lunes, 1 de septiembre de 2014

¿Por qué no exaltar lo que consideramos genial y callar sobre lo que nos desagrada?


Se me ocurrió esta pregunta, que parece una mala traducción de un verso de un poeta del Siglo XVIII, mientras veía que en las redes sociales se reían del desempeño de Maradona en el partido que armó El artista antes conocido como Jorge Bergoglio. ¿Por qué nos complace elaborar frases ingeniosas para herir a los demás? Llegué a ver solo unos minutos de ese partido pero la forma en que Maradona trotaba, hacía pases-gol y retaba a Iturbe porque no se la daba, me conmovió muchísimo. Fue como si Maradona ya estuviera más allá de sí mismo, de todos sus bardos, sus novias rubias, sus declaraciones mediáticas. Y resulta que eso que a mí me conmovió y por un instante creí que era un pensamiento universal, en otros produjo una avalancha de violencia discursiva horrible. No acabo de comprender del todo por qué muchas personas creen que los errores de Maradona tienen consecuencias en ellos mismos. Es como si creyeran que Maradona verdaderamente es Dios, que sus estornudos producen lluvias. 

Repito, como si fuera un estribillo: ¡¿por qué no exaltar lo que consideramos genial y callar sobre lo que nos desagrada?! Y no me refiero a injusticias que deben ser expresadas para que el mundo sea un lugar mejor, sino a cuestiones subjetivas y vulgares que no van más allá de: "X es una mierda" o "Z es un tarado". ¿A quién le importan esas consideraciones violentas? A nadie. A continuación, entonces, voy a exaltar lo que considero genial.

En los últimos años hubo buenos equipos que, indistintamente del cuadro que uno fuese, daba gusto verlos: el Vélez de Gareca, el Newell's de Martino, el Instituto de Franco, el Banfield de Almeyda. Seguramente hay algunos que me perdí. Cada uno a su manera, con más o menos éxito, con más o menos talento, jugaba mejor que el resto. Debo estar exagerando, pero creo que ninguno de esos equipos jugó tan bien como River durante estos primeros partidos del Torneo de Transición. Algo está pasando en River y es maravilloso. Y lo es todavía más porque venimos de muchos años (y cuando digo muchos son por lo menos diez años) de equipos que prácticamente no daban ganas de verlos. Nos acostumbramos a que River jugara mal y en determinado punto ver al equipo comenzó a estar muy relacionado con el oscuro placer que genera el morbo. Desterrada la posibilidad de disfrutar, sólo quedó la posibilidad de disfrutar el desastre. Los hinchas de River nos convertimos en seres resentidos y constantemente indignados, como los panelistas gritones de los programas de fútbol. Afilamos las garras de la xenofobia, nos aferramos a un elitismo inexistente y empezamos a mostrarnos orgullosos por las recaudaciones.

Ramón Díaz sacó al equipo campeón después de mucho tiempo y tiene sus virtudes. Fue una gran alegría, es cierto, pero su conducta como macho alfa gallina sólo podía propagar el peor costado de las pulsiones riverplatenses. Que se haya ido, finalmente, fue lo mejor que pudo pasar. Gallardo era una incógnita. Uno supone que un ex jugador exquisito va a querer que su equipo juegue como la Naranja Mecánica, pero la vida no suele ser tan lineal: Martino, un número 5 lírico, dijo que de haberse dirigido, no se hubiese puesto de titular en su equipo. Desde un principio, entonces, Gallardo ya dio muestras de inteligencia: en un puesto que recientemente había sido ocupado por un demagogo y ególatra serial, su perfil bajo y su claridad en los conceptos ya presagiaban un cambio de actitud. Pero sin dudas lo más importante ocurrió en la cancha. Es verdad que la base del equipo (especialmente la defensa) es made in Ramón, pero se fueron varios de los jugadores más determinantes (básicamente las figuras: Lanzini, Carbonero, Ledesma) y Gallardo se las ingenió para que todo mejore. Carlos Sánchez, que se había ido entre gallos y medianoche, parece un jugador de Alemania. El único error que tuvo Gallardo fue poner a Ferreyra (del riñón riojano) en el primer partido contra Gimnasia: Kranevitter parece condenado a la gloria (como existe la evolución de las especies, existe la evolución de los 5 de River: Merlo-Astrada-Almeyda-Mascherano-Kranevitter, siempre el que viene es un poco mejor que el otro). Pisculichi, que en otro contexto hubiese pasado sin pena ni gloria, la está rompiendo. A los goles de Gutiérrez, se le suman las apariciones de Boyé y Martínez, chicos surgidos en las inferiores, un hit que River no tenía desde hace mucho tiempo. Mientras tanto River juega como si no hubiese un mañana. Todo se resume en una frase muy sencilla y muy difícil de llevar a cabo: juego asociado con velocidad y desequilibrio individual. Alentados por el viento a favor, hasta los jugadores que no son tan técnicos se animan a salir jugando y gambetear (Mercado y Funes Mori). En esa obsesión por ir al frente a veces la defensa queda mal parada (Maidana es el que se ve más expuesto). Esto puede ser más peligroso si algún día las individualidades fallan (hasta ahora casi todos juegan de 6 puntos para arriba). Sin embargo creo que si el equipo juega así, importa muy poco que te hagan goles o incluso perder partidos o Campeonatos.


