sábado, 16 de agosto de 2014

Si te dejo en una habitación/ frente a frente con Astor Piazzolla



Hace unos días llegó a mis manos un libro extraordinario. Se llama Piazzolla. El Mal Entendido y es, como lo indica el título, un recorrido por la vida y la obra del famoso compositor argentino. Los autores son Diego Fischerman y Abel Gilbert, dos verdaderos genios ya que, aun recurriendo a un argot teórico de alto nivel (que profundiza en cuestiones técnico-musicales que para un ignorante de mi fuste son chino básico), logran que leer el libro sea un placer en todo momento. Fischerman y Gilbert articulan una gran cantidad de información pero en ningún momento agobian, sino que a través de un inteligente trabajo de dosificación, alternan los distintos planos de la investigación (política, cultural, biográfica) de modo tal que el libro puede ser disfrutado tanto para un consumidor de música amateur (buenas tardes) como para un erudito en el tema.

El libro me pareció tan bueno que me obliga a comentar algunas partes. Lo voy a hacer como si estuviera en un bar, hablando con un amigo. Y naturalmente terminaré hablando de Charly García. O sea: igual que siempre. 
  
El libro ubica a Piazzolla en un mapa desconocido o, por lo menos, actualmente olvidado: el de las grandes discusiones teóricas sobre la tradición de la música argentina. De esta forma Piazzolla deja de ser un extraterrestre que estaciona su ovni en el anacrónico mundo del tango y se convierte en un emergente extremo de ciertas tensiones culturales que habían agitado el avispero durante las décadas del 30 y el 40 (que tampoco pueden analizarse muy por fuera del permanente debate sobre el "ser nacional" al que Martínez Estrada, Mallea y Scalabrini Ortiz, entre otros, fueron tan afectos). Por ejemplo hay un claro enfrentamiento entre las orquestas de Francisco Canaro y Julio De Caro. El primero representaba un enfoque del tango anquilosado y reacio a los cambios, De Caro un aire renovador que, sin llegar a ser vanguardista, tendía hacia la abstracción (es decir, la posibilidad de que el tango, en vez de bailarse, se escuche). Piazzolla se acomoda naturalmente en el bando de Julio De Caro.

Una anécdota es elocuente en este sentido. Piazzolla le hace un arreglo a un tango de Juan Canaro, hermano de Francisco. Un día lo encuentra y le pregunta qué le pareció. Canaro le contesta "Me lo arruinaste" ¡y le pega una piña! Los músicos de la época veían a Piazzolla como un chiquilín soberbio que por haber vivido en Nueva York se creía más que el resto. La verdad es que Piazzolla era soberbio pero también contaba con conocimientos que los demás ignoraban. "De las mil notas que escribía, él me borraba setecientas" dijo sobre la época en que trabajaba como arreglador de la Orquesta de Troilo. 

Otra disyuntiva, a un nivel más conceptual, se daba entre Juan Carlos Paz y Ginastera. Paz era un cosmopolita de avanzada, compinche de los tipos más chiflados y geniales del país (Xul Solar, Macedonio) y se autodefinía como "compositor, crítico, ensayista y guía de composición". Pregonaba las flamantes técnicas del jazz, el atonalismo, el dodecafonismo y cuanta novedad extraordinaria cruzara por su radar. Ginastera, en cambio, estaba más ligado al nacionalismo, el folclore y la institucionalidad (académica, religiosa). Pero el caso de Piazzolla siempre es llamativo, fuera de lo común, excéntrico. Perteneciendo claramente a la estirpe de Paz, comienza a tomar clases con su "enemigo". Ginastera creía que un músico debía ser un hombre culto y le exige a Piazzolla una serie de esfuerzos intelectuales (extra musicales) que no estaba dispuesto a hacer. Uno de ellos es leer La Montaña Mágica. Piazzolla (como la mayoría de los seres humanos con un solo cerebro) es vencido por el impenetrable y denso ladrillo de Thomas Mann.

En fin, con todos estos universos en disputa friéndole la cabeza (y muchísimas otras experiencias personales, como sus viajes a Europa y Nueva York) es que Piazzolla realiza su jugada maestra, la que lo convertirá en un genio o un canalla según quien lo escuche: trasladar el tango de los pies a la cabeza. Con Piazzolla el tango deja de ser la música del cuerpo y pasa a ser la música de la mente. Además de darle la espalda a la tradición, Piazzolla fue odiado en el ambiente porque instalar un tango no apto para la pista de baile significaba la pérdida de puestos de trabajo para muchos músicos que se ganaban la vida tocando en clubes.

