miércoles, 28 de julio de 2010

Dynamo Experience

La pregunta es pertinente porque hoy tiene más ascendencia un monitor que un ser humano.

¿Todavía existen los primos?

El primo tiene una función familiar implícita e institucionalizada: instruir en la vida a sus colegas menores a través de la transferencia de gustos, costumbres, modas e ideología. Incluso hay quienes se enamoran de sus primos. Incluso hay quienes se casan con sus primos. Incluso hay quienes tienen hijos con sus primos, pero éstas son cuestiones que escapan a los límites de este texto.

Otra cosa sobre los primos: de pequeños son nuestros hermanos ideales (a los verdaderos siempre les encontramos defectos o los queremos asesinar); cuando crecemos directamente desaparecen. Los cruzamos esporádicamente en la calle o en alguna reunión familiar y fuera de las frases hechas no hay nada para decir.

Nací en el 84’ con Alfonsín a la cabeza, un año exacto después de la vuelta a la democracia. A fines de esa década (87, 88) mientras mi viejo construía la que fue nuestra primera casa, vivimos un tiempo en la de mi tío. Mis primeros recuerdos se remontan a esa casa y a esos tiempos, especialmente a mis primos mayores, que por entonces eran adolescentes. Me acuerdo de una chica que era amiga de ellos. Estaba completamente loca y vivía al frente. Se llamaba Emma y se vestía igual a Madonna, aunque a la distancia creo advertir que se parecía más a Lady Gaga. Mi primo mayor estaba haciendo el servicio militar y siempre lo metían en el calabozo. Un amigo de él gustaba de una de mis primas pero nunca se animaba a decírselo. En fin, todas cosas que desde mi pequeña perspectiva tal vez no alcanzaba a comprender del todo pero me parecían fascinantes. Se puede afirmar que el adn de mi personalidad fue modelado en esa época y uno de los aspectos de este último se relaciona con la música. Mis primos escuchaban “rock nacional”. Incluso ellos son parte de la representación mental que tengo sobre el "rock nacional". Antes de cualquier artista del género, se me aparecen sus rostros en el lente sacralizado de mi infancia. De modo que crecí escuchando a Sumo, la versión ochentosa de Charly García, Virus, Los Abuelos de la Nada, Don Cornelio y la Zona, Los Cadillacs, etc. Mis primas y sus amigas eran especialmente fans de Soda Stereo. Coleccionaban las revistas en las que aparecían sus notas y tenían la pieza repleta de pósters. Ese fanatismo fue heredado, ipso facto, por mi hermana. Y de ella, naturalmente, hacia mí.

En 1992, cuando ya hacía 4 años que vivíamos en nuestra propia casa, recibimos una caja con todo ese material iconográfico sobre la banda de Cerati.

Pero ¿qué había sucedido para que fanáticas acérrimas se desprendieran de atesoradas ediciones de Pelo, Pan y Circo y 13/20?

Dynamo.

Esta anécdota personal ilustra claramente el impacto que tuvo Dynamo en los fans de Soda Stereo, editado en una época en la que los grupos de rock con cierta ambición todavía acostumbraban a cambiar de un disco a otro. Pero si pensamos que sólo cuatro años atrás la misma banda estaba siendo súper producida por Carlos Alomar en vías de terminar de expandir definitivamente su hegemonía continental al ritmo de un funk pop latino, el desconcierto es entendible. ¿Qué banda actual mutó en forma radical su sonido desde el 2006 a la fecha? Pocas o ninguna. ¿Cuántos años hace que Babasónicos graba un Jessico atrás del otro? No necesariamente lo nuevo es mejor, pero no quedan dudas de que el rock ya no existe o se aburguesó o ha sido cooptado por el sistema o las marcas o el Salón de la Casa Rosada.

