¡Permitidme, oh alabado lector porrero, por una vez, no ser tan condescendiente con María Juana y observar en la libertad que nos propone su fumata un acto de sumisión al no-pensamiento! Ahora que la trilogía básica de la juventud argentina “Una bandera que diga Che Guevara, un par de rocanroles y un porro pa’ fumar” es considerada por el Estado a través de cierto progresismo, festivales de rock en la Casa Rosada y mentada legalización del consumo de porretis (imposible abstraerme del chiste que vaticiné), es momento de sospechar. Personalmente, como casi todos los que deben leer esto, estoy de acuerdo con que se despenalice la tenencia de drogas: según lo que dicta mi ideal utópico, mientras que no se moleste al otro, cada uno puede hacer lo que quiere con su cuerpito. La cuestión, según mi acotado entender, pasa por otro lado: la recepción que esta medida tiene en el fragmento de la sociedad que fuma marihuana con algo parecido a la pasión, es decir, no aquellos que se fuman un porro cada tanto sino quienes observan al porro como un engranaje fundamental de sus vidas. Obviamente, el éxtasis (la droga de los frívolos y potenciales votantes de Macri) y la cocaína (una droga de mierda que perfora el tabique nasal y, según Enrique Symns en su libro El señor de los venenos, chamusca el pito) quedan fuera de mis dominios.
Hay dos cosas buenas de esta probable despenalización de la tenencia de marihuana: 1) La gente se va a poder fumar un porro cuando y donde quiera y ya no se van a ver “perejiles” en las cárceles mientras conocidos represores pasan sus últimos días de vida en departamentos ultra lujosos y 2) ¡Ya no va a haber canciones a favor de la legalización! Perdonen mi conservadurismo, pero para mí, cantarle a una planta, por más copada que sea, es una estupidez; más sabiendo que una canción a favor de ésta capta a varios de sus consumidores, lo que se traduce en mi cerebro como signo de alarmante demagogia. Lo peor es cuando hay una gran carga de seriedad sobre el tema, como en Legalícenla, aquel viejo reggae de Viejas Locas cantado con solemnidad por Pity. Aunque también la empatía graciosa que quieren lograr los temas de Kapanga me parece lamentable.
La visión que tengo sobre un gran segmento de la gente que fuma marihuana periódicamente es que no son consumidores sino fans de ella: compran revistas, papeles para armar, diversas pipas, remeras, discos, etc. Es decir, mientras quienes fuman creen ver en este acto un hecho algo subversivo o revolucionario, el culto hacia la marihuana comprende también coordenadas del fucking mundo capitalista que se dice denostar: los grupos verdaderamente compenetrados en la legalización –quienes van a las marchas, por ejemplo- son inducidos, conciente o inconscientemente, a comprar no sólo la hierba sino también un cúmulo de artefactos perecederos que poco tienen que ver con el simple hecho de fumar. Y tengo más malas noticias: antes de defender la marihuana por el placer que nos puede provocar y recibir la legalización como un síntoma de inequívoca libertad, creo que debe pensarse que el efecto de la misma también está sometido al contexto. En los 60’ significaba expandir la conciencia y acceder a un nivel que excedía la mediocridad general de la sociedad burguesa. Hoy, la marihuana, justamente, es consumida por la sociedad burguesa, está de moda, y muchos de los jóvenes que lo hacen, lejos de querer extender su pensamiento, sólo esperan dejar su mente en blanco por un rato y reírse durante 40 minutos para luego recordar junto a su grupo de amigos aquella vez que “nos reímos durante 40 minutos sin saber por qué”. Actualmente, para los adolescentes, fumar marihuana representa un hecho social y asegura la pertenencia a un grupo. Nada más. No conozco gente que se haya muerto por consumir marihuana y no podría afirmar su adicción, pero sí conozco gente que si no fuma marihuana no se divierte. Eso sí que es triste, cantaría Iorio. La misma sospecha que tengo sobre las personas que hacen un templo de su auto me sucede con las que basan su vida en el consumo de marihuana. Sin querer ofender y desde el punto de vista literal del término, a menudo me parecen un tanto huecos: algo esencial tiene que faltar –libros, música, ¿amor?, ¿vida?- para que uno organice su vida alrededor de un cigarrillo, es decir, algo totalmente accesorio. En un tema de 1972, Luis Alberto Spinetta aconsejaba: Si tu mente se viaja tenés que parar/ Y aprender a vivir de lo que vos pensás. Hay veces (cuando odio al mundo y todo bicho que camina, incluyéndome, me parece susceptible de ser mandado al asador) que creo que estar en la Tierra para asistir a marchas a favor de la marihuana es tan pero tan revolucionario como organizar un almohadonzo o pedir que vuelvan los lentos de 1986 (¡y por favor basta de la mentira de los 80’, la peor década del rock: 1) baterías programadas, guitarras procesadas, sonidos estrafalarios de teclados; sólo escuchar lo que grabaron Dylan o Mc Cartney en esa época comprueba su afectación y 2) que yo sepa nadie pide la vuelta de Jesus and Mary Chain sino la de Poison y Bon Jovi!).
