ENERO
El tono de Borges es el de una sitcom. Fácilmente podemos situar las
conversaciones entre Bioy y Borges en el departamento de Jerry Seinfeld, oír
las risas y los aplausos luego de las réplicas mordaces y los contrapuntos
absurdos de los dos personajes principales y la plana mayor de SADE. Borges es
George y Bioy es Jerry. Elaine sería Silvina Ocampo (que a lo largo del libro
no es más que un par de líneas) y Peyrou, Kramer.
Pero cuando la ternura y los pajaritos y los tipos grandes que actúan
como Kitty y las mujeres de 44 con voz de nenita de 5 años y la “buena onda”
hasta en la cámara de gas se pasan de rosca, siento incontrolables deseos de
escuchar a Pappo, leer a Gustavo Sala, idolatrar a Jorge Asís y ser un
reverendo hijo de puta. No sé si le pasará a alguien más.
En conclusión, la idea principal de la gran broma de las personas
evolucionadas era: por tontos y ricos merecen caer del vip. Si se cayera una
tribuna en un recital de cumbia y a alguien se le ocurriera alegrarse porque
quienes escuchan ese tipo de música son idiotas, la progresía nacional pondría
el grito en el cielo. Con toda razón y por lo menos, acusarían a tal energúmeno
de fascista. Pero al revés no.
Si la historia es una sucesión de hechos consecutivos, podríamos
elucubrar que el público que asistió a Villa Victoria no existiría de no ser
por Melero. Sin embargo, ni esa gente lookeada para resistir la propuesta más
extravagante de la Tierra, pudo con la de Melero.
FEBRERO
Tal vez las películas de Wes Anderson, los discos de cantautores
indies, los blogs de misceláneas, los bolsos cruzados, los libros-objeto, los
comentarios ácidos en twitter, los anteojos negros de carey, necesiten de una
macro estructura estética que se les oponga para lograr algún tipo de efecto.
Serializados, al alcance de todos, multiplicados en los parlantes y los
monitores del mundo, estos productos resultan tan o más previsibles que un
programa de Tinelli.
Recuerdo una vieja nota sobre Los Ramones en la que Joey decía que el
rock le había salvado la vida. En los últimos años, casi todas las apariciones
públicas de Spinetta se relacionaban con su labor en Conduciendo a Conciencia.
Alertaba sobre el flagelo de los accidentes de tráfico para que no se siguieran
provocando muertes evitables. El Flaco no lo sabía: sin necesidad de ninguna
campaña, su música nos había salvado la vida mucho tiempo atrás.
En fin. Tal vez la gran diferencia es que antes te ibas a Miami a
hacerte el yuppie. Y ahora vas a Cabo Polonio a hacerte el hippie. El menemismo
y el kirchnerismo. Dos boletos distintos que te dejan en el mismo lugar.
MARZO
Diego Soto, el especialista en Alcatraz que la acompaña, es Jorge
García, el que interpretó a Hugo en Lost. Jamás un personaje nos dará tanta
nostalgia por otra serie: prácticamente hace el mismo papel. ¡Es peor que ver
Ah qué Kiko! Como en aquel olvidable y oscuro programa uno esperaba que apareciera
el Chavo, acá estamos a la expectativa de Ben o Kate o Desmond. Incluso
pagaríamos por un cameo de Lapidus antes de seguir soportando el bodrio.
Carrie Mathison (Claire Danes), por suerte, no es Dana Scully. Más
bien parece una chica Almodóvar atrapada en la CIA. Es un personaje genial, que
al principio causa rechazo y después te encadena a su show. Carrie es fanática
del jazz, paranoica, bipolar y resuelve los casos a través de epifanías propias
de una artista conceptual del espionaje.
A partir de allí, como no podía ser de otro modo, todo lo que sucede
es peligroso. No para los personajes de la película, sino para la carrera de
Sean Penn, para el porvenir del promisorio director italiano y, finalmente,
para los temerarios espectadores que se arriesgan a seguir mirando semejante
fiasco.
ABRIL
-¿Me pasás la sal?/ ¿Qué hora es?/ ¿Cómo andás?/ ¿Tenés fuego?/ ¿Qué
opinás sobre la metafísica de la crítica hegeliana a la belleza natural desde
la perspectiva de Adorno?/ Te amo/ Ayer murieron mis padres.
-Y vos sos de la B.
Nueve años después de su último envío en un canal de aire, como él
mismo explicó en el stand up introductorio, han cambiado muchas cosas, pero
algo ha permanecido inalterable al paso del tiempo: Lanata sigue tratando a sus
espectadores como boludos. Literalmente.
