miércoles, 11 de enero de 2012

BIG BORGES

Anotaciones arbitrarias sobre Borges, de Bioy Casares


Para algunas personas, pensar significa poner en correlación todo acontecimiento de la vida con un episodio de Los Simpsons. Otros tienden a encontrar un sentido sexual a cada frase. Borges encontraba connotaciones literarias. En ese plano era como los skaters o los surfers, que, respectivamente, sólo hablan de skates y tablas de surf. Peyrou le pregunta a Bioy por las flores que lleva en el ojal y éste le contesta que se las compró a una niña que jugaba a vender flores. Borges comenta: "Al comprador de esas flores al final del capítulo lo matan. Por la ley de casualidad estética".


A veces pareciera que Borges no entiende nada. Por "nada" me refiero a "todo": al peronismo y a Roberto Arlt, principalmente. Es decir: su ignorancia es de las más coherentes que se han advertido, hasta en la ignorancia era genial.


Sin embargo I: "El juguete rabioso de Arlt es mejor que todas las novelas de Mallea: cuando el malevo traiciona al amigo, está bien".


Sin embargo II: "Hay una grandeza en el hombre, casi en cualquier hombre, aun en el peronista que muere gritando "¡Viva el 2 de Infantería!" y en el otro peronista que le dice al tembloroso conscripto que debe ejecutarlo: "No tengas miedo, pibe, y apuntá acá" (indicándole el pecho). Aun esa tripulación de un avión, que al caer a tierra habría muerto cantando el grotesco himno Los muchachos peronistas, no deja de ser respetable. Es difícil que el heroísmo sea ridículo".


El tono de Borges es el de una sitcom. Fácilmente podemos situar las conversaciones entre Bioy y Borges en el departamento de Jerry Seinfeld, oír las risas y los aplausos luego de las réplicas mordaces y los contrapuntos absurdos de los dos personajes principales y la plana mayor de SADE. Borges es George y Bioy es Jerry. Elaine sería Silvina Ocampo (que a lo largo del libro no es más que un par de líneas) y Peyrou, Kramer. Pero de la misma forma que Seinfeld podría ser un drama si se corriera sólo un milímetro el enfoque sobre las características de los personajes (un egocéntrico, un misántropo, un freak, una histérica), el telón de fondo de Borges son los fusilamientos de la Revolución Libertadora y un continuo de reflexiones amargas sobre el paso del tiempo y de la vida: "La conversación de Borges, de Peyrou y la mía está hecha de retazos de conversaciones que tuvimos muchas veces entre nosotros. Cada uno, al empezar a hablar uno de los otros dos, mentalmente ha de decirse: Ahora va a contar el episodio B1, ahora va a hacer la reflexión B2, ahora va a hacer la broma B99".


Emma Risso Platero, una de las amigovias de Borges, está triste porque debe irse a Japón por 5 años. Borges le dice: "No te preocupes. No estarás cinco años. No está uno cinco años en ninguna parte, sino un instante, el instante presente".


Sobre el estilo de Bioy se ha hablado mucho pero no se llega a ninguna conclusión que explique algo. Tal vez el error sea pensar que se puede explicar algo referido a la escritura, el lenguaje, la literatura. Lo que sucede es que si pensamos profundamente en esto, mucha gente debería salir a buscar trabajo, inventarse una vida nueva, suicidarse. En fin, la cuestión es que la de Bioy parece ser una operación estética sin huellas. Tomando algunos tics sintácticos reconocibles, el uso frecuente de ciertos términos, se puede hacer una caricatura del estilo de Borges, de Cortázar, de Bolaño, de Kafka. No ocurre lo mismo con Bioy. En su libro Palabra de Bioy, Sergio López dice que su estilo, con el tiempo, se ha vuelto invisible. En "Diario para un cuento", el narrador de Cortázar (el mismo Cortázar) quiere escribir sobre Anabel, un viejo amor. Anhela ser Bioy Casares para tratar a Anabel "desde cerca y hondo y a la vez guardando esa distancia, ese desasimiento que decide poner (no puedo pensar que no sea una decisión) entre algunos de sus personajes y el narrador". Ése es el mecanismo con el que Bioy construye a Borges. Tal vez:


1) Bioy no quería a Borges como a un amigo, sino como a un personaje.


