miércoles, 18 de marzo de 2015

Pasado, presente y futuro de River Plate


Me fui a la mierda con el título, pero en fin. 

Antes de decir algo, habría que explicar que el declive de River no empezó en el verano con la goleada 0-5 contra Boca (significativa pero absolutamente exagerada por los medios: ¿desde cuándo un Torneo de Verano tiene importancia?) ¡sino a mediados del semestre pasado!, cuando se lesionó Kranevitter, se empezó a empatar (tres partidos consecutivos: Boca, Arsenal, Lanús) y el equipo perdió el juego colectivo, abastecido en base a la presión ofensiva y la efectividad en los pases de sus jugadores. A partir de ahí River fue contundente, pero dejó de brillar y aplastar a los rivales (algo que, francamente, no es muy posible de sostener en el tiempo). El logro en la Copa Sudamericana (y especialmente la eliminación en las semifinales a Boca) barrieron debajo de la alfombra el bajón y otro problema inquietante: el abuso de juego brusco. Por momentos, aun ganando, el equipo pareció desequilibrado y confundió templanza con violencia. Las amarillas y las rojas llegaron a su cenit en el famoso 0-5. De hecho tal vez lo único positivo de este comienzo de campeonato local y Libertadores es que River volvió a la senda del juego limpio. 

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Con una racionalidad inquietante para el hincha ansioso D’Onofrio reemplazó los “jugadores falopa”, expresión acuñada por Passarella que tuvo su auge en la era Aguilar (Robert Flores, San Martín, Salcedo, Paniagua) por la austeridad era Francisco I: para este semestre sólo vinieron Mayada y Martínez. En el anterior se había aplicado la misma política: Chiarini y Pisculichi, más los regresos de Sánchez y Mora que resultaron refuerzos de jerarquía (Ramón Díaz les había bajado el pulgar). Cirigliano, un número cinco auspicioso, fundamental en el Torneo de Ascenso, no fue tenido en cuenta.    

Aimar, el crack veterano que ostenta el orgullo de ser el ídolo de Messi, el jugador que salvo contadas ocasiones (River, Valencia, un poco en Benfica), nunca fue aprovechado plenamente por ninguno de los equipos en los que jugó (por lesiones, por irregularidad en el rendimiento), fue una apuesta arriesgada que por ahora no salió del todo bien: se pensaba que podía jugar la Libertadores pero cuando estaba a punto de recuperarse volvió a entrar al quirófano. De todas maneras su ausencia no explica ni un dos por ciento de la situación de River, que en ese puesto cuenta con Pisculichi, el mencionado Martínez y el de las inferiores, Tomás.  

El ex jugador de Huracán estuvo a punto de llegar al plantel el semestre pasado pero la operación no pudo llevarse a cabo. Era uno de los objetivos de Gallardo y por ahora es el mejor jugador del equipo. Aunque sus apariciones fueron esporádicas (no es titular y encima se lesionó), mostró un nivel superior al resto. Rápido, de una gambeta productiva (va hacia adelante) y con un buen panorama para hacer pases entre líneas (es un gran “asistidor”), se ganó el cariño del hincha con muy poco. Por ahora suele diluirse en los segundos tiempos, aunque tal vez se deba al poco rodaje. Mayada, el tercer uruguayo del plantel, todavía es una incógnita. Aunque tuvo varios momentos brillantes, especialmente con sus arranques por derecha pegado a la línea, en los que empieza de marcador de punta y termina de wing derecho, a veces se lo nota demasiado desprolijo en la resolución de las jugadas y carente de marca, aunque este último más que un defecto de él, es un desperfecto del plantel, que no encuentra reemplazante para Mercado (Solari nunca dio resultado).         

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Si lo que se advierte es una pérdida notable de cohesión en el juego asociado de los delanteros y volantes ofensivos y una falta de coordinación alarmante en la defensa la razón quizás radique en el bajo nivel de muchos jugadores que el año pasado llegaron a rendir por encima de cualquier expectativa. No hay esplendor colectivo sin plenitud individual.  

