lunes, 14 de septiembre de 2009

Repaso alocado y multi-temático

Evidentemente la gratuidad de los partidos de fútbol llevada a cabo por el gobierno acabó con mi cultura. Hoy intenté resistir el influjo nacional y popular bajando la discografía remasterizada de los 4 de Liverpool pero lo único que conseguí fue prestarle atención durante media hora al bajo y la batería de “Taxman” sin discernir si me estaba cambiando la vida para siempre o los insignes ingenieros trabajaron 4 años en ¡subir el volumen! Igual siempre es hermoso escuchar de nuevo a los Beatles.

Pensé en escribir algo sobre el disco de Cerati pero no me produce nada. Es como esas mujeres que uno sabe que son muy lindas y deben oler muy bien pero no te mueven un pelo. El ejemplo perfecto es Valeria Mazza (o Nicole Kidman, pero no la nombro porque recibí muchas críticas exponiendo esta misma teoría en la vida cotidiana). No conozco a nadie que muera por Valeria Mazza, la mayoría, en una hipotética e imposible elección, prefiere a la panadera de la esquina.

De política tampoco hay mucho que escribir. La joda de Kirchner a Clarín (con 200 actores de reparto) me desalentó por completo. No es que tuviera esperanzas, pero hay cosas que son imperdonables. Muchos comienzan a sospechar que Kirchner no sería el gran genio maquiavélico que presumían. Claro, si de verdad se descerrajara los sesos elaborando maquinaciones conspirativas para destruir a sus detractores me saco el sombrero. Pero con este tipo, como diría Spinetta, “no agarramos vuelo ni con una turbina en cada mano”. Me recuerda a ese capítulo de los Simpsons en que Homero llega a liderar el Sindicato de la Planta gracias al “Plan dental/ Lisa necesita frenos/ Plan dental”. Haya sido él quien mandó a los sabuesos o le hayan creado la “pantomima” por atrás, es un imbécil.

Otro grave error de los K que en el debate sobre la Ley de Medios vuelve a resaltar es la capacidad nula de sus funcionarios (salvo algunas excepciones) para construir un discurso inteligente capaz de obturar los argumentos de los adversarios (en la mayoría de los casos interpretaciones tendenciosas sobre artículos del proyecto). No creo que se trate de un mero problema de comunicación, como se suele decir (la “gente” también habría estado en desacuerdo con las retenciones si hubiese sabido perfectamente de qué se trataban). Días pasados, el gris diputado Raúl Solanas (un tipo que en cámara se muestra tímido, dubitativo, miedoso) no pudo rebatir en forma adecuada ninguna de las idioteces que dijo Mirtha Legrand que llegó a calificar a la ley, en sus narices y con el aplomo de los que ignoran la duda (como es su costumbre), de “mordaza” y “fascista”. Otro gol en contra es Diana Conti, que con su habitual malhumor y su tono destemplado, termina personificando todo el imaginario kirchnerista (intolerancia, violencia, autoritarismo) que los medios han conseguido instalar como propio de todos sus representantes. Esto no sería grave si Conti contara con un dominio de la situación, pero en la mayoría de los casos suele saltarle la térmica con facilidad hasta el punto en que se desborda, arremetiendo con frases agresivas que no ayudan en nada.

Hace unas horas, en “Tres poderes”, un inentendible Claudio Morgado también quedó en off-side contra Fernando Iglesias. Estuvo excelente en TN marcando la parcialidad del zócalo, pero ahora en vez de explicar tomó agua (litros), en una distracción desnudó la ideología camaleónica de Gvirtz, un aliado del gobierno, y sin saber qué contestar terminó citando a Víctor Hugo Morales. El diputado de la Coalición Cívica tal vez sea uno de los personajes más soberbios de la oposición (supuestamente moderada aunque sus máximos representantes se metan en el “culo” sus candidaturas, le digan “vagos” a los maestros o comploten contra las medidas que fomenta el gobierno desde la misma vicepresidencia): cuando los demás exponen hace caras, se ríe, interrumpe, suspira. Al revés de lo que decía Phil Spector sobre Lennon (“conocerlo es amarlo”), verlo es detestarlo y, consecuencia de su habilidad para el discurso, siempre tiene a mano una frase hecha o un eslogan escandaloso que desarma la buena intención de quien lo enfrenta (Gustavo López lo contrarrestó bastante bien días pasados).

Además los opositores están echando mano a una estrategia invencible: reprocharle a los legisladores del gobierno sucesos que los exceden, por caso, el patrimonio de los K. Me pregunto si es su deber responder sobre la calidad de chorros de sus jefes (eso, en todo caso, lo deberá evaluar la Justicia) o sobre las políticas que instrumentan en el Parlamento.

Dije que no había nada que decir sobre política pero me fui al carajo y, ¡cuidado! (¿?) en cualquier momento abandono mi pseudo-apoyo crítico a los K y me hago un anti K recalcitrante. Lo de la Afip acabó con mi paciencia, fue demasiado: uno puede deplorar los abundantes hechos de corrupción y sostener ciertas medidas en un panorama desolador donde los únicos presidenciables son peores que los que están, pero ¿sostener la idiotez estratégica a punto tal de darle toda las condiciones a Clarín para que se victimice en cadena nacional? ¿Y tener que soportar a Van der Kooy y Blank (¡qué alterados están esos muchachos, “por dió”!, hasta en LLP se dieron cuenta) rasgarse las vestiduras? Ya no me arrepiento de votar a Sabbatella.