Por You Tube andan dando vueltas algunos fragmentos de un documental titulado “Haciendo Dynamo”. Su autor es Boy Olmi. (¿Qué vincula a todas las cosas existentes en el mundo?: Boy Olmi). Ahí se ve a Cerati explicándole a Charly Alberti cómo debe tocar la batería. También le cuenta a Zeta Bosio (su bajista) el concepto del disco. Y baila aparatosamente. Y hace unos chistes bastante malos, pero todos se ríen porque es él. En El Tercer Reich, la novela póstuma de Bolaño, Udo, el protagonista (un alemán obsesionado con los juegos de guerra) se va con su novia de vacaciones a una ciudad balnearia de España. Allí se hacen amigos de Charly y Hanna, una pareja de su misma edad. Sin que se haga explícito en ningún momento de la novela (ése es uno de los aspectos más inquietantes del libro), uno intuye que si Charly se lo propone, le quita la novia a Udo. Bueno, de ese tipo de personas parece (y demostró…) ser Cerati, el ser extraordinariamente talentoso que hace todo bien y nació para ser odiado por quienes son o se consideran inferiores. Quiero aclarar con este párrafo que no se me escapa la gran animosidad que hay contra el personaje Cerati, el tipo arrogante que siempre quiere cagar más alto que su culo y… ¡lo logra! En 1992 se propone ser indie, algo ridículo si tenemos en cuenta que Soda Stereo era la banda más popular del país (junto a Patricio Rey) y venía de grabar un disco implacable como Canción Animal.

Al mismo tiempo Dynamo es el último gran disco de Cerati. Ya en ese momento se había vuelto grave. Su música había perdido el humor de otrora. Por eso Ahí vamos, sin ser la octava maravilla del mundo, fue tan bien recibido. Cerati alguna vez hizo letras irónicas, temas para bailar y divertirse. Pero cuando se pierde el humor, creo que se pierde casi todo: comenzamos a creernos muy serios como para reírnos de nosotros mismos. De esto mismo trata una mítica nota escrita por Daniel Riera en el 2004 y titulada “Contra Gustavo Cerati”. Quiero decir que a mí me gusta la nota, porque con el tiempo la música de Cerati dejó de maravillarme. Además me divierte cuando un periodista es incisivo y bastante hijo de puta. De última así son muchos músicos el 95 por ciento del tiempo. En “Almoust Famous”, Lester Bangs le dice al crítico inexperto que debe ser “inclemente”. No obstante lo cual, aclaro que si yo fuese Cerati (posibilidad remota: si reencarnara, como mucho, llegaría a un Marciano Cantero) habría golpeado la cabeza de Daniel Riera una y otra vez con una llave francesa de 18’. Y después le hubiese dado no uno, sino tres o cuatro tiros de gracia. Para no ser redundante y terminar con el tema, transcribo a continuación algunas de los golpes dialécticos de Riera:

Vale decir, el problema con los temas de Cerati, con los discos de Cerati, con los shows de Cerati, no es que sean "viejos". Es que son chotos. Es que no sucede nada en ellos.

Y si este disco se llama Canciones elegidas y no Grandes éxitos no es porque Cerati haya elegido lo más distinguido de su repertorio solista en desmedro de lo más popular: es porque no hay ni un solo hit en los once años de carrera solista de Cerati.

Durante el fatídico 2001, Cerati quiso aportar su granito de arena a la tragedia argentina y editó dos discos.

Después de Nirvana era imposible otro disco de rock épico setentoso como Canción Animal. Mucho menos volver al pop de los 80’. El primer paso hacia el lado oscuro del rock de estadios fue Rex Mix (1991), un disquito con 6 temas, de los que uno solo era nuevo, “No necesito verte (para saberlo)”, y donde se versionaban clásicos como “En camino” siguiendo la huella de lo que se denominó por aquellos años “la movida de Madchester”, un movimiento surgido en Inglaterra que, mientras nacían las raves, mezcló el rock melódico de vertiente beatle con ritmos disímiles como el funk, el dance, el lounge y el soul (las bandas más representativas fueron los Stones Roses y Happy Mondays). Allí se encuentra la tendencia a deformar clásicos (algo usual en las presentaciones de Dynamo) y experimentar haciendo del estudio un laboratorio de ingeniería. Después llegó Colores Santos, el disco pop que Cerati grabó junto a su Bioy, Daniel Melero (¿el Yoko Ono de Soda Stereo?), en el que se notó la influencia cada vez más decidida de la electrónica en la utilización de samplers y demás chiches tecnológicos.