Leyendo el libro me enteré de que los discos que a mí más me gustan (Libertango, Persecuta, Olympia 77, incluso la polémica música del Mundial 78, que en cd se publica como Chador) son los que la crítica especializada considera más flojos, no por traicionar el tango o ser ajeno a las raíces, sino por notarse que, a esa altura, Piazzolla, incluso para los fans que lo elevaron a la categoría de Dios por haber renovado el tango, en el afán de reinventarse todo el tiempo se había pasado de rosca. Sin embargo esos pasajes del Octeto Electrónico en los que Piazzolla incluye batería y sintetizador (a cargo de su hijo) y se codea con músicos cercanos al mundo rockero, como Tomás Gubitsch (guitarrista que hasta hacía unos meses tocaba con Invisible) y el legendario pianista Gustavo Beytelmann (que había colaborado como arreglador de Sui Generis), son los que más me atraen de su discografía. Es cierto que hay un contraste insalvable entre el bandoneón y los instrumentos modernos del resto de la banda (propios del prog-rock, que por un instante fascinó a Piazzolla), pero es justamente esa distancia que a muchos pone nerviosos, ese híbrido que no termina decantando en algo preciso, lo que para mí confirma el hecho estético. Probablemente lo mejor de su obra ya había pasado, pero me sigue pareciendo memorable, por ejemplo, el disco que registra su presentación en el teatro Olympia en París. Si no fuera porque un locutor presenta a Piazzolla ni bien empieza el concierto, es muy difícil darse cuenta quién va a tocar. Al principio hay una guitarra eléctrica por momentos funky, un bajo a la Pastorius, un piano jazzero. Mientras, poco a poco, se suman los instrumentos restantes: batería, el sintetizador, muy Floyd y la flauta, más jazzera. Entonces justo ahí sobreviene la más flashera eclosión, y cuando ya pasó bastante tiempo, aparece el bandoneón y se larga "Libertango".

Pasada la etapa de enamoramiento, Piazzolla se desentendería violentamente del rock y de sus músicos. Ya había tenido problemas con Tomás Gubitshch, que en una de las introducciones de "Adiós Nonino" filtró la melodía de "Hasta siempre comandante", una canción en homenaje al Che. Piazzolla, un derechista algo incoherente, especie de apolítico extremo, tirando a facho e incluso muy facho, borró el sonido de la grabación. El libro recupera una carta en la que Piazzolla, indignado con sus jóvenes ex músicos, dice: "Perón dijo una sola cosa buena y es esa palabra IMBERBES". Y también "No quiero oír hablar de comunismo ni izquierdismo. Me tienen harto estos irresponsables pendejos que no saben nada de dónde están parados. Yo los mandaría a Rusia a todos".

Y acá llega el punto del que quiero escribir, digo, cuando todos creíamos (especialmente yo), que el texto estaba terminando. El libro profundiza sobre la relación conflictiva que hubo entre Piazzolla y el rock argentino. Una relación que tuvo su etapa de coqueteo, de romance y de ruptura.

Fischerman y Gilbert se detienen especialmente en una entrevista que Piazzolla le concede al primer número de Expreso Imaginario. Que el primer número de la revista emblemática del rock argentino tenga en su nota central una entrevista a Piazzolla habla del monumental grado de hegemonía con el que contaba el músico a fines de los 70. Allí Piazzolla declara:

“Pero aquí hay una confusión cuando se habla de música progresiva y se habla de Charly García y no sé quién más. La música progresiva es otra cosa. La música de vanguardia es la que puede mezclar Bartók, Schonberg y música popular. Lo que hacen Chick Corea, Weather Report, Emerson, Lake & Palmer, lo que hace Miles Davis, eso me interesa a mí”.

Cuando Piazzolla hace esta declaración sin dudas tenía en mente al Charly García de Sui Generis. Probablemente ni siquiera el de Instituciones, sino el de los hits más acústicos y primitivos del grupo, el del fenómeno de masividad de los dos Luna Park repletos del Adiós. Si se releen los primeros números de Expreso Imaginario se puede notar que García es un espécimen problemático incluso para el propio gueto del rock. Son imperdibles, por ejemplo, las cartas de lectores que se quejan porque Charly baila en los recitales. Lo acusan de "cirquero". Evidentemente la dictadura militar también triunfó en el campo de la represión mental. 

Piazzolla acusa a Charly (un músico que hacía alarde de sus conocimientos clásicos y su complejidad frente al simplismo del rocanblues argentino) de no ser progresivo ni vanguardia. Voluntariamente o no, mete el dedo en la llaga. No hace falta recordar la absurda cantidad de veces que Charly fue menospreciado por otros músicos del palo. Sin ir más lejos, Andrés Ciro Martínez acaba de decir en una entrevista a la Rolling Stone que Charly es un genio, pero que hace "música blanca", que le suena "a Canal 9".