También hay que prestar atención a quién es el que promueve esta despenalización: Aníbal Fernández, un tipo que durante el gobierno de Eduardo Duhalde fue muy cercano al presidente, y, cuando Kirchner asumió, se pasó, en un segundo, a la vereda de enfrente. Perdonen mi ingenuidad pero no creo nada que venga de este tipo de personajes. Vaya uno a saber para qué quiere el ricotero Aníbal que no se penalice el consumo personal, quizás quiera garantizar votos o hacer de la marihuana una especie de Soma, aquella sustancia de la felicidad que tomaban los habitantes de Un mundo feliz, la novela distópica de Aldous Huxley. Es un chiste… ¿es un chiste?
Hay dos cosas buenas de esta probable despenalización de la tenencia de marihuana: 1) La gente se va a poder fumar un porro cuando y donde quiera y ya no se van a ver “perejiles” en las cárceles mientras conocidos represores pasan sus últimos días de vida en departamentos ultra lujosos y 2) ¡Ya no va a haber canciones a favor de la legalización! Perdonen mi conservadurismo, pero para mí, cantarle a una planta, por más copada que sea, es una estupidez; más sabiendo que una canción a favor de ésta capta a varios de sus consumidores, lo que se traduce en mi cerebro como signo de alarmante demagogia. Lo peor es cuando hay una gran carga de seriedad sobre el tema, como en Legalícenla, aquel viejo reggae de Viejas Locas cantado con solemnidad por Pity. Aunque también la empatía graciosa que quieren lograr los temas de Kapanga me parece lamentable.
La visión que tengo sobre un gran segmento de la gente que fuma marihuana periódicamente es que no son consumidores sino fans de ella: compran revistas, papeles para armar, diversas pipas, remeras, discos, etc. Es decir, mientras quienes fuman creen ver en este acto un hecho algo subversivo o revolucionario, el culto hacia la marihuana comprende también coordenadas del fucking mundo capitalista que se dice denostar: los grupos verdaderamente compenetrados en la legalización –quienes van a las marchas, por ejemplo- son inducidos, conciente o inconscientemente, a comprar no sólo la hierba sino también un cúmulo de artefactos perecederos que poco tienen que ver con el simple hecho de fumar. Y tengo más malas noticias: antes de defender la marihuana por el placer que nos puede provocar y recibir la legalización como un síntoma de inequívoca libertad, creo que debe pensarse que el efecto de la misma también está sometido al contexto. En los 60’ significaba expandir la conciencia y acceder a un nivel que excedía la mediocridad general de la sociedad burguesa. Hoy, la marihuana, justamente, es consumida por la sociedad burguesa, está de moda, y muchos de los jóvenes que lo hacen, lejos de querer extender su pensamiento, sólo esperan dejar su mente en blanco por un rato y reírse durante 40 minutos para luego recordar junto a su grupo de amigos aquella vez que “nos reímos durante 40 minutos sin saber por qué”. Actualmente, para los adolescentes, fumar marihuana representa un hecho social y asegura la pertenencia a un grupo. Nada más. No conozco gente que se haya muerto por consumir marihuana y no podría afirmar su adicción, pero sí conozco gente que si no fuma marihuana no se divierte. Eso sí que es triste, cantaría Iorio. La misma sospecha que tengo sobre las personas que hacen un templo de su auto me sucede con las que basan su vida en el consumo de marihuana. Sin querer ofender y desde el punto de vista literal del término, a menudo me parecen un tanto huecos: algo esencial tiene que faltar –libros, música, ¿amor?, ¿vida?- para que uno organice su vida alrededor de un cigarrillo, es decir, algo totalmente accesorio. En un tema de 1972, Luis Alberto Spinetta aconsejaba: Si tu mente se viaja tenés que parar/ Y aprender a vivir de lo que vos pensás. Hay veces (cuando odio al mundo y todo bicho que camina, incluyéndome, me parece susceptible de ser mandado al asador) que creo que estar en la Tierra para asistir a marchas a favor de la marihuana es tan pero tan revolucionario como organizar un almohadonzo o pedir que vuelvan los lentos de 1986 (¡y por favor basta de la mentira de los 80’, la peor década del rock: 1) baterías programadas, guitarras procesadas, sonidos estrafalarios de teclados; sólo escuchar lo que grabaron Dylan o Mc Cartney en esa época comprueba su afectación y 2) que yo sepa nadie pide la vuelta de Jesus and Mary Chain sino la de Poison y Bon Jovi!).