El partido contra San Lorenzo, último campeón de la Libertadores, con un plantel un poco diezmado pero con ganas de volver a ganar, era el indicado para demostrar si el funcionamiento de River era un espejismo o algo real. Como los envidiosos que esperan que las parejas felices se separen, todos los buitres deseaban que el equipo se cayera y se rompiera en mil pedazos. Pero River pasó la prueba con creces. Aunque las cosas se complicaron con respecto a los otros partidos, Gallardo mantuvo su planteo y hubo momentos de gran nivel, como las jugadas del primer y segundo gol. Además es pura justicia poética que el encargado de encabezar este renacimiento de River sea Gallardo, un jugador injustamente relegado en las opiniones del mundillo futbolístico. Allá los que prefieren recordar un par de incidentes aislados a decenas de goles de tiro libre, gambetas, asistencias y pases imposibles. A un poeta hay que recordarlo por sus mejores versos. Yo elijo exaltar lo que me parece genial y callar sobre lo que me desagrada. Buenas tardes.   

20 comentarios:

Esteban Prado dijo...

Corvo, corrigiendo el libro me dieron ganas de ser gallina de nuevo. Ahora, con estos partidos me vuelvo loco. Y sí, para todos los bosteros que les copa ver sus equipos jugar como el orto y seguir siendo de Boca, desde hace un par de semanas estoy más gallina que en los últimos diez años!
Say no mara,
EP!

Anónimo dijo...

Hola,

Solo un aporte: Pertenezco al inexistente grupo de los que nombramos a Gallardo como uno de los jugadores preferidos de siempre. Me encantaba, único con su modo de correr, llevarla, inteligencia, pegada, panorama, gambeta.. Jugadorazo(a mí modo de entender/ver el fútbol). Un 10, como ya no hay.

Cuando apareció Aimar y Riquelme sentí que el gran perjudicado fue River, porque el muñeco era riquelmiano (o viceversa) y Aimar (un jugador que nunca me gustó, aunque entiendo que es apreciado en este fútbol moderno) era un dinámico, un moderno (un acelerado, a mi entender).

Bauza es Sabella, pragmático, pícaro y difícil de ganarles.. Pero sigo quedándome con un dt que tenga un concepto, que sus equipos sepan a qué juegan y lo plasmen, que tengan estilo.. El muñeco parece pertenecer a este grupo.

Saludos,

Matías-




Anónimo dijo...

Tema 1: Qué seríamos sin Céline, Castellanos Moya o Bolaño, escritores que no fueron por el lado de los panegíricos sino todo lo contrario.

Tema 2: No creo en la victimización de River y Boca, no me parece que estén mal los dos equipos que ya ganaron, entre los dos, ¡más de 50 torneos de AFA!, y que tienen actualmente los dos mejores planteles del país. (Agrego a los bostis porque escuché a un boludo en la tele llorando porque Boca no es querido, jajaj) Aunque se vayan a la B, aunque salgan últimos o aunque tengan que soportar el “fútbol” de Bianchi, no creo en eso. ¿Qué podemos decir entonces de Mandiyú de Corrientes, Chaco For Ever o Desamparados de San Juan? Déjate de joder, Corva.

Tema 3: Me lo veía venir al éxito del Muñe en el gallinero, porque viene de Uruguay y no de Montecarlo o Las Vegas.

Cine Braille dijo...

Muy bueno lo que decís de la creencia en que Maradona es Dios de verdad: los críticos del Diego son, en su abrumadora mayoría, gente obsesionada con él. A veces pienso: gente traumada con él.
Es más fácil hacerse el vivo criticando que elogiando, por una cuestión de tonos. A menos que el elogio de X nos sirva para criticar a Y, o que el elogio sea lo suficientemente malvado como para ser un crítica encubierta: a Borges, Bioy, Groussac, les salía muy bien.
A Gallardo lo postergaron los DT. Passarella, en el 98 lo puso con Croacia y un rato con Inglaterra y nunca más, creo recordar que el Muñeco le rechazó una indicación, pero puede haber sido humo periodístico de entonces. Bielsa no lo puso ni un minuto en el 2002, cuando Gallardo estaba en el mejor momento de su carrera, en Francia: Bielsa es el DT ideal de la gente a la que el fútbol no le gusta, se creen que porque el personaje es moralmente irreprochable, automáticamente es incapaz de error en materias futbolísticas. Y así nos perdimos, tal vez, sus mejores momentos. Acuerdo con el comentarista que lo compara con Riquelme, el Muñeco un escaloncito apenas abajo.
En la presión, este River es passarelliano, pero passarelliano de 1990-94, no de 2006-2007: ahí a muchos les juega la edad en contra, no vieron a ese equipo y no saben de lo que digo. Pero en eso era muy parecido. Y en el ataque se parece al de 1996-97, sobre todo por el peso de los dos volantes laterales, antaño los entonces subvalorados Berti y Monserrat, hoy Varsky escribió acerca de eso y tiene razón.