Uoh bamba uoh bamba uoh bamba
uoh bamba-ba

Si no recuerdo mal, eso es lo que cantaba Andrés Ciro Martínez a mediados de los 90, agregando su gotita de nafta al incendio cultural noventoso. Uno puede haberse cagado de risa con la obsesión de García, Spinetta y Páez por ser Prince, pero que Andrés Ciro Martínez crea que es James Brown es el chiste más grande de la historia del rock argentino. Andrés Ciro Martínez debería escuchar ya mismo algún disco de Charly García.

En fin.

Piazzolla clava el puñal y lo que el libro no retoma, naturalmente, por tratarse de Piazzolla y no de Charly, es que García le responde. En el Correo de lectores del segundo número el propio Charly manda una carta. Gracias a la tecnología hemos conseguido este documento invalorable al que todos pueden acceder pero a nadie le interesa un carajo, pero que lamentablemente para mí es algo así como Disneylandia para un niño de 5 años:




García, moderado, intentando mantener las formas, pero evidentemente herido, responde con una chicana. Obviamente no se trata de llamarlo "pedante", algo que, a esa altura, Piazzolla ya sabía. Incluso le debería agradar ser percibido de esa forma. El jaque mate reside en decirle "viejo". Charly le marca la cancha. Al lado de Mariano Mores (su legendario antagonista) o Troilo (el maestro que lo decepciona por eludir el futuro), Piazzolla era joven aunque ya peinara canas. Pero enfrentado al Charly García fresco como una lechuga de mediados de los 70, el viejo es el bandoneonista. De esta manera Charly da vuelta la tortilla y, por primera y única vez, Piazzolla participa en un debate llevando la etiqueta de "viejo". García siempre fue odioso, infantil, insoportable. A veces fue algo peor. Pero quienes lo condenan por los vaivenes de su vida mediática, olvidan que algunos de sus atrevimientos fueron francamente encantadores. Cuando en el marco de la Gira Amnesty le dice a Bruce Springsteen que acá el Jefe es él, además de hacer gala de sus ínfulas de vedette, lo que está subrayando brutalmente es la farsa de un recital que enarbolaba la bandera de los derechos humanos pero discriminaba a los artistas locales. Y a partir de ahí se pueden sacar todas las conclusiones políticas y sociales que nunca se le ocurrieron a nadie. León Gieco, cada vez que puede, pide perdón por el desplante de Charly.

En YouTube había un video que mostraba el cierre de ese recital. Los artistas yanquis (Sting, Bruce) cantan y bailan "Get Up Stand Up". Tiernamente, Charly intenta unirse a esa fraternidad de millonarios hijos de puta compungidos por los dramas del Tercer Mundo, pero ni siquiera lo miran. Todos se ríen, la están pasando re bien, pero es evidente que Charly los pone nerviosos. Hasta que el tipo, después de un barullo importante, logra hacerse con el micrófono. La gente estalla. Charly dice cualquier cosa, pero logra modular su eslogan: "Derechos humanos ya". La cámara enfoca al tecladista de la banda, que no entiende un pomo. Bruce y Sting se ríen. Y finalmente ellos también cantan, sin saber muy bien lo que están haciendo: "Derechos humanos ya". 

Si, claro, Charly es Canal 9 y vos, Ciro, sos la Antena Comunitaria de San Cayetano.

Pocos meses después Piazzolla cambiaba de parecer: “Me da la impresión de que los conjuntos como Alas, Spinetta, Crucis o Charly García van a tomar un rumbo porteño, y ahí está el acierto grande”.

En una entrevista del año 2008, del programa Elepé, García vuelve al tema Piazzolla. Estamos en el ocaso de la era Say No More. García se balancea en su cama. Tarda en calibrar una frase entera y es atrozmente editado. Cuenta que alguna vez encontró a Piazzolla en Nueva York y le dijo: "¿Vos sos Piazzolla? Agarrame las bolas". La anécdota es tan inverosímil como graciosa y patética. Al parecer, Charly quedó un tanto resentido por aquellas críticas y el eventual ninguneo de Piazzolla, un músico al que, aun traspasando la barrera del insulto, nunca dejó de admirar.

La efímera disputa Piazzolla/García o, en todo caso, Piazzolla/Rock argentino se integra a las discusiones olvidadas: Canaro/De Caro, Paz/Ginastera. Aunque tienen distintos niveles de importancia histórica y suceden en contextos disimiles, vuelven sobre los temas de siempre: tradición y ruptura, música comercial para las masas o música sofisticada para oyentes que todavía no nacieron, alta y baja cultura, baile o contemplación. Creo que lo más parecido a eso en los últimos tiempos fue la discusión sobre el tema nuevo de Fito Páez.

