miércoles, 27 de febrero de 2008

LA GRAN JUNO

Juno –estrenada en Argentina como La joven vida de Juno- trata sobre las peripecias que debe sufrir una chica de quince años luego de quedar embarazada. Hollywood, con la misma historia, nos propondría un vendaval de secuencias lacrimógenas, una cadena interminable de mortales apologías de la moral y el deber ser. El mayor acierto del director Jason Reitman es ir en contra de las premisas industriales, alejarse del estereotipo y hallar un personaje femenino extraordinario: Juno, es decir, Ellen Page, una actriz que va a dar que hablar durante mucho tiempo si es que el Planeta Tierra sigue girando.

Con la misma anécdota, varios directores habrían tocado soft pop o baladas románticas. Reitman hace punk. Juno es cine independiente norteamericano del bueno. Su virtud esencial es la construcción minuciosa de la protagonista. A poco de comenzar, todas las costumbres de Juno, hasta sus tics más insignificantes, han sido asimiladas por el espectador y parecen haber estado ahí desde siempre: la forma de mirar, el humor seco, la ingenuidad, la vestimenta indie, el modo de tomar una bebida espeluznante de un bidón enorme. No es fácil intentar reflejar el mundillo adolescente con algo de verdad. La afectación, los clisés y el ridículo están a un solo paso. Si no me creen vean alguna serie de Cris Morena donde los niños mendigos se siguen vistiendo como en el año 1945: tiradores, boinas, pantalones por las rodillas… En su línea realista y descarnada, Juno recuerda más a un cuento de Patrick Marber, la película Kids de Larry Clark –también imperdible- o a una canción rápida de The Stooges.

La empatía que provoca Juno es profundísima. No es difícil darse cuenta por qué: todos, alguna vez, fuimos adolescentes. Y es más: todos conocimos a alguien como Juno: una chica con problemas, una loca que fuma marihuana, ve cine de terror clase B y cree sabérselas todas. Digamos que es totalmente inconsciente de las reglas que rigen el mundo adulto. Eso, precisamente, es lo que más gusta/atemoriza a los que tiene alrededor, incluido los espectadores. Intuyo que las chicas mueren con esta película: como sucede con la Maga, quieren ser Juno. El núcleo del disturbio se da cuando queda embarazada. Una tarde, aburridos, ella y su mejor amigo cogen arriba de un sillón. Al principio piensa en abortar pero cuando se entera que un feto también tiene uñas decide darlo en adopción. Como ya se ha mencionado, la Abuela Solemnidad, la conciencia que regula el cine serio, por suerte, está a miles de kilómetros de Reitman. Por consecuencia, todas las escenas del film tienen diálogos bien escritos (no por nada Diablo Cody ganó el Oscar), imágenes penetrantes y personajes muy particulares, como el padre de la futura criatura, un tonto flemático, de la misma edad de Juno, adicto a las pastillas tic tac y subordinado por una madre súper-sobreprotectora. Un Milhouse adolescente, tal vez nosotros mismos unos años atrás… Ya hallada la pareja perfecta (aunque al final resulta más bien ferpecta) para la nueva criatura, Juno comienza a relacionarse, por decirlo de un modo, con demasiado énfasis con el tipo que supuestamente hará de padre adoptivo de su hijo. Comienzan a pasar las tardes juntos, intercambian música, comentan el mundo y, como si los dos tuvieran la misma edad, se seducen mutuamente: ella en forma inconsciente, él decididamente indeciso. Uno de los mejores tramos del film es cuando ella le reprocha a él que no entiende la magia de los Stooges. ¡Por favor!, contesta él, ¡ni siquiera habías nacido! Nunca antes se había explicado con tanta claridad de qué forma los adolescentes se adueñan de las bandas que aman: Juno, de 15 años, le explica a él, un tipo que está rozando los 30, cómo eran los Stooges, una banda de fines de los 60’. No hace falta decir que la película exuda rock.