Funes Mori, que había tenido una evolución sorprendente (lo que llevó a algunas exageraciones, como compararlo con Passarella) sufre una regresión considerable. Algunos consideran que estaría ingresando nuevamente en el útero. Rojas, un mediocampista que se había convertido en el corazón secreto del equipo, con su prolijidad en los pases y su alto sentido de la ubicación (tanto para cortar avances del rival como para crear juego), hoy es totalmente intrascendente. Kranevitter nunca recuperó el nivel de comienzos del campeonato pasado. En cuanto a Teo (uno de los más criticados): siempre fue así. Incluso en sus mejores partidos suele desaparecer durante largos tramos, en los que hace gala de su exasperante displicencia, que se convierte en calidad cuando las cosas le salen bien. Así se podría continuar con casi todos los jugadores con excepción de Sánchez y Mora: Pisculichi, Barovero, Maidana, Vangioni, Mercado.

Los pibes (Simeone, Driussi, Boyé, Solari, Tomás Martínez) todavía no han demostrado ese plus de frescura y atrevimiento que uno espera habitualmente de los más jóvenes. Cavenaghi obviamente no está pasando por su mejor momento: cae en off side continuamente, abusa del pase atrás, etc. A veces sus intervenciones parecen lentas y redundantes pero son acertadas: quiere darle un poco de perspectiva y respiración al equipo atolondrado. Su primer tiempo contra Unión fue muy bueno. En otras ocasiones confunde instinto goleador con egoísmo, pero eso le pasa a casi todos los delanteros del mundo.   

Chiarini y Urribarri son Chiarini y Urribarri.       

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Muchos se preguntan qué le pasa a River aunque tal vez mejor sería preguntarse qué le pasó el año pasado para jugar tan bien y destacarse en forma tan ostensible del resto de los equipos. Probablemente nunca se vuelvan a dar las condiciones para que el equipo brille, aunque sí es factible que se encuentre un equilibrio entre la efectividad ofensiva del principio y la sobriedad defensiva del final (me refiero al semestre pasado). El Campeonato es muy largo y todavía no se perdió ningún partido. De ganar mañana, increíblemente (por lo mal que está jugando), puede quedar segundo en el grupo de la Libertadores. Si ninguna de estas proyecciones optimistas suceden, bueno, hay cosas peores.


Por otro lado al periodismo (y al hincha en general) le conmueve el morbo de que los archienemigos siempre estén en condiciones totalmente opuestas. El año pasado River jugaba mejor y Boca empezó a renovarse con la llegada de Arruabarrena, sin embargo el análisis era que River se parecía al Barcelona y Boca a Juan Aurich. Hoy es al revés. Así es la vida, amigos. 

20 comentarios:

Emiliano dijo...

Muy bien Corvino. Toda la razón en cuanto a los rendimientos y salvando a Mora y Sánchez. Y me pregunto, no estarán tocados por la vara del bajo rendimiento por ser Uruguayos ? Una boludez mi incógnita.

Y de Gallardo que podemos decir ? Yo le adjudico responsabilidad en este presente. Un poco por la falta de presión por los refuerzos, como también por aferrarse a un esquema que viene fallando constantemente.


Saludos

Cine Braille dijo...

Sólo los que están adentro de River saben el por qué de lo que pasa, si es físico o si es que el cumplir un objetivo los relajó de más, o qué. (Seguramente o qué). Era un equipo más corto, que recuperaba la pelota muy arriba con todos los jugadores (no sólo con los defensores), que no la perdía en mitad de una jugada de ataque y quedaba mal parado en la contra rival, y cuyos defensores quedaban mano a mano unas pocas veces por partido, pero jamás contra tipos lanzados en velocidad y que hacían 30 metros con la pelota sin marca.
Creo que despertamos a Boca, bah lo despertó Racing en el verano, lo goleó y ahí se dieron cuenta de que así eran boleta de nuevo y trajeron medio equipo nuevo, en general todas muy buenas compras. Ahora a bancarse el Annus Mirabilis Bosteris.
Saludos

Anónimo dijo...

