jueves, 31 de octubre de 2013

El mundo se divide entre las personas que se divierten y las personas que se preguntan cuánto más divertidos estarían los que se divierten si además leyeran a Isidoro Blaisten

Más que por su nacionalidad, a algunos escritores argentinos se los reconoce por las siguientes señas:

a) Escriben policiales sin detectives;
b) Tienen al menos un libro de misceláneas;
c) Tienen al menos una anécdota con Borges (lo ayudaron a subir una escalera, lo visitaron y Borges les explicó el sentido de la vida, lo cruzaron por la calle y le confesaron su peronismo, etc.);
d) Trafican elementos fantásticos dentro de ficciones aparentemente costumbristas;
e) Empezaron escribiendo (mala) poesía pero son más reconocidos como cuentistas o novelistas;
f) En sus novelas el lector nunca pierde el referente;
g) Sus personajes viven en pensiones;
h) La ciudad en la que ambientan sus historias casi siempre es Buenos Aires, pero parece detenida en la década del 50' o 60';
i) Cada tanto introducen un elemento contemporáneo (una computadora, un fax, un personaje con un arito) para despistar;   
j) Sus novelas, más que por la experimentación con el lenguaje o la estructura, están sostenidas por el argumento;
k) Ejercen un erotismo a la bartola;
l) El objetivo innominado de su obra es unir a Borges con Arlt;
ll) Son segundas líneas de Cortázar y Bioy;
m) Dictan talleres de escritura;

Otra marca característica (y polémica) es que estos escritores son considerados menores, es decir que no son Borges ni Sarmiento ni Saer ni Cortázar ni Aira ni Piglia ni Walsh ni Puig ni Di Benedetto. ¿Quién determina si un escritor es mayor o menor? ¿La crítica? ¿La Academia? ¿El prestigio de ese escritor entre el resto de los escritores? ¿La cantidad de tesis que le dedican? ¿Los espacios en los que circula? ¿La cantidad de lectores que lo leen, la cantidad de taxistas que lo reconocen? (cuantos menos, mejor, claro). Tal vez un poco de todo eso. Y más. Menciono a estos escritores mayores porque son unánimemente reconocidos como tales en el campo intelectual. Me refiero a que esta lista, aunque incluye a varios de mis favoritos, no está elaborada de acuerdo con mi gusto sino con lo que supongo es el canon. Sin ir más lejos, Saer (como novelista) me resulta inabordable. Sé que es bueno, un maestro del lenguaje, un genio, un tipo al que muchos leen para sentirse mal porque nunca alcanzarán esas alturas. Mi amigo Matías Nicolaci siempre está leyendo a Saer. Me cuenta sus novelas de tal forma que inmediatamente recalo en Glosa o El limonero real, pero cuando estoy por la página 3, ya abrí un nuevo libro de Jorge Asís. Así que le escribo un mail y le cuento la novela de Jorge Asís. Entonces Matías recala en Jorge Asís pero cuando está por la página 3, ya abrió un nuevo libro de Saer. Matías lee todo lo que no puedo leer. Yo leo todo lo que él no quiere. Esta era nos obliga a estar en la misa y en la procesión. Debemos ocupar todos los lugares posibles. En caso contrario nos sentimos culpables de un delito moral: ¿cómo no voy a estar al tanto de todo lo que sucede?, ¿cómo no voy a ver todas las series?, ¿cómo no voy a estar en Twitter?  Pero la verdad es que no podemos ser todos los hombres, todos los lectores, todos los usuarios de redes sociales. Creo que una de las mejores cosas de la amistad es tener gustos distintos, complementarse e incluso adquirir conocimiento e información a través de la experiencia del otro. Entonces cada vez que uno habla con su amigo es como si le estuvieran contando sus vacaciones en otro Planeta:
-¿De verdad? ¿Está cinco páginas con la misma oración?
-¿De verdad? ¿Hace referencia a sus novelas anteriores y aconseja que se las compren?

El mundo Saer. El mundo Asís. Mundos irreconciliables, de galaxias distintas, que se mezclan por una amistad. Y el mundo Isidoro Blaisten, por supuesto.