También hay que prestar atención a quién es el que promueve esta despenalización: Aníbal Fernández, un tipo que durante el gobierno de Eduardo Duhalde fue muy cercano al presidente, y, cuando Kirchner asumió, se pasó, en un segundo, a la vereda de enfrente. Perdonen mi ingenuidad pero no creo nada que venga de este tipo de personajes. Vaya uno a saber para qué quiere el ricotero Aníbal que no se penalice el consumo personal, quizás quiera garantizar votos o hacer de la marihuana una especie de Soma, aquella sustancia de la felicidad que tomaban los habitantes de Un mundo feliz, la novela distópica de Aldous Huxley. Es un chiste… ¿es un chiste?
23 comentarios:
Nada más insoportable que los adoradores del porro tratando de convencer a otro de sus virtudes. Pero esta bueno que se legalice el consumo personal asi se deja de ser tan hipócrita con muchas leyes que no sirven para nada.
Ojalá hagan lo mismo con otros temas como el aborto y cuestiones de decisión personal, pero por alguna razón se me ocurre que acá no va a funcionar nada de eso, acá siempre sale todo mal...
Muy de acuerdo con usted! Votaría sólo porque se acaben las miles de canciones, o que aflojen con la idea de estandarte de lo marginal y 'revelador'.
Ahora, ¿las canciones, las remeras, la 'militancia' fútil y vacía por la legalización, toda la cultura alrededor de lo marginal y marginado de la marihuana no existe sólo porque es ilegal? ¿Y no es de algún modo funcional al sistema que una parte de la población esté 'atontada' en una militancia que se abandona cuando se prende otro?
No leí la novela de Huxley pero tengo una cierta sensación de que algo así ronda.
Y cuidado con los 80! Su sonido definió mucho de los discos de algunos de los grandes de acá (García, por ejemplo).
Saludos, Corvino.
No creo que sea el soma, creo que el soma en nuestra sociedad existe en otras cosas como la tv por ej. Ademas ¿ porque el estado tiene que elegir como matarme, o adormecerme?, ¿ porque puedo comprarme 300 paquetes de cigarrillos y 40 cajones de tetra, y no poder fumar todo lo que se me de la gana?.
Aveces generalizas las cosas y en este post veo prejuicios y estereotipos,sumamente extremistas.
Aunque no digo, que las distintas clasificaciones de consumidores de marihuana , no existan. Pero me parece que la persona que fuma para reirse 40 min( que no representa mi generacion para nada) es la misma persona que su vida gira entorno a eso y tiene una gran carencia de otros lados y quizas se haga fan de la marihuana como de peñarol o del cuarto de libra con queso de mc donals. Me parece que hay un monton de personas que fuman para compartir algo, divertirse, experimentar algo distinto, pintar un cuadro, relajarce o para darse el lujo de dejar de pensar por un instante, que aveces tambien es necesario. En fin, todo queda en la personalidad de uno, por eso a mi se me hace imposible generalizar.
Nose capaz me fui bastante al carajo.