2) no se enemistara con Kodama por distanciarlo de él, sino porque ya no lo frecuentaba lo suficiente como para seguir escribiendo Borges.


Las dos presuposiciones son inválidas: evidentemente Bioy quería a Borges como a un amigo y a un personaje. Incluso todos queremos a nuestros amigos de esa manera.


La parte del libro que más gustaría a Borges es cuando Bioy sospecha que Borges sabe que es el personaje de su libro. "Tales inversiones sugieren que si los caracteres de una ficción pueden ser lectores o espectadores, nosotros, sus lectores o espectadores, podemos ser ficticios" ("Magias parciales del Quijote"). El 18 de mayo de 1960, Borges se pregunta si Johnson sabría que Boswell estaba escribiendo sobre él. Eso explicaría la pereza de sus últimos años: nada de lo que decía se perdería si todo lo anotaba Boswell. Luego comenta Bioy: "Yo me preguntaba mientras tanto si él sospecharía la existencia de este libro; si tendría curiosidad de leerlo; si lo corregiría; si la circunstancia de que últimamente escribiera tan poco se debería no sólo a la deficiencia de la vista y a la haraganería, sino también al conocimiento de este libro".


En “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius” Borges se refiere a las amistades inglesas que empiezan por excluir las confidencias y terminan por omitir el diálogo. Probablemente hablaba por experiencia propia. Uno de los momentos más hilarantes del libro es cuando se enteran por terceros que Peyrou (un amigo con el que compartían la cena varias veces al mes) se casó. "¿Vos sabés lo que hizo Peyrou?", le dice la madre de Borges a Bioy. Peyrou merece un libro aparte. Probablemente sea mucho más liviano que Borges, pero igual de divertido.


Borges también es el libro de muchos escritores que existieron de la misma forma que en un reality show, además del ganador, hay otros 19 participantes: Mallea, González Lanuza, Alicia Jurado, Mariana Grondona, Guillermo de Torre, Erro, Estrella Gutiérrez, Aita, Galtier y un largo etcétera. Tal vez alguno (no Mallea, por supuesto) valiera la pena, pero la sensación es que la fuerza gravitacional de Borges los hizo existir. De todos los escritores argentinos de la época que mencionan y bardean (la lista es interminable: amaban tanto la literatura que por momentos parecían odiarla), Peyrou es el único que a uno le dan ganas de leer. En su Diccionario de autores latinoamericanos, Aira lo refiere como "el Chesterton argentino"...


"Sábado, 31 de diciembre (1960). Come en casa Borges. Brindamos con champagne. Después de comer, Borges y yo vamos a la ventana de la sala de Silvina, hasta que sean las doce. BORGES: "Esperamos algo que no sabemos bien en qué consiste". Miro los árboles y los senderos de la plaza, la estatua de Alvear y pienso en la máquina del tiempo de Wells y en que todos somos una máquina del tiempo de vuelo de ave de corral. "Qué raro -comenta Borges- que en tantos años como viví no hubiera un momento en que yo haya estado más adelante en el futuro que ahora".

13 comentarios:

Cine Braille dijo...

No hay otra manera de escribir sobre este libro de 1600 páginas que no sea rapsódica y arbitraria, a menos que uno quiera escribir un ensayo de varias páginas. Peor todavía escribir un post, que no debe ser muy largo, y peor aún un comentario, que debería ser de pocas líneas. Reducido a lo mínimo, te diría que tardé un verano entero en leerlo, sin apuro, y que al pasar la mitad lamentaba que faltara sólo la mitad. Y también que luego de 1960 más o menos, el libro se pone triste, porque los vemos empezar a desvanecerse en la vejez.
Genial tu idea de compararlos con Seinfeld. Te faltó escribir que Newman es Sábato.
No nombraste a la señora Bibiloni de Bullrich. En realidad, no sé si Borges no perpetra más y peores boutades que ella.