Para mi gallardo desaprovecha el 11 campeón del último año, me confunde el cambio de equipo constante. Una de las claves del año pasado fue que el 11 salía de memoria, es lo mejor que le puede pasar a un equipo. Ahora el equipo titular es el que va a jugar en cesped sintético con Juan Aurich, y por el torneo en el monumental van los pibes, mayada y balanta? no se entiende muñeco. Poné a los 11 del año pasado todo el tiempo y dejate de joder, mechá cuando te pidan salir!

Anónimo dijo...

Estimados: la mayor virtud de River es que no pierde. Por más ahogado que está, fijensé que nunca pierde. El peor resultado es el empate. Y en eso, todavía tiene algo de la vieja chispa que lo llevo a ser la genuflexión preferida del periodismo deportivo de casi todo el año pasado (cuando le festejaban cualquier cosa al plantel y le atribuían poderes místicos a Gallardo).

En fin, sinceremonossss: el River de Gallardo más que buen fútbol, fue un equipo certero. Te daba vuelta los partidos, pero sobre todo, hacía los goles en el momento justo. Salvo por sus raptos de buen fútbol (visto única y expresamente en las primeros partidos del campeonato local y la sudamericana del año pasado) después fue uno más de cualquier equipo que hemos visto campeón de algo. Repito: cualquiera de ellos.

Gallardo es un buen entrenador de fútbol pero paremos la moto: no es guardiola ni tiene ninguna idea revolucionaria de fútbol. Pasada su primavera técina se corrió el telón. ¿Y que había detrás? un equipo común y corriente que apela a cualquiera de los elementos que apelan todos y cada uno de los equipos de fútbol para ganar: juego fuerte, tiempo, buen manejo de la pelota parada, no complicarse nunca, salir jugando cuando se pueda y cuando no patearla a la mierda. Una columna vertebral definida con Barovero, Maidana, Piscu, Sanchez y Teo.

Comparando a los archirivales es cierto lo que nombrás dela paradoja. De hecho, este comienzo de los bosteros es -a mi criterio- a nivel resultado superior que el que tuvo River. Es verdad, no jugaron contra nadie, pero también es cierto que cuando River tuvo ese gran comienzo del año pasado jugó tres veces con Godoy Cruz y en el medio eliminó a Ferro por penales por la Copa Argentina.

En fin, muchachos. Ni Boca es ahora el Barsa, como tampoco River no lo fue hace seis meses.

Mariano Closs

Cine Braille dijo...

El River que gustaba arrancó con Rosario Central, sufriendo un rato, y después enhebró victorias lucidas con Godoy Cruz, Defensa y Justicia, San Lorenzo, Tigre, el partido de vuelta con Godoy Cruz por la Sudamericana, y el último chispazo a ese nivel fue el 4-1 a Independiente, el día en que se lesionó Kranevitter y empezó a cambiar el asunto. Ninguno era un gran rival: San Lorenzo estaba en la resaca de la Libertadores (la cual parece que todavía sigue) e Independiente es un cuadro muy raro, capaz de lo mejor y lo peor, y cuyo único común denominador es una defensa siempre horrible. Después hubo varias victorias gracias a contundencia ofensiva pero tomándose demasiados respiros, como Libertad de Paraguay, Rafaela, Belgrano o los sufridos partidos con Estudiantes. Así que ¿el actual es el River 2014 que bajó de nivel, o el de 2015 es el River normal? Es el cuento El Sueño de Chuang Tzu pero sin mariposas.
Saludos

Anónimo dijo...