Saludos
Mechi ( la drogadicta):P
Buenas Il Corvino, ingreso con frecuencia a tu blog pero esta es la primera vez que comento:
Coincido decididamente en que la marihuana se ha transformado con el devenir del tiempo en un logo. Una marca que recluta hinchas tales como los de ford y chevrolet, River y Boca; que compran el faso (están hablando del fasoooo) y el Mc combo verde.
La diferencia de la torcida de la macoña con la de los autos y la del fútbol radica en que estos se creen inmersos en una contracultura ¿? La cual tiene de cultura outsider lo mismo que las remeras del Che que venden en Palermogolico.
Por otro lado me parece una aberración la legislación argentina al respecto del consumo de drogas ya que deja de lado al individuo y actúa de manera totalitarista. Perturba el derecho de cada sujeto de adoptar su propio plan de vida.
Vayamos por partes, al decir de Tupac.
Es buena la idea de la despenalizacion.
Es sospechosa de quien y para que viene.
Es muy lucido tu post.
Y es justo decir que bandas como Jesus & The Mary Chain, Cure o Pixies definen luego las bases de los noventa. Los ochenta son un caldo heterogeneo de fertilidad, en todo caso. Y no olvides que los reyes de los noventa fueron: los Backstreet Boys.
El soma, no es internet ?
no se ni porque opino, ya me voy a arrepentir seguro, de puro opineitor debe ser; si puede opinar fernando niembro, porque yo no.
mis reflexiones:
momia; porque siempre se mezcla la marihuana con el aborto, mas alla de las deciciones personales, que tiene que ver la oreja con cojerse al tero?
agn;que linda es la pluralidad, pero tambien desordena, sobre que era esto?, porreti el de pinamar; el de canabis; las remeras; charly garcia; la musica de los 80's. que casualidad todo tiene que ver con el consumo.
comentario suprimido; queremos saber porque lo suprimiste.
mechi; tenes razon, pero aqui se esta hablando de mero consumo, sino de hacer de eso una forma de vida.
ber;creo que pasa por ahi, se trata de pertenecer y uno en el afan de pertenecer consume, sino porque le habran puesto comunidad movistar?. o diran que pertenecer tine sus privilegios, o que hay cosas que no tienen precio. quien se llena de plata con las remeras del che?.
negroperro; es mas efectivo y conocido el de jack y a mi the cure; u2 y simple minds me gustaban, creci con eso.
nunca lei soma ni lo pienso leer
la consigna era:
"PREFIERO MORIR DE PIE A VIVIR ARRODILLADO"
gracias a botnia nosotros elegimos MORIR ARRODILLADOS
a este Pablo le pegó bastante bien...
El post apuntaba a decir algo bastante poco original: la marihuana, como muchos otros elementos que formaron parte de lo que entendemos por CONTRACULTURA, hoy está vaciada de sentido. Esto se emparenta con lo que dice el Maestro James Ballard: estamos en la era de los eventos sin sentido y así sucesivamente hasta llegar al limbo. Eso no significa que yo haya dicho en el post que todos los que fuman marihuana lo hacen por pertenecer a cierto grupo, por eso hablo de "una parte de los que consumen", "un fragmento que fuma con pasión" (¿?), etc. Simplemente explicito, con algo de tristeza, la asimilación que la sociedad toda tiene sobre la marihuana mientras muchos de los que la consumen creen ver en su fumata un acto subversivo (les prometo que es la última vez que digo FUMATA).
Mechi: por el primer párrafo de tu comentario parece que entendiste que yo estoy en contra de la despenalización. Te recomendaría leer el primer párrafo del post. Justamente cuando hablo de las personas que fuman para reírse durante 40 minutos estoy hablando de quienes hacen girar su vida en torno a eso. Sin embargo, no desapruebo que haya gente que fume para reírse durante 40 minutos. Tampoco creo haber generalizado. Pero bueh.
El comentario suprimido vaya uno a saber por quién fue suprimido.
Agn: Es verdad, Clis modernos, piano bar, yendo de la cama al living son de los 80' pero hay que fijarse que todas esas baterías monótonas de Privé o el sondio ultra pausterizado de Bajo Belgrano (discos que aún así me gustan) son de los 80'.
Momia, Agn, Pablo, Mechi, Negro Perro, Ber, Anónimo: Saludos a todos. Gracias por comentar, no cambien nunca, loco.