(risas)  

Volviendo al tema del hombre de la cama en llamas, el momento cumbre de la truncada relación entre Piazzolla y Charly es "A los jóvenes de ayer", el tema de 10 minutos con el que empieza Bicicleta, el tercer disco de Serú Girán. Un fragmento de la introducción remite directamente al Octeto Electrónico y la letra de Charly, con su habitual destreza, ironiza sobre los tangueros reaccionarios, los mismos que detestaban a Piazzolla porque su música no se podía bailar. Supongo que todos escucharon "A los jóvenes de ayer". Supongo que los que no lo hicieron, no tienen ganas de hacerlo. Supongo que los que sí lo escucharon, ya no escuchan a Charly García. Ustedes saben, se supone que Charly es música para adolescentes, que uno saca el Documento de Identidad Rockera cuando escucha a Spinetta.  Bueno, yo sí tengo ganas de escuchar otra vez "A los jóvenes de ayer".



39 comentarios:

Cine Braille dijo...

Una de las mejores cosas que escribiste, para mí eh, para mí.
La Grieta que hubo en el tango es muy parecida a las que hubo en el rock, porque también había un componente social: el público que "iba a escuchar" era de clase media con más ínfulas y estaba abierto a escuchar jazz o música extranjera, el otro era de clase trabajadora o clase media sin ínfulas, y le escapaba a las cosas más vanguardistas. Ponele los nombres rockeros que prefieras a esas dos líneas históricas. No hay nada nuevo bajo el sol.
Paz es el viejo Don Porfirio en Invasión, la película de Hugo Santiago con guión de Bioy y Borges.
Piazzolla en 1976 era más joven que Charly hoy, dicho sea de paso.
Hay una versión muy linda de A los jóvenes de ayer, muy respetuosa, hecha en 2011 por La Chicana, un grupo básicamente de tango, aunque tiene un repertorio variadísimo. A la música argentina le faltó alguien que se le insolentara a Charly pero no desde las revistas, que lo puede hacer cualquier pavo, sino desde la música. Donde escribo Charly vale Fito, el Indio, Spinetta, quienes quieran. Nos faltó una Guerra del Cerdo musical, a lo mejor estamos a tiempo. O pasó y yo no me enteré, cosa que no descarto.
Fischerman ha escrito notas brillantes en Página, acerca de los Beatles en especial. Es un tipo al que recomiendo seguir.
Un abrazo

Chancho Piluqui dijo...

Adhiero con el comentario anterior: uno de los mejores textos que he leído en este blog. Por cierto, me ganó de mano (por minutos hay que decirlo), con la referencia a la preciosa versión de La Chicana, que está en el disco "Revolución o Picnic", donde también hacen una versión de "Por probar el vino y el agua salada".

Lo de Ciro Martínez es... bueno, qué se puede esperar de alguien que escribe una canción que dice "ando ganas de encontrarte".

Ah, sobre Piazzolla... lo que más me gusta del tipo es la parte del Quinteto, pero mi canción (¿corresponde decir canción?) preferida es del Conjunto 9, "Un día de paz". Seguro que la conoce, y si no, lo insto con violencia a que subsane ese error en su vida.

Ahora sí. Hasta la próxima.

Anónimo dijo...

Excelente texto. García hace lo que quiere con el tiempo, joven y viejo en todas las épocas. Cumple 29 grabando Bicicleta que abre con A los jóvenes de ayer pero también en ese disco canta "Mientras miro las nuevas olas yo ya soy parte del mar"

JC

Anónimo dijo...

Che, Corvino, es buenisimo este post. me había gustado mucho el post de Capote en realidad, y venía a chuparte las bolas (como Piazzolla) por ese, pero este se llevó mi atención cuando entré,es buenisimo, y me pareció aun mejor.
La verdad ese hallazgo de la cartita de Charly es recontra genial. no tenés documentos más asi? me encantan esas cosas, siempre me cuelgo leyendo la entrevista que le hacen en el Expreso Imaginario del 83 que anda dando vueltas por la red. Seguramente la conocés. Qué persona más gigante que fue (y es?).

Saludos, un fan.
PD: de paso podrías contar que te pareció el ultimo tema "polémico" (?) de Fito, jaja. meó fuera del tarro bastante para mi forma de ver las cosas. Igual lo banco, todos pecamos de resentimiento alguna vez

Anónimo dijo...

què bueno y què bien escrito corvi. me gustò el toque "mostrada de hombro sugerente" sobre tema paez para ilusionar al morboso y despuès nada y tanto mejor.Pobre charly y Piazzola,tienen la oreja caliente.
vlt.

Cine Braille dijo...

La colección del Expreso, acá
http://laexpresoimaginario.blogspot.com.ar/
Hay números a los cuales les faltan páginas.

Pedro dijo...