Para Dynamo, de la corriente iniciada en Rex Mix, también quedó el look del video de “No necesito verte (para saberlo)”: bermudas, remeras psicodélicas, anteojos raros. En ese sentido Soda Stereo era como los Beatles y las mujeres que se pelean con su novio y se cortan el pelo para demostrar que ya no son las mismas: “Maduré, me dejé el flequillo”. La estética anuncia una concepción artística integral y novedosa. A todo esto añada el apogeo del rock de los guitarristas que están tan pero tan tristes que no les queda otra que mirar concentrados sus zapatos: shoegazing. El híbrido entre distorsión y pop ensoñado de Loveless (My Bloody Valentine) dejó huella en el oído atento de Cerati. Aunque los expertos indican que es Ride, otra banda noise, la que más pesó: chequear el comienzo de “Luna Roja” y “Sennen” (un clásico del plagio conocido por grandes y chicos es la versión unplugged de “Un misil en mi placard”, reproducción fiel de “Chrome waves”).

Entonces la ecuación es: Madchester + electrónica + shoegazing + grunge + fin de la dictadura de la hi-fi + hartazgo (la banda venía de una gira no muy feliz por España en la que tuvieron que hacer playbacks televisivos como si fueran unos novatos).

Una chica de 18 años se parte al medio y es toda una mujer. Pero un disco no sigue ese tipo de coordenadas evolutivas, se supone que para el rock, el maldito rock, dos décadas son bastante tiempo para caer en el olvido, más si el disco aludido fue pergeñado siguiendo los lineamientos de distintos sonidos en boga (lo primero que pasa de moda es lo que está de moda). Dynamo, sin embargo, suena mejor que cualquier cosa que se haya editado en la Argentina. Por eso lo considero un clásico contemporáneo. Y creo que es mejor que Loveless y Zooropa y varios de los grandes tanques de la primera mitad de los 90’. Por primera vez, la voz de Cerati no está al frente y explotando toda su potencialidad. En la introducción de “En remolinos” ni siquiera se oye lo que modula. En “Claroscuro” canta como si estuviera hablando por un portero eléctrico. “Primavera 0” es un hit instantáneo, pero dentro de su especie es bastante extraño. Los estribillos de Dynamo se asemejan a mantras, mensajes místicos y enigmáticos de una notable efectividad en la correlación entre la sonoridad de las palabras y la música: “Mójate los labios y sueña”, “Toma la ruta y todo será diferente”, “¿Quién sabrá el valor de tus deseos?”, “Como algas en el mar”. El disco surgió de zapadas caseras y eso se nota en el derrotero de algunas melodías redondas que se pierden adrede y dan paso a la “improvisación”. Ruidos, voces que se escuchan por detrás, secuencias de sonidos serializados (el final de “Nuestra fe”, el gemido que se repite en “Camaleón”, el principio de ese delirio genial llamado “Sweet Sahumerio”). En “Ameba” la guitarra suena como una sierra eléctrica y la letra, (como la mayoría) es el monólogo de un amante despechado que interpela amargamente a través del micrófono: “Sos buena en la cama/ Y sabés guardar un secreto/ Hasta quebrar tu cuerpo/ Y te vas, y te vas/ dividiendo”. En “Fue” (que parece salida de otro disco): “He llegado hasta el fin/ Con los brazos cansados/ Tantas veces te vi/ Simulando un olvido/ Y eso pasó”. La pretensión de saberse vanguardia se encuentra hasta en los créditos del disco: “¿Y la música dónde está? ¿En los cables?”. Casi como decirle al fan que no espere canciones, “esto es ruido, nosotros somos del futuro”. Y todo culpa y gracias al ego de Cerati.


22 comentarios:

Eduardo Varas C dijo...

La venganza sónica que hay en "Dynamo" es lo que lo vuelve algo fundamental, me atrevo a decir, en el rock mundial. Porque más allá de los 'plagios' (ni siquiera Los Beatles se libraron de eso) lo que hay a nivel sonoro en ese disco es una apuesta por ese ruido que deforma y a la vez transforma.

Creo que la necesidad de hacer algo contemporáneo es lo que movió a Certai y compañía en Dynamo a hacer algo que perdura. No suena a ningún otro disco de Soda (no es ni cansado como 'Sueño Stereo', ni rockero como 'Canción animal'), ni siquiera la batería suena como si fuera una batería (en "Luna roja" el pequeño delay del golpe en la caja le da un matiz al tema que ya te cuenta algo más)...

A veces, cuando presiono play para escucharlo, asumo que lo que experimentaré es un acto de pinceladas... y leyendo lo que escribiste estoy más convencido de aquello.

Un abrazo, loco

Andrés dijo...