"y por favor basta de la mentira de los 80’, la peor década del rock" Estoy de acuerdo. Es más, creo que muchos temas de Charly de los 80 me gustaría escucharlos sin todos esos efectos. Solamente acompañados del piano. Por ejemplo filosofía barata y zapatos de goma, el Karma de vivir al sur etc...
En mi colegio secundario había un aula donde estaba permitido que los de cuarto y quinto año pudieran fumar (cigarrillos, claro). Se llamaba: "la fumata"
estoy absolutamente a favor de la despenalización del consumo. animar una reunión social o un momento de relajación personal con unos porros equivale bastante a hacerlo con unas cervezas o cualquier otro preparado alcohólico, a mi criterio al menos. pero por favor, qué cosa desagradable la pseudocultura de "fan de la maconha"!! hacía falta que alguien lo señalara.
muy entretenido artículo.
Corvino:
Es una hermosa fotografía, veo que me he equivocado en odiarle, veo que usted comparte mis gustos y aficiones. Ahora leeré el texto y luego lo comentaré.
El comentario eliminado es mío! Empecé a escribir y por una desventura del destino toqué el mouse y se posteó una masa amorfa de palabras. Y después si escribí lo que escribí. Tengo encima un mouse complicado, consta de 47 botones e incluso un pequeño mouse arriba que guía otros cursores, muy multi-tasking a lo loco.
Pasteurizado, nunca mejor dicho.
Hace poco vi en Retro un video de Durán Durán y mi viejo me dice... 'Fanky'. Casi me muero.
Saludos.
Pablo: calculo que lo de la marihuana se mezcla con lo del aborto por lo que vos decís: tendría que ser una decisión personal el acceder a ciertas prácticas y correr el riesgo de que haga mal o no. Yo particularmente lo asocié porque fue una de las posibilidades que se barajaron desde el gobierno entre las medidas próximas a tomar.
Y si, el soma es internet!!! soma, que palabra de facultad Dios..
ya opinaron mucho como para agregar mi humilde pensamiento. sólo difo que me parece una incongruencia que sea legal consumir pero ilegal todo el proceso anterior a ese consumo. algo así como el viejo y conocido "si la hacemos, la hacemos bien" ¿no? no.-
salute
Ya esta todo dicho con respecto al porro es un tema manoseado, donde todos sabemos el efecto contracultura, el efecto under y lo mucho que nos empeñamos en querer ser distintos.
La cuestion, la marihuana es una droga a no olvidar muchachines, adictiva como cualquier otra, diferenciando de las pesadas, que no te va a agarrar una sobredosis que te manda al catre, lo que si te puede generar es una dependencia tal la cual te encuentre un dia X revisando los cajones de tu casa, bastante desesperado. La dependencia por supuesto, es psicologica.
Ahora: Como fumador activo ya desde hace unos 15 años, me pregunto que seria de mi si jamas la hubiese probado?
Martín:
Una forma de arreglarlo sería enviéndome una invitación indefinida a escribir en
Ilcorvino. Mire que Marzo ya se nos va.
No saludos, por ahora.
Y no te hagas el pija.
Creo que la década del 80 fue, mayormente, una porquería.
Y sospecho que tiene que ver con factores que parecen distantes, como la explosión del consumo de drogas duras o la expansión de políticas económicas esclavistas por parte de EEUU, por arriesgar dos ejemplos.
Por supuesto, eso tenía que reflejarse en las expresiones artísitcas (?).
Vamos, los 80 son una cagada, salvo excepciones...
Y la banda de los 90 fue Nirvana.
Ah, lo del porro: si a la despenalización. No a la vacuidad como forma de vida.
Saludos.
muy de acuerdo. como dice fabián casas, hablando del personal fest, en ensayos bonsai, se trata de la pérdida de la experiencia.
Lucidisimo Corvino. Coincido con lo que planteas a niveles que alcanzan la emocion. Solo un pequenisimo detalle: No siempre esta mal cantarle a una planta.
Hay un aromo nacido
en la grieta de una piedra.
Parece que la rompió
pa' salir de adentro de ella.
Está en un alto pelao
no tiene ni un yuyo cerca
viéndolo solo y florido
tuito el monte lo envidea.
Lo miran a la distancia
árboles y enredaderas
diciéndose con rencor
pa' uno sólo cuánta tierra !
