martes, 14 de octubre de 2014

Yo quería escribir sobre Jake Bugg pero evidentemente escribí sobre Mark Ruffalo


Hay algo genial de las mujeres: no siguen los cánones básicos de belleza occidental. Las mujeres ven más allá, pueden hacer de un gordo sucio, un bohemio interesante, de un flaco desgarbado, un modelo europeo en potencia, de una paparulo con cara de nada, un seductor con mirada enigmática. Gracias a este evidente desperfecto en la percepción femenina muchos de nosotros llegamos a tener novia. Los hombres, en cambio, vamos a lo obvio. Casi todos nuestros símbolos sexuales tienen alguna característica destacada e implacable: o tetas enormes o un culo perfecto o piernas cada vez más largas o todo eso junto. No hay sutileza, no hay una extraordinaria gambeta que eluda la convención social y descubra ese atributo secreto que convierte a una persona común y corriente en un paradigma de la sensualidad. Más bien todo lo contrario. 

Uno de los últimos inventos de la percepción femenina es Mark Ruffalo. ¿Qué ven las mujeres en Mark Ruffalo? Seguramente ellas lo sabrán más que yo, pero en la era en que las mujeres (o, mejor dicho, ciertas mujeres: no creo que suceda lo mismo en todos los barrio) alcanzan un estatus social que las hace sentirse súper poderosas y mantener una conducta sexual antiguamente asociada al hombre, a simple vista y a diferencia del varón sensible del Siglo XXI (inseguro, histérico, narcisista, metrosexual), Mark representa cierto estereotipo que lo convierte en el chongo ideal: cuarentón, experimentado, gracioso, tierno y no sigo con la enumeración porque creo que me estoy enamorando yo. Lo mejor de todo es que un hombre ve a Mark y no ve a Brad Pitt o a Robert Pattinson, no ve un rival, sino más bien a un par, un tipo con quien puede hablar sobre Maradona y Messi, tomar cervezas y que probablemente cuando ya haya tomado tres se tire pedos paródicos y termine a las piñas con uno que pasaba y lo miró mal.

La cuestión es que con el antecedente reciente de ir al cine a ver Lucy sólo porque estaba Scarlett Johansson, quise caerle mejor a mi novia y bajé Begin Again (en castellano ¿Puede una canción de amor salvar tu vida?), una película, justamente, con Mark Ruffalo. En fin, con todos esos preconceptos sobre Mark Ruffalo en la cabeza me preparé para soportar un insufrible melodrama de estética indie hollywoodense. Y me encontré con una película en varios aspectos luminosa y llena de gracia, que ya desde el principio te saca una semisonrisa y finalmente te encadena a su show hasta que finalmente terminás creyendo que el amor existe, la bondad salvará a la Humanidad, la música es el tesoro más preciado y los sueños pueden volverse realidad. Todo sin una mínima pátina de incisivo sarcasmo ni ingeniosa ironía ni rebuscado cinismo ni cualquiera de esas tendencias que hacen que todo sea más entretenido, es cierto, pero al mismo tiempo más hueco, más artificial y carente de sentido. Keira Knightley (Gretta) es una cantautora recientemente abandonada por su novio (una estrella de rock interpretada por el cantante de Maroon 5) que es fichada por el ojo sagaz de Dan, un productor musical en bancarrota (emocional, laboral, familiar), sí, adivinaron, nuestro nuevo mejor amigo Mark Ruffalo.

La película empieza muy floja e impersonal. El espectador se acostumbra a ese estilo moroso y deliberadamente aburrido y después recibe el impacto de la escena que justifica toda la película. Gretta es empujada a cantar sobre el escenario de un barcito. Se trata de un temita folk similar a otros miles. Mientras ella canta (tímida, antipática, sin soltarse) el resto de la audiencia habla en voz alta y es completamente indiferente. Hasta ahí vimos la situación centrados en Gretta y todo es bastante lúgubre. Pero el director John Carney (que ya había hecho una película muy parecida llamada Once) hace un movimiento tan efectivo como brillante: de pronto la escena se detiene y vemos el día de Dan, la desastrosa relación con su hija adolescente (que se viste como Jodie Foster en Taxi Driver), la desastrosa relación con su ex, la desastrosa relación con su productora (de la que lo echan por no haber conseguido un éxito en años). Dan está completamente borracho y perdido, deambula por el subte y se mete en el barcito justo cuando Gretta empieza a cantar. Y lo que sucede es fantástico, "A Step You Can't Take Back", el mismo temita escuálido (que oído fuera del contexto de la película sigue siendo igual de escuálido) desde la perspectiva de Dan es un hit instantáneo ya que a medida que avanza, el tipo imagina cómo sería si lo produjera él. Y empieza a añadir instrumentos y arreglos que te hacen pensar que estás ante "Like a Rolling Stone" o glorias de ese tipo. Se trata de una escena tan cursi, que busca en forma tan lineal la vibración y la empatía del espectador que su logro está basado en la honestidad, en que te están dando un caramelo de dulce de leche empalagoso pero que en el envoltorio dice que vayas a comprar insulina porque sos diabético automáticamente y de por vida.