Si nos limitamos a los arbitrarios y escandalosos puntos con los que empieza este texto (¿por qué llegan a la “m”?, ¿por qué incluyen la “ll”?, ¿por qué dan la impresión de abarcar a todos los escritores argentinos y no un grupo determinado?, ¿por qué parecería que si un escritor cumple con todos esos requisitos en vez de ser menor es demasiado mayor?, ¿por qué escribo sobre escritores menores y escritores mayores si yo no creo ese tipo de clasificaciones?) Isidoro Blaisten es un escritor menor. Su libro de misceláneas, El Mago, es un clásico del género. Contiene la famosa "Balada del boludo" y "El porqué de las bombachas rosas o decálogo del escritor bombachista o carta abierta a un joven cuentista de sexo", donde se explica cómo deben sacarse las bombachas según la corriente literaria a la que pertenezca el autor (recuerdo que el escritor del realismo socialista debía sacar la bombacha con una pinza pico de loro). De sus cuentos se destaca "A mí nunca me dejaban hablar", hito costumbrista. El narrador pertenece al linaje de los idiotas de la familia (tímido, callado, sumiso), pero en realidad se acuesta con las mujeres de todos sus hermanos y primos. Dublín al Sur es un volumen de cuentos publicado en 1980. El cuento que da título al libro es sobre un porteño que gana un concurso de preguntas sobre el Ulises de Joyce, se va a vivir a un castillo en Irlanda y desde allá añora Buenos Aires. Ahí también está "La salvación", que cuenta la anécdota de un tipo que entra a un local y pide la salvación. Le dan un paquete y cuando cruza la calle, lo atropella un auto. El cuento termina con una mujer que lo mira tirado en el piso y dice: "Vean a qué cosas se aferran los seres humanos". Por supuesto, como lo indica toda una tradición de la narrativa, en ningún momento se dice qué llevaba el paquete. Los cuentos de Blaisten articulan algunos aspectos que aparecen en otros escritores (se me ocurre Marco Denevi, por ejemplo):
-el habla coloquial para dar muestra del “oído absoluto” del autor;
-la situación cotidiana que muta en paradigma de toda una época;
-los personajes desdichados que ven pasar la vida desde afuera hasta que "les sale una" que puede cambiar todo;
-el humor  explícito y buscado, que algunas veces llega a buen puerto, pero en otras ocasiones muerde la banquina.

En ese terreno, entonces, Blaisten era bastante popular y se movía como pez en el agua: escribía en los grandes diarios, le hacían reportajes, ganaba sus premios. Hasta que en los últimos años de su vida (murió en el 2004), como diría Fabián Casas, fue en contra de su habilidad: se dedicó a escribir una novela. Esta novela se llamó Voces en la noche y es una obra maestra.  

La primera vez que leí a Levrero pensé que era Isidoro Blaisten pasado en ácido. Ahora creo que Blaisten ya tenía bastante ácido encima. Recomendaría Voces en la noche a aquellos autores a los que les cuesta escribir textos de largo aliento. Se nota que a Blaisten le costaba (pasó casi 40 años publicando cuentos) y que para escribir su novela encontró un remedio simple y perfecto: capítulos cortos (algunos tienen media página) y una estructura narrativa que se repite pero que, poco a poco, incorpora leves mutaciones, como si se tratara de música minimalista. Jarmusch hace eso todo el tiempo en sus películas. Y es mucho más aburrido que Blaisten. Pero claro, existe el prestigio del tedio. Voces en la noche cuenta la historia de un vendedor de camisones que cree que uno de sus clientes, Ansaldi (el dueño de un local de cotillón), está bajo el influjo de un "desconocido" que quiere acabar con la literatura. La dinámica de la novela es la siguiente: el vendedor de camisones visita a Ansaldi, conoce a un nuevo cliente, cree que es el "desconocido" y lo envenena. Vuelve a la pensión, lo ataca un niño con una máscara de Frankenstein, se acuesta, escucha unas voces malignas que le dicen lo que le sucederá si no mata al "desconocido" y de pronto aparece la voz de la señora Tokoyama, que le recita haikus y enseñanzas budistas.

Las voces malignas dicen cosas como:

"Han desfallecido nuestros ojos esperando en vano tu socorro. Castigaremos tu iniquidad y nos burlaremos cuando todo el mal que has temido venga hacia ti y cuando a ti sólo venga tribulación y angustia, menesteroso de muladar".

