domingo, 7 de agosto de 2016

Olarticocheada


Olarticochea representa en sí mismo una idea central que gira en torno a los jugadores que lograron la épica del Mundial 86: la hazaña de ciertos hombres técnicamente limitados que, a fuerza de voluntad y sentimiento, se convirtieron en el respaldo perfecto para el funcionamiento de un genio.

De esa premisa (acaso falsa) tal vez proviene la idea de rodear a Messi con jugadores de Chacarita y Deportivo Riestra que a veces alientan hinchas y periodistas enemistados con la incapacidad del equipo para triunfar en las finales.

(El tinte bélico que rodea la consagración del 86 explica el dramatismo con que se vive el fútbol. La tesis intelectual ejerce un correlato entre soldados y jugadores, con sus implicancias obvias: el malentendido social. Corolario: Maradona habla como un ex combatiente. No puede ser casual que cuando en 1994 el asesinato del soldado Carrasco obligó al gobierno a desactivar la obligatoriedad del Servicio Militar, Passarella hizo de la Selección la continuación de la colimba por otros medios).  

La logística de esta Selección fue a la bartola desde un primer momento: un técnico que renuncia un mes antes de que comience el Torneo, uno que asume y no lo puede creer, una asociación de fútbol en pleno apocalipsis, clubes que niegan a los jugadores, problemas para armar la lista y para entrenar con más de nueve tipos. Esa desprolijidad permite un hecho paradójico: por un lado nadie espera nada de esta Selección (por ejemplo el relato del agudo binomio Closs/Latorre en el partido contra Argelia se regodeó de una manera un tanto morbosa en la aparente excelencia del equipo africano y las olarticoheadas del equipo argentino); por otro, todo lo que haga bien entra en el terreno de la épica, género al que Olarticochea le debe su huella en la historia del fútbol.


Es probable que gracias a su inesperada y bizarra designación como DT de la Selección Sub 23 las nuevas generaciones le hayan puesto cara a un nombre histórico del que no se tenían mayores noticias. Maradona con traje y corbata daba la impresión de ser un jugador de fútbol disfrazado. El prejuicio indica que Olarticochea parece el gasista simpático que te da charla mientras te arregla el piloto del calefactor. En esa distancia entre lo que aparenta y lo que debería ser nace el personaje, tan propenso a las burlas como al cariño. Más allá de una Selección extraña que deberá (o no) entablar un lazo afectivo en pleno Torneo, uno quiere que le vaya bien a Olarticochea. Cortázar diría que es el hombre del territorio, ¡el incurable error de la especie descaminada!

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Maradona, cual Elvis Presley, hizo la colimba. En el 79. Casi va a la casi guerra con Chile. (?)
Hay fotos con Videla, vestido de colimba.

La selección esta es un reflejo del desastre del futbol argentino, una AFA vaciada pese a los millones y millones del Futbol Para Todos. Una conducción personalista que todos acataron porque les convenía y ahora hacen que se sorprenden porque nos dejó arruinados.

Anónimo dijo...

Deja de joder corvi todos queremos leer algo de los jjoo. Basta de la selección de fútbol, decadencia y hartazgo...algo así como escuchar un nuevo cd del indio solari

Pedro dijo...

A mi, la verdad, no me importa, pero es cierto que ya la selección da para cualquier cosa

Rodrigo dijo...

coincido completamente con: "De esa premisa (acaso falsa) tal vez proviene la idea de rodear a Messi con jugadores de Chacarita y Deportivo Riestra que a veces alientan hinchas y periodistas enemistados con la incapacidad del equipo para triunfar en las finales".

Incluso algunos usan la palabra "hambre", y a uno se le ocurre responder, medio en broma y medio en serio, que es mucho mejor que un profesional esté bien alimentado. Si fuera suficiente con correr, pondríamos ocho maratonistas y tres futbolistas habilidosos y seríamos campeones de todo.

