Cuando era un niño mi padre me llevaba a ver Torneos de Verano. Íbamos
con mi tío y era muy parecido a una aventura. En los alrededores del Estadio la
velocidad de nuestros pasos crecía de modo exponencial, había que empezar a
caminar rápido y de pronto a trotar, ¡como si estuviésemos ante la inminencia de una revelación que
nunca se producía! A veces mi viejo, con la idea de llegar a nuestro sitio sin
tantos obstáculos, craneaba una entrada lateral, alternativa y peligrosa. Una
vez fuimos a la platea cubierta pero para llegar hasta ahí hicimos la cola con
los hinchas de Boca. Recuerdo el temor de que algún conocido nos señalara como
gallinas y nos pasara lo que al unitario en el Matadero. A veces teníamos que
saltar un pequeño cráter de los que están o estaban alrededor de los árboles.
Ayer fue un día en el que la temperatura llegó a 39 grados. Después el
cielo se cargó de nubes y empezó a amenazar con una tormenta perfecta. En ese
momento estaba en la playa y percibí un cuadro parecido al de aquellas noches
de Torneo de Verano. El murmullo general, la advertencia que los padres les
hacían a los hijos, era que un rayo nos iba a partir al medio, como les pasó a
unos pobres adolescentes en Villa Gesell. Y aunque muchos huían despavoridos,
otros se quedaban porque les gustaba sentir el aroma a napalm, la sensación
erótica e inquietante de que en cualquier momento se pudre todo y estamos ahí
para verlo o padecerlo.
Lo único que se escucha decir a los marplatenses sobre los Torneos de
Verano es que vieron una cola tremenda e interminable por Independencia. Los
marplatenses no sabemos qué es Mar del Plata. La imagen de la ciudad está tan
configurada por los medios y los clichés de la cultura popular que en cierto
punto la ciudad real desaparece y es puro estereotipo, como el Museo de Arte Contemporáneo
con lobos marinos gigantes, cajas de alfajores, Olmedo y Moria. Mar del Plata
será eternamente el niño con súper-poderes que desconoce que los tiene.
Antes que Aldosivi le ganara a River en la B, en el 94 jugaron un
amistoso y River también perdió con un gol en contra de Rivarola. En el 91 o 92
o 93 Maradona tuvo uno de sus inolvidables regresos. Recuerdo preguntarle a mi viejo insistentemente si aquel petiso
que la guardaba contra el córner rodeado de daneses rubios era Maradona. Un par
de años después Maradona era el técnico de Racing y todos le gritamos
drogadicto. Maradona salía del banco, miraba a la tribuna de River y practica
cortes de manga. A Islas y Navarro Montoya, acusados de ser pareja por los
hinchas rivales, se les recordaba que no eran arqueros, sino putas de cabaret.
Recuerdo las charlas entre la gente de la popular. Sobre si habrían viajado o no
los Borrachos del Tablón. Sobre la vez que en el Mundial 78 Francia usó la
remera de Kimberley. Sobre el histórico e intrascendente gol de chilena de Enzo.
Polonia debe haber dejado de existir cinco veces desde aquella vez.
Un día Medina Bello le pegó un pelotazo a Marini en la cara. Marini
deambuló a la manera de los dibujitos de la Warner que son noqueados. Hasta que
cayó al suelo como un gorrión muerto en el medio de la vereda.
De un momento a otro dejé de ir a la cancha. Los últimos clásicos a
los que asistí hubo incidentes. En uno los hinchas de River dieron vuelta un
puesto de choripanes y empezaron a quemar todo. En otro que también terminó suspendido
los hinchas le pedían a Jean Pierre Noher, que estaba en la platea, que hiciera
algo porque él era un tipo famoso. Jean Pierre Noher decía que no podía hacer
nada. Jean Pierre Noher eligió la banda de sonido de Okupas, es excelente. Cada
tanto enganchaba una película en Volver
en la que imitaba a Borges.
