domingo, 26 de diciembre de 2010

Sobre los Cuentos de Roberto Bolaño

"Vive y muere, pero no huevees"

A esta altura, como Alf en el antológico episodio de los Simpsons, sólo resta que Bolaño vuelva en forma de fichas. Esta edición de sus tres libros de relatos en un solo volumen (Llamadas telefónicas, Putas Asesinas, El Gaucho Insufrible), al contrario de lo que se acostumbra a decir, no viene a echar un manto de justicia sobre ningún olvido ni termina con años de indiferencia editorial, así que este párrafo termina aquí mismo.

Tarde o temprano, advertimos que nuestro padre no es Superman. Que la presencia de Ariel Arnaldo Ortega no asegura un triunfo de River Plate (más bien lo ahuyenta). Que la mujer que creímos amar no era tan brillante ni tan hermosa como nos parecía. Que Charly García se convirtió en un imitador de Charly García. Son pequeños o inmensos desengaños emocionales que nos demuestran que el piso no es más que una tabla de surf en constante movimiento. Lo mismo ocurre con los escritores que inmortalizamos durante la juventud y convertimos en póster. Bolaño, que de alguna manera es nuestro Cortázar, no escapa a esa suerte. Bolaño, entendemos recién ahora, era mortal. Incluso lo era al punto de que se murió (1). Incluso lo era al punto de que muchos de sus cuentos no resisten muchas lecturas.

Recién ahora se vislumbra que esa pulsión romántica por la escritura que atraviesa tanto su vida como su obra, fácilmente se puede confundir con la cursilería o el mal gusto. En sus cuentos los escritores fracasan estrepitosamente. El amor siempre es fatal. Cada situación está dotada de un trasfondo dramático que tal vez no se justifica. Reitera innumerables veces como epílogo que los personajes principales no se vuelven a ver "nunca más" (recurso propio de una composición con tema para la escuela primaria). Abusa de la inconclusión (lo que llevó a sus editores, en "El secreto del Mal", a publicarle cualquier esbozo de relato). En los peores casos, estas características terminan por conformar un imaginario bastante grotesco (2), como si el centro de la obra de Bolaño fuera comandada en realidad por un joven nihilista, sabatiano y solemne y no por el tipo inteligente, borgeano y lúcido que era.

Pero un chileno (3) debe ser recordado por sus mejores versos y Bolaño se sentía, más que nada, un poeta. Y verdaderamente lo era pero no en el sentido formal. Hay más poesía en sus novelas (el desierto repleto de cadáveres de 2666, las huellas en el aire del avión de Carlos Wieder, la ciudad balnearia de El Tercer Reich, el soliloquio de Joaquín Font en la Clínica de Salud Mental El Reposo), en el itinerario de su vida, en la expresión de su rostro en algunas fotos, que en la poesía que publicó como tal. Sus mejores cuentos (por lo menos una docena) son una buena prueba de ello porque el efecto de lectura equivale a un shock poético. El viaje por la carretera del padre y el hijo en "Últimos atardeceres en la tierra". El desierto a través de la ventana en "Gómez Palacio". El via crucis amoroso en las llamadas telefónicas que se cruzan dos (des)enamorados. El tragafuegos urbano que provoca un satori indecible a Jim. Son momentos destacados de la literatura latinoamericana que probablemente perduren en el tiempo mucho más de lo que su autor alguna vez intuyó (4).

En uno de sus libros autobiográficos, Roland Barthes se manifiesta incómodo ante el carácter asertivo del lenguaje (5). Chocolate por la noticia viniendo de un estructuralista, pero por consecuencia de ello, como no podía ser menos de su parte, propone una idea genial: ¡que cada frase esté acompañada de alguna cláusula de incertidumbre!, "como si cualquier cosa que provenga del lenguaje pudiera hacer temblar al lenguaje". Esto le vendría al dedillo a los fanáticos, a los ultra, a los fundamentalistas (6), esos tipos que sólo se hacen preguntas para las que ya tienen armadas las respuestas. Barthes es un Quijote y lucha contra la dirección unívoca, contra la obra como totalidad y composición acabada. A su cláusula utópica (la que hace tambalear el discurso per se), opone la "cláusula retórica" del concepto de final, la policía del pensamiento.

