lunes, 4 de abril de 2011

Breves y arbitrarios apuntes sobre Blade Runner


El futuro huele peor que una botella de fernet DiLeone


En Blade Runner el futuro huele peor que una botella de fernet DiLeone. La Tierra se ha convertido en un lugar inhabitable y la población entera ha abandonado el Planeta en viajes hacia colonias espaciales. (En la novela se explica que esto es debido a la elocuente "Guerra Mundial Terminal"). Siempre es de noche, llueve constantemente y todo está sucio. Los rascacielos expulsan llamaradas de fuego. La cantidad de inmigrantes (con sus distintos dialectos), la omnipresencia de las corporaciones y las pantallas que repiten en forma constante la misma publicidad, neutralizan cualquier tipo de comunicación. Las calles son el show de la desesperanza: personas que no pueden escapar de la Tierra y deben permanecer en ella en trabajos mal pagos o directamente en la miseria. No sé si les suena de algún lado.


¿Qué pasa con los años?


Datos a tener en cuenta: la novela de Philip K. Dick en la que está "basada" la película es de 1968. La acción de la misma transcurre en 1992. La versión de Ridley Scott es de 1982 y transcurre en el 2019. Elipsis. En la actualidad, el futuro es imaginado como un aquelarre digital minimalista (Mr. Nobody), en 1982 como un hibrido excesivo e indistinguible que remite directamente a esa década. En fin, cada época intuye su futuro exagerando su presente: una porción importante de la estética de Blade Runner va del punk de fines de los 70 al hipotético ciberpunk del 2019. Alrededor de Deckard transitan una infinidad de freaks. Tiempo después, estos sociotipos colectivos serían denominados "tribus urbanas". El poder visual de Blade Runner es fulminante: sus protagonistas principales se transformaron en personajes iconográficos de los 80'.


Un cuadro de Edward Hopper pasado por ácido


La interpretación de Rick Deckard a cargo de Harrison Ford es sublime. Parece un personaje de Di Benedetto, arrojado a la existencia, sin saber bien qué carajo hacer. Transmite toda la incertidumbre e incomodidad que un tipo es capaz de expresar. Y además parece estar muy triste, como cuando debemos armar un porro con tucas viejas y ni siquiera tenemos encendedor. Pasa sus días en un departamento enorme y oscuro que sólo se ilumina con las luces esporádicas de afuera. Una de las imágenes más desoladoras que se han visto en el cine sucede cuando Deckard, arropado con una frazada, sale al balcón a mirar la distopía cotidiana mientras toma whisky. Es un cuadro de Edward Hopper pasado por ácido. En ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Deckard tiene una esposa y por momentos los diálogos entre los dos hacen pensar en una comedia de ciencia ficción. Ridley Scott gana densidad dramática al hacer de Deckard un anti héroe solitario que, arrastrado por los mares de la paranoia, termina sospechando de sí mismo.


Esto ya lo dijo Litto Nebbia en 1967


Es notable advertir cómo, a medida que avanza el desarrollo tecnológico durante el Siglo XX, la ciencia ficción dejar de ser una apología científica para convertirse en una alegato humanista. El final de Solaris es paradigmático en este aspecto: Kelvin Kris se arrodilla ante su padre y llora. Inequívocamente, está diciendo: "¡Qué cagada nos mandamos". O alguna de esas frases que se nos ocurren a los humanos cuando fuimos demasiado lejos y ni siquiera sabemos cuál es la dirección de nuestra casa. Esto ya lo dijo Litto Nebbia en "Ríete", un tema del primer disco de Los Gatos: "Piensan en llegar a la luna/ y no saben que a sus vidas/ no han podido aún llegar".


No es sólo otra sofisticada teoría del estructuralismo


En la trama de Blade Runner, la descentralización del sujeto ya no es una sofisticada teoría del estructuralismo (que va más allá de entender literalmente epigramas exitosos como "la muerte del sujeto"). La fusión con las máquinas ha llegado a tal punto que la posibilidad de sentir parece una utopía. En la novela de Dick esta idea es explícita porque los personajes cuentan con una especie de artefacto (el órgano de ánimos) que les permite llegar a cualquier sentimiento (ira, satisfacción sexual, depresión) discando números. Deckard parece resignado, pero no puede evitar enseñarle a decir "Te amo" a Rachel (una de las replicantes que debería cazar y de la que se enamora). Estos replicantes, androides con apariencia humana, son una creación de la Humanidad que se vuelve en su contra. Más o menos lo que les ocurrió a los dirigentes del fútbol con las barras bravas. "Es toda una experiencia vivir con miedo, ¿verdad? Eso es lo que significa ser un esclavo", repite Roy Batty, replicante y villano sensible que salva a Deckard (su verdugo) de caer al vacío.


No voy a permitir que se mate así a un valiente


La escena en que Roy Batty salva a Deckard está a un link de distancia de Traveler poniendo la "falleba" para que no atrapen a Oliveira en el capítulo 56 de Rayuela. O a Cruz y Martín Fierro en la noche unánime de la literatura argentina. Pregunten qué cosa me conmueve de este puto mundo. Responderé:


-Hombres enfrentados salvándose la vida.