Tengo un prejuicio con Dynamo. Tanto dijo "la gente" que es malo, que le tomé un prejuicio. A "la gente" le debe pasar lo mismo con otras cosas, ponele con Chávez, me imagino, no sé. pero me nombras madchester y me nombras shoegaze, no sé nunca me lo explicaron así, como cuando te gusta la historia porque el profesor da buenas clases

Otm Shank dijo...

Ejercicio:

1. Escuchar Loveless y Dynamo.

2. Escuchar los primeros discos de 2 bandas hoy olvidadas llamadas Lush (Spooky, 1992) y Curve (Doppelganger, 1992)

Comparar nuevamente Loveless y Dynamo.

Hipótesis: La familiaridad entre estos 2 últimos discos desaparecerá completamente.

Bonus Track: Leer en clave ostranenie la palabra "escuchar"

David dijo...

En remolinos... Top five.

Sumamente cierto el prejuicio que hay acerca del disco,lamentablemente.
Incluso hasta hace algunos meses pensé lo mismo que "la gente". Me rescató un amigo que me hizo puntualizar "En renolinos" y algunas más.

Muy bueno el análisis del disco, el contexto, las corrientes y algunos aspectos de Cerati

Gran Post.
Saludos.

Cine Braille dijo...

No es el disco de Soda que más me gusta, pero no hay disco de Soda que no me guste. Nunca entendí a los que se fanatizan con una banda y no quieren que cambie nunca, por caso los fans de los Redondos que odian Ultimo Bondi (¿odiar La pequeña novia del carioca o Alien Duce? Por favor). A lo mejor a mí me salvó de eso haber escuchado a los Beatles siendo bastante chico y me formateó el gusto, en el sentido de gustarme bandas que pueden tocar temas de estilos muy diversos... y bien. A eso de los 15 años, una etapa Beatles de aunque sea unas semanas es casi imprescindible.
Está muy bien el post: el grado justo de información, de opinión y el toque de maldad imprescindible si uno escribe de rock.

Anónimo dijo...

Lo hacia más viejo, Sr Corvino. Me ha sorprendido, por momentos es un pibe (como en este post) y por momento un vampiro de 700 años. Odd.

Anónimo dijo...

Lo de vampiro de 700 años es un elogio, se entiende.

Lisandro Capdevila dijo...

¿Todavía existen los primos?

Misma pregunta se hizo Paenza y habló de Bruce Springsteen.

Martín Zariello dijo...

Qué te hacés el canchero, Otm Shank, qué te hacés acá, eh, eh? (?). Es verdad, leí este mensaje al mediodía, recién llegado del trabajo, me bajé los discos aludidos por ti, los esuché antes y luego de mi siesta y sí, puedo decir que guardan puntos en común con Dynamo, ahora bien: son del 92, son influidos por Loveless. Esto no borra el Loveless que hay en Dynamo, esto no empaña todos estos años de Pablos Schantones ni todos estos años de gente (?).

Soy un vampiro de 700 años, me descubrieron.

Che, no puedo creer que leyeron todo esto, yo ni en pedo leo algo tan largo en un blog. Bueh, andá a saber si lo leyeron.

Cine: A mí también me gustan los discos de Los Redó rupturistas, me encanta escuchar bandas haciendo cosas extrañas. Incluso, es más, es máaaaaaaaaaaas (?), me gusta Say No More. Pero más me gusta Marcela Kloosterboer.

Lisandro: Justamente de Paenza tomé el ejemplo. Muy buena data, muy buena, ejemplar tu data.

Qué buena data, por dios (?).

Habría que matar a los que dicen: Qué buena data.

Eddie, anónimo: no sabía que había prejuicio contra el disco, no estaba enterado. Creo que es un disco que no le puede no gustar a nadie. Es más, es máaaaaaaaaaaaaas! (?), es mi disco favorito de Soda.

Eduardo: Lo que decís del rock mundial estaría justificado en el inicio de Lemon, de Us. Según la leyenda Bono escuchó Claroscuro y se copió. Y quién le roba a un ladrón...

-Tiene cien años de perdón?
-Si, pero era una pregunta retórica (?).

Bueno, mmm, cómo decirlo, eh, muchas gracias por todo a todos, o sea, yo, mmm, ah, eh, dddd, a pesar de que obviamente los odio porque saben más que yo, estoy tan agradecido que me voy a tomar un té.

Martín Zariello dijo...

Ah, no sé qué dirá Inmanente de esto, pero estoy en contra.