Ricardo dijo...

Me encanta coincidir con el espíritu del.post, con los conceptos justicieros sobre Ramón Díaz y con estas loas a los primeros partidos del River de Pep Gallardiola.

Ah, también estoy disfrutando más estos partidos que el campeonato conseguido. Pero vamos paso a pas... Ups! Eso no es callar sobre lo que nos desagrada. Perdón.

Saludos.

Anónimo dijo...

Adhiero a los comentarios anteriores, me encanta este River y creo que a Gallardo lo ensuciaron un par de hechos poco felices, pero siempre fue un gran 10.

Por otro lado, ser DT no es sólo táctica y poner jugadores en la cancha, sino también manejar el grupo humano. En ese sentido, hay que ver cómo se las ingenia cuando Cavenaghi esté para volver a jugar, porque claramente en este esquema no tiene mucho lugar. Toco madera y espero pueda manejar el tema.

Saludos.
José.

Bielsa y los eunucos dijo...

Nunca van a entender a Bielsa porque no les da la cabeza para entender algo por fuera del menottismo clásico: "el 10", "el 11", "el 9". Todos conceptos atrasadísimos de un fútbol para damas.

Y Bielsa es tan fuerte en la parte moral y ética precisamente porque estamos en un país de miserables y chantas. Que le haya ido tan mal en 2002 nos engrandece a los que lo admiramos porque demuestra que no somos exitistas.

El corvino y sus fans son menottistas, riquelmeanos, cappistas, cortazarianos; un espanto, bah. Igual los sigo leyendo.

Anónimo dijo...

El último comentario me hace acordar a los fanas que se enojan con los que escuchan los hits de "su" banda porque no saben apreciarla. Saben tanto de fútbol que defienden el fracaso porque los hace parecer superiores. Son peores que los que se obsesionan con las boludeces del Diego. Comprate una vida, mostro

Anónimo dijo...

Siempre con el fracaso y el antifútbol, nunca con el consenso.

No todo se compra, no todo se vende.

Corvino dijo...

Anónimo 3: Una cosa es escribir "Maradona es un chancho asqueroso que no puede correr" y otra escribir viaje al fin de la noche o literatura nazi en América.

Saludos.

Anónimo dijo...

Guillermo Farré

Si a los poetas hay que recordarlos por sus mejores versos
A los jugadores hay que recordarlos
por sus mejores goles
sobre todo los inolvidables
los que nunca borran
nunca nunca nunca

Anónimo dijo...

Genial. Sencillamente genial, Corvino.

Gracias,
Saludos Gallinas.

Polkiani.

Anónimo dijo...

Es el rojo de tu sangre el que llevo aquí en mis venas,
es el blanco de tu alma que quitó todas mis penas,
fútbol, tardes y alegrías,
gorros, bombos y banderas
y la franja acá en mi pecho que
será mi etenrno emblema.
Sos la razón de mi vida, mi religión y mi fé,
por tantas tardes gloriosas
muchas gracias river plate.

zippo

Anónimo dijo...

fé, qué animal.

Zippo.

Esteban dijo...

es increible tu anti-Ramonismo, al riojano no lo podés ni ver, ja. Incluso hasta lo dejás en claro implicitamente diciendo que el equipo cambió cuando salió Ferreyra (un amigo de Ramón) y entró Kranevitter, como si jugaran en la misma posición. ahi el que verdaderamente hacía daño era Ponzio, pero ni lo mencionás. también me sorprende la mención al Banfield de Almeyda, que jugó de un gran modo en la B y ahora, en Primera, pierde con todos los equipos. De cualquier manera, una vez mencionadas mis diferencias en ese tema, sólo me queda ensalzar tu gran post. Estoy muy contento con este River. Obviamente si el equipo no viniera de salir campeón y con la confianza por las nubes, quizás también costaría bastante más esta idea de juego. Espero que sigamos así, pero la verdad lo que corren estos muchachos da miedo, no hay recambio y encima jugamos cada tres días. Eso es lo único que no me deja ilusionarme al 100% de que podamos ganar todo. Ojalá mis miedos sean infundados y no pase nada, pero no puedo dejar de mencionarlo.

Saludos, Corvino, no es tan malo Ramón, che.

Que loco que está dijo...

Kranevitter parece condenado a la gloria


me acuerdo al año pasado cuando te burlabas de él solo porque no podías pronunciar su apellido

Anónimo dijo...

Yo no quiero callar que Sabella es un cagón.... (?)

Billy dijo...

algún día vas a poder hacer un libro sobre River

Anónimo dijo...

Y se va a vender junto al disco de Copani...

Anónimo dijo...

A River no lo he visto así que sólo diré que los dos primeros párrafos son geniales. Y creo que actualmente en las redes sociales somos testigos del resentimiento ajeno. De Maradona no importa como juega sino sus declaraciones. De García no importa clics modernos sino sus problemas de salud. De Ortega no importan sus gambetas sino el cabezazo con Holanda. Si son exitosos y admirados los tengo que bardear para sentirme superior a ellos parece el lema.