Poesía eres tú


Antes de morir, Roy Batty enuncia unas palabras que recuerdan al canto con que los "Manos" del Eternauta se despedían de la vida. Esas líneas de diálogo son un hito y fácilmente pueden ser adulteradas como poesía:


He visto cosas que no podrán creer/ Naves de ataque ardiendo más allá de Orión/ He visto rayos-C brillando cerca de la Puerta de Tannhauser/ Todos esos momentos se perderán en el tiempo/ como lagrimas en la lluvia


Postdata


Escribo sobre un "clásico" y propongo una definición del término sólo apta para paranoicos: "aquello que se utiliza como parámetro para confiar o no en los demás".


17 comentarios:

g. dijo...

corvino, es usted grosso. nada más. disfruto como marrana los buenos análisis sobre una gran obra.
salut y respeto.

Negroperro dijo...

No olvides a Edward James Olmos, aka Teniente Castillo,en otra de sus extrañas,parcas y sublimes caracterizaciones-
So say we all.

fedefer dijo...

Uh.

Una de las pelis más sublimes de todas las épocas Corviello.

No sé si hay mucho más para decir, desde lo analítico. Es, efectivamente, un alegato humanista; el chiste, por así decirlo, es que los replicantes son más o menos lo mismo que los humanos, y en última instancia hasta más simpáticos. Habría que resaltar que el laburo de efectos visuales (por Dios, ese sol atardeciendo en la Tyrel Corp!!!) + banda sonora (de Vangelis) es casi inverosímil de lo grosa que es. Solo el plano inicial te pone los pelos de punta ¿O no?. Es una peli de esas que querés ver muchas, muchas veces (y no me pasa con casi ninguna película eh).

The Final Cut. La original prostituida por los productores para que fuera más vendible... no quiero saber nada.

¿Sabías que las líneas que citás de Roy Batty no estaban en el guión? Las improvisó Rutger Hauer en la filmación misma. Creo que con eso está hecho.

Saludos!

Patricio G. Bazán dijo...

Excelente reflexión, don Corvinus.
Un detalle: en la versión del director, el personaje de Harrison Ford es el sexto replicante, capturado y reprogramado, con falsos recuersos humanos. Gaff es el verdadero blade runner ("Ha hecho el trabajo de un hombre, señor").

Saludos.

Pablo E dijo...

Una belleza este texto Corvino, mis respetos.

Billy dijo...

No soy confiable: vi Blade Runner cuando era muy chico y me dormí.

Anónimo dijo...

patricio

estas diciendo cualquier verdura

Patricio G. Bazán dijo...

Anónimo:
Justifique. O cierre el ocote.

(perdón, Corvi).

bc dijo...

-me hago cargo de mi paranoia, Litto Nebbia no me hace confiar en nadie-

Martín Zariello dijo...

BC: Cumplo en informarle que usted ha sido declarada Persona No Grata por la Asociación Internacional de Fans de Litto Nebbia.

Billy: Mirala de grande, vas a despertar a un mundo maravilloso (?).

Patricio: Si, ésa es la versión que vi. Por lo del sueño del unicornio (obviamente tuve que buscar en google qué carajo significaba porque sino no entendía, justamente, qué carajo significaba).

G: Muchísimas gracias por disfrutar como marrana.

Pablo: Gracias.

NegroPerro: Tenés razón.

FedeFer: No sabía lo de la improvisación.

Olvidé decir que al final suena la música de Torneos y Competencias-


Bueno, saludos a todos, son muy especiales en mi vida, los llevo en un rinconcito de mi corazón (?).

Cine Braille dijo...

Esta película es lo más parecido a una religión que yo pueda tener. Cómodamente en mi Top 5. En una época la tenía en VHS y la veía casi todos los fines de semana.
Cada vez que ando por la loma de Colón y miro hacia el centro me acuerdo de la escena del balcón y el whisky, lo mismo que cuando me asomo al balcón de mi casa y veo las torres de Peña y Borrego a lo lejos.
Sean Young como Rachel es la mujer más hermosa que he visto en mi vida (la escena en la que Deckard le suelta el pelo…).
Y la cuestión de los replicantes formateó mi visión del mundo: pretenden que seamos eso, piezas programadas para cumplir una función, carencia de emociones peligrosas, unos cuantos años de vida útil, y que venga la generación siguiente.
PS: eso de que a la caza de los replicantes “no se le llamaba ‘ejecución’, se le llamaba ‘retiro’” es la versión cyberpunk de “los desaparecidos son eso, desaparecidos; no están ni vivos ni muertos; están desaparecidos” de Videla.

Anónimo dijo...

muchos cariños

Anónimo dijo...

corvi

si no viste la version original con el relato en off ... todavía tenés para disfrutar mucho blade runner.

para mí es mucho mejor, parece una de cine negro con el relato de bogart (entre otras cosas)

Martín Zariello dijo...

Si, la tengo que ver. Se suele decir que es mejor la versión ésta, pero debería comprobarlo con mis ojos.

Cine Braille dijo...

Es un policial negro de los 40 con temática de ciencia ficción y ambientado en 2019: el relato en off, los escenarios nocturnos o con lluvia, el detective, la mujer fatal, el toque chandleriano de que el caso policial importa menos que la realidad que se va revelando a medida que el detective avanza con su investigación, el hecho de que esa realidad que se revela tiene que ver con una sociedad corrupta, o cruel. Fabricar personas, injertarles recuerdos falsos y hacerlos morir a los 4 años es el sueño de Herr Doktor Mengele.

Carolina Bugnone dijo...

corvino, la película está buenísima y tu análisis también, agudo y clarísimo. gracias

Anónimo dijo...

Bueno, se cumplen 30 años de esta maravilla, así qué, ¡Salud Blade Runner!

Guille