lunes, 29 de septiembre de 2014

Thom Yorke


Hace poco vi una película que se llama The Zero Theorem. Es de Terry Gilliam y entre tanta distopía minimalista y edulcorada, recupera un poco el espíritu anacrónico de la ciencia ficción ochentosa, con sus imaginarios barrocos, saturados de colores y espectacularidad sin sentido. La película es un tanto ininteligible y desmesurada, pero Gilliam tiene un corazón tan grande que suple los aparentes errores con emoción. El tema que atraviesa todo la película y suena en las escenas más sentimentales y cursis es "Creep", pero cantada por Karen Souza en una versión jazzera e inofensiva, para escuchar tomándose un martini mirando el horizonte a través de un gran ventanal en un hotel de Punta del Este. La cuestión es que "Creep" es una canción tan genial que resiste cualquier versión y durante unos cuantos días estuve escuchando el cover de Karen Souza como si hubiese descubierto la pólvora. Con los años nos enteramos de dos cosas:

1) Que "Creep" es un plagio brutal de un tema de The Hollies.
2) Que si la canción es buena importa un carajo que sea un plagio brutal.

No sé cuándo escuché "Creep" por primera vez, probablemente lo haya hecho sin saber que era un tema de Radiohead, pero sí recuerdo mi historia con Radiohead.

Hay bandas que te gustan, pero de las que uno jamás lee una entrevista o escucha todos los discos. Hay otras bandas con las que uno tiene un noviazgo. Y otras bandas con las que uno directamente se va a convivir y se casa. Bueno, Radiohead es de esas bandas con las que yo conviví y me casé. Y me divorcié.

Mi hermana me lleva cuatro años así que cuando consiguió su primer trabajo (supongo que fue en el 98 o 99) y tuvo su primer sueldo me preguntó qué quería que me regalara. Mi respuesta fue automática. Así que fuimos a Musimundo y me compré Ok Computer en cassette. Creo que estuve un año entero escuchando Ok Computer todo el tiempo. Uno suele exagerar sobre estas cuestiones, pero estoy siendo honesto. Me lo llevaba a todos lados en un viejo walkman negro, de esos a los que se les empezaba a salir la pintura y quedaban gris metalizado. Me afané un diccionario Inglés-Español de la casa de mi abuelo y me traduje las letras en un cuaderno. Como las de Google, mi traducción fue literal y absurda, propia de una máquina. Pero creo que ese desastre idiomático fortaleció mi amor por la banda: ahora ya no sólo hacían música rara, sino que tenían letras aún más raras. Y en la adolescencia la ecuación es muy simple:

Letras raras = Poesía

Cuanto menos se entiende, mejor.

Ese cassette de Ok Computer era lo único que me relacionaba con un mundo alternativo al que quería pertenecer pero que en mi condición de desclasado absoluto de las tribus urbanas me era totalmente inalcanzable. Yo quería vestirme con ropas de Feria Americana, pero no sabía en qué dirección quedaban. Yo quería ser novio de una alterna con pelo rojo y mochila enchastrada de liquid paper, pero no me daban ni la hora. Yo quería fumar porro, pero no sabía quién tenía. Escuchaba en televisión especialistas que afirmaban que vendían drogas en la puerta de todos los colegios. Yo emergía del enorme portón graffiteado del Industrial y pensaba: "¿dónde mierda están todos esos dealers?: corrómpanme, ofrézcanme, arruínenme la vida, hijos de putas”.  

Cuando repaso el paisaje de rockeros noventosos y anglosajones que sintonizaba en MTV entiendo perfectamente por qué elegí a Thom Yorke. Recuerdo al boludo simpático de Anthony Kiedis, mostrando sus abdominales abajo del puente y más que una estrella de rock parecía un fucking Personal Trainer. Recuerdo a los hermanos Gallagher, nac and pop en Inglaterra, con el adn beatle incrustado en cada melodía, pero que traducidos al realismo argentino eran dos conchetitos arrogantes a los que su papi les prestaba el auto los sábados a la noche. Recuerdo escuchar a Blur y desear que Graham Coxon (el otro Frusciante) se emancipara y mandara a la mierda a Damon Albarn. Recuerdo que por la época de Urban Hymns deseaba caminar por la calle y empujar a todos los que se me cruzaran. Recuerdo a Kurt Cobain, el mártir de la generación X, a millones de años luz de todos por genio y hermoso. Recuerdo a Marilyn Manson, con su mambo diabólico y sus tetas postizas, alguien a quien con los años aprendimos a valorar en su justa medida, pero que resultaba demasiado freak, al punto de que te podían cagar a palos en el Industrial si decías que te gustaba. Recuerdo los one hit wonders de New Radicals y Sugar Ray. Recuerdo el odio que sentía por Kid Rock, Korn y Limp Bizkit. Recuerdo el erotismo gélido que transmitían las cantantes de Garbage y Cardigans.

