La idea lanatista del subsidio estatal a los artistas (programas de
TV, recitales, películas) es tan lineal y enternecedora que más o menos
consiste en esto:
1- Usted recibe la boleta de Obras
Sanitarias MGP Mar del Plata/Batán.
2- Usted consigue los $ 138,73 y se dirige a Ripsa.
3- Usted paga.
4- Usted se va y el empleado automáticamente llama por teléfono y
dice:
-Teresa, acá tenés lo tuyo.
5- Teresa es Parodi, por supuesto.
No es que uno acompañe el proyecto Nacional y Popular de convertir al
Gobierno en la mejor Productora de Espectáculos del país, pero hasta en la
escala de boludez tenemos ciertos límites. Sin embargo, es verdad que la idea
de un Estado apuntalando Arte con la billetera puede ser muy linda para entelequias
tales como la "Cultura del País", pero muy mala para los artistas.
Perdonen el romanticismo tardío, pero hacer arte con el Ok del Estado se
asemeja a tomar cerveza sin alcohol, a andar en bici con rueditas. No digo que
esté bien o mal, que sea correcto o inadmisible. No me indigno y grito que el
Estado tiene mejores formas de gastar la guita cuando yo, que soy el Estado, siempre
elegí comprar un libro para satisfacer mi hedonismo antes que un tarro de
pintura para darle una mano a la escuela de la vuelta de mi casa. Simplemente
el Estado arruina el caudal simbólico de los llamados "artistas". Los
debilita, les hace perder riesgo. Si es que existe el riesgo, por supuesto, si
es que hay un caudal simbólico, claro. En ese orden, Malena Pichot la tenía
difícil: escribir Jorge, una mini
serie bancada por el Estado, en Canal 7 y por la inclusión.
Por suerte, a pesar de compartir una estética, Jorge no se sumerge en la habitual auto-indulgencia del conchetismo
palermitano, la corriente argentina de niños ricos con tristeza del siglo XXI.
Me refiero a esa terrible sensación que provocan ciertos productos
protagonizados por actores más o menos jóvenes, notablemente sofisticados, en
los que más que actuar, parece que quieren demostrar que su sola existencia (ni
siquiera su existencia ante la cámara) le hace un favor al espectador y, por
qué no, a la Humanidad. Si no sabe de qué estamos hablando, busque en YouTube Famoso o Lloro de felicidad. Claro que la culpa no es de los chanchos sino
de los jóvenes "ni fu ni fa" de la clase media argentina, los que
tenemos las mismas ínfulas pero sin el capital, sin el colegio
progre, sin la "familia de artistas", entonces debemos conformarnos
con el colmo de la vida periférica, es decir, con admirar, no a Patti Smith,
sino a Liniers, a Violeta Urtizberea, a Inés Efrón, a Mike Amigorena, etc. Ante
ese panorama, siempre es mejor elegir el resentimiento, el prejuicio y la discriminación
social al revés. En fin, ¿y qué otra cosa es Malena Pichot sino una integrante
del colectivo cool… pero talentosa e inteligente? Jorge
se emitió en Canal 7 durante las últimas dos semanas y se puede ver en la
página de Contenido Digitales Abiertos.
La dirección corrió por cuenta de Nicolás
Goldbart (que no dirigió Los Paranoicos).
Un chico de 15 años no debe entender muy bien Seinfeld. La mayoría de los conflictos de la serie hoy se
solucionarían con un celular. De alguna forma, Jorge toma la dinámica de Larry David y la adapta a los tiempos
(más) modernos y argentinos. Seinfeld
sucedía en estacionamientos, gimnasios, restaurantes chinos, laverap's,
paisajes paradigmáticos de los 90' en los que sus personajes brillaban haciendo
un muestrario de las obsesiones y clichés de la época. Como si todo fuera un
cuento de Carver en el que en vez de hacer énfasis en el aspecto dramático de
la vida cotidiana, se subrayara el absurdo.
Jorge tiene algo de eso. Se aprovechan facebook y el call center como
marcas generacionales que aseguran identificación. Los hechos transcurren en
una vieja casona, de esas que en los últimos años se reciclan para organizar
fiestas o construir centros culturales. Los personajes son freaks sociales pero
después de la “década ganada”: un paralítico copado y lleno de minas, un
paraguayo que estudia Letras, una epiléptica con onda. Paradoja edificante o
genial ironía (o las dos cosas al mismo tiempo), el único que carece por
completo de encanto y lleva una vida gris es el tipo "normal": Jorge,
empleado en un call center al que acaba de abandonar su novia y que recibe la
casona luego de que su padre muera. Jorge decide alquilar habitaciones para
solventar los gastos y ése es el ardid narrativo a través del cual todos los
personajes entran en combustión. Así comienzan a ocurrir cosas bastante
inquietantes para una serie con supuestos fines pedagógicos: se rompe el inodoro
de la casa y los personajes tienen que hacer sus necesidades en el bidet, un
linyera se revela como una especie de Carlos Castaneda urbano, Jorge se burla
de la cara que pone Loli cuando sufre una convulsión.
Si, algo así como un extraño cóctel entre Seinfeld y Okupas. Pero
funciona. Tal vez porque detrás del objetivo civil, trafica contenidos audiovisuales.