Como se agotaron las entradas, ayer también pasaron el partido en Mar
del Plata por TV. Niembro es un comentarista tan malo que cuando enuncia su
interpretación del partido esa interpretación es totalmente obsoleta. Niembro
dice que Boca domina y al segundo River le inclina la cancha. Niembro dice que
Boca está dando un ejemplo de templanza y al segundo River empata. Niembro es
el tipo que siempre tiene la fija, pero de la carrera anterior. Lo de ayer fue
más un acontecimiento político que un partido de fútbol. Con gran elocuencia la
cobertura puso en escena la Argentina del futuro, con los presidentes de Boca y
River compartiendo palco. Y Scioli y Macri rondando los mismos pasillos sin
ningún problema. La Argentina de El artista antes conocido como Jorge
Bergoglio, de Capitanich, de Cristina en cualquiera, del cóctel de ídolos (más
Gancedo) que se detestan pero que D’Onofrio reunió no se sabe muy bien para qué.
Convengamos que Cavenaghi es "lo más parecido a un crack"
con respecto a Ortega o Francescoli. Uno lo ve ahí, con su panza y su culo, con
esa barba que también cultivan nuestros amigos fumones y lo último que podemos
creer es que ese tipo la va a mandar a guardar. Pierde más de las que gana. A
veces se borra. Pero cada tanto aparece. O se pone el equipo al hombro, con un
poco de humo y amor propio, como cuando baja hasta el sector de los defensores
para frenar un ataque y después mira el horizonte dando a entender que Chuck
Norris o Steven Seagal son tipos blandos para él. El partido de ayer, con
expulsión incluida, es un mal augurio. Teo Gutiérrez es el nueve mentiroso, no porque
se tira atrás para empezar como enganche sino porque no le hace un gol ni al
arco iris.
Una cosa más. Si Villalva volvió a River creo que hay chances de que
el Indio Solari y Skay se arreglen y Los Redondos toquen gratis en la 9 de Julio.
8 comentarios:
mirá como están los hinchas de River que en un post de River-Boca pones como foto una chilena de Enzo contra Polonia(¿?)....
es que River hace mucho ya que dejo de ser lo que era... incluso nunca lo favorecen los empates contra Boca ja, siempre está como necesitado de algo mas...
ojo, sin fanatismos, es l oq siento por lo poco que veo como hoy, que vi en total 15 minutos del clásico porque apestan de mediocridad ambos...
ya vendrán tiempos mejores...
ah, a Mardel no sé si la entendemos, pero para nosotros los turistas es preciosa...
"otros se quedaban porque les gustaba sentir el aroma a napalm" muy bueno
Lo único bueno que dio el ex superclásico es este post.
Borges decía que la inminencia de un bodrio, que al producirse era todavía peor de lo que se esperaba, constituía el hecho futbolístico.
Parece ser que Gulliver, en uno de sus viajes, fue a ver un partido de verano. Ahí vio y narró cómo los caballos viven en una virtuosa república donde conversan, caminan en dos patas y almuerzan manipulando cuchillo y tenedor. Los jugadores de Boca y River, en cambio, trotan, pastan y descargan su excremento en la cancha.
Morajela: no gastes tu plata en esos partidos, que te defraudan siempre. Esperá a ser defraudado por los puntos!!
Mardel: ¿invento peronista, no? Una vez estuve ahí y me sorprendió que en mi provincia (Santa Fe) hiciera mucho más calor. Ahí me sentí estafado, y los casinos y el teatro de revista no ayudan mucho. El frio a la noche y que no haya mosquitos estuvo bien.
El clásico: La gente pedía por el Keko Villalva. Nada más que agregar.
¿Alguien sabría precisar cuándo murió el fútbol? Yo diría que fue con el cabezazo de Zizou a Materazzi. Es lindo ver hoy las gambetas de Messi y los misiles de CR7, pero ya no es lo mismo. Siento que se perdió algo. Y no es que me esté poniendo viejo...
Jean Pierre Noher se cogió a Silvina Chediek.
Por eso sólo tiene mi admiración.
(Lo mismo vale para Lanata).
Llamen a George, que Cristina está en cualquiera...
gracias
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