Existen las
películas de terror que se pueden disfrutar: las de fantasmas, monstruos,
pestes, zombies, vampiros. Y existen las películas de terror que se padecen:
las del loco Todd Solondz.
De no hacer
cine es probable que el loco Todd hubiese salido igual en las noticias como uno
de esos yanquis que entran a un supermercado y matan diez tipos con un arma de
guerra. Sus películas (la más conocida tal vez sea “la polémica” Happiness) suelen abordar los temas más
escabrosos y mostrarlos de una manera tan directa y sin atenuantes que a veces
uno se pregunta si estar viéndolas no será participar de alguna clase de
delito.
Uno puede
cometer un gravísimo error al invitar a alguien a ver una de Todd Solondz. Tal
vez la otra persona crea que usted es Jack El Destripador.
Solondz se
regodea en planos de una cotidianeidad berreta (frentes de casas de los
suburbios, frentes de negocios de la calle, escenas de mesas familiares),
diálogos ingeniosos y en desequilibrio (el drama y la comedia se alternan con
una brutalidad chocante), momentos incómodos o deleznables, personajes
patéticos o psicópatas o las dos cosas juntas. Casi como si quisiera espantar a
sus virtuales espectadores. Como en la vida real, en las películas de Solondz
casi todo lo horroroso sucede en el interior de casas de familia perfectamente
normales.
El relato
coral Happiness (verla es casi tan
lindo como meter la cabeza en el inodoro) surge como la respuesta under a los
dramas “revulsivos” del filo del milenio: Belleza Americana, Magnolia. Incluye escenas de Philip Seymour Hoffman hablando por
teléfono, que es básicamente lo que mejor hacía este gran actor fallecido, con
mística rockera (“El actor muerto con mística rockera. Una genealogía”; es un
buen nombre para un libro). Imagino hipsters de todo el mundo juntándose cuando
se cumple el aniversario de la muerte de Philip. La última que vi de Philip es
la más rara de todas. Creo que fue lo último-último que hizo, tal vez no. Se llama God's
Pocket. Creo que no le gustó a nadie. A mí sí. Es algo tardía, un regreso a
la comedia asburda, a los Estados Unidos del primer Beck, a Rejtman, como si la
retromanía noventista ya hubiese destronado a la de los 80. Pero esa película
no es de Todd Solondz así que mejor dejo esto acá.
Esta semana
pude conseguir Wiener Dog, su última
película, que resulta una versión un tanto amable de la estridencia a la que
nos tiene acostumbrados, con un elenco compuesto por actores célebres: Julie
Delpy, Greta Gerwig, Danny DeVito, Ellen Burstyn. Todo hace pensar que Todd
está ingresando de una manera más efectiva a la Industria, que lo ve como un freak
que no se merece ni siquiera una nominación al Oscar. O tal vez la industria de
los actores esté ingresando de manera más efectiva a las películas de Todd
Solondz, como si Todd ahora fuese un director que le gusta a los actores, como
si Dios o por lo menos el Dios de Todd Solondz (supongo que debe ser un Dios
despreciable) lo quisiera sacar de su postura de outsider para que deje de
romper las pelotas.
Wiener Dog son cuatro historias cuyo
denominador común es la presencia de un perro salchicha. Intuyo en Todd una
sonrisa macabra (frente al espejo, por la mañana, mientras mira un cielo
celeste en Nueva Jersey) al elegir el título de la película. Con respecto a la filmografía de Solondz
reaparece Dawn Wiener, personaje emblemático, siempre interpretado por actrices
distintas, que en la legendaria Welcome
to the Dollhouse es una niña víctima del bullying y en la inquietante Palindromes es una adolescente que busca
quedar embarazada y sufre todo tipo de abusos. Acá se luce Greta Gerwig. También
aparece Brandon, el inquietante matón que acosaba a la pobre “Wiener Dog” de
Welcome to the Dollhouse, en este
caso interpretado por el inefable Kieran Culkin. El hermano de Macaulay (otro
que tiene mística rockera, más por su vida que su efímera obra) ya había
aparecido el año pasado en la segunda temporada de Fargo (el único caso conocido en el que una serie basada en una
película pudo generar un buen resultado, más que nada porque la continuación
tiene que ver con la condición atmosférica de la obra maestra de los Coen, en el sentido menos científico del
término).
En fin.
Cuando Wiener Dog parece devenir en
una tragicomedia inclasificable y algo aburrida, más bizarra que buena, ocurre
una escena que parte la pantalla al medio. Contarla sería adelantar algo que
tal vez ni siquiera pueda explicar pero la protagoniza Ellen Burstyn, la madre
de Linda Blair. En el transcurso de la película (e incluso de la obra de Todd,
aunque tal vez esté exagerando) es una escena de ruptura porque traslada la
expresión del Mal del orden de lo social y psicológico a otro de índole
sobrenatural-onírico bien logrado pero en principio demasiado shockeante para ser
procesado de forma correcta. Es decir, el cine de Todd Solondz te deja pensando
en una escena. Gana por nocaut.
11 comentarios:
a torrentear cabrones
Jajaja!!! Torrent a mi!!!
No terminé de entender si lo bardeaste al gordo Seymour Hoffman, o si te parece un mal actor. Si es así, capaz que no viste Capote, o The Master, o Boogie Nights, entre las que se me ocurren ahora.
Yo lo velo al gordo, y no soy ningún hipster.
No, yo soy re fan de Seymour Hoffman. Fijate que vi God's Pocket. Esa película uno la ve porque es fan de él. Eso de que lo mejor que hacía era hablar por teléfono para mí es verdad, pero no quise decir que era lo único que hacía bien, sino que dentro de todo lo bueno, eso era lo mejor (desde mi punto de vista).
Saludos.
escribite un post sobre charly garcía corvi querido. Eso le hace bien a la gente.
Entro todas las semanas deseando encontrarme con un nuevo post del bicolor, je. El último sobre el rock nacional fue muy bueno, no sé si en otro lugar de Internet habrá textos tan piolas sobre el rock de acá. Y mirá que busqué y nada, así que felicitaciones.
Corvi, escuchaste ataxia?
No escuché Ataxia todavía, voy a ver.
Sobre Charly estuve escribiendo bastante este año.
Saludos, amigos.
Escribite uno sobre María Rosa Yorio!
Escribite uno sobre Zoca (?)
Escribite uno sobre Migue (??)
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