Los haikus de la señora Tokoyama son sobre palomas que aconsejan a búhos que cambien su expresión porque llega la primavera.

Las enseñanzas son sobre un maestro que dice "Cuando cruces el puente, verás que no es el agua la que fluye; el que fluye es el puente" y luego cae al lago y contrae influenza.

Cada tanto Blaisten escribe cosas como "Parecía una insólita mañana de verano. Una mañana descripta por Balzac y traducida por gallegos". O recurre a palabras cool en una evidente crítica al lenguaje ornamental de la gilada: “comunicacional”, “resignificación”, “interdisciplinario”, “retroalimentación”, etc. A lo largo de la novela, introduce situaciones o personajes extraños, que otorgan un aire onírico muy placentero. Cada vez que el vendedor de camisones llega al local de cotillón, Ansaldi estafa a un aborigen de una tribu diferente. La ciudad podría ser Buenos Aires pero tiene lugares llamados Avenida de la Desolación o Plaza de la Expoliación. El dueño de la fábrica de camisones se larga a llorar cada vez que el vendedor le dice que quiere cambiar su pesada valija de cuero por una más nueva. Todos esos detalles que en el costumbrismo rioplatense resultan demagógicos y redundantes, en Blaisten funcionan a la perfección. Un punto clave de la novela es que en ningún momento se dice que el personaje que escucha voces (como Amalfitano en 2666) está loco. Narrar seriamente el delirio, delirar con la seriedad. Las estrategias de Blaisten son simples, de manual, pero muy difíciles de llevar a cabo.

Voces en la noche es una novela noble, escéptica y conservadora, una apología del lector que nunca pretende escribir porque le alcanza con leer. Creo que se consigue en librerías de saldo a 20 pesos. Creo que es una de esas raras novelas que no piden nada a cambio y hacen inmensamente felices a sus lectores.

21 comentarios:

Hernán Galli dijo...


Me pareció muy bueno el post, secretamente comenzando por una serie y terminando (a sabiendas) en el gran Isidoro. El enlace (como debe ser una buena crítica) es un segundo post.

Dicho lo cual (ufff), creo que:

1) Discrepo del punto J), Si hay algo que distingue ( a grades rasgos, claro está) a un escritor argentino, es la construcción de la narración, la búsqueda de la palabra, más que el argumento en sí. Sí, es la secuela-Borges, del mismo modo que el brit pop lo es después d elos Beatles. Es la marca de tus contemporáneos, te ataca a traición. La metáfora, el adjetivo, la compración, todo trabajado. Para bien o para mal, pero ahí está. Tan diferente a la literatura española o rusa, por caso.

2) Saer es un autor que anhelaba la fama, pero no hacía nada para conseguirla. Quizás infería que la factura de sus obras, per se, obligaban a la obvia admiración. No entendía, probablemente, que la fama, la admiración y el querencia no van juntas por "arrastre". A Cortázar uno lo quiere, a Borges lo admira. García Márquez es lícitamente famoso. Es máslargo, lo sé. Igual, yo estoy seguro que a Saer se ingresa por Cicatrices o no se ingresa. Es como una iniciación. Porque están La Pesquisa y El Entenado, por un lado, y Lo imborrable y Glosa por el otro. Y con mucho miedo, hasta me animo a decir que Saer es la versión pop de Di Benedetto, y a correr...

3) Este Isidoro, a quién se le ocurre escribir una novela a los 71 años, no ves que te terminás muriendo...

4) Perdón por el autobombo:

http://hernangalli.blogspot.com.ar/2008/04/dublin-cerr.html


Abrazo!

Anónimo dijo...

Sambú

En un mundo moderno donde la épica está reservada para los ladrones y deportistas.
Isidoro Blaisten escribió un cuento llamado "La puerta en dos", en el que un personaje menor hace colisionar la comodidad de su mundo burgués en pos de una epopeya absurda, inútil, inescrutable.

Hay algo en el trasfondo de "La puerta en dos" que parecería decir, La vida no puede ser sólo ésto, tiene que haber algo más.