La única opción posible, entonces, era Thom Yorke. Yo miraba a Yorke y pensaba que ese tipo nunca me iba a defraudar. Sin exagerar, podemos suponer que Thom Yorke no se garchó a una groupie hasta la gira de The Bends por lo menos. Así de perfecto era el tipo. En Ok Computer llega a la cima de su fealdad: el pelo desgreñado que parecía intentar disimular una calvicie prematura, el ojo orbitando en el espacio exterior, sus gestos de fastidio y angustia ante el menor inconveniente, sus movimientos convulsivos, de epiléptico que la pasa mal pero se niega a tomar la medicación correspondiente porque se niega a ser un esclavo del negocio de la farmacología. Así de retorcido podía parecer Thom Yorke. Encima en sus videos viajaba en un carrito de supermercado o ahogaba su rostro en una pecera. “Frank”, el freak de la nueva película rockera que marcará a una generación: un poroto. Si se hubiese hecho una votación interplanetaria para elegir al representante de los perdedores, el ganador habría sido Thom Yorke. Y estamos hablando de una época en la que todavía no se había resignificado del todo el concepto de loser. Aunque sea no en mi barrio.

El tiempo pasó y Thom Yorke fue cambiando. Abandonó el rock pop progresivo de fin de Siglo y se sumergió en el mundo de los loops y las secuencias programadas (algo que en un principio fue inevitable y que con los años ya parece un tanto monótono). Le creció un pelo lacio y rubio, se le acomodó el ojo, se puso un sombrerito que sólo puede usar él, dejó el baile torturado de los adultos a los que les hicieron bullying en la infancia y se entregó al maravilloso mundo de la danza contemporánea, que consiste en bailar como un trastornado pero planearlo de antemano. El colmo fue cuando, en determinado punto, Thom Yorke, el paradigma más legendario de los perdedores horribles de este mundo, pasó a ser sexy. Más que de Thom Yorke, esto habla de la forma en que todo puede ser arruinado por el canon estético hipster del nuevo milenio.

Conclusión 1: si no hay distancia entre lo que alguna vez fue y lo que se convirtió, no es rock.

Conclusión 2: si no sabés por qué ocurrió algo, echale la culpa a los histper.

Algunos intentaron encontrarle un secreto biológico al rock y dijeron que la causa de tanta devoción reside en que su ritmo emula los latidos del corazón de nuestra madre, el beat sostenido que escuchamos mientras somos fetos y pernoctamos en el vientre, convencidos de que estamos nadando por la inmensidad del océano. Desde ese punto de vista, tal vez, la distancia que me generan los últimos trabajos de Thom Yorke  tenga que ver con el hecho de que el ritmo ya no obedece a esa regresión maternal que supone el rock, sino al loop esquizofrénico de la electrónica intelectual, ese tipo de música que se regodea en parecer diseñada por computadoras, cuya percusión ya no se puede seguir con el pie y que, sumado a cierta dictadura de los climas, requiere un nivel de abstracción superior que deja afuera de su espectro de oyentes a quienes estamos acostumbrados a escuchar rock más convencional y clásico. En fin, como diría un flamante campeón de la Libertadores: “la vanguardia nos resultó intolerable/ hacía mucho calor…”.

Teniendo en cuenta que Thom Yorke es el mismo tipo que le dio la espalda al éxito y asustó a todos con Kid A, no sería impensado un volantazo en los próximos años, lo que implicaría un disco con canciones y guitarras y estribillos y ese tipo de elecciones artísticas que ya pasaron de moda (del mismo modo que ya habían pasado cuando se editó Pablo Honey). Muchos fans se ilusionan con Tomorrow's Modern Boxes porque creen que Yorke ya hizo su catarsis experimental y entonces lo próximo de la banda puede sonar más a Radiohead y no a disco solista de Yorke. Yo no sé si las cosas son tan sencillas.

Del mismo modo que el indie dejó de ser una postura ética y se convirtió en una estética previsible (sólo hace falta ver I-Sat a cualquier hora del día), daría la impresión de que la revolución dejó de ser musical y se trasladó al modo en que se distribuyen los discos: a través de BitTorrent o iTunes o una paloma mensajera. Mientras tanto, siempre que Radiohead, Atoms for Peace o Yorke en solitario sacan algo nuevo, lo escucho. Sé que hay muchas probabilidades de que no me guste, pero nunca pierdo la esperanza.