Ah, me quedó en el tintero blogger una de Nelson. Esto es casi como decir un “chiste de gallegos”. Es vieja pero funciona a muchos niveles. Dos jueves atrás, empieza “El juego limpio” con rostro circunspecto informando sobre una noticia que “inquieta”: Biscayart, el juez del caso Skanska, ha sido amenazado. A continuación, se pone en comunicación telefónica con la víctima. Mientras hablan, pasan imágenes de Julio De Vido. El efecto obvio es: peligra la vida de Biscayart amenazado por el gobierno para que no siga investigando. La amenaza consistió en una corona acompañada por un mensaje mortuorio (Q.D.E.P). La noticia olió automáticamente a una operación armada, pero Castro siguió firme en otorgarle gravedad al tema. En primer lugar, pregunta al juez si cree que la amenaza ha provenido de donde todos creen. El juez le contesta, impasible, que no sabe, que tiene ¡385 causas! Castro, aun preocupadísimo, le pregunta si es común este tipo de amenazas, lo hace, sin dudas, para que el juez responda que no, que eso nunca pasa, que sólo puede ocurrírsele a los dañinos K. El juez responde que sí, que a veces sucede. Ya desalentado, Castro continúa su clase de periodismo independiente para finalmente preguntar a Biscayart si alguien del gobierno se puso a su disposición durante el transcurso de la causa Skanska. Biscayart responde que sí, que Aníbal Fernández le dio todo su apoyo. Fin de la comunicación.

Digresión: algunos medios (el imperdible pasquín Urgente 24 entre otros) le han dado cierta repercusión a un supuesto cacerolazo contra Cristina que se desarrollaría el 26 de septiembre a las 20: 00 horas. Intuyo que en los próximos días se hablará un poco más. Lo gracioso es que lo promueve un foro de fascistas irredentos que quieren voltear al gobierno (el nombre me maravilla: http://www.argentinasequeja.com/) contando con ¡197 usuarios! Por otro lado, pero en la misma línea cibernética, impacta la cantidad de grupos de facebook con contenidos reaccionarios y que la mayoría de sus componentes sean jóvenes. Casualmente, los de odio a Cristina y Néstor o D’Elía o Hebe de Bonafini, poseen manifestaciones retrógradas (prejuicios ideológicos, raciales, etc.) mientras los oficialistas se explayan sobre cuestiones políticas (la renuncia de Cobos, la suba a las retenciones) o son meramente chistosos (un millón de firmas para que encierren a Carrió en un loquero; para que Patricia Bullrich abandone el alcohol). ¿Quiénes son los intolerantes?

Ya no me quedaron ganas de opinar sobre el balompié. Sí debo decir que “El show del fútbol”, programa de América TV que se emite los domingos a las 22 horas, es un cóctel insuperable que mezcla la polémica berreta de “Tribuna caliente”, la demagogia de “El equipo de Primera” y la costumbre de Alejandro Fantino para hablar de la defensa de Boca con la seriedad del Holocausto. Por último: la dupla Julio Ricardo-Marcelo Araujo derrapa a “troche y moche”. El primero tiene un estilo anquilosado que nunca me agradó; puede que sea una cuestión de gusto subjetivo. Ahora bien, Araujo está ciego y no se compró anteojos o directamente no sabe los nombres de los jugadores. En una misma jugada Mauro Díaz pasó a ser Buonanotte. A Lucas Orban lo empezó a nombrar a los 40 del primer tiempo. Muchas veces no se sabe quién fue el jugador que organizó una jugada o robó una pelota porque Araujo decide no informarlo. Encima matiza la transmisión con chismes y “sketches” que son una patada al estómago o, más bien, una pistola en la cabeza de la democratización del fútbol. Almeyda pide selección. El partido en sí fue rarísimo. El árbitro debió echar a tres jugadores por lo menos (Fuertes y Galmarini seguro) y el juez de línea tenía un corpiño talle 110 en los ojos. Comenzó el derrumbe del mito Fabbiani que alerté hace tiempo (mientras advertía que ganar un amistoso contra Francia no era para volverse crazy). Escribí peor que de costumbre. Perdón. Muchas gracias. Por favor, perdón y gracias.

2 comentarios:

Carlos G. dijo...

Y...sí, uno se tienta muchas veces con abandonar el apoyo crítico (cada vez más y más crítico) pero es que los muchachos más representativos de la oposición son absolutamente vomitivos.
Coincido en tu comentario sobre Iglesias, pero no hay que olvidar a Adrián Perez...también un gran gestualizador.
En fin ambos aprendices de su jefa política.
¿Siempre estaremos los argentinos obligados a elegir entre dos males?

Lisandro Capdevila dijo...

Yo rescato los sacos de Araujo y el peinado de Julio Ricardo. Para mi Araujo no relata sino que son los .wavs que traía el amado Pc Futbol 98.