Que alguien me corrija, pero el tengo es 2x4, y Piazzola no hacía 2x4, nunca entendí la discusión. Y me encanta Piazzola.

https://www.youtube.com/watch?v=s8DKdbUQ9Nw

Maradooooo

Besis

Anónimo dijo...

“Un tango no apto para la pista de baile significaba la pérdida de puestos de trabajo para muchos músicos que se ganaban la vida tocando en clubes.” Eso me hace acordar a los boludos que están en contra del MP3, porque se cierran disquerías: la visión capitalista clásica del burgués argentino.

Alta polémica chabona: Corvino, no es “Uoh bamba uoh bamba uoh bamba / uoh bamba-ba”. Es: “UOPAPA UOPAPA UOPAPA UOPAPA UOOO” (Una Mierda, bah.)

Respeto a Spinetta pero Charly es superior.

Anónimo dijo...

“No soy tan joven como para saberlo todo”. No se quién lo dijo pero me hizo falta leer “Si te dejo en una habitación frente a frente con Astor Piazzolla” para entenderlo.
No soy tan joven, nací el mismo día que Charly García y soy conciente que en el reparto de talento ese día Dios lo dio todo a él. Pero me permitió algunos lujos. Me crié en un hogar de comunistas, melómanos y tangueros, mi viejo fanático de Pugliese y de Stan Getz y el tío Cacho, de Piazzolla y Gary Mulligan. Todos unos fundamentalistas insoportables. Cuando La Máquina de Hacer Pájaros tocaba en el Astral yo andaba escuchando a Los Trovadores y a Quilapayún, en vivo en el Luna. En música, una maza era una maza, con o sin sintetizadores.
En 1970 Pugliese (Que nadie quería bailar y paraba la milonga en el arranque) salió a unir fuerzas; arregló y grabó una versión única de Balada Para Un Loco. Piazzolla había perdido por afano y abucheo, con ese tema, el Festival Bs. As. de la canción de 1969 ante un desabrido Frente al Mar; la versión de Amelita Baltar fue entendida como un acto de histeria y no de renovación. Pero Astor venía armando la prensa desde un año antes y al día siguiente de ese festival “perdido” la Balada se hizo viral para su época.
Los sintetizadores Moog, esos aparatos analógicos inventados en 1957 en New York y utilizados para versionar a Bach en películas berretas de ciencia ficción , fueron luego popularizados por Simon & Garfunkel, Los Rolling Stones, The Doors, los Beatles en 1967/68, Steve Wonders a fines de los 70 y los incorporó Piazzolla en los 80, después que los dobles teclados de Charly.
Pero Charly era “música para pibes” y los un tanto politizados de mas de 25 ya éramos mayorcitos cagados a palos por varias dictaduras y al final, por una muy feroz. Reconozco que escuché mucho a Charly en el 82 pero nunca me emocionó demasiado, perdón dos veces (El flaco, menos).
JP Sigo .....

Anónimo dijo...

Como mi viejo afanándole la frase a alguien, me dijo “a los cuarenta todos vuelven al tango”, para llevarle la contra, no esperé tanto. De nuevo con suerte, a fines de los 70 la orquesta de Pugliese ensayaba en Bernal en la casa de Arturo Penon, con Daniel Binelli, Rodolfo Mederos y Mossalini, una avanzada de bandoneones poderosos que enloquecía al barrio entero. Todo en vivo, tres tardes por semana y a cien metros de mi casa.
Con Binelli somos amigos y participé de sesiones y grabaciones de su quinteto hasta hace muy pocos años. Posee (Y tuve la suerte de tenerlas en mis manos) las partituras con los arreglos originales de Astor para Milva.
Conocí unos años después a un primo de mi primera mujer, Julio Pane, segundo bandoneón de Piazzolla, del 89 al 92, un gran “Decareano” como se autodefine.
El sostiene que la renovación se inició con Cobian – De Caro y continuó en Pugliese - Salgán –Piazzolla.
Cuando puedo lo sigo (Este viernes tocó en el Tasso – Un grupo de “renovadores” toca ahí todas las semanas- Astillero, El Arranque, P. Mainettti, La Chicana, Nicolás Ledesma, Ziegler Trio, Ramiro Gallo, etc. La Fernandez Fierro tiene otro lugar, propio).
En mis épocas del último Café Homero me hice amigo (era muy fácil serlo) de Rubén Juarez y de Omar Mollo a quien Rubén bancó a full hasta el día de su muerte (La muerte de Rubén, que nació tres años antes que yo y que Charly – sus versiones en solo de bandoneón de varios temas de Charly fueron geniales, pero nunca llegó a grabarlas). Su Power Trío de entonces con arreglos y piano de Cristian Zárate, tenía a un pibe de menos de treinta, llamado Horacio Romo (1973) bandoneonista feroz, de Banfield, fanático del Taladro y ganador como solista en Ámsterdam del Festival Astor Piazzolla con la Orquesta Filarmónica de Holanda. El fue quien me regaló una biografía de Piazzolla escrita por Azzi y Collier que recoge “toda la prensa” de la carrera de Astor. Confieso que no encontré en ella la nota de Expreso Imaginario que sí se pude bajar de Mega en pdf.
Estar contaminado en tango, no me habilita a nada; ahora voy a conseguir el libro de Fischerman y Gilbert porque me entusiasma ese otro lado del tango vinculado al rock al que permanecí ajeno y ninguneé (¿Cómo mierda se conjuga?) tanto tiempo. Perdonen la extensión.
Excelente nota.
Gracias.
JP