20 comentarios:

hernan dijo...

Cuando salió "The eraser" se dijo que a Radiohead volvían las guitarras. Algo de eso hubo, aunque a mí me gustó mucho más "In rainbows" que "Hail to the thief". Yo no creo que haya otro motivo que el aburrimiento. No pienso en cambios meditados ni en estrategias de ningún tipo. Al tipo no le gusta hacer siempre lo mismo y tiene chiches a mano para probar. A veces le salen cosas buenas. Estaba por escribir que igual de entrada me entusiasmaba la idea de otro disco, pero me doy cuenta que bajé el álbum, y que en orden de prioridades quedó detrás de unos cuantos otros discos. Cuando lo escuche vuelvo al post.

Billy dijo...

divorcio de Radiohead! eso es lo que paso! (yo soy resentido para los cortes y al ultimo disco ni lo escuché)

me consuela pensar que en la soledad de su hogar Thom cada tanto debe manotear una criolla o un piano. y la debe romper.

Pedro dijo...

Los discos de thom yorke sin radiohead, incluyendo este último, siempre fueron flojones. Siento que thom york los saca para decir "miren el mambo que estoy pegando" y hacer amigos. Radiohead como grupo sigue siendo excelente sin atenuantes, o con el atenuante de que ya sabemos que son excelentes y entonces los odiamos por previsiblemente exitosos, o por haberse quedado en "grandes músicos" en vez de prender fuego la onu o algo así. El último disco fue muy bueno y fija que el próximo es mejor.

Mánuel López dijo...

Yorke se da un gusto y lo distribuye gratis. Y chau.

Me resultó más agradable The Eraser.

Pienso que el mejor disco de Radiohead es OK COMPUTER.

Todos esperamos algo de alguien. Es una cagada, pero es así.

Salud!

Negroperro dijo...

Veamos, que sea o no rock. Musicalmente ya no...desde Ok Computer. Me remito al sobre interno, o solapa si tenias un casette, de Yendo de la cama al living, la cual, y en palabras de Pete Townshend definia al rock como pura actitud de rebeldia (no quiero buscar la cita exacta, estoy viejo y algo vago).
Y eso es lo que le queda a Yorke. Actitud y animo quijotesco en su eterna lucha contra los dueños de la musica. Antes le pedian un sucesor de Ok, les dio KidA/Amnesiac. Luego querian estafarlo con las regalias de sus discos, regalo In Rainbows al que pudiese pagarlo. Spotify y demases te esquilman y te dan 2 mangos por streaming, publica TMB por BitTorrent a precio modico. Rebel yell ( again).
Y luego estan sus bits, sus loops, sus cables y con eso a veces aburre y otras...ah otras veces te regala Guess Again !( por Dios cuando Four Tet o Burial remixen esto ) Interference o Nose grows some...hay que ser un genio para seguir escribiendo canciones tan bellas despues de tanto tiempo, de tanta agua, de tanto hipster malhumorado, de tanta mediocridad a caballo de una selfie.
Una ultima consideracion. Este disco viene de regalo mientras ensayan y graban Lp9.
Mas no se puede pedir.
Sayonara.
(again).

Anónimo dijo...

Hola,

En esa época me caía inmensamente simpático Jarvis Cocker. Pero después hubo Jarvis Cocker por cualquier lado, todos eran Jarvis. Todo pose, todos rockstars, artistas. Hoy la rebeldía es ser tornero y tener un pibe y ser fiel.
Todas las bandas me terminaron aburriendo, todas. Excepto Calamaro, Fito y los Decadentes, seguramente responda a algo.

Saludos,

Matías-

Pablo Di Iorio dijo...

blasfemo!

Leandro dijo...

Radiohead admitio "la inspiración" en el tema de los Hollies. Tal es así, que llegaron a un acuerdo y 1/3 de las regalías del tema van para Hammond.

Don dijo...

Nos encanta el contexto.

Quizás Kiedis saca pecho y abs porque es un producto de Los Angeles, el surf, la merca, la playa. De la misma manera que Kurt Cobain se vestía como si estuviera en un sótano permanente, o en un living a perpetuo, cercado por la lluvia de Seattle.

Que le vamos a hacer. Si Yorke hubiera nacido en LA, quizás nadaría en el estrecho océano del folk fronterizo, esperando que Robert Rodríguez lo plagie a él y meta sus riffs en malas películas plagadas de escenas olvidables. Quién sabe.

Anónimo dijo...