MAYO
El año pasado fui a ver a Flopa y Minimal en el Galpón de las Artes,
un reducto marplatense que me deprime profundamente. No sé si es la luz tenue,
no sé si es porque a veces tiran una especie de humo que caldea el ambiente, no
sé si es porque casi siempre (promediando o al final del show) hay un número,
un número con actores que interpretan una pieza de una obra de teatro. La
cuestión es que ese lugar me deprime pero al mismo tiempo tiene la virtud de
traer ciertos músicos que me gustan. O que me gustaban hasta que los veo en el
Galpón, claro. No digo que el Galpón sea eso que yo pienso, es mi subjetividad.
No te metas con mi subjetividad, ¿ok?
¿Por qué no nos gusta el rock uruguayo? Bueno, básicamente porque es
una reverenda mierda, ¿no? La música apesta, las letras parecen escritas por mi
hermanito de cinco años, en cualquier momento puede aparecer una murga y lo que
era feo puede volverse muy feo.
¿Por qué no nos gusta el rock uruguayo? Bueno, básicamente porque
somos argentinos. Y un argentino, si se caracteriza por algo, es por subestimar
a los uruguayos a través del paternalismo y un cariño afectado. Un argentino cree
que: Uruguay es una provincia, un lindo lugar para retirarse o envejecer o
pasear (plan que esconde la idea de que en Uruguay no hay vida o hay buena
vida, lo que es exactamente lo mismo: porque ¿qué otra cosa es la "buena
vida" sino la negación de la "vida", que es necesariamente
mala?), un país con gente educada.
JUNIO
Todos los sábados del mundo me recuerda a esas parejitas de
adolescentes que no tienen plata para el telo y se quedan a los besos en las
plazas hasta las 8 y media de la noche. Hace frío y teóricamente deberían
volver más temprano, pero ellos sienten la necesidad de estar acompañados. Y
cuando vuelven a sus casas se tiran en la cama y miran el techo pensando en lo que
les sucedió durante el día. Y sienten una reverberación interesante en sus
corazones. Y no ven la hora de ver la hora.
Bradbury (a pesar de que lo leemos a través de una traducción) parece
más bien un artesano del lenguaje, alguien que elige cuidadosamente los
adjetivos y no pone énfasis en las descripciones de estilo realista (algo que
sí está en Ballard), sino en los pequeños detalles que le otorgan a un texto
ese plus que convierte una observación en una epifanía cargada de emotividad.
¿Alguna vez vieron una película de David Lynch? Generalmente hace una
ensalada con los mismos ingredientes. Una mujer perdida. Un crimen. Sangre.
Elementos "bizarros" (tal vez a Lynch le debemos el uso constante de
este término) que provocan el extrañamiento del espectador (enanos, gordas
desnudas bailando, brujas, conejos con conductas humanas, personas sin cara,
música ejecutada por bandas fantasmas). El itinerario de River en la B me
recuerda bastante a las películas de David Lynch. Especialmente porque lo que
recorre buena parte de la filmografía del director es la sensación de
pesadilla.
Tal vez en la oscuridad de su habitación, mientras miraba el techo de
Moris y escuchaba el tic tac existencial del reloj, Almeyda entendió que estar
en la A o en la B son circunstancias pasajeras, acaso banales, lo más
importante es no permitirse dejar de girar.
Si el rock nacional se salva, será gracias al rescate de Moris de
Sherman Canción. Y si el rock nacional no necesita salvación, será gracias a lo
que hizo Moris antes. Es decir, amigos, que todos los caminos conducen a Moris.
Es probable que a partir de ahora todo sea Moris. Que Argentina se convierta en
Morislandia. Y Charly García empiece a repetir "Say No Moris".
¡Moris! De pie, señorxs, de pie. ¡Moris!
JULIO
Me dirán que Riquelme filmó publicidades de papas fritas. O que le
daba más notas a X. Por supuesto pero no importa: nunca pareció que lo estaban
usando. O que lo pasaban por encima. O que hacía algo en contra de sus
intereses. Niembro no usa a Riquelme, Riquelme usa a Niembro (por mencionar el
primer periodista que se me viene a la cabeza).
Estamos muy enamorados. No sabemos una mierda pero ésa es la forma que
tenemos de estar en el mundo. Cualquier cosa es una excusa para ser geniales.
Tenemos un auricular en cada oreja. Qué suerte que existe la poesía rock para
creernos épicos cuando sólo somos estúpidos.