Anónimo dijo...

Una cosa donde sí acierta Andrés Ciro Martínez (porque si le llamamos'Ciro' se confunde con el de Attaque. Hasta en eso es choto. Si decís Flaco, Charly o el Indio, todos saben a quién te referís; no así con este muchacho).

Donde sí acierta, decía, es en que Charly era música para jóvenes y eso en aquella época quizás revestía cierto carácter despectivo (equivale a decir hoy 'música para pendejos').

En otro orden de cosas, y siguiendo con la línea lamesuelas de los comentaristas anteriores, este post es 10/10.

Saludos.

Gabriel Nombre dijo...

Adscribo a la línea lamesuelas, buenísimo el post.

Aunque más gracioso que Ciro se creyera James Brown fue que terminará declarándose un líder persa, me parece.

Anónimo dijo...

Excelente el post! No comparto en lo más mínimo la subestimación A Ciro, puede haberle errado de cabo a rabo en alguna apreciación sobre Charly o quien fuere. No sé si eso menoscaba algunas canciones suyas que sin dudas son preciosas. Lo más gracioso no es que sea crea James Brown ni que terminara declarándose un líder Persa. Lo más gracioso es que dijo querer separarse de Los Piojos porque quería "hacer" algo diferete y la verdad es sus últimos temas -al menos los que suenan en la radio- son iguales a los de la ultima de etapa de la banda, por cierto bastante decadente.
Zippo

Anónimo dijo...

Me olvidé de comentar que escuché con bastante atención y dedicación un sólo disco de Piazzolla, en el que toca el saxo Gerry Mulligan. Es la gloria misma hecha cd.
Besos y abrazos de gol...
Zippo

Anónimo dijo...

Somos los Smithers del Corvino.

(Esa frase, llevar el tango de los pies a la cabeza, me suena familiar. Capaz que a quien se la escuché la tomó de otro, capaz que no...)

Igual, yo quería saber si preferías a John Ford o al pochoclo.

Anónimo dijo...

En definitiva, escribiste este Post para intentar salvarle la cara a García, García es una mentira, ni siquiera es verdad que tenga oído absoluto.

W.A.

Anónimo dijo...

Che, como hacía el comunacho de JP para estar EN TODAS?, para ser alguien que supuestamente vivía por el ideal de una sociedad igualitaria le sobraba bastante tiempo, me parece que no se dedicaba a la causa al 100%, yo creo que lo suyo era más bien un hobby socialista...

W.A.

Anónimo dijo...

Aparte de "los puestos de trabajo" perdidos -terminología bastante más actual , y no de los años 40-50-, lo odiaban porque era un soberbio de mierda. Y seguramente también porque los enfrentaba a sus incapacidades y limitaciones.
Del mismo modo que el propio Piazzolla tuvo las suyas, y prefirió -o se le impuso- dedicarse al tango -una suerte de world music antes de que ese concepto exsitiera- y no a la música clásica-contemporànea-culta.

Anónimo dijo...

Che...andrés ciro es un tarado, no quedan dudas.
Pero decir...

Uoh bamba uoh bamba uoh bamba
uoh bamba-ba

"Si no recuerdo mal, eso es lo que cantaba Andrés Ciro Martínez a mediados de los 90, agregando su gotita de nafta al incendio cultural noventoso."

Es, por lo menos, bastante parcial, antojadizo y arbitrario.

Durante los 90 también sonaban tremendas pinturas de lo que era la calle en ese momento, caso "pistolas", "los mocosos", "angelito", "arco", "esquina libertad", "al atardecer", etc...de hecho si la banda tuvo éxito está claro que fue en gran parte por tener empatía con los bepi y no tanto por algún talento.

Digo, está bueno el post, el anterior de capote también, y varios más, pero pareciera que para justificar tu desprecio a un tarado en vez de citar las taradeces que dice, ("si tuviese domicilio en capital hubiese votado a macri")acotás a tu conveniencia su prontuario artístico.