Cine Braille acá el único mariposa sos vos.

Anónimo dijo...

jajajaja que amargo que sos gallina boluda

Cine Braille dijo...

Genial, anónimo de las 13:12, en ese comentario llegaste al punto más alto de tu vida, lástima que a partir de ahora sólo te quede decaer.

Anónimo dijo...

Que Gallardo y toda la dirigencia lloraran por que les tocó un grupo con un tal San José de Oruro y Juan Aurich como si fuera un grupo de la muerte, me parece que es toda una señal. El que la quiso ver, todo piola. El que no, es un logi.

No jodamo´, viste.O sea, juegan contra un equipo que se llama "Juan" ¿¿¿entendes???. JUAN! Muy bueh... Si les tocara el grupo que nos tocó a nosotros que hacen? Se suben al obelisco y se tiran de cabeza? Sao Pablo y Corinthians!! Hoolaa: Sao Pablo y Corinthians. ¿Entendes?

santiago segura dijo...

"Mayada, el tercer uruguayo del plantel, todavía es una incógnita. (...) A veces se lo nota demasiado desprolijo en la resolución de las jugadas y carente de marca".

Decime qué numero sale el lunes en la Quiniela nocturna...

hernan dijo...

Preparación física deficiente (jugadores que no llegan a los 90 minutos en Marzo! Casulamente los que más ágiles se muestran son Pity MArtinez y Camilo Mayada, que no arrancaron la pretemporada con el resto). Una defensa que perdió el orden, con niveles individuales muy pobres (Funes Mori, Mercado), un Pisculichi intrascendente, un Rojas que recién ayer volvió a su nivel, pero solo, Teo que sobra cuando no da para sobrar nada (aunque en parte esto ya venga de antes y como estábamos en las buenas no lo percibíamos), y un arquero suplente para el que el arco de River mide 25mts de largo por 15 de alto. Todo eso, sumado a mala suerte y una inusual efectividad de los rivales (que no la mantienen frente a otros equipos). River vivió deportivamente un presente ilógico a su presente institucional el año pasado. Este año lo hinchas (muchos) se planteron objetivos acordes a la historia y al 2014. En medio de la crisis de resultados ya putean los pocos refuerzos, olvidándose que D'onofrio tuvo que hacer magia para garpar una deuda de 2005 (!!!) y que no nos saquen 6 puntos.
Esta es la realidad. Si seguimos con alguna chance en la Copa es porque así como la suerte nos niega lo goles, el resto de los resultados juegan para nosotros, al menos hasta ahora. Rezaremos para que ganen los bolivianos y nosotros ganar en Mexico. La realidad es que hay equipo para ganar allá, pero las ventajas de la defensa pueden significar en pies de delanteros veloces y profesionales (los de Aurich son de un soltero contra casados) nos emboquen más de uno.
Hay algo que no se dice y que puede haber influido en lo mental y en esa cierta suficiencia: River arrancó el año oficial con un torneo internacional. De dos partidos, pero de valor. Y esos dos partidos se jugaron con autoridad.
Yo creo que hay una suma de todo: exceso de confianza (cada vez menos justificada), problemas físicos y hasta alguna rispidez interna.
En el mejor de los casos, si todo sale mejor de lo que uno piensa, en dos meses estamos jugando en octavos con Boca. PEro la historia dice que cuando River arrancó mal la Copa, jamás pudo revertir el rumbo.

Anónimo dijo...

jajaja, hacia mucho que no me reia como me rei al final del partido de ayer...demostraron nuevamente lo acertado que les queda el apodo de gallinas

Que loco que está dijo...

había que comprar un 9, pero 9 de área posta, tipo Vera o Silva

Corvino dijo...

