a todos los autores del mundo significa una cosa: Haberse leído a todos los autores del mundo. De ahí, a entender algo, ser creativo, tener el don y ser admirado, hya un millón de kilómetros.
Recuerdo a un flaco que decía que si no leíste a Dostoievsky no existías. Cosas de pendejos. Ahora el pibe atiende el buffet de la facu y a la tarde trabaja en el negocio del padre. Pero leyó a Dostoievsky, ojo.

Saludos a tutti!

Hernán Galli dijo...

Oops, releo el comment y parece decir que Saer hubiera escrito Zama. No, lo sé, lo escribió Di Benedetto. Saer es la versión pop posterior!!!

Matías dijo...

Estoy de acuerdo con Derian: Nadie encendía las lámparas es un cuento emblema pero nada como el caballo perdido o la casa inundada, por ejemplo.

Martín Zariello dijo...

En cuanto a la pregunta de Fernanda Toscano nunca leí al tal Anibal Ponce, pero voy a ver si consigo algo.

Chiesa: una vez compré un libro por el título "La mancha en el mármol" de Eduardo Mallea. Creo que es el peor libro que leí en mi vida y abandoné la práctica.

Saludos, gracias por leer------

derian dijo...

Me gusta que toda la gente se preocupe en buscarle problemas a la facultad de Filosofía y Letras, o, mejor: los posibles problemas con los que carga, cual cristo, el pobre y cristiano del estudiante de dicha carrera. Está bien, mencionemos a Piglia. Pero Piglia, tengamos memoria nos dice continuamente el pasado de nuestro país, ganó el premio planeta con una novela que fue llevada al cine y protagonizada por Pablo Echarri... Si no quiso ser escritor está perfecto, porque es un crítico notable.
Volviendo a Hernández, el problema de este escritor "raro" (aunque a mí me gusta más llamarlo "extraño") es que está mucho en la boca de los críticos y poco en los ojos del lector común o medio. Es un escritor academizado hasta el hartazgo, que se ve muy poco en las librerías.

Hernán Galli dijo...

"los posibles problemas con los que carga, cual cristo, el pobre y cristiano del estudiante de dicha carrera."
El que tiene muuuuchos probelmas es el estudiante de medicina que estudia como un perro diez años, y los últimso tres labura de residente por 1500 pesos. Yo creo que hay una gran confusión: si alguyien quiere ser escritor, no necesita recibirse de Licenciado o Doctor en Letras. NAdie puede escribir "mejor" por estudiar Letras, y el que lo cree, para mí, le pifía y muchísimo. Digo, una cosa no es condiión de la otra. Borges no estudió letras y hacía críticas que le daban vuelta al mejor licenciado. Piglia, quizás, hubiera sido pero escritor aún, y que actúe Echarri no tiene nada que ver con la novela, eso es una confusión, me parece. Si el alumno de Letras le quiere enciontrar una "utilidad" a la carrera, va perdido. El sentido de la carrera es otro, tan o más importante que una supuesta "utilidad".
Saludos!!!!!

derian dijo...

Esto de acuerdo, pero Borges sí fue profesor y dio clases en la UBA y en la UCA.