Me hacés acordar a tvr cuando quería justificar que el pity está re quemado poniendo de fondo "una vela" o "pila pila"...y cla, con 4 jugadores más, 3-0 arriba somos todos campeone.

Anónimo dijo...

juan pedro fasola, nuestro gran amigo...
lo mal que se vive, lo bien que se está....

(uh, dijo faso, está hablando del fasssso)


Aparte, es un forro egolatra engreído al que su compañeros detestan.

Pero si los comentarios se van a desviar, que lo hagan por el camino Mongo-Fito. ¿Viejo despechado o pelotuda total? ¿O ambas? (ambas)

Corvino dijo...

Soy arbitrario, es cierto. Algunas canciones de los piojos me gustan, no es que creo que Andrés Ciro Martínez sea la encarnación del mal ni mucho menos, simplemente estoy medio harto de esa idea de que Charly es blandito y la línea (forzada) Sumo-Redondos-Rock Barrial son oscuros y aptos para mayores de 18 años.

Abrazo, amigos, gracias por comentar.

Anónimo dijo...

Decir algunas canciones de Los Piojos me gustan es comod ecir algunas canciones de Rodrigo me gustan, jaja

Y entre los dos Ciros, no hacemos medio...

Anónimo dijo...

W.A. podrías no ser tan ofensivo simplemente llamándome COMUNISTA en lugar de comunacho.

Podría decirte que me dediqué a afiliar músicos al Partido Comunista; que fue la música el Movimiento de Masas en el que se me asignó una tarea. Pero no es así.

A mi viejo, el Coronel Perón lo trató de “pichón de comunista” en la 1º de Avellaneda y lo interrogó (sin golpearlo) sobre el “otro comunista”, mi tío Cacho, secretario del Sindicato de la Carne.
Tuve otro tío, también Cacho, que militaba en Obras Sanitarias de MDP, fue despedido por COMUNISTA y estuvo en cana dos años. En la ilegalidad los comunistas teníamos tíos por todos lados.
En 1951 la Policía de Perón mató a Jorge Calvo, el Secretario de la F. J. Comunista, entonces nací yo y me pusieron Jorge, como a otros les pusieron Carlos Alberto.
En la secundaria fui un COMUNISTA y en la Universidad también.
Cuando iba a llevar libros y comida a los presos políticos los guardia-cárceles me trataban de COMUNISTA y cuando yo mismo caí en cana fue por Comunista.
Cuando me torturaron en la Del. de la Federal de Avellaneda, me gritaban COMUNISTA de mierda. Me salvaron de pedo, los Dres. Weiss y Keselman de la Liga de DDHH, que eran COMUNISTAS.
Cuando me rajaron de la fábrica alemana Henkel, fue por COMUNISTA.
Mi prontuario laboral era tan clarito que el único que me dió laburo fue un empresario, solidario y montonero; años después me lo dijo (Su familia estaba exiliada en España).
Y sí, en lugar de seguir a Charly yo escuchaba a Quilapayún o a Victor Heredia o a la Negra y a Don Osvaldo Pugliese, que eran todos COMUNISTAS ¿Cuál es el prejuicio?
Cuando secuestraron a mi cuñada Graciela Pane (en 1975) en la esquina de casa, fue porque era la casa de los Comunistas. Ella fue una COMUNISTA electa Secretaria del Centro de Estudiantes de la UTN y estaba embarazada de 5 meses.
Aparecieron asesinadas, torturadas vilmente (ella y su criatura).
Hay libros, poesías, canciones, tangos, esculturas y pinturas dedicadas a ellas.
(También fueron torturados mis suegros y mi cuñado).
En Avellaneda hay plazas y monumentos con su nombre y todos saben que se trata de gente COMUNISTA. Cuando los vecinos cuidaron nuestros libros y ocultaron nuestros paraderos fue porque éramos Comunistas.
Tengo varios amigos Comunistas y no comunistas, asesinados o desaparecidos. Cuando en el 79 acribillaron a mi primo-hermano, en Wilde, tiraron unos panfletos sobre su cuerpo con la leyenda: COMUNISTA.
Me casé con una artista COMUNISTA y fuimos durante 35 años una pareja de COMUNISTAS militantes por los DDHH.

Ningún enemigo fue tan irrespetuoso de palabra como vos, que ni siquiera te conozco. Si el irreverente y reaccionario Astor Piazzolla me quisiera putear me diría COMUNISTA como los de la Federal o la Triple A.
Lo otro que me ofende es el uso del tiempo pasado, porque nunca fui tan Comunista como ahora y siempre me gustó la buena música…¿Qué tiene que ver?

..Ah, me olvidaba, en los años 90, el flaco de Los Piojos tomó algunas clases de canto con mi ex en mi casa de Bernal ¿Tan malo salió?

