miércoles, 30 de mayo de 2012

Kevin, creciendo con amor

Durante los 90', muchas familias argentinas, ante la decisión trascendental de ponerle un nombre a sus hijos, eligieron el internacional "Kevin". La idea de ponerle "Kevin" a un niño le otorgaba un poco de brillo miami-nesco a una vida fantasmalmente argentina. En los 2000, luego del fin de un modelo de país (el neoliberalismo dejó pasó a la Revolución), la clase media cambió de estética (Miami era muy grasa) y apuntó a Europa. Actualmente, las guarderías y los jardines de infantes se encuentran repletos de Santino's, Gino's, Luca's. Nombres que suenan a modelos italianos vestidos con sobretodos y cortes de pelo modernos. Pero como la mayoría de las modas, ese significado adicional también quedará out y sólo será el recuerdo borroso de una época pasada. Todos estos datos sobre nombrelogía están basados en estudios científicos de alcance masivo así que no se gasten en preguntarse si son verdaderos o falsos. Volviendo al principio, me pregunto qué será de la vida de Kevin, el vecino de mi viejo barrio noventoso. Hoy andará por los veinte años. Espero que no tenga nada que ver con el psicópata de We need to talk about Kevin, la película de Lynne Ramsay.

Sin el didactismo al palo de Bowling For Columbine ni la hueca estetización de la violencia al estilo Elephant, We need... habla sobre un pibe que ingresa a un establecimiento escolar y empieza a bajar muñecos como si fueran moscas. Esto no se sabe inmediatamente, pero el espectador atento adivinará muy rápido que pasó algo que le resultaría muy interesante a la producción de Mauro Viale. La película se centra en la vida de la madre de Kevin después de la masacre e intercala flashbacks con escenas anteriores al punto de quiebre.

Si la película fuese de terror, la maldad de Kevin se atribuiría a poderes sobrenaturales. O a entidades metafísicas relacionadas con el Diablo o el Lado Magnetto de la Vida. Si se tratara de una película de "contenido social" o un thriller psicológico, todo se explicaría a través de circunstancias traumáticas de la niñez que determinan la conducta en la adolescencia. Pero Kevin no está poseído. Ni fue víctima de un abuso. Ni le faltó guita para comprarse un par de zapatillas a la moda. Todo lo contrario. Kevin es algo más complejo: un reverendo hijo de puta. Y desde el día en que nace, su itinerario en el Planeta Tierra es simplemente un gran plan para arruinarle la vida a su madre. Recuerdo un diálogo de Cabaret. Sally Bowles (Liza Minnelli) está embarazada y le hace una pregunta a su pareja que juega con las convenciones sociales sobre la maternidad: "¿Los bebés te quieren automáticamente, no?". La respuesta de We need to talk about Kevin es un gran y rotundo no. Hay quienes ven esta película y prefieren entender que Kevin es así porque durante su concepción la madre no lo deseaba. Personalmente, esa interpretación me aburre. Es como decir "Ningún pibe nace chorro". Eso ya lo sé, pero a mí me interesa que el arte me llene de preguntas, no que me explique que los nenes son buenos si nosotros somos sensibles con ellos.

Sin timón y en el delirio, Eva (la madre del hijo de Cuca) consigue trabajo como administrativa en una pequeña empresa. Asiste a un festejo de Navidad y un compañero que durante la jornada laboral la tenía entre ceja y ceja le pregunta si quiere bailar. Ella le responde que no, muy amablemente. Entonces el compañero la mira, se le acerca y le susurra al oído algo así: "¿Quién te da derecho, perra? ¿O te creés que alguien más que yo va a querer coger con vos?". Es una escena terrible y de fondo suena Wham. Ese híbrido de registros permanece en toda la película. Explica un poco su rareza y su genialidad. We need... está repleta de situaciones trágicas con música optimista. En ese sentido es magistral, porque elimina ese gran problema de las películas dramáticas, que por querer dar un marco adecuado terminan sobrecargando el pentagrama de notas graves. En otra escena, Eva maneja el auto ante el repudio general y se oye "Everday", de Buddy Holly. No sé por qué me acordé de Robert Browning, que en un poema le hace decir a uno de sus personajes que la vida es una circunferencia y que lo que vemos no es completo. Nosotros sólo vemos un pequeño arco de esa gran circunferencia. Por lo tanto, si estamos tristes, en otro lado estaremos felices. En esa dinámica de perspectivas, todo alcanza un grado de plenitud. Así que a partir de esta teoría no sería tan incoherente musicalizar la tristeza con un soundtrack alegre. Todo forma parte de un gran sistema que no se agota en nuestras miserias cotidianas. A no desesperar.

En fin.

Un motivo que se repite en varios textos de la obra de Fabián Casas puede estar resumido en este verso del poema "Cangrejos": "¿Nunca sentiste, Guadalupe,/que tus seres queridos te resultan extraños?". We need to talk about Kevin extrema esa pregunta. Hay toda una lógica sentimental que nos impide pensar ciertas cosas que convertirían nuestra vida en un infierno. Pensamos que nuestros amigos no nos van a traicionar. Que nuestra pareja no se va a ir con otra persona. Que tu equipo no se va a ir a la B. Que el vecino que saca la basura y nos saluda sonriente en la vereda no le puede pegar a la mujer. Incluso que Hebe de Bonafini (¡una Madre de Plaza de Mayo!) no puede tener nada que ver con un acto de corrupción. Son conclusiones implícitas, basadas en la confianza, en presupuestos morales. Nos tranquilizan y hacen que el infierno esté encantador. La película de Lynne Ramsay viaja en una dirección completamente contraria y a 200 kilómetros por hora. Es extraordinaria, pero cuando termina, te arruina la cabeza por un par de minutos. U horas. Como esos remedios que te pueden salvar de un resfrío y en las contraindicaciones te avisan que quizá también seas boleta.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

y vos te llamas Martín por los iluminados que vinieron a matar indios en nombre de la cruz! así que cuál es? descubriste la redondez de la rueda?

Anónimo dijo...

Hola Corvino, Excelente post y excelente la frase de Casas que citas.


saludos

Dany

by dijo...

El lado magneto de la vida JAJAJJAJA.
Cuanta ironía en este post.

Desocupado mental en la era del blog dijo...

¿La están dando en el cine esa película? Pinta interesante.

lalo dijo...

ayer a la noche pasaron a Kevin Durant, Desocupado. gran película.

Anónimo dijo...

"Andrés Calamaro A$K ‏@Barksdale666
http://soundcloud.com/a-k-25
SI cuesta acceder o les da pereza el mecanismo, please me avisan y busco algo mejor para VOSOTROS".

(lo acabo de subir, Calamaro a su cuenta de twitter)

Desocupado mental en la era del blog dijo...

Tremendo jugadorazo, Kevin Durant.
Mirá a Kevin Arnold cuando conoció a Madelaine. Muy linda mina, bien ahí x Kevin!!!
http://www.youtube.com/watch?v=ZKrMJAKMByg&feature=related

Anónimo dijo...

la veremos..

corvino, disculpame el atrevimiento pero creo que una detallada crítica tuya del programa de futbol de fantino que va los domingos sería candidata indiscutida a mejor post del año.
Facilmente me podrías decir: "hacela vos, pelotudo!" lo cual es totalmente entendible pero tu fama(?) y tu pluma calificada son dos de las condiciones que van a garantizar un post de puta madre.

Atte,

tu representante.

Anónimo dijo...

Mi vieja es una visionaria ....yo tengo 21 años y me llamo Luca y mi hermanito tiene 16 y se llama Santino..