El cuento de Blaisten vendría a postular que hay un momento en que la empresa más absurda puede terminar despertando un ansia mayor

Si me obligaran a elegir un cuento de la literatura argentina. Uno solo. Elegiría "La puerta en dos". Por su sencillez y profundidad. Y por la sabiduría de no hacer visible lo que se está enunciando.

Anónimo dijo...

Qué lindo post! Me dio terribles ganas de leer. Queremos mucho a Isidoro.
En la escuela la rompo cuando llevo a leer "El tío Facundo", profundo, fluido y perfectamente comprensible para el menos leído. Siempre produce efectos su lectura, efectos que se siguen presentando de maneras distintas ya pasado el tiempo. Creo que he leído muy poco de él y esto no se condice con todo lo que lo disfruto. Será que no me gusta leer cuentos, voy a ir por esta novela. gracias
saludos
vlt.

Blog Tutor dijo...

Sambú, busqué el cuento (medio así nomás)en internet y no lo encontré-
:(

Anónimo dijo...

uh, nada que ver, otra vez me loguié sin darme cuenta. vlt.

Anónimo dijo...

Muy buena tu crítica y aunque Isidoro Blaisten no figure en el Diccionario de Aira me acordé de la hermosa lectura de Voces en la Noche del verano pasado. Coincido con el placer de leerlo y encontré dos libros del 84 en mi biblioteca ambos de Editorial de Belgrano, Cerrado por Melancolía y Cuentos Anteriores donde está Dublin al sur de 1978 y una antología completa hasta Cerrado por Melancolía. Tambien está la Balada del boludo dentro de El Mago de 1974 y La puerta en dos, último cuento del libro La Salvación de 1972.
El mismo escribió en la contratapa de Melancolia "A lo mejor escribir es una de las formas de organizar la locura"..." no me cure la locura, doctor, que es lo único que tengo".
Saludos
JP

Corvino dijo...

Leí Cicatrices y me gustó mucho, pero creo que es la menos saeriana de las novelas de Saer porque en las otras no entendí un pomo. Lo que sí me gusta es El concepto de ficción, es genial. Abrazos!ª

Mira ese color dijo...

Con la misma libertad con la que usted acusa a los escuchas de Frank Zappa,Miles Davis y otros, de pánfilos,gente infausta a la hora de relacionarse con el sexo opuesto o engreídos,que se creen más de lo que son. Yo opino que usted es un imbécil.
Desgraciadamente tropecé con su proto obra,(regalo de una amiga, a la que ya le estoy desconfiando su amistad).
Veo página a página,como,(vaya a saber con qué autoridad autoconcedida),opina acerca de agrupaciones musicales o solistas con notable liviandad.
¿ Cómo hizo para absorver,procesar y dar a luz, una versión tan vácua e inconsistente de la escena musical?
Vomito sobre cada consideración suya.
Por qué no toma un instrumento y nos deleita con su obra musical?, Así podremos juzgar sus músicas, con la misma vara, con la que usted ensombrece a las bandas que le caen mal o mas o menos.
Si aún vive en la popularmente llamada " ciudad feliz",debería mudarse a la "comarca de los infelices", lugar harto mas adecuado para usted.
Atendiendo la sugerencia de unos amigos, voy a canjear su obrita, por algún ejemplar de la revista Anteojito,no por devoción hacia aquella publicación infantíl, sino porque me parece más digno meterle aquella revistita en el orto a mi amiga, que su intento literario.

Fabián Miguel González

Anónimo dijo...

Se enojó el don.
Qué necesidad hay de tanta violencia don? Más tarde o más temprano le va a dar un pico de presión. Sin broma esto.
Vlt.

Ano Nimo dijo...

Che, Fabián Miguel González (o Mira ese color), recién leí tu comentario y decidí pegarme una vuelta por tus blogs. Una experiencia inolvidable. Tenés un post de 10 párrafos hablando de chimpancés. Es difícil tomarte en serio después de eso. Pero por lo menos me sirvió para entender que tus insultos al Corvino son hijos del resentimiento: sí, escribe mejor que vos, sí, no es rehén de una solemnidad berreta como la tuya a la hora de escribir, sí, puede tomarse la libertad de ser arbitrario a la hora de opinar sobre lo que se le cantan las pelotas, sí, hay gente que lo lee, sí, etc. Cuando escribas algo copado avisá en el blog del Corvino, porque no tengo ganas de seguir el tuyo y esperar a que suceda ese milagro.
Por otro lado: muy bueno este post. Seguí así y no le des bola a los resentidos!