Nuevamente pido perdón por la extensión.
Saludos
JP

(Para el policía W.A. van DNI 10050590 y PRONTUARIO PCIA. Prov. BS AS Nº 2971563)

Anónimo dijo...

O sea que era comunista?

Anónimo dijo...

Piazzolla, Spinetta, García: Thomas Mann
“Detesto la locura, la aborrezco desde el fondo de mi alma, aborrezco a todos los genios desequilibrados, o semi genio; detesto todo emocionalismo, toda pose excéntrica. ¡Audacia y osadía, si! La audacia es todo, es lo único indispensable; pero una audacia serena, decorosa, correcta, como envuelta en el suave terciopelo de la ironía. ¡He ahí lo que yo soy y lo que quiero ser!”
―Thomas Mann

Anónimo dijo...

Anoche, desvelado, pensaba en este gran post -pensaba tantas cosas en ese desvelo casi interminable-, y se me ocurría desearte que tengas las minas y la guita que tu talento amerita.
Pero después me cayó la ficha de que casi no hay minas que comenten acá... :/

Anónimo dijo...

Muy bueno Corvino, felicitaciones. Me dan ganas de escuchar mas a Piazzolla. En mi caso me hice fan de Charly Garcia a los 8 años cuando escuche el disco "Yendo de la cama al living" que me emociona cada vez que lo escucho por llevarme inmediatamente a la infancia. Spinetta me llego cerca de los 30 años y me volví loco. Tambien su musica me emociona. Creo por como lo vivi que Garcia es mas para pendejos y para Spinetta necesitas cierta madurez.
PD: "Al atarderce" de Los Piojos es un tema lindisimo.

Billy dijo...

Ninguno de los dos escuchó Pixies.

Corvino dijo...

Yo soy el anti-fan de Pixies: un día tocaban ellos, viajé a Buenos Aires y terminé viendo a Regina Spektor!

Rodrigo dijo...
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Anónimo dijo...

Hola,

Solo leí los párrafos en donde aparece Charly (leí tu libro entero a full, pero me cuesta leer todo en formato blog).

Solo decirte que sepas que cuando hablás bien de un disco o banda me dan ganas de escucharlo o valorarlo. Ej: Dynamo de Soda.
Y cuando hablás mal, me pasa que me resuena también ese disco o banda en mi valoración.

De Charly, nada, coincidimos. Pero Ciro me pasa que entre vos y Casas (que lo odia) me están llevando a revisar mi posición al respecto.
Saco conclusión y comparto: El problema es la falsedad (como Siempre).
Para mí Ciro tiene talento para la canción, bastante, llegado el caso. El tema "Pacífico", por caso, para mí está entre los mejores temas de la pasada década. El punto de Ciro es que es muy gil, típico rockero que se cree Sartre cafeteando con Camus. Si su posición, su semblante, su discurso estuviese cercano al del gran (Gran) Jorge Serrano, nadie discutiría tanto a Ciro. Pero como se cree Ciro ( o sea, otra cosa) resulta muy insoportable. Si se ubicara él mismo en la línea Pipo o Serrano tendría mayor aceptación al tiempo que estaría más ubicado.


Saludos,

Matías-

Anónimo dijo...

La generación que creció escuchando la Metro llegó a la facultad, al trabajo, a la corbata, a ejercitar esa ironía pedorra.

Puaj

Anónimo dijo...

El
Uoh bamba uoh bamba uoh bamba
uoh bamba-ba
q pusiste en el texto es genialmente preciso.
lo dice todo

Rodrigo dijo...
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Anónimo dijo...

Corvi te están metiendo presión para una 'Vindicación de Andrés Ciro Martínez' jaja

Rodrigo dijo...
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Emiliano dijo...

muy buena nota .
gracias !

Frodo dijo...

La nota es muy buena y la recomendación del libro interesante (tanto como La Montaña Mágica, gran libro para leer con unas líneas de fiebre).
A todos estos muchachos prefiero escuchar su música y lo que cantan, no así lo que opinan, aunque es inevitable no toparse con sus frases. Lo mismo me sucede con algunas de tus opiniones, pero no quiero entrar en detalles y prefiero quedarme con las cosas interesantes como el recorte de la revista que nos traes (ese Charly parece un primo lejano de él) o con la relación de Piazzolla con los viejos tangueros y cómo el tango fue quedándose sin calle.
Banco a Ciro (así a secas) no por lo que dice sino por haber hecho un disco como Azul, y como aclara uno por ahí me gustaría que tuviera el temperamento de Serrano.

Saludos



P dijo...

Fue un placer leer el texto. Y la nota de respuesta de Charly García todo un hallazgo.

Pero hay una parte que no entendí: ¿quién es Andrés Ciro Martínez?