Imposivle dijo...

este post me recuerda a aquel episodio de los Simpsons en que Hommer se compra un ordenador y se dedica a escribir chismes sobre la gente

Desocupado mental en la era del blog dijo...

¡Muy buen post! Creo que es el libro que más me hizo reír de todos los que leí. Bibiloni de Bullrich es para descostillarse.
Sobre el estilo de Bioy, es muy cierto.
El "Borges" es la obra de Bioy que más me gustó, aunque no leí todo ni mucho menos.
Abrazo de gol de Trezeguet (pero no contra boca, eso sí q no)!

Anónimo dijo...

los pasajes más graciosos son todos los que relatan el matrimonio de Borges con Elsa Astete de Millán y la confabulación de Bioy para separarlo. Por cierto la historia en Mar del Plata cuando Borges sin darse cuenta queda en bolas y Bioy se lo hace notar es muy Seinfeld

Hernán Galli dijo...

Hay un libro, irregular, de Alifano, "El humor de Borges", que mezcla grandes momentos con algunos más pueriles. Y la presentación es un poco grotesca con la forma de lisbros de chistes de gallegos. Pero lo compré porque dos o tres anécdotas bien valen el libro.

Recuerdo ahora, uno muy bueno: Estaban en un restaurant, piden la comida, y no vien más. En una de esas, salta Borges y dice: Che, se ayuna muy bien acá"

Ah, y otro enorme, cuando se encuentra con Eduardo Lanuza, y éste le dice"Borges, soy Eduardo Lanuza". y Borges les contesta: "Es probable".

Un grande!!!!!!!!!!!!!!

Cine Braille dijo...

Ese libro de Alifano tiene otra que ahora me acuerdo: en un hotel de Rosario, Borges abre la canilla para lavarse las manos. Hay aire en las cañerías, apenas sale agua. Alifano le pregunta "¿qué pasa, no sale agua?" y Borges responde "sí, pero con escrúpulos".
Lindo sería que hubiera chistes de Borges, como hay de gallegos, de loros o de suegras.

Desocupado mental en la era del blog dijo...

A mí me gustó esta anécdota. Se las copio:

En Londres, una madre y su hijo suben a un ómnibus. Como está muy lleno, se separan; el niño queda junto a dos monjas. La madre advierte que el niño conversa animadamente con ellas; cuando llegan a donde tienen que bajar, les da las gracias y les dice que han hecho algo extraordinario, porque el niño es muy hosco y no se da con nadie. Las monjas explican: "Habló con nosotras, porque creía que éramos pingüinos".

Anónimo dijo...

y eso qe mierda tiene que ver con borges?

Desocupado mental en la era del blog dijo...

Anónimo (la concha de tu madre anónimo):
La anécdota está relatada en el libro "Borges", escrito por Bioy Casares. Es una anécdota que relata Bioy pero es de Susana Bombal, amiga de Borges y Bioy Casares.
Anónimo, el Corvino hizo un post a partir de ese libro de Bioy Casares, titulado "Borges". Anónimo: la concha de tu madre.

Paz dijo...

Qué ganas de leer ése libro. Era el empujoncito que necesitaba. Sabé en qué librería de Mardel lo consigo?

Anónimo dijo...

Una genialidad el Borges. Una genialidad el post. En cuánto lo leíste, Corvino?:

Corvino dijo...

No lo terminé. No sé si se consigue en MDP.

lapieldeltigre.blogpost.com dijo...

Llego demasiado tarde, seguro que en este momento ya lo tenes en tus manos, el libro se consigue en Fray Mocho o por lo menos ahi lo consegui yo. Primera vez que entro al blog y me he llevado una grata sorpresa, siguiendo el rastro de Bioy. Saludos.