Después de eso no sé muy bien qué pasa en la película, Keira Knightley hace sus caras entrañables, Mark Ruffalo dice y hace lo que quieren escuchar y ver las chicas, hay muchas canciones agradables e inofensivas, pero ya no importa, ya esa escena te hizo creer en algo y no importa más nada.

Y eso es tal vez lo único bueno de tener prejuicios, que te fallen. Porque escuchar un disco de Bob Dylan, ver una película de Cronenberg o leer un libro de Borges para quienes somos fans de Dylan, Cronenberg y Borges es una sensación muy placentera pero sentir cómo las mierdas que tenés atoradas en el cerebro desaparecen y de un segundo a otro podés disfrutar con naturalidad de algo que originalmente te parecía una bosta, eso es casi lo máximo.

Yo quería escribir sobre Jake Bugg pero evidentemente no voy a escribir sobre Jake Bugg. Quiero aclarar que en mi cerebro todo funcionaba a la perfección, era como Mark Ruffalo produciendo en su mente el tema de Keira Knightley: imaginé la introducción sobre los gustos heterodoxos de las mujeres (un par de líneas), una síntesis de la película (muy breve, evidentemente no algo que duraba varios párrafos y se convertía en una reseña de la película y más que de la película de una escena específica de la película), la conclusión sobre los prejuicios y ahí sí un repaso minucioso sobre mis prejuicios con respecto a Jake Bugg y cómo al escuchar los primeros tres temas de su primer disco (que hace dos años vengo descartando sin miramientos) esos mismos prejuicios desaparecieron. Pero ahora ya es muy tarde y nadie quiere leer algo sobre Jake Bugg, de hecho creo que mis prejuicios sobre Jake Bugg acaban de volver, qué suerte que no escribí sobre Jake Bugg, ¿no?

14 comentarios:

Billy dijo...

hijo de puta, me vas a hacer ver un película con el cantante de Maroon 5.

Corvino dijo...

Me olvidé de decir que actúa muy bien.

Grazioli G dijo...

Me sorprende la belleza de este tipo

Anónimo dijo...

Dicen que si decís tres veces "novia" en un post, se te cae el pito y se lo lleva la afip

Anónimo dijo...

se lo tenés que ir a pedir a Bob Dylan. La escena parece una publicidad de toallitas descartables corvi. saludos

Corvino dijo...

Les hablé con el corazón y me contestaron con el cerebro. Les pedí un 4 y me trajeron un pomelo. Etc.

Anónimo dijo...

suscribo! "se lo tenés que ir a pedir a Bob Dylan. La escena parece una publicidad de toallitas descartables "

Las caritas de los piratas del caribe y demas bodrios!!!

lo que hace una carita!
saludos

Pedro dijo...

Jake bugg es cualquiera

Emiliano dijo...

Me faltó información sobre la peli de Scarlett. Mi interés es verla y tratar de quedar como un pajero lo menos posible frente a mi novia.

Gabriel Nombre dijo...

"me preparé para soportar un insufrible melodrama de estética indie hollywoodense. Y me encontré con una película en varios aspectos luminosa y llena de gracia, que ya desde el principio te saca una semisonrisa y finalmente te encadena a su show hasta que finalmente terminás creyendo que el amor existe, la bondad salvará a la Humanidad, la música es el tesoro más preciado y los sueños pueden volverse realidad"

Pero Corvino, en todas tus reseñas de películas independientes por el estilo siempre te preparás para soportar un insufrible melodrama de estética indie hollywoodense y te encontrás con una película en varios aspectos luminosa y llena de gracia, que ya desde el principio te saca una semisonrisa y finalmente te encadena a su show hasta que finalmente terminás creyendo que el amor existe, la bondad salvará a la Humanidad, la música es el tesoro más preciado y los sueños pueden volverse realidad!

Y como las demás, muy buena esta reseña, y muy bueno el comentario sobre los prejuicios.

Ah, la mujer indie que canta en bares donde nadie la escucha (https://www.youtube.com/watch?v=vcLmDTMaQDU) pero que luego mágicamente adquiere tintes épico-mágicos-sexuales gracias al apoyo/percepción de su neurótico loser enamorado (
https://www.youtube.com/watch?v=9FAV3zr1PMk)! Qué serían las comedias románticas bohemias sin ellas. Uno hasta se terminaría enamorando de minas que existen, con defectos que las hacen defectuosas en vez de irónicamente idealizables.

Rodrigo dijo...

Jake Bugg me parece un artista interesante. No creo que Ruffalo Bill (?) califique como tipo seductor no fachero. Creo que su personalidad seduce a las minas, en buena medida, porque no es un tipo fulero.

Mi comentario parece propio de un trolazo con carnet, pero es lo que siento (?)

Anónimo dijo...

Mi mujer todavia me putea por haber visto soñar soñar despues de leer un post tuyo. Creo que esta apuesta indie garpa más.

Anónimo dijo...

Escúchame entre el ruido, corvino. Mamita los comentarios, todos estamos de vuelta, no sé de qué carajo. Muy buena la reflexión sobre los prejuicios

spider_pc dijo...

Che pero creo que no hace falta ver la película, el trailer dice lo mismo, y el resto lo cuenta il corvino.

Voy a esperar tu comentario de Avengers 2, solo para ver que decís de tus dos amores Mark y Scarlett.