La verdad es que demandamos “malditismo” a los otros, pero no nos
animamos a llegar tarde al trabajo. Lo más riesgoso que hicimos fue cerrar
nuestra cuenta de Facebook por una semana o bajar del colectivo en movimiento.
AGOSTO
A los obsesionados por fijarse quién tiene la última palabra, quién la
tiene más grande, quién tiene la culpa de todo, les vendría bien recordar la
parábola budista favorita de Borges. En una batalla, un soldado es herido por
una flecha. Y en vez de dejar que lo curen, el tipo empieza a preguntarse quién
fue el arquero que le dio, a qué casta pertenecía, dónde le pegó con exactitud.
Y en medio de toda esa espiral de resentimiento y boludez, se caga muriendo.
Entonces el magnífico Buda explica: "En cambio, muchachos, yo enseño a
arrancar la flecha".
El amor es encontrarle una perspectiva estética a la vida: nuestros
ojos ven a través de un montaje determinado, nuestros oídos hacen un guión
perfecto de un diálogo cualquiera. Cuando se acaba, vemos todo tal como es. La
distancia que hay entre la película y la realidad es la medida del dolor. O del
vacío. O de la nada. Si es que hay dolor y vacío y nada. (Muchos dirán: ¿esto
qué tiene que ver con Dylan? Bueno, esto es justamente lo que aprendés después
de escucharlo).
SEPTIEMBRE
Asiduamente creemos que cada uno de los acontecimientos que nos
suceden en la vida tienen un nivel estético y merecen ser contados. Pero lo
único que logramos es que El Otro se haga La Pregunta: ¿Y a mí qué mierda me
importa? Cuanto más habla una persona de sí misma, menos interés tenemos en
ella. Se pierde el misterio. No hay ninguna novedad porque ya sabemos todo.
Entonces Ulises Petit de Murat se paró y dijo: "Para mí la cosa
es muy simple: de un lado está la gente decente y del otro lado están los hijos
de una gran puta". Al verlo tan enojado, dice Bioy, Martínez Estrada
respondió: "Ah, si es así, entonces firmo".
La importancia del mar (como escenografía, como banda de sonido) se
aprende cuando viajamos a otra ciudad en la que no aparece en el horizonte. El
mar, a través de su inmensidad, es el gran desintegrador de nuestro ego.
Mirarlo es comprender que somos actores secundarios en el gran teatro del
mundo. ¡Definitivamente nada de los que nos sucede puede ser tan dramático! El
que todavía se acuerda de sí mismo frente al mar está en serios problemas.
OCTUBRE
Escribimos con "x" porque tenemos conciencia de género y
gracias a la Ley de Medios ahora sabemos cuándo empieza la Publicidad.
No sé si Kosinski habrá escrito otra genialidad de ese tipo. No sé si
justifico otro libro de Sabato. Incluso podría pensar que hasta de un escritor
malo se puede esperar una buena novelita. Y no estoy diciendo que Sabato y
Kosinski sean escritores malos. Tampoco que cualquiera puede escribir una
novelita. Sin ir más lejos ni usted ni yo podemos escribir novelitas. En caso
contrario, lo haríamos: pocas actividades superan a la de escribir una
novelita.
Roberto Benigni (otro al que consideran un estúpido, un payaso
mediático o algo peor) dijo que si viésemos a Platón o Sheakspeare en un
programa, rápidamente los consideraríamos unos charlatanes, porque la tele es
como un filtro de la realidad que sólo puede provocar que las personas que
aparecen allí se vean como estúpidas.
En determinado momento se sube a un parlante y, para delirio de sus
fans, empieza a bailar, pero sin querer golpea su guitarra contra un ventilador
de techo. El ruidito seco de la guitarra contra el ventilador podría haber
destruido el pacto entre el público y el compositor, pero en un show de Leo
García ese ruidito seco se adapta al espectáculo naturalmente.
Y cuando pasaron cinco o seis temas y mi primo no daba señales, pensé
lo peor. Porque que se te muera tu primo en un recital de rock ya debe ser
doloroso, ¡pero que se te muera en un recital de rock uruguayo además es
indigno!
Porque si hay algo que uno aprende en la vida es que sólo se puede
chupar el culo de aquello que tiene culo y está en el espacio. Y que más que
chupar culos, uno lame culos, porque los culos casi nunca caben en la boca.