En oro le ofrece al sol
pagar la luz que le presta
y como tiene de más
puñado por el suelo siembra.
Salud, plata y alegría
tuito al aromo le suebra
asegún ven los demás
desde el lugar en que lo observan.
Pero hay que dir y fijarse
cómo lo estruja la piedra
fijarse que es un martirio
la vida que le envidean.
En ese rajón el árbol
nació por su mala estrella
y en vez de morirse triste
se hace flores de sus penas.
Como no tiene reparos
todos los vientos le pegan
las heladas lo castigan
l'agua pasa y no se queda.
Ansina vive el aromo
sin que ninguno lo sepa
con su poquito de orgullo
porque es justo que lo tenga.
Pero con l'alma tan linda
que no le brota una queja
que no teniendo alegrías
se hace flores de sus penas.
Eso habían de envidiarle
los otros si lo supieran ...
que no teniendo alegrías
se hace flores de sus penas.
El aromo - Yupanqui
Un abrazo, Marplatense
Apología a la marihuana por Peter Capusotto, muy bueno!!!! jajaja
http://www.youtube.com/watch?v=uVEeb8eBjuo
Martín: inevitable la típica referencia, pero "es la primera vez" que comento, muy a pesar de leerte desde hace tiempo.
Tus comentarios me parecen muy buenos y están centrados en la clara idea de defender la libertad, no solamente por lo que pueda estipularse legalmente.
Está claro que desde hace tiempo, el que quiere conseguirse uno, un gramo, una pepa o lo que fuera; lo consigue.
El estado no participa, no regula. El negocio funciona igual.
Voy a dar un ejemplo estúpido, indigno de jurisprudencia. Supongamos que, en un ataque de papismo, el estado prohíbe la venta legal de los preservativos, como si los considerara "non-sanctos".
¿Alguien dejaría de utilizarlos?
¿Alguien dejaría de lado su "inmoralidad"?
Pongamos caso inverso y real...
Con la marihuana prohibida, ¿Quién mierda "no la consume" sólo por "no ser legal"?
¿Desde cuándo el estado importó tanto acá como para ser "tribuna de doctrina"?
Está claro que el tema, entonces, es simplemente el cómo "repartirse la torta".
Si el estado estuvo ausente de todo juicio moral (la careteada que aún permanece escrita, no ayuda), parece ser el momento exacto de utilizar las famosas banderas de la libertad y hacerles el jueguito populista a los que desean un estado "moderno y eficaz", que no se encargue de los perejiles que le encuentren una piedrita.
¿Eso significa que se encargarían de los peces gordos? ¿Se cargarían con los que convierten lo sagrado o lo medicinal en una mezcla de estiércol y pasto?
¡No! En absoluto. Al contrario, les facilitarán el camino -el negocio de llegar en forma "legal"- a una nueva sociedad adolescente de clase media, amante de la experiencia inconsciente, falta de estudio, libros, naturaleza, música e ideas. Llena de autos, hijos, peinados, oídos aturdidos, juguetes sexuales de piel y reggaeton. Los mayores consumidores de cualquier cosa que sea estrictamente una mierda, en definitiva.
Aquellos que son, en definitiva, una mayoría hija de tiempos difíciles, pero ahogada en esta falsa prosperidad.
No saben nada de contracultura. Ni siquiera de cultura. Pero forman el futuro y el grueso de la clase media mediocre. La misma que vota a los peores políticos y se mira el bolsillo de reojo, para ver qué se compra.
Si es mejor, peor, etcétera.
Es buenísimo que no persigan a ningún perejil por eso.
Es tristísimo que se hayan rendido ante los que la hacen o la venden.
A propósito. Entiendo que la batería de Pomo no sea lo mismo que el frenetismo de las corcheas de máquina de "Ropa violeta".
Pero no olvides que fue programada por gente, y que su efecto es estremecedor. Que es irreproducible por un humano, valga la paradoja.
No hay un tema que me haga bailar más... ni gritar más.
Imposible sería con "Jugo de lúcuma" o "Viento del azur".
En definitiva, me gustan todos esos temas que nombré, pero loco, no nos olvidemos de los contextos, pero tampoco de la melodía y la armonía (¿acaso Luis se adaptó a algo en esos menesteres?).
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