Coincido con el análisis de Hernán, por otro lado en partidos como estos, también se puede aplicar el famoso "no ligamos un carajo". Sin jugar bien, atropellados, con jugadores que están en cualquiera y muy lejos de su nivel, merecimos ganar por goleada y empatamos 1 a 1. A veces pasa. Dicho esto creo que ya llegó el momento de que Gallardo haga un par de cambios (que entre Mayada, pero no de 4 o 3 (?) sino de volante ofensivo, Pity Martínez y el artista antes conocido como Cavenaghi para que Teo se despierte), par de cambios que deberían haber sucedido hace por lo menos un mes pero que el técnico decidió posponer por bancar a los campeones del año pasado (decisión acertada en su momento que ahora es un tanto inexplicable). Saludos.

mundoarjo dijo...

Teo nunca fue determinante en River; hizo muchos goles en el Torneo pasado, pero no le sirvieron a River para ganarlo. Y en la Sudamericana hizo apenas 2 goles.
Lo de River con Funes Mori es un capricho inentendible. Hace tiempo debieron deshacerse de ese jugador, y dejar de fantasear con que, porque hizo un gol de cabeza o quitó una pelota, ya se estaba por convertir en el nuevo Ruggeri.

hernan dijo...

Funes Mori ahora es jugador de selección, ojo (!)

En un partido en donde lo que falta para el gol es la suerte, el ingreso de un goleador era fundamental. Cavenaghi, lento, gordo y fastidioso, le pega con el meñique y entra. Pero venimos haciendo dos cambios por lesión por partido. Gallardo no está pudiendo hacer cambios que influyan en el rumbo de los partidos. Y por eso lo físico es fundamental

yamon diaz dijo...

Buen análisis, Hernan. Pero todo hay que decirlo. No creo que hayan dejado ir a un arquero que nos acababa de ganar un campeonato para traer uno de la B por problemas de plata. Tampoco creo que la venta de Villalba (1 palo verde!) fuera imprescindible para sanear la economia del club. Y ni hablar de lo de Bou. La gestion deportiva de esta dirigencia es lamentable. Y son ellos los que quieren "emborracharse de copas". No culpemos despues al hincha por su exitismo

Rodrigo dijo...

Yo a River quiero que le vaya para el orto, pero me preocupa la selección. ¡Funes Mori a la selección! A mí Martino me cae bien, pero llevó a... FUNES MORI A LA SELECCIÓN!!! En el resto de los convocados más o menos estoy de acuerdo (tampoco hay mucho más salvo Icardi o Dybala).
FUNES MORI A LA SELECCIÓN!!
SUNESCÁN DALUNABÚSO!!

Corvino dijo...

Durante el tiempo que jugó en River, Bou nunca demostró ser el delantero que después fue en Racing, hizo 4 goles en 33 partidos y nadie lo quería (no digo que se lo merezca como ser humano, pero en la cancha no la veía ni cuadrada). Creo que tirar el caso Bou por la cabeza es hablar demasiado con el diario del lunes, en el momento en que River lo dejó libre nadie pensó que era necesario que se incorpore nuevamente al Club. Sin Bou, sin Villalva, sin Chichizola River ganó la Sudamericana, salió segundo en el torneo y jugó muy bien, aunque me gustaría que esté Chichizola en lugar de Chiarini, no creo que la falta de esos tres jugadores tenga mucho que ver con lo que pasa ahora, sincera y respetuosamente. Saludos.

Anónimo dijo...

Corvino, River anduvo muy bien en el semestre pasado por el impulso de una gestión estupenda como la de Gallardo, que nos asombró, y la motivación de un equipo que se sacó una gran presión al ganar el campeonato anterior. Un 11 justito, sin suplentes, que les impidió ganar los dos torneos. Ahí es donde entran los que se fueron por poco y los que dejaron ir gratis, sin contar el papelón de la venta de un jugador hecha un viernes, cuando el domingo iba a ser titular. Todo para que los números les cierren y nos vendan que están arreglando el club.
Si estamos fundidos OK, se dice y listo. Pero basta de humo. Sólo una opinión...