NOVIEMBRE
Antes se manifestaban los desplazados del sistema. Ahora los
desplazados de la épica. Porque más allá de las "penurias económicas"
y los dramas endémicos (corrupción, inseguridad, inflación) que aquejan a los
caceroleros, lo que se percibe es un resentimiento y un odio por sentirse
ajenos a la simbología K.
Como sucede con la pornografía amateur o los testimonios de los
cacerolazos, para ver a Cronenberg hay que tener cierto morbo.
-Negro, acá dicen que ya no existen ni la izquierda ni la derecha, ni
la clase alta ni la clase baja, ni la sociedad ni la gente, ni las personas ni
los hombres, ni vos ni yo, ni pitos ni conchas, ni mi mamá ni tu papá, ni
blanco ni negro. Somos todos una sustancia homogénea, una novedad ilimitada que
no puede siquiera llegar a verificarse y el stock de significados se acaba cada
medio minuto.
Sé todo lo que va a pasar en una película indie de la misma forma que
supe todo lo que iba a pasar en Get the Gringo, la última de Mel Gibson. La
diferencia es que con la segunda me divierto y con la primera, por decirlo de
una manera sofisticada, me voy a dormir.
De la teoría a la praxis hay un gran y sinuoso camino: al tráfico y la
contaminación son problemas para los que tienen tiempo libre, no suelen
importarles a quienes sólo se dedican a sobrevivir. Los que están conscientes
de los beneficios de usar bicicleta no andan en bicicleta, andan en una nube de
pedos.
DICIEMBRE
El relato K ubicó el proyecto colectivo del setentismo por encima de
la exaltación individual de los 90'. Del "No voy en tren" a
"Bienvenidos al tren". Del Yo al Nosotros. Del depto de un ambiente
al Cosmos. De American Psycho a América Unida. Todas ideas hermosas que la película,
por supuesto, destruye, al reivindicar ciegamente el prototipo del Salvador,
del Superhéroe, del Caudillo, del Macho Alfa.
El mejor gobierno kirchnerista, el que más nos hizo felices, fue el de
los amigos impresentables del Pingüino, el de los cuadros residuales del
Cabezón. No sabían quién era Laclau y en vez de usar patillas, curtían bigotes.
No eran jóvenes ni glam, más bien viejos y sucios. Eso sí, jamás se les hubiese
ocurrido imitar al kirchnerismo: estaban ocupados en inventarlo.
-¡Tío Abuelo, Tío Abuelo!, ¿recuerdas cuando abrí la puerta de tu
habitación y estabas amalabándole el noema a la Tía Abuela y ella se enredó en
un grimado quejumbroso pero mientras temblaba el Troc me vieron y gritaron
"¡Evohé!, ¡Evohé!"? ¡Qué bellos momentos, Tío Abuelo!
Beirut: Música para jóvenes relacionados con el arte pero que
realmente no son buenos en nada y cuyo mayor temor es que los demás se den
cuenta. Si ven una película pochoclera lo toman como un experimento audiovisual
que rápidamente cuentan en su blog. Tienen su propia bandita. Y es una
mierdita.
PD: ¡Feliz año! Los dejo con un tema del que para mí fue el mejor disco del año.
6 comentarios:
Como buen K, el mejor Spinetta fue para mi el de los '70. Y nada me mueve de ahí. Salvo cuando escucho Amenabar, un poco, claro.
Es que lo viví en vivo y en directo y eso tuvo otro sabor. Un día me encontré con la tapa distinta, no cuadrada del vinilo de Artaud. Impresionante.
El mejor kirchnerismo lo estamos inventando, se van a sorprender.
Feliz Año!!!
A darle para que tenga al 2013, Corvino, éxitos.
uh.. el disco de Flopa-Minimal salió en mayo? como pasa el tiempo
feliz año, puto
el disco de Flopa-Minimal es un embole, una misma canción de principio a fin. no pasa nada ahí. es como si Artaud fuera "Todas las hojas son del viento" repetida 8 veces y nada más. y ni siquiera llegan al nivel de "Todas las hojas son del viento".
Campeón: Ignatius Reilly y el voto calvinista. Pelearon la punta hasta el final: Automovilismo para todos y Fan Fiction kircherista. Zona de descenso: Quiero tener una bicicleta y Pero no hay que generalizar.
Muy alto el nivel de los posteos, un gusto leerte. Los mejores deseos para 2013
Homeland está muy bien, pero dejemonó de jodé! La posta es "Mad Men", "Breaking Bad" y "Dexter". A Walking Dead creo que ya la estás viendo.
Son recomendaciones garantizadas, cual si hubiesen sido hechas x Catalina Dlugi, que la tiene re clara (?)
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