Y no sólo por la serie de excentricidades recién mencionada o porque la madre
del protagonista se llama Cristina, se viste de negro y es insoportable. Sino
también porque muestra que los integrantes de las minorías no son mejores ni
peores que el resto. Y eso significa que pueden ser los seres más maravillosos de
la tierra pero también decir estupideces, equivocarse, ser egoístas,
prejuiciosos. Elude la victimización y el paternalismo y en esa vuelta de
tuerca se caga en la corrección política y hasta disuelve la idea de
"minoría", otra forma de separar a quienes son aparentemente
diferentes. Y todo gracias al Ministerio de Planificación Federal, Inversión
Pública y Servicios. ¿Vieron que De Vido no era tan malo?
20 comentarios:
Muy buen post purrete!! Me gustó mucho "Jorge". Me había gustado más Okupas, pero coincido en que -más allá del riesgo de las etiquetas- se puede decir que es una mezcla de Seinfeld y Okupas de estos tiempos.
Aunque tampoco exageremos con el riesgo de las etiquetas: es más osado ponerse una remera de Guillermo Moreno en la Sociedad Rural (?)
Abrazo de gol de Boca!!
PD: se entiende que quise poner "una remera con el rostro de Guillermo Moreno", porque podría ser que "Polémico" Moreno nos prestara una remera con la cara de una vaca pastando (??), en cuyo caso estaría todo bien.
corvi, perdón por correción hinchapelotas pero fijate que goldbart no fue director de los paranoicos, fue montajista, el director es gabriel medina.
Corvino, su post le hace justicia a Jorge. Nunca me cabió mucho el mundo Pichot, pero vi Jorge y me gustó mucho, por las cosas que usted menciona.
Déjeme hacer una acotación a propósito de la "política cultural" que subyace a planteos como el de Lanata. Esta semana, o la pasada, escuché a Pergolini haciendo mierda a Jorge (la serie, no el gordito golpista) porque había hecho casi nada de rating. O sea, no entendió nada. Y es paradójico que lo diga él, que cancherea con que Vorterix se adelanta a todos al asumir que las cosas circulan por la web y que en el futuro todos vamos a tener motos voladoras, y no repare en que la serie se puede ver online (así la vi yo). En fin, "Jorge" estuvo muy bien y si yo fuera uno de sus autores me daría por muy bien pagado con un post como el suyo de hoy.
Abrazo!
Laudrup
No me llega más tu libro. ¡Me desespera!
Está buenísimo, che.
No entiendo muy bien el golpe a Famoso y a Lloro de felicidad.
No hay mucho que entender, no me parece que esos programas estén buenos nada más. Saludos!
La serie está buena, la ví y es interesante. Quizás le falte un poco de ritmo y más punch, pero funciona bien.
Y lo digo sin poder soportar a la Pichot. No la banco ni la bancaré.
permiso corvi, te dejo la banda de un amigo de la plata
http://arturoylasescaleras.bandcamp.com/
Malena Pichot tiene talento. Me gustaba como columnista de Gilespi y de Duro de Domar. Y actúa bien.
yo sé para que hacés este post: como ahora te la crees que sos psuedo famoso estás esperando que te lea o que alguien le muestre este post a Malena Pichot. Porque estás caliente con la mina y queres generar algún contacto con ella. Yo si soy tu novia te mato por pajero.
Me re deschavaste. Con esa misma estrategia en este último mes me garché a Ortega, Bochini y al cadáver de David Foster Wallace.
Lo que más hace hoy Malena Pichot es stand-up, ironicamente es lo que peor le sale. Comete el error, tipico del humor feminista, de limitar todo el material en sexo, ex-parejas y menstruación con una pequeña cuota de resentimiento. Pero como vivimos en un país casi virgen de stand-up, tiene éxito asegurado. Lo bueno es que la bella petisa aprovecha esta fama para hacer proyectos como guionista, que por lo pronto parecen muy prometedores; "Jorge" es una bocana de aire fresco entre tanta seria pedorra de pol-ka
le tengo muchisima fe como guionista a pichot!
una mierda el post, si tiene tanto talento se puede bancar sola, el flaco nunca necesito a De Vido para hacer música, nunca la cultura argentina estuvo tan empobrecida y nunca un gobierno "invirtió" tanto en ella, el mismo argumento que usaste vos uso Flor Peña en el programa de Rial para defender la guita que recibió como "inversión en cultura" eso te da la pauta de como estamos.
Pichot es al "humor" lo que Sofía Viola a la "música".
Dejate de joder.
Y el forro de Echarri, haciendose el rebelde, lo mismo que un tipo grande, casi sesentón, como Urtizberea, uy, qué loco, que profundidad de argumentos, bostezar cuando la cámara lo enfoca mientras habla Lanata.
Eso somos. En eso nos convirtieron, nos convertimos...
El que entendió que estoy defendiendo a De Vido en este post, no entendió nada. No sé qué argumento usé para no sé qué. Leíste otra cosa. Dejen de mitificar a Spinetta, fue a tocar a la Casa Rosada, le dieron un premio y dijo "Esto no es un Oscar, es un Néstor". Saludos.
"Eso somos. En eso nos convirtieron, nos convertimos..."
jajaja!! de lo más cómico que leí en estas últimas semanas. me imagino la cara de angustia e indignación del tipo mientras escribía el comentario.
qué posmoderno tu acriticismo, cacho!
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