Entre paréntesis: no creo ser el único individuo en el mundo con una importante predisposición para ver películas sobre neumáticos asesinos. Incluso conozco gente que al leer esto, tendrá inocultables deseos de ver Rubber. Algo malo, extraño y sucio ocurrió en los últimos cincuenta años para que exista este tipo de sensibilidad.
Al instante de comenzar Rubber, un rubio vestido de sheriff sale del interior del baúl de un auto (que acaba de chocar un conjunto de sillas agrupadas en el medio de una calle cercana a una ruta) y explica, entre otras cosas, que no hay razón para que E.T sea de color marrón ni para que el aire que está a nuestro alrededor no se pueda ver. A continuación, el neumático toma vida y empieza a explotar objetos, animales y cabezas de seres humanos a través de sus poderes telequinéticos. A muy poca distancia del lugar en que sucede la acción aparece un grupo de espectadores que observan la película (de la que forman parte, claro). Ese grado de meta-ficción extrema hace pensar que Quentin Dupieux, además de ser un hijo de puta re canchero, puede ser algo así como la reencarnación cinematográfica de Macedonio Fernández. Durante el transcurso del film, tanto el sheriff (que lleva adelante la caza del neumático) como los espectadores, problematizan lo que ocurre: se preguntan si es realidad o ficción, aseguran no entender la trama, detienen el rodaje y proponen nuevas situaciones. Por otro lado, la película es tediosa (se pierde en extensas secuencias que siguen el itinerario del neumático por la ruta y los pastizales aledaños). Los gags y las actuaciones son malísimas. A pesar de durar una hora con dieciocho minutos se hace larga. El delirio tiene patas cortas. Hasta aquí, nada que no hubiésemos esperado, pero Rubber falla:
-En primer lugar, porque ninguna película con Roxane Mesquida puede ser mala. Roxane Mesquida es una francesa hermosa, demasiado para ser real y que además tiene la deferencia de presentarse ligera de ropas en cada película que hace.
-Y en segundo lugar, porque las películas malas lo son por una fatalidad, no porque sus respectivos directores quieren que lo sean. Si Dupieux hubiese explorado el abismo genuinamente, no habría recurrido a una explicación inicial (con aire de tesis sobre el absurdo de la vida) ni a la metaficción permanente (siempre valorada en los cráneos de la inteligentzia). Paradójicamente, este déficit ¡hace que la película sea aún más mala! Por lo tanto nos encontramos en el clásico círculo cíclico de ribetes absurdos del que es mejor escapar antes de morir.
Por último, propongo el sinceramiento de nuestros deseos, por más que quedemos en estruendoso off side. Puede que en el camino perdamos novias, amigos e imagen positiva, pero descansar tranquilos porque se dijo e hizo lo que uno siente, no se negocia, compañeros. Por favor, basta de caretearla, préstenle más atención a sus corazones.
12 comentarios:
"pero descansar tranquilos porque se dijo e hizo lo que uno siente, no se negocia, compañeros. Por favor, basta de caretearla, préstenle más atención a sus corazones. "
CLAP, CLAP, CLAP. Descomunal amigo.
Corvino, viste Freaks & Geeks? el pibito protagonista es igual a vos
NO NOMBRES A TARKOVSKI, NO LO HAGAS!!!!!!!
una película sobre..? no puede ser, tengo que leer sobre eso, adiós
...
Tarkovski:
http://ilcorvino.blogspot.com/2010/05/cada-vez-mas-solaris.html
Entonces, ¿la peli es una suerte de "El ataque de los tomates asesinos" en clave pretenciosa?
http://www.youtube.com/watch?v=ebfLWAB8bY4
La actuación del neumático es más sólida que la de los tomates.
para pensar...
dejá de dar vueltas y decí que te gusta la renga ;)
Hello there,
Thanks for sharing this link - but unfortunately it seems to be not working? Does anybody here at ilcorvino.blogspot.com have a mirror or another source?
Cheers,
John
A vos que, gracias a Levrero, vivís una especie de romance con lo uruguasho, te recomiendo fervientemente "El noctámbulo". Es una película hecha por un pibe que cobró una herencia y no tuvo mejor idea que hacerla (a la película) con esa, guita. El tipo escribió el guión, dirigió y encarnó al protagonista, con el pequeño inconveniente de que no sabía un carajo de cine. El resultado fue sublime.
Publicar un comentario