Armónica y melódicamente, las canciones de The Eraser y Amok son extraordinarias... claro que ello se aprecia mucho más en las versiones en vivo (recomiendo un vistazo del recital que dio Atoms For Peace en el Austin City Limits disponible en YouTube)en donde la instrumentación es otra y se las aborda desde otra perspectiva sonora, más 'humana y emocional' si se quiere, esa emoción y esa humanidad que muchos dan por perdidas en lo que llamaste una 'catarsis experimental'.
Mucho cuidado con caer en la famosa dicotomía de la prensa, aquella que puede delimitar con claridad lo que es rock y lo que no es rock (más atendiendo a una muy discutida <>).
En fin, la música está cambiando, no sólo en su proceso de distribución, también en su producción y ejecución, y Thom Yorke y su séquito (no dejemos de otorgarle créditos al cráneo de Godrich) dan muestras de ello, no sólo en las estrategias de venta, sino también en eso que -quiza muchos olvidemos por atender a esas cuestiones- se llama música.

Buen escrito, justamente porque llama a la discusión y no al mero consenso.

Saludos.

Martín Sanes. Cap. Fed.

Anónimo dijo...

atendiendo a una muy discutida 'regresión maternal' (parte de la edición de mi comentario)

Martín Sanes. Cap. Fed.

Anónimo dijo...

King of Limbs es el mejor disco de Radiohead para mi, seguido por OK y Kid A. Los discos solistas o de Atoms for Peace me suenan demasiado calculados, les falta tripa. Pero todo lo que haga Tom Yorke merece ser escuchado.

Anónimo dijo...

"voy a morir de viejo
no voy a estar zarpado no,
no tengo nada que ver con tu idea de rock"

Wepa dijo...

Yo tambien quería vestirme con ropas de Feria Americana y las alternas me enamoraban con su rebeldia proactiva.

Despues entendi que toda esa atraccion venia de su inmadurez. Me cago en todo y soy fluorescente.

Despues de In Rainbows no podian crear nada superior, pero creo que si decidieron dedicarse a ese estilo manipulado por delays y loops, dentro de ese estilo hacen buena musica. Sueño con el día en que vuelvan a las explosiones como con Just o My iron lung.

Saludos!

Emiliano dijo...

Buen artículo.
No comparto como tratás la última etapa de Yorke.
Como vos decís el tiempo pasó y Thom Yorke creció.
Nosotros tambien crecimos como oyentes. Yo no quiero escuchar un disco noventero como Ok Computer que salga mañana. Quiero la música de pasado mañana.
Si para hacer esa música se necesitan máquinas, guitarras o no, no es mi problema. Si entra o no en la categoría de Rock tampoco me preocupa porque esos límites son bastante débiles.
Yo quiero dirección acompañada de solidez.
Me gustan las huellas que fue dejando Yorke durante toda su carrera y quiero que las siga dejando.
No creo que TMB sea un gran disco. The eraser y AMOK si son grandes discos con canciones muy redondas, sólo que con otros timbres a los que usa Radiohead.
In Rainbows es rockero, brilloso, cancionero. mientras que King of Limbs es hijo de los loops, el sonido opaco, la textura como resultado de la superposición. es antagónico a In rainbows y creo que su nuevo disco será antagónico a King of Limbs.
Soy obsecuente con Radiohead, lo admito. Pero es que veo en ellos una dirección creativa que siempre crece, tal como hicieron los beatles disco a disco.

Corvino dijo...

Yo no le pido nada a Thom Yorke ni a Radiohead, yo sólo pido la vuelta de mi adolescencia, esa era la idea del texto, escrito como un cuentito y probablemente muy mal escrito para que casi nadie lo entienda. A mí me encantan Radiohead y Thom Yorke. Saludos a todos.

Anónimo dijo...

Bravo x el texxxto. Yo soy muy del "déjalo cambiar". Vlt.

Anónimo dijo...

Bravo x el texxxto. Yo soy muy del "déjalo cambiar". Vlt.

Centrofovar dijo...

Yo también quise pertenecer, garcharme a una alterna, ir a La Negra o a Superclub, pero me equivoqué de vida. Eso sí, fui al festival Alternativo y ví en la misma tarde a Nick Cave, a Love and Rockets y a unos Soda portando una cara de orto que daba miedo.

Sigo casado con Radiohead, aunque nos llevamos a las patadas; cuando las revisito, sigo llorando con fotografías viejas, sigo pensando que su concierto en el Ciudad fue el mejor que vi, y también disfruto con los buenos momentos de nuestra madurez: In Rainbows me parece una obra maestra y facturada de taquito.

Ahora, "Limbs" y la obra solitaria o con otra gente de Yorke hizo que nos pidiéramos "un tiempito". Pero quién nos quita lo bailado.

Salu2

roky k dijo...

Corvino, yo la re cazé. Pero no quise decir nada hasta hoy.