Yo esperaria un poco más, un solo partido no es nada pero... Me parece que a la prensa le pegó el malvinazo con el Diego: están todos compitiendo por ser el Gómez Fuentes de este proceso, el periodista que se ponga la gesta al hombro. A Cortázar lo noto, desde hace 20 años, un poco relegado en el panteón de los leídos por la superestructura cultural dominante, aunque no sé si no se vendrá pronto una reivindicación a través de Bolaño, ahora que lo empezaron a traducir al inglés y a publicar en EEUU: hace unos días leí una nota en el New York Times acerca de Bolaño, y el autor recordaba a una de sus influencias que merecía una nueva lectura: sí, Cortázar. Escapando del esquema cortazariano al que referís, hay un cuento al que siempre tengo presente, El perseguidor, más que nada por la prosa del critico de jazz, por su soberbia, por su pequeñez, por su pretensión de conocer claves de una obra que el autor no sólo ignora, sino que es incapaz de formular. Lo tomo como modelo de lo que no tengo que hacer cuando escribo de música.
Julio Cortazar es el maestro de la palabra que se piensa pero no se dice. Parece siempre dejarle un espacio en blanco, que con palabras bordea un sentido escondido pero que el lector se siente empujado a intuir. Cartas de mama es una perfecta muestra, de que Cortazar parece tejer una manta transparente, hecha de palabras, para vestir eso que la gente calla, pero ocupa un lugar en la mesa de comedor.
Detesto sentir que unicamente he parafraseado el post...que mas queda. Saludos!
Un consejo (probablemente inservible, como todos): no pongan jamás ningún comentario desde un teléfono celular, por más tecnología que prometa, es una cagada.
7 comentarios:
Yo esperaria un poco más, un solo partido no es nada pero... Me parece que a la prensa le pegó el malvinazo con el Diego: están todos compitiendo por ser el Gómez Fuentes de este proceso, el periodista que se ponga la gesta al hombro.
A Cortázar lo noto, desde hace 20 años, un poco relegado en el panteón de los leídos por la superestructura cultural dominante, aunque no sé si no se vendrá pronto una reivindicación a través de Bolaño, ahora que lo empezaron a traducir al inglés y a publicar en EEUU: hace unos días leí una nota en el New York Times acerca de Bolaño, y el autor recordaba a una de sus influencias que merecía una nueva lectura: sí, Cortázar.
Escapando del esquema cortazariano al que referís, hay un cuento al que siempre tengo presente, El perseguidor, más que nada por la prosa del critico de jazz, por su soberbia, por su pequeñez, por su pretensión de conocer claves de una obra que el autor no sólo ignora, sino que es incapaz de formular. Lo tomo como modelo de lo que no tengo que hacer cuando escribo de música.
"Así comienza el relato, como si, de pronto, se le subiera el volumen a una grabación que permanecía en silencio" Genial imagen. Saludos.
Julio Cortazar es el maestro de la palabra que se piensa pero no se dice.
Parece siempre dejarle un espacio en blanco, que con palabras bordea
un sentido escondido pero que el lector se siente empujado a intuir.
Cartas de mama es una perfecta muestra, de que Cortazar parece tejer una manta
transparente, hecha de palabras, para vestir eso que la gente calla, pero ocupa
un lugar en la mesa de comedor.
Detesto sentir que unicamente he parafraseado el post...que mas queda.
Saludos!
Soy yo, no un anonimo. Ser anonimo suena terrible, demasiado cortazariano.
Un consejo (probablemente inservible, como todos): no pongan jamás ningún comentario desde un teléfono celular, por más tecnología que prometa, es una cagada.
Publicar un comentario