Por último, la banda de sonido: sobresaliente. Adam Green, Jobim, David Bowie, los Kinks… Al promediar, Juno se vuelve un tanto grave: discusiones, desencuentros, situaciones incómodas. Todo está muy bien hecho. El final es conmovedor y no hay un solo golpe bajo. Juno es una enciclopedia sobre la vida adolescente. También una reflexión muy tierna sobre el amor. Lo que sucede en el film de Reitman es lo que a menudo sucede en la vida. Ya empecé a escribir frases cursis, tengo que detenerme a tiempo. Sólo me resta decir algo, por si todavía no lo entendieron: Vean Juno.

12 comentarios:

La niña santa dijo...

Todas las críticas que leí, todos los bloggers que ya la vieron y la comentan, todo lo que charlo con amigas, todo lo que alguna vez me sucedió y seguirá pasándome o no hace que cada día tenga más ganas de ver esta película. Y más ahora que me comentás (jaja, como si me estuvieras hablando a mí) la banda de sonido. Pero no sé, por algún motivo oscuro y que no logró atravesar la barrera de la resistencia para develárseme en los sueños, aún no la vi.

La Momia dijo...

La película es buenísima pero aclaro algunas cosas que parece que la mente de hombre del corvino no puede llegar a imaginar:
1- Ninguna chica que se precie de tal querrá ser Juno, primero por lo que lleva en su vientre y segundo por su sentido de la estética. Eso si, me gustaría tenerla como amiguísima.
2- Cuando escuché que la guionista se llamaba "Diablo" pensé: "esta tiene que haber tenido un trabajo más interesante que este previamente". Y no fallé. Diablo fue stripper gran parte de su vida. Que capa.
3- El chico-padre de bebé de Juno es el Milhouse que cualquier chica desea tener de mejor amigo. Es más, en mi mente ese personaje se llamará "Lucho" por el resto de mi vida.

Quinientos Once dijo...

La escena de Sexo entre Juno y el pibe es de antología. Como el diálogo en la puerta del médico de los abortos con la "activista"...

Este es uno de los buenos frutos de la huelga de guionistas en USA. La revista New York estaba hablando del "año Sundance" y tal parece que los grandes estudios se estan matando por el nuevo blockbuster independiente. Conociendo el cine indie yanqui, se prevé un buen año...

Saludos.

PS: el pibe de "juno" está también en Superbad, una comedia de adolescentes para los que odiaron american pie

Cabro Gamarra dijo...

Notificación exitosa.
A sus autos.

Gabriel Bornes dijo...

Porque quiere cerrarlo Gamarra??

P.D: Buen comentario...no el mejor del mundo...pero honesto.

Cabro Gamarra dijo...

Las manos de Corvino están esnsangrentadas.

Cabro Gamarra dijo...

A propósito Losario, por estos días estoy necesitando un guardaespaldas. ¿Como anda de tiempo?

Mastronardi dijo...

http://blogs.citypages.com/dcody/
http://diablocody.blogspot.com

Realmente, esta mina es muy graciosa.


"Sideways: After ten long years, Virginia Madsen finally responds to the dirty letter I sent her. Her note reads: "Dear Diablo. It was nice to hear that you masturbated during the scene in Candyman where you can see my boob. You should come over some time. Me and my Sideways costar Sandra Oh want to take turns lapping artisinal clover honey off your lady business. Love, Virginia."

Martín Zariello dijo...

Momia: no me refería justamente a estar embarazada sino a su personalidad inefable.

La niña santa: como es habitual en mí, comencé a ver la película dispuesto a defenestrarla pero me terminó ganando. Hay que verla, no te vas a arrepentir.

Avenida Luro: la charla-discusión que tienen en el colegio también es de antología, los diálogos están muy bien construidos, suenan creíbles.

Saldos a todos. Viva la bagatela!

señorita A dijo...

ay, no la vi. estoy llegando tarde a todas las modas (esto también se dijo en algún suplemento cultural, antes de que salieran con el tema del giro autobiográfico en la literatura arg...y sí, lo mío es todo autorreferencial)

gracias por sus cumplidos, aunque temo no opinar lo mismo de mí, je, aunque sí de usted.

Gabriel Mérida dijo...

Qué tal, Zariello. Juno me pareció "indie", es decir, un recambio del cine industrial hollywoodense: un nuevo nicho, con reglas tan rígidas como el anterior.

saludos,

G

La niña santa dijo...

Ya la vi! La reseña, en mi blog. Saludos...