La era del hielo

Durante toda su carrera, a Riquelme se lo acusó de "pecho frío". Pocas veces vi un jugador con tanta personalidad. Pocas veces (o, directamente, nunca) vi un jugador con tanta gravitación en partidos trascendentales. El peor rival. Creo que la descalificación hacia Riquelme parte de que es un genio. Un tipo que inventó una nueva sintaxis en el fútbol mundial. Riquelme no necesita pasar por A y B, para llegar a C. Donde otro necesita tirarse a los pies, correr 70 metros y hacer una declaración demagógica, Riquelme hace un pase entre líneas. Tardé un tiempo en darme cuenta de eso.

No es casualidad que sus dos máximos enemigos sean Macri y Maradona. El primero representa una visión del fútbol burdamente marketinera (1). Hasta compró un jugador japonés para abrir el Mercado en Asia. Algo que no sería tan peligroso si no fuera porque esa misma visión es la que lleva a cabo en su itinerario político. Maradona es la impostura ética. Alguien que construyó su personaje apelando a los códigos y la lealtad, pero que cuando las papas queman no teme mandarte en cana, mostrando un archivo de intimidades y bajezas propio de Jorge Rial. Riquelme es lo contrario a Macri y a Maradona. Contra la espectacularidad de sus antagonistas, ¡la de Riquelme es una épica de la austeridad y la discreción! Tanto futbolística como discursiva. Allí donde otro se enredaba con sus propias palabras, Riquelme contestó con frases rudimentarias (bueno, no es Barthes, claro) pero de una precisión absoluta. No sólo lo extrañaremos en el verde césped, sino también enfrentándose al dogma de los periodistas deportivos: el amiguismo. Me dirán que Riquelme filmó publicidades de papas fritas. O que le daba más notas a X. Por supuesto pero no importa: nunca pareció que lo estaban usando. O que lo pasaban por encima. O que hacía algo en contra de sus intereses. Niembro no usa a Riquelme, Riquelme usa a Niembro (por mencionar el primer periodista que se me viene a la cabeza).

Que los riquelmistas hayan exagerado y hasta un pase vulgar hacia la izquierda para Clemente Rodríguez, fuese visto como algo brillante, es algo que debe suceder con los genios. Me cuesta ver mediocridad en la obra de Borges. Y donde la hallo hago todo lo posible por resignificarla.  

Algunos critican a Riquelme porque informó de su partida antes de la final, influyendo negativamente en el estado anímico de sus compañeros. Lo que yo me pregunto es: ¿el plantel de Boca está conformado por profesionales o Cebollitas? ¿No es un acto ético aclarar que, sin importar el resultado, no juega más en el Club? Por otro lado: casi nadie se acuerda de que Boca perdió con Corinthians (un equipo horrible, supuestamente brasilero, proclive a la fricción, que así y todo lo superó), todo el mundo habla del retiro de Riquelme. De la mirada del pelele de Angelici. En ajedrez se denomina "enroque" a la jugada en que la torre se sacrifica por el Rey. Dicen que Boca o River o el Club que sea, está más allá de los nombres. Es más grande. Permítanme dudar en este caso: Riquelme hizo jugar y ganar a Boca como nunca en su historia.    

Si fuera hincha de Boca estaría muy triste porque se va el mejor jugador del Club. Como hinchas de fútbol, debemos pensar que con Riquelme se termina una era, un tipo de jugador argentino que tal vez ya no existía cuando debutó en Primera, en 1996. Me refiero a que Riquelme no parece de esta época. ¿Alguien se lo imagina twitteando boludeces para la tribuna como el Chori Domínguez? A Riquelme no se lo puede comparar con Verón o el Muñeco Gallardo, sino con Bochini. Alguien de una simpleza tal que te obliga a pensar que detrás de sus determinaciones existe un misterio esencial que nunca será develado. Ese halo que convierte al fútbol en algo más profundo que 22 idiotas detrás de una pelota. Qué grande Riquelme.    

(1): Escriban “marketinera” en Google y verán la primera opción que aparece.