Para BC.
Puede ser un libro, un disco, un artista plástico. En cine, la materia que nos ocupa en este caso, se ubican al tope de todos los rankings David Lynch y Lars Von Trier. Son los productos estéticos que llevan un halo de prestigio tal que si no nos gustan, es probable que nos acusen de no entenderlos. El árbol de la vida (The Tree Of Life), la nueva película de Terrence Malick, es ejemplo de esta serie.
Recuerdo cuando Gorosito dijo que Fabbiani era ídolo de River sin jugar. El Ogro pasó por el Club sin pena ni gloria, a Pipo le pegaron una patada en el orto y River se fue al descenso. Algo de eso sucede con la película de Malick, denominada "obra maestra" incluso antes de ser estrenada. La primera media hora es, probablemente, una de las experiencias audiovisuales más ridículas de la historia del cine. Todos los lugares comunes de la solemnidad sin solución de continuidad. Cita bíblica. Música clásica. Pasajes que exponen la creación del mundo. La muerte del hijo como tema. Y la cara de distraído de Sean Penn, el actor indicado para aburrirnos y pensar que estamos observando algo serio e inteligente. Un híbrido disparatado entre los documentales de Discovery y las publicidades ambiciosas de la década del 90'. "Pirotecnia visual para todos". Técnicamente impecable, pero sin espíritu ni alma ni corazón ni tripas. Grave falencia si pensamos que la película es, justamente, una historia que apela al sentimentalismo (pero cae en la sensiblería). Nunca extrañé tanto a Spielberg como cuando aparecen un par de dinosaurios pastando. No faltará quien diga que Malick es un artista porque muestra a los dinosaurios caminar por un lago en vez de hacerlos correr o morfarse unos a otros. Son los que creen que con hacer algo diferente basta y sobra.
Un gran problema a la hora de filmar una película así debe ser proponérselo. Como la mujer de tu vida, las grandes cosas aparecen cuando menos lo pensás. Por eso la gente que busca pareja desesperadamente está sola. Por eso nunca llega Godot. El director de El día de la marmota, claro, no pensó que estaba realizando una obra dramática sobre el amor, la muerte y el paso del tiempo.
Luego de esa introducción tortuosa comienza algo parecido a una película. Formamos parte de una cultura cristiana y, aunque no seamos practicantes, dentro de nuestra psiquis todavía anida la idea de que luego del sufrimiento sobreviene la recompensa. Creo que eso explica por qué mucha gente vio, ve y verá El árbol de la vida hasta el final. Pero Malick no es Tarkovski. El ruso te aburría al principio para darte el golpe de nocaut al final. El genial Malick, en cambio, ¡te aburre al principio, te aburre en el medio, te aburre al final! Y lo que molesta ni siquiera es el aburrimiento (condimento necesario en muchas obras de arte), sino la impresión de que todo es una gran fantochada. Sin embargo, lo anterior es tan decepcionante que, por contraste, la historia trágica de una familia de la década del 50' nos atrapa. El padre severo, Brad Pitt. La madre hermosa y buena y amable y todos los adjetivos que ingresen dentro del campo semántico del término "Madre" en Occidente. Y tres hermanos, uno de ellos Jack, el más grande, con un complejo de Edipo irresuelto (perdonen el lugar común, estuve viendo mucho a Malick), en rebelión constante contra el malo de Brad. Hay muerte, tristeza, juegos, infancia, Dios, más tristeza. Hacia el final de la película irrumpe un flashforward en el que Sean Penn (uno de los hermanos en la actualidad) ya pasó de distraído a totalmente desorientado. Se dirige a la orilla del mar onírico de la vida y, en una remake involuntaria del final de Lost, se reúne con todo el elenco de la película. Probablemente festejaran que se acababa el rodaje del film, porque se abrazan. El ex novio de Scarlett reconoció que todavía no sabe bien qué hace ni qué aporta su papel en la película. Para mí es lo mejor: esa cara de "¿dónde estoy?, ¿qué pasa?, ¿quién soy?" tiene más resonancias filosóficas que todas las páginas de Ser y Tiempo.