Ano Nimo dijo...

Che, Fabián Miguel González (o Mira ese color), recién leí tu comentario y decidí pegarme una vuelta por tus blogs. Una experiencia inolvidable. Tenés un post de 10 párrafos hablando de chimpancés. Es difícil tomarte en serio después de eso. Pero por lo menos me sirvió para entender que tus insultos al Corvino son hijos del resentimiento: sí, escribe mejor que vos, sí, no es rehén de una solemnidad berreta como la tuya a la hora de escribir, sí, puede tomarse la libertad de ser arbitrario a la hora de opinar sobre lo que se le cantan las pelotas, sí, hay gente que lo lee, sí, etc. Cuando escribas algo copado avisá en el blog del Corvino, porque no tengo ganas de seguir el tuyo y esperar a que suceda ese milagro.
Por otro lado: muy bueno este post. Seguí así y no le des bola a los resentidos!

Ano Nimo dijo...

Me olvidaba, acá les dejo el post de los chimpancés pigmeos:
http://voyahablardelapenumbra.blogspot.com.ar/2012/01/yo-quiero-ser-bonobo-bonobo-quiero-ser.html

Corvino dijo...

Han dicho cosas feas sobre lo que escribo pero "Vomito sobre cada consideración suya" es insuperable. Qué enojado.

Mira ese color dijo...

Zariello: Lo felicito por el temple para lidiar con pelotudos,ahora sí,me siento a leer su libro tranquilamente.

saludos

Fabián

Mira ese color dijo...

Estimado Ano,( lo puedo nombrar así verdad?),Le agradezco su labor de investigación. Estoy de acuerdo, de alfa a omega, con usted.

Desocupado mental en la era del blog dijo...

Mira ese Color, al Corvino le gusta Frank Zappa, y hasta donde habíamos hablado, uno de sus discos preferidos era "Hot Rats", que para mí es un discazo. Cuchá qué temazo!!
http://www.youtube.com/watch?v=D7VAOuIePVo

PD: te puedo asegurar que es extremadamente difícil relacionar a Zappa con la posibilidad de colocarla. Imagino que el comentario tuyo hace alusión a la "música para camaleones".
Yo estoy por el consenso, la amistad y el buen humor. Por eso voté a "Mostaneza" Massa (?)

Desocupado mental en la era del blog dijo...

"Frank Zappa: Música para hombres inteligentes, serios, que no andan en boludeces y son absolutamente invisibles para las mujeres".


ángel, sin edad, sin muerte en que vivirme, sin piedad por mi nombre ni por mis huesos que lloran vagando. dijo...

Lo loco es que en tu libro no criticás -no le das con un palo, digamos- a casi nadie, y aún así no deja de ser lúcido y muy inteligente. Cosa muy difícil. Ser lúcido e inteligente hablando bien de algo -!Si hasta vindicás a Coldplay chabón! Este "Mira ese color", no sé que carajo leyó. O capaz se quedó con lo de música para camaleones y pensó que todo era verdad. No sé, hay gente muy pelotuda en este mundo.

Daniel dijo...

Gracias Martin, por hacernos acordar de buenos escritores, sólo leí de Blastein , un cuento "Al acecho" y me encantó su narrativa.........ahora me dió ganas de buscar algo más de él..

Anónimo dijo...

Saer, Sabato y Abelardo Castillo están entre los grandes narradores argentinos del siglo xx (junto a Arlt, Borges, y Cortázar, después Silvina, Bioy, Güiraldes y Di Benedetto); ¿Aira? a veces muy bueno, por muchos momentos literatura entre comillas, ¿Asís?. Blaistein es muy bueno, tiene estilo, algo para decir y se toma en broma a si mismo en ocasiones, - esto de manera notable -. Basta de boludeces, si seguimos así un día van a decir que Borges era peronista y Aira mejor que Onetti. Rubinsky

cavernícola dijo...

Anónimo: Sábato es el Chino Garcé de su lista.