Lisandro Capdevila dijo...

yo no lo leí todo, iba viendo que palabras sobresalían a ver si me interesaban, en realidad buscaba la palabra "tetas" de reojo pero nada, ni una!!! como hace un amigo con el blog de Cappa que hace Ctrl+F y busca "humo".

Negroperro dijo...

Gracias totales por este post.
Gracias, again, por hablar en forma notable,as usual, del mas maravilloso disco de Soda.

Otm Shank dijo...

Je. Disculpá mi cancherez ( es sólo en lo comentarios a blogs, lo juro) Es que por cuestiones personales (?) el "tema dynamo" venía siendo arduamente debatido en el último tiempo con ciertos frikis (no como yo, eh) que frecuento.
La cosa es que uno de ellos recordó que Cerati en esas épocas nombraba a esas 2 bandas (y esos 2 discos, novísimos) en reportajes.

Ya es un lugar común eso de que GC funciona como antena de lo que se está haciendo musicalmente en los momentos en que él está grabando un disco.

Otro ejemplo que me acuerdo ahora: En épocas de "Amor Amarillo" hablaba de los High Llamas, banda que se haría popular allá y conocida (o poco menos) acá un año después (con "Gideon Gaye")

O en Rex Mix, que jodía con los hoy justamente olvidados EMF.

Otm Shank dijo...

Mamadera, que feo escribo.

Por algo unos tienen blogs y otros nomás los leemos.

Martín Zariello dijo...

No hay rencores, no hay rencores, pero Lisandro me mintió y Otm Shank me traicionó (?).

En fin, buenas bandas, ni idea que exisitían. Gracias por mencionarlas. Hay un periodista chileno que mata(ba?) a Cerati cada vez que saca(ba?) un disco nuevo(ba?: ???) con ese lugar común de que roba de todos lados. Yo creo que en un punto es verdad, roba, pero: qué bien roba(ba?).

ht dijo...

"¿Qué vincula a todas las cosas existentes en el mundo?: Boy Olmi"
¡Es verdad!

Hugo dijo...

Fue el primer disco que escuché de ellos, que se yo.. no me disgustó, pero tampoco me enloqueció.

Soy de los que pocas cosas de Soda llegan a conmoverme.

Cine Braille dijo...

Charly citaba a Stravinski diciendo que el buen compositor roba, y el malo toma prestado. Say No More.

Leni dijo...

aguanten los primos, si salí asi de esquizofrénica es por tener un primo metalero, una prima hippie y una prima que escucha nirvana y los piojos.
y soda fue una de las primeras bandas que escuché de chica (gracias de mi tía) además de Amistades peligrosas (culpa de mi tía)-

Inmanente dijo...

Corvi, coincido totalmente en que Dynamo es el mejor disco de Soda por afano, Come together es un plagio de Lennon a Chuck Berry y sin embargo... los que boquean que cerati es un ladrón no entienden nada o están enfermos de celos (El imbécil de Riera dice que la carrera solista de Cerati es descartable negando en su tremenda sordera los 2 primeros discos, que traen Joyas inigualables como Lisa o Puente).
Dynamo como un mero plagio es un cliché que Cerati demuele con canciones brillantes como "En remolinos" (cumbre de su obra para mí, una catedral sónica que se hunde en la raíz misma de nuestra naturaleza divina, inmaterial) "Nuestra Fé", "Primavera 0" o "Fué".
No encuentro ese nivel compositivo en los insumos a los cuales cerati habría saqueado y clonado impunemente (Ni en My bloody Valentine, ni en Stone Roses, ni en Ride, ni en Jesus & Mary Chain, ni en nada sónico que se te ocurra). Cerati tiene un standard compositivo en esa época a la par, y superior te diría, a la de cualquier artista rock planetario.
Lo que no comparto es que la decadencia compositiva de Cerati se deba a tomarse a si mismo demasiado en serio, el derrotero de todo músico rocker tiene una muy estricta vida útil más propia de los tiempos biológicos (que artista rock ya no dió lo mejor de sí después de los 40???) que de otras consideraciones psicológicas, etc

Inmanente dijo...

Corvi, vos que sos un chico indie (entre paréntesis, el indie es el nuevo hype agobiante del momento, el 80% de lo que se edita hoy en el rock lleva la etiqueta Indie!) escuchate "The National - High Violet (2010)" el disco Indie del año a pesar de los Arcade Fire

Anónimo dijo...

lo que yo queria, gracias