Es verdad, lo acepto, no entendí nada de El árbol de la vida: no había nada que entender. Recomiendo verla como una comedia pasatista. Se van a cagar de la risa.
16 comentarios:
El camino de la búsqueda del sentido de la vida está pavimentado de bodrios pesados como adoquines.
por suerte zafe de este bodriazo, algo me alertó y elegí otra...ahora ni que me garpen. Los bodrios hay que verlos en casa, para poder bardear...
Este post no es ferpecto. Es una advertencia.
Eso sí, comparar a Malick con Gorosito... hay que tenerle bronca.
Ahh... cuánta belleza contenida en el acto de dedicar un escrito.
Para peliculón clase 2011, mirá Drive que ya anda dando vueltas por ahí
sí, sí, sí.
lo suyo es cada vez mejor. era obvio que la película sería todo eso que usted dice, pero lo pone en palabras tan adecuadas que no puedo más que alegrarme por pensar como usted de toda esta clase de películas (y pongo como ejemplo a benjamin button, bodrio clase a, que sí la vi con un intenso ataque de ira creciente)
abazo corvino, y felicítolo por su capacidad.
Tengo que ser honesto, esperaba esta crítica para confirmar si no había entendido nada por considerar que la película es un bodrio con ínfulas de relato trascendente. Discrepo en la opinión sobre la primera media hora, si bien es innegable que repite lugares comunes, es una experiencia que en cine produce sensaciones oníricas de cierta potencia. Lo que viene después, salvando las actuaciones de los niños, no sale de una producción estándar. Si al pasaje final había que entenderlo, ahí si me perdí cual Sean Penn entre edificios inteligentes.
"Como la mujer de tu vida, las grandes cosas aparecen cuando menos lo pensás. Por eso la gente que busca pareja desesperadamente está sola." Ahora también este blog me sirve de consultorio sentimental, siento que debería abonarte la sesión o invitarte a un asado.
En realidad comparé a la crítica especializada con Gorosito y a El árbol de la vida con Fabbiani. Malick sería Aguilar. Abrazo.
PD: Vamos hoy el Millo (?) con Atlanta (?).
http://www.youtube.com/watch?v=YgWcYeeR9Ro
Lo que decís de Tarkovski y el aburrimiento me ha pasado con Proust: frases intrascendentes, me estoy por quedar dormido y punch!, una frase brillante que lo redime. Ahora si todo es aburrimiento se complica, más en la era youtube/cuevana.
Con "Tadeys", de Lamborghini, me pregunté: "¿por qué tengo que leer esto, en qué culpa he incurrido?.. Me siento como Gaudio: ¡Qué mal que la estoy pasando!".
Para aburrimiento ya existe el 90% de los partidos del fúlbo argento.
a) La primera temporada de Twin Peaks me encantó; b) la segunda me emboló mucho y no la pude ver; c) ¡Banco a Benjamin Button (y a Benji Gregory)!
Racardinho: lo de Fabbiani no es nada... Tevez en la selección viene afanando con haberse tirado al piso y chocado rivales desde 2004 (último año en el que jugó bien).
Desocupado: también abandoné Twin Peaks en la segunda. Capítulo 10 para ser más exactos. Lo empecé a ver 10 veces y no pude seguir.
PD: 7 a 1.
Sumo otra razón para no verla y, ergo, no la veo; o la veo y así tengo razones para poder odiarla? Mejor la opción uno, no?
Y el post del fútbol total del supremo River contra el poderoso Atlanta dónde está?
Salud!
Santiago: justo hoy leí una reseña en la Rolling Stone y dicen que es una obra maestra. Elegí vos: me creés a mí o a Peter Travers.
Es que también leí la crónica de la RS! Pero les creo más a vos y a Oscar Cuervo de La Otra, y creo que hago bien.
Igual ya la tengo trucha en casa, de última veo un rato, puteo y la abandono.
Si bien la 2da temporada de twin peaks es francamente aburridisima, no sean giles, y al menos miren el último capítulo. ES FANTÁSTICO, total no se van a perder de mucho, o si no de última miren los últimos 15 minutos, que son HIPER FANTÁSTICOS, o sino de última mandenme un mail que se los cuento(?)
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