viernes, 20 de junio de 2008

TARDE PERO SEGURO: BREVE APUNTE SOBRE LA SELECCIÓN DE BASILE

La vida suele ser extremadamente dura: hay veces en las que tenemos que elegir entre escribir sobre la selección de Alfio Basile (porque sí) o escribir para la Universidad sobre la poesía de Arturo Carrera. Desconociendo de plano las diferencias entre el cianuro y la cicuta, arrojo la moneda al aire. Me informan que dentro de 24 horas estaría aterrizando la pelota que Julio Cruz quiso cambiar de frente cuando promediaba el primer tiempo. Vayamos por partes. Abbondanzieri, el arquero pro-campo (sin dudas, ejemplo paradigmático de la orfandad económica del sector rural), atajó dos buenas, pero en el primer tiempo le hizo un penalazo a X (llamaremos así a los jugadores brasileros que, a excepción de Robinho, Baptista, Adriano y algunos más, eran tan malos como desconocidos), corriéndolo por detrás cual Benny Hill. La defensa argentina describe su funcionamiento con su sola mención, así que podríamos decir, simplemente, la defensa argentina jugó como las defensas argentinas: con jugadores cubriendo posiciones ajenas; cuando no, con jugadores que luego de años de jugar en la Selección nadie sabe de qué juegan; con una ambición casi estética por el pelotazo a ningún lado; con la coordinación de un mete-gol. El tipo que más debe tener la pelota en Argentina es Heinze, quien te asegura un penal en contra por partido con sus dotes de judoca (X, de Brasil, todavía se está operando los tapones que el 6 argentino le estampó en el pecho). El medio contó con la sorpresiva presencia de Jonás Guitérrez, un volante de ida y vuelta, que, en el segundo tiempo, cansado de tanto correr, emuló a “la droga” y se convirtió en “un viaje de ida”. “Pero por lo menos te deja en algún lugar”, espetó Say No More, cuando todavía se entendía lo que hablaba. Hablando de no entender, en la transmisión de Brasil-Argentina por poco accedí al milagro: ¡entender una frase entera de Macaya, ese tipo que dice: “La defensa se para couuoungogogon” o “Si el equipo argentino retrocede, la muoaoagaoo”! Por el medio también posó su puesto de carnicería Mascherano, acompañado de Gago, el Redondo del nuevo milenio. Riquelme está jugando otro partido desde hace tiempo, pero mejoró un poco con respecto a Ecuador. Cruz es Cruz. Y Messi, el pibe de las propagandas (en una inigualable metáfora de esta Argentina donde sólo la clase media, con su civismo bienhechor que ya supo realizar hazañas tales como “La batalla contra el tomate”, lucha por todos, con orgullosas cacerolas y jornadas ecuménicas que ya los bárbaros quisieran tener), ilusiona más de lo que concreta. Da la sensación de que cuando juega Messi (con sus arranques veloces a cualquier parte), Argentina no juega y cuando juega Argentina (con la cadencia redundante que suele tener Riquelme cuando no se calza la camiseta de Boca), no juega Messi. Por otra parte, cuando Messi intenta jugar al ritmo de Argentina, lo que hace es pararse con displicencia y pasar la bocha hacia atrás, lo que demuestra que no sabe ni quiere jugar al ritmo de Riquelme (quien, por supuesto, rechaza de plano jugar al ritmo de Messi sin intentar nada). Esta encrucijada futbolística, en tanto las dos entidades no acepten el diálogo, sólo podrá resolverse con un duelo borgeano o con la muerte de alguno de los dos jugadores. En el segundo time, entró Agüero, que no dio pie con bola (casi literalmente: la tocó tres veces), Battaglia (tal vez Basile está copiando el procedimiento “simeonico” de llenar la cancha con jugadores de misma posición táctica para confundir y llevar al rival al deliro místico) y Palacio (que no la tocó). Brasil fue un holograma, parecían un equipo de Fútbol Americano y pegaron muchísimo. Si ésta no es la única oportunidad que teníamos para ganarle a Brasil, como diría mi tía, “pasa sonando”. Antes de escribirles “Sayonara”, le dedico el siguiente verso de Arturo Carrera a Messi:

“se ha ahumado tu cabeza

sahumador tu cráneo”

Ahora sí, sayonara.

3 comentarios:

Mariana dijo...

Argentina, canta y camina!

Anónimo dijo...

hay que recordarle al payaso de Casas que Messi le hizo 3 (tres) goles al Real Madrid en un mismo partido

La niña santa dijo...

Messi es un invento argentino como el dulce de leche, la birome, el colectivo y la sensación términa.