A mí igual esa manía de darle cargos directivos a "la generación del 86" ha demostrado ser una pelotudez tremenda. Lo de Olarticochea como "gasista simpático" me causó mucha gracia.

Abrazo Corvi!!

Rodrigo dijo...

P.S.: redacté el comentario medio para el carajo, pero se entendió igual.

Cine Braille dijo...

Desafío el lugar común de que la selección del 86 era técnicamente limitada: jugaban Burruchaga, Valdano, Batista, Enrique. Y los otros no eran dotados pero de ninguna manera troncos: Giusti era un tipo inteligentísimo, que cumplía un papel que no luce pero era vital, y el Vasco sacó en la línea un cabezazo de Lineker que era el 2-2 con Inglaterra. Y entre los que jugaron aunque fuera un rato estaban Trobbiani, Tapia, Borghi y Bochini, apenas. Y de Ruggeri como central no hay manera de hablar mal.
Tal vez las selecciones de la última década tienen nombres más rutilantes, como la impresionante de la Copa América de 2007 que se comió tres en la final con los suplentes de Brasil. Pero no sé si son abiertamente mejores en lo individual, más allá de que, para mí, el Maradona del 86 hace imposible cualquier comparación.
Hay otro lugar común simétrico con la selección campeona del 78. No era vistosa, corría muchísimo, todos ayudaban en la marca, y lo que desequilibró la final con Holanda fue, sorprendentemente, el mejor estado físico: los holandeses no se bancaron el alargue. Los dos tipos más ortodoxamente habilidosos de esa selección, Alonso y Houseman, fueron suplentes; Ortiz no era de los indiscutibles, salía casi siempre. Basta comparar los volantes centrales, los dos buenísimos, pero tan distintos como Menotti y Bilardo. Sólo que Gallego era el cinco de Menotti y Batista el de Bilardo.
La selección más vistosa que armó Menotti, probablemente mejor que la del 78, fue la de las giras europeas de 1979-80, donde ya jugaba Maradona. Hubo partidos muy buenos de los que hoy no se acuerda nadie, un 5-1 a Austria en Viena cuando Austria era un buen equipo, o un 2-2 en Roma con Italia, o un 2-1 a Alemania en el Mundialito de 1981. Si el Mundial del 82 era un par de años antes, lo ganábamos caminando: ese equipo llegó al pico de rendimiento antes de tiempo, como el de Bielsa en el 2002. Pero basta con la naftalina, abuelo.
Saludos

Corvino dijo...

Ya en Facebook me indicaron sutilmente que la Selección del 86 no estaba compuesta por diez energúmenos más The Diego pero aclaro, que conste en actas, que en el post dice: "De esa premisa (acaso falsa) tal vez proviene la idea de rodear a Messi...". Yo creo eso, que tipos como Valdano, Ruggeri o Burruchaga no eran nada troncos pero que el mito prefirió homogeneizar el lado tronco del equipo frente a Maradona. O sea: cualquier cosa, es culpa del mito (?). Saludos, amigos.

pd: para el que pide posts sobre los juegos olímpicos, ahí va post sobre la selección femenina de handball (?).

Vladivostok dijo...

Desde que tengo memoria (Mundial 90) para acá, Argentina nunca tuvo la mejor selección del mundo (quizá un breve lapso la de Bielsa que administro pésimo el pico de la curva de rendimiento de ese conjunto). Pero como nos cuesta aceptar la realidad (en todo sentido) nos refugiamos en mitos nacionalistas (como que tenemos la mejor carne, las minas mas lindas y otras estupideces por el estilo) que sirven de analgésico social.

Anónimo dijo...

Si Olarticoechea como gasista es tan capaz como lo es como DT, no le entrego mi calefón ni en pedo.

El fútbol argentino es una gran mentira hace mucho, alegría que se caiga esa careta.

Y la generación del 86 y la secta bilardista es uno de sus cánceres.
Esto con Caruso no pasaba.

Que loco que está dijo...

Olartiecoeche no jugó ni en chacarita, ni en deportivo riestra. Jugó En River y en boca.