Esta alusión a Barthes sirve, en primer lugar, para quedar como un tipo demasiado inteligente para festejar la Navidad y, operativamente, para analizar la obra de Bolaño toda, en particular sus cuentos. El autor de 2666 no recurre, como el francés, al fragmento como modo de producción, pero sí instala una cláusula de incertidumbre permanente en el discurso de sus narradores. Éstos, como Thom Yorke, nos dicen: "I Might Be Wrong". Esa mezcla de paranoia y ambivalencia relativista que recorre nuestra vida actual, tan propia de la posmodernidad (7), de una época de transición hacia lo desconocido, es evidente en Bolaño y probablemente explique algo de su "boom boom asesino" (8). Sus narradores o personajes tienen siempre una historia entre labios, son máquinas de narrar, pero explicitan que no saben si fue así, advierten que el verosímil del recuerdo puede estar fallando, ofrecen puntos de vista distintos.

En enero se espera una nueva novela póstuma. Se habla también de la publicación de otros textos inéditos para el porvenir (que es largo, más en el caso de Bolaño y de Althusser, aunque su esposa no dijera lo mismo). A partir de ahora lo pertinente sería dejar descansar en paz a Bolaño. Antes deberá ocurrir, claro, su muerte simbólica. Esta operación no tardará: nada pasa más rápido que lo que está de moda. Y Bolaño, que es un grandísimo escritor, también es una moda. Si el Mercado, además de una mano invisible (e inservible), tuviera cerebro, lo asimilaría a un celular súper lujoso. O al último disco de Calle 13 (9). En fin. Primero vendrán las críticas. Luego el estigma hacia sus lectores. Después llegará el olvido (que es la meta). Más tarde, cuando nadie se acuerde de Bolaño, por alguna extraña razón ajena a las estrategias marketineras de las editoriales, volverá. Recién ahí apreciáremos su obra. No sé ustedes, pero entiendo que la única manera de valorar algo es perderlo durante un tiempo (10).

(1): Mátenme.

(2): La vida es grotesca, el amor siempre es fatal, los escritores siempre fracasan, no sé a qué apunto con este comentario.

(3): Todos los chilenos son poetas, hasta Piñera.

(4): ¿Y yo qué sé lo que Bolaño intuyó?

(5): ¿Merece vivir alguien que escribe "caracter asertivo del lenguaje"? Lo dudo. En caso de que la respuesta sea afirmativa, que sea una vida espantosa. A propósito, el libro es Roland Barthes por Roland Barthes.

(6): "Ustedes los cumbia, ustedes los giles". ¿"Le vendría al dedillo"?

(7): ¿Alguien podría ser tan amable de pegarme un tiro cada vez que aludo a la “posmodernidad”?

(8): Boom Boom bien latino.

(9): Ahora son todos fanáticos de Calle 13.

(10): ¿A quién puedo acusar de cursi, de tener mal gusto, de ser un joven nihilista, sabatiano y solemne? ¡Por favor, terminemos con esta farsa de una vez! Yo me voy.


14 comentarios:

Sebastián dijo...

glorioso.

A******* dijo...

Esta entrada es lo de siempre, pero mejor. Los mismos elementos de siempre: Bolaño (o Borges) y de secundarios Simpsons, River y Charly. Es tu entrada eterna, pero cada vez la haces mejor.

elJotapé dijo...

Después de leer todo "Putas asesinas", excepto fotos (no pienso leerlo hasta que no lea los detectives...), a la única conclusión que llegué es que Roberto Bolaño, Roberto Bolaño, era... era grande! (con voz de Lisa Simpsons hablando de J. Springfeld).
Es como que nunca me terminó de convencer de tatuarme su cara en un codo(diría un amigo adicto a los tatuajes en el codo), pero me gusto, y mucho. Además cada vez que leía uno de los cuentos era como si ya lo hubiera leído antes (fué/es lo único que leí del difunto chileno), era como si el espectro de Bolaño estuviese recorriendo mi casa (acá Derrida simplemente se atoró un huevo con la tapa del ataud), pero no sé porqué mierda siempre tenía esa impresión, de ya haber conocido la historia, tanto que hasta llegué a pensar que Bolaño me perseguía, y en serio...

3 preguntas:
-¿como bosta haces para hablar de ortega y de Bolaño en un mismo escrito y que quede bien?
-a frase de Iorio de "los cumbias", ¿no fué de lo mejor del año? (sí, está cada vez más facho, pero me cae bien)
-¿sabías que existe una novela de un tipo que inventa una maquina que escribe boludeces? (?)(no podía sacarme esta pregunta de la cabeza y tuve que expresarla por escrito?

Anónimo dijo...

lo mío es la poesía, aquí va mi versión del post:

En el centro del texto
está la lepra.

Estoy bien. Escribo
mucho. Te
quiero mucho.



(R.B. "tardes de barcelona" - tuve que aprender a leerlo)
yours
vlt.

Inmanente dijo...

No puedo terminar los detectives salvajes, es reiterativo y agobiante con sus caprichitos posmodernos, su histeria rizomática, su dramatismo delicuescente, y vos te tragaste toda! la obra, ni en pedo, paso, necesito desintoxicarme mal de Bolaño

Fran Vanrell dijo...

Algunas cosas:

* Hay que dejar de usar la palabra satori al menos por dos años.

* No sé si "La parte de los crímenes" la hubiera pensado en términos de poesía. No me nace pensarlo así. Pero sí es probable que en una novela "como esa" (lo que signifique eso, "esa") puede uno encontrarse con momentos poéticos. Cada uno lee lo que quiere, ¡qué tanto joder!

* Bolaño es grande, como dice JP. Y prefiero no perderlo, que de eso se encarguen otros. Habrá tiempo de sobra para eso.

*

puerta dijo...

ojalá te pudiera pegar un tiro, pero de verdad, tu falsa humildad hace insoportables de leer tus posts

Martín Zariello dijo...

Puerta: Es eso o no quieres aceptar que tienes un problema?

Fran: Hay que dejarse de llamar Fran por dos años.

Inmanente: Dale, no seas pecho frío, dijiste que te gustaba, a mí me pasó lo mismo con los monólogos hasta que le agarrás la mano.

Vlt: Otro poema lindo de Bolaño, sel llama Lisa:

Cuando Lisa me dijo que había hecho el amor
Con otro, en la vida cabina telefónica de aquel
Almacén de la Tepeyac, creí que el mundo
Se acababa para mí. Un tipo alto y flaco y
Con el pelo largo y una verga larga que no esperó
Más de una cita para penetrarla hasta el fondo.
No es algo serio, dijo ella, pero es
La mejor manera de sacarte de mi vida.
Parménides García Saldaña tenía el pelo largo y hubiera
Podido ser el amante de Lisa, pero algunos
Años después supe que había muerto en una clínica psiquiátrica
O que se había suicidado. Lisa ya no quería
Acostarse más con perdedores. A veces sueño
Con ella y la veo feliz y fría en un México
Diseñado por Lovecraft. Escuchamos música
(Canned Heat, uno de los grupos preferidos
De Parménides García Saldaña) y luego hicimos
El amor tres veces. La primera se vino dentro de mí,
La segunda se vino en mi boca y la tercera, apenas un hilo
De agua, un corto hilo de pescar, entre mis pechos. Y todo
En dos horas, dijo Lisa. Las dos peores horas de mi vida,
Dije desde el otro lado del teléfono.

JP: No queda bien hablar de Ortega y Bolaño, mirá lo que dice Puerta.

A: Puerta no dice lo mismo.

Sebastián: Puerta se enojaría de leer tu comentario.

Chau, muchachos.

Inmanente dijo...

Ok, prometo terminar, agarré Zama mientras y me gustó mucho, igual entre Di benedetto y Bolaño la cabeza no te queda muy bien no? todo se vuelve un poco inasible, absurdo y ominoso. Di benedetto me gusta más, es más profundo, más "serio" si querés, Bolaño boludea mucho

pd: tanto joder con Salinger Corvi y aparecen taraditos como Puerta

Anónimo dijo...

Qué mierda es la "falsa humildad"? Yo tenía entendido que era "falsa modestia".

Fran Vanrell dijo...

Tu respuesta fue la mejor que me han hecho en blog desde que tengo uso de razón... ¡gracias!

Desocupado mental en la era del blog dijo...

Muy buen post che. A mi blog no le doy bolilla, pero capaz estas vacaciones lo modifico y le doy pelota a ver si surgen intercambios piolas. ¿Cómo se hace para subir videos? Soy de madera con la tenologíac.
Voy a ver si comento más seguido.
Saludos

Desocupado mental en la era del blog dijo...

PD: Capaz es un lugar común, pero "el ojo Silva" me parece un cuentazo.

Anónimo dijo...

Un alivio leer este post.
Acabo de leer LLamadas telefónicas y Putas asesinas, no me han maravillado aunque reconozco su estilo fluido. Pero...
Muchos cuentos parecen resúmenes biográficos o como dicen aquí resumen-boceto para una novela. ¿Donde está la estructura del cuento?
Abusa del "no final", porque tampoco son finales abiertos.
No seamos snob. Esperemos que el tiempo ponga todo en su sitio Prefiero a